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Montañismo

Aconcagua Récord Argentino, Plaza de Mulas a Cumbre, Matías Sergo Pezoa

febrero 22, 2024 — by Andar Extremo

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El 19 de febrero, Matías Sergo Pezoa ascendió desde Plaza de mulas a la Cumbre en 3 horas 20 minutos, superando la anterior marca por doce minutos. También logró un tiempo récord en el descenso, solo le tomó 55 minutos bajar al base, haciendo un tiempo total de 4 horas 39 minutos Plaza de Mulas-Cumbre-Plaza de Mulas.

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Ni Tyler Andrews en 2022, con sus 3 horas 32 minutos, ni el checo Martin Zhor en 2019, con 3 horas 38 minutos, ni Bruno Brunod, Favio Meraldi y Jean Pellissiers en 2000, con 3 horas 40 minutos, imaginaron que Matías, el profe de educación Física, porter y el poseedor del récord 360º de Aconcagua, podría hacer la cumbre más alta de América, al unir el campo base Plaza de Mulas con la cima de 6960 msnm en el increíble tiempo de 3 horas 20 minutos. En la ruta normal del Aconcagua, desde el Campo Base «Plaza de Mulas» 4300 msnm, existe una distancia de 9 kilómetros y un desnivel positivo de 2660 metros hasta la cumbre 6960 msnm; y luego el descenso es un poco más corto por el gran acarreo, unos 7 kilómetros

Récord Aconcagua 360º
El día 11 de febrero de 2020 Matías Sergo Pezoa conseguía superar su propio récord del año 2018, de 27 hs 2 minutos 58 segundos, con un tiempo de 25 hs 23 minutos 58 segundos.

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Ponerse feliz por los logros de otro, por Matías Sergo Pezoa
“Una energía inigualable, créanme cuando les digo que en esta oportunidad sentí una fuerza externa impulsada por cada una de las personas que estaban en el monte conmigo y muchas otras que a la distancia me daban su aliento. Siempre he tenido el apoyo de muchas personas, pero esta vez fue más que especial, ver que mis propios compañeros y amigos filmaban o tomaban fotos de la hazaña (y no uno, más de 10) y me entregaran una sonrisa, un abrazo, un aliento, apoyo, buenas energías, fue increíble para mí, algo que no voy a olvidar jamás. Inspirar y motivar a los demás siempre ha sido un objetivo en mi vida, pero cuando te lo dicen «sos mi inspiración» «me has motivado a…» tiene un efecto que genera una explosión de energía de regocijo y satisfacción que es insuperable. Mi premio más grande es justamente eso, el cariño que me devuelven y la motivación en ustedes por querer superarse. Gracias por todo, a cada personita que me hizo llegar su energía positiva.”

“¡El 19 de febrero de 2024, una fecha que jamás voy a olvidar! Una nueva cumbre en el monte Aconcagua, «si de nuevo», pero no cualquier cumbre… Es especial porque disfruté cada paso que di (excepto el de un calambre), porque rompí un récord que sentía que podía escaparse, por los tiempos tan finos, sin embargo se pudo bajar 12 minutos y no quedó ahí, también sumamos la bajada dejando un tiempo récord… Fue especial porque cumplí 36 cumbres y 30 de ellas las hice en el día (desde los campamentos base -ida y vuelta- o más abajo) algo que me llena de satisfacción porque debo ser el único en tener esa cantidad desde los bases.”

“… Fue especial, porque sentí alegría generalizada en las personas que me topé en el camino. El día no podía ser mejor, el clima fue perfecto, descansé muy bien la noche previa y estaba todo dado para intentarlo, en mi cabeza era posible y, aunque mis piernas estuvieran cansadas por el desgaste de la temporada, la motivación era tan alta que sin duda alguna lo iba a intentar. El mismo 16 de febrero ya tenía decidido que el día 19 era «el día» para hacerlo y así fue. Con mucha decisión y confianza encaré el día de ayer que se transformó en uno de los más felices que he tenido en este maravilloso lugar.”

MontañismoSupervivencia

36 horas enterrado a 8000 msnm, bajo la nieve del Everest

octubre 12, 2023 — by Andar Extremo

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Más de 40 cadáveres siembran los últimos 800 metros de la cara norte del Everest. Azotados por una ventisca perpetua que los mantiene siempre visibles al sempiterno escalador. Beck Weathers, un adiestrado alpinista norteamericano, compartió postura y convivió con todos ellos mientras esperaba en coma su muerte durante la primavera de 1996. Con sólo la cara y una mano al descubierto permaneció hundido e inconsciente bajo la nieve más de 36 horas antes de que su cerebro inexplicablemente decidiera salvarlo.

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Beck Weathers perteneció a la infausta expedición protagonista del “Desastre del 96“. El año más mortífero de la historia en el Everest, con 15 fallecidos; 9 de ellos tras una repentina y extraña ventisca a escasos metros de la cumbre.

Al principio creí que se trataba de un sueño, cuando volví en mí, pensé que estaba en la cama. No sentía frío ni nada. Me puse de lado, abrí los ojos y vi la mano derecha delante de mi cara. Entonces reparé en lo congelada que estaba y eso me ayudó a reaccionar. Al final, desperté lo suficiente como para darme cuenta de que estaba hecho una mierda y de nadie vendría a salvarme, de modo que tenía que espabilarme por mí mismo

Beck Weathers, de 49 años, tenía 10 años de experiencia en alta montaña cuando se embarcó en el difícil ascenso del Everest. No sin antes pasar varios meses de durísimo entrenamiento coronando seis de las siete cumbres más altas del planeta. Estaba preparado. Un año antes, incluso, se había operado los ojos para corregir su miopía y encarar con mejor visión el desafío, en lo que sería la decisión desencadenante de su desgracia.

Beck en el Campo Base del Everest antes del accidente
Beck en el Campo Base del Everest antes del accidente

Era el 10 de Mayo. Cuando todos los escaladores llegaron al borde sudoeste, pasado el campamento IV y a escasos 450 metros de la cumbre; una descomunal tormenta no prevista les sorprende en la última cuerda montañosa. Y decimos cuerda montañosa porque en esa arista, un puente de 300 metros que conduce a la cima, nadie va atado; no hay cuerdas entre los alpinistas porque hacia cualquier lado la pendiente es tan vertical que si te atas a alguien, le arrastras contigo en caso de caída. A la izquierda 2.500 metros antes de aterrizar en Nepal; a la derecha 3.600 metros antes de dar con tus huesos en el Tibet.
En esa tesitura, a una temperatura de -50 grados centígrados, con vientos de 90 kilómetros por hora y en el apogeo del derroche láctico; los alpinistas empezaron a colapsar con el último martillazo de la naturaleza; entregándose al destino e hincando las rodillas a escasos metros de su objetivo. En ese momento había 20 escaladores y un parte de tiempo equivocado en los últimos 600 metros de ascensión. El drama acababa de comenzar.
Rob Hall daba el parte por radio al campamento III de la cabecera de la expedición a escasos metros de la cima. Su compañero Doug Hansen estaba exhausto y no podía ni continuar ni bajar. Se quedaría con él a esperar los refuerzos. También informó que Beck Weathers, nuestro protagonista, había colapsado durante la tormenta y yacía muerto en la nieve una decena de metros más abajo. Desde el campamento conminaron a Rob a que abandonase a Doug para poder salvar su vida. Rob contestó: “Imposible. Ambos estamos escuchando…”
Rob firmo con serena lealtad su sentencia de muerte no sin antes pedir al campo III que le pusieran en contacto -vía satélite- con su mujer, embarazada de siete meses, en Nueva Zelanda; de la que se despidió en la más absoluta soledad después de decidir el nombre de su futuro hijo.
Desde el campo III salió un equipo de rescate hacia la arista. Todd Burleson y Peter Athans, ayudantes del médico de la expedición, arriesgaron sus vidas en la imposible tormenta para salvar otras, quizás las menos. Al llegar al caos requirieron a los más fuertes a bajar hasta el Campo III, a 7.310 metros y estabilizaron a los colapsados en espera de imposibles. No encontraron a Beck Weathers.
Los compañeros le buscaron durante todo el día para certificar la muerte antes anunciada, pero la ventisca hacía imposible ver más allá de un par de metros. Además, el propio Beck, como contaría más tarde, se había desviado unos metros de la cuerda a causa de la ceguera que le estaba provocando la congelación de sus globos oculares. Las cicatrices de su antigua operación habían reventado por el frío y su visión antes de desvanecerse era prácticamente nula. Beck decidió antes de ‘doblar la rodilla’ resguardarse del fuerte viento en un recoveco de nieve para esperar la bajada de sus compañeros. Se imaginaba el fin.

Aspecto que presentaba el rostro de Beck unas horas y unas semanas después
Aspecto que presentaba el rostro de Beck unas horas y unas semanas después

El día 11 de mayo. 24 horas después de su desmayo. El equipo encontró el cuerpo de Beck Weathers, al lado del cadáver de la japonesa Yasuko Namba y cubierto completamente de hielo excepto media cara y la mano derecha que se erguía como un palo, congelada con los dedos abiertos y por encima de la nieve, como saludando. Comprobaron con dificultad que aún respiraba débilmente desde el coma y decidieron, ante la imposibilidad de efectuar un traslado imposible, certificar su segunda ‘muerte’. Al fin y al cabo, nadie había despertado nunca en la montaña de un coma hipotérmico.
Lo que ocurrió a partir de ese momento es un completo misterio para la ciencia. El Doctor Ken Kamler construyó y explicó su particular teoría para luego pasearla en infinidad de conferencias TED . Beck permaneció 30 horas en un estado catatónico. El oía a sus compañeros pasar y decir “está muerto” pero no podía ni moverse ni parpadear cuando marchaban. El cerebro del alpinista había revertido una hipotermia irreversible. ¿Cómo lo hizo? Según las especulaciones del doctor Ken el lóbulo temporal, en lo más profundo del cerebro y encargado de guardar los recuerdos; fue el último en abordar la hipotermia. Becks consiguió despertar porque los fuertes recuerdos de su familia mantuvieron la glucosa y la energía en la parte del cerebro donde también radica la voluntad: Las circunvoluciones del cuerpo calloso.

Primeros auxilios en el Base del Everest
Primeros auxilios en el Base del Everest

36 horas después del inicio de la gran ventisca Beck apareció tambaleándose como una momia en la tienda médica del campo III: Hola Ken… ¿Dónde me puedo sentar? ¿Aceptas mi seguro de salud?
El primer chequeo fue desolador. Tras su aparente lucidez se escondía un cuerpo congelado y rígido. La mano derecha era una piedra y en la cara asomaba ya la necrosis negra del tejido muerto. Los primeros tratamientos iban encaminados a paliar el dolor que despierta el calor del cobijo. Beck fue reservado en una de las carpas mientras atendían al resto de pacientes no desahuciados.
Durante esa noche, la ventisca destrozó la tienda donde estaba en solitario el alpinista y parte del nylon cayó sobre su cabeza, asfixiándole mientras le dejaba a la intemperie. Inmóvil pasó la noche entre gritos estériles y estertores de frío infinito. Cuando el equipo despertó y vieron el panorama pensaron en el desenlace fatal pero Becks… había vuelto a conseguirlo por tercera vez.

Simulación de un ‘SPECT‘ del cerebro de Becks en las cuatro fases de su agonía: 1- Escaner en estado normal. Flujo distribuido. 2- Lóbulos frontales con mayor flujo. Se pone atención en los músculos. Apenas hay actividad en el centro o de ‘recuerdos’. 3- Flujo desaparece. Casi no hay actividad. 4- La parte central o de recuerdos se ilumina de nuevo, al pensar en su familia.
Simulación de un ‘SPECT‘ del cerebro de Becks en las cuatro fases de su agonía: 1- Escaner en estado normal. Flujo distribuido. 2- Lóbulos frontales con mayor flujo. Se pone atención en los músculos. Apenas hay actividad en el centro o de ‘recuerdos’. 3- Flujo desaparece. Casi no hay actividad. 4- La parte central o de recuerdos se ilumina de nuevo, al pensar en su familia.

Con una camilla de sogas sus compañeros consiguieron evacuarlo al campo base, a 6.500 metros. Un helicóptero lo trasladaría, desde allí a un hospital en lo que se considera el rescate a mayor altura que ha hecho nunca una aeronave de esas características. Beck Weathers pasó hasta 10 veces por el quirófano durante su larguísima convalecencia. Le amputaron el brazo derecho a la altura del codo y los dedos de la mano izquierda y de los pies. También le reconstruyeron la nariz con trozos de piel de las piernas. Nunca más volvió a la montaña.
Cabe señalar que esta tragedia del Everest fue ampliamente cubierta por la prensa de la época. En aquellos años, por primera vez se ponían en tela de juicio las expediciones comerciales hacia el monte más alto del mundo.
La travesía de Weather llevó a que en el año 2000 él mismo escribiera su biografía, la cual sirvió como base para la realización de la película Everest (2015), que narra lo vivido por el grupo de escaladores en 1996.

Beck luego de varias operaciones
Beck luego de varias operaciones

Montañismo

KRISTIN HARILA Y LAMA TENJEN SHERPA, 14 OCHOMILES EN 92 DÍAS

julio 27, 2023 — by Marcos Ferrer

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UNO DE LOS RÉCORDS MÁS IMPRESIONANTES EN LA HISTORIA DEL MONTAÑISMO. La montañista noruega Kristin Harila y Lama Tenjen Sherpa de Nepal han logrado una hazaña nunca jamás realizada, al escalar las catorce montañas más altas del mundo en poco más de tres mes. Este récord pone a la mujer y al hombre más rápidos en subir los 14 ochomiles, los récords anteriores el de Nirmal Purja en 190 días y Kristin se supera a sí misma donde había tardado un año y 5 días en hacer las catorce cimas.

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Kristin Harila, nació en 1986 en la ciudad de Vestre Jakobselv en Noruega, toda su vida fue esquiadora de fondo y por el año 2015 comenzó a realizar alta montaña.
En mayo de 2021, estableció un récord mundial al convertirse en la mujer más rápida en escalar el Monte Everest y el Lhotse en menos de doce horas. Su éxito en expediciones anteriores e intentos de cumbre la ha inspirado a embarcarse en 2022 en su último desafío, para batir el record de los 14 ochomiles, un esfuerzo monumental para convertirse en la primera mujer en la historia y la segunda persona en escalar los 14 picos más altos del mundo y poder equiparar el gran récord de Nirmal Purja.
Estuvo cerca de batir el récord de escalar los 14 ochomiles en la temporada anterior, solo le faltaron dos montañas. Dado que las autoridades chinas le negaron los permisos para escalar Cho Oyu y Shishapangma. Harila logró su objetivo de alcanzar todas las cumbres verdaderas el 3 de mayo de 2023 después de 1 año y 5 días, Con estas dos montañas comenzó su nuevo desafío junto a un equipo el que estava Lama Sherpa, batir los 14 ochomiles en tres meses

K2, 27 de julio 2023, 10:45 am. En una hazaña extraordinaria de destreza en montañismo, Kristin Harila, y su dedicado compañero de escalada Lama Tenjin Sherpa coronaron con éxito el K2, 8611 msnm, el decimocuarto y último pico, marcando un hito histórico en su viaje de montañismo. El dúo ha establecido un nuevo récord mundial True Summit de 3 meses y 1 día (92 días), lo que refleja su determinación inquebrantable, trabajo en equipo y pura tenacidad a lo largo de este monumental esfuerzo.

Broad Peak, 23 de julio 2023, 4:30 am. Kristin y Lama Sherpa lograban otra hazaña notable al alcanzar la cima del Broad Peak, la 12.ª montaña más alta del mundo. Este logro marca su exitoso ascenso de la penúltima montaña. Broad Peak, con una imponente altura de 8.051 metros, es un desafío considerando las cumbres de dos montañas (Gasherbrum I y Gasherbrum II) en la última semana.

Gasherbrum I, 18 de julio, 5:10 am. Kristin y Lama lograban con éxito la cima del Gasherbrum I 8.068 m, sin el uso de oxígeno suplementario, consolidando aún más su posición como una de las escaladoras más exitosas

Gasherbrum II, 15 de julio, 7:45 am. Kristin Harila y Lama lograban otra hazaña al alcanzar con éxito el Gasherbrum II, marcando su undécimo triunfo. También conocido como K4, se encuentra a una altitud imponente de 8.035 metros en la Cordillera Karakoram del Himalaya.

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Nanga Parbat, 26 de junio, 7:00 am. Kristin y Lama subian al Nanga Parbat, la novena montaña más alta del mundo y la primera en Pakistán en su viaje. Este logro no solo significaba el comienzo de la fase de Pakistán de su 14 Ochomiles, sino que también marcaba su décimo ascenso exitoso. La “Montaña Desnuda”, se encuentra a una altura de 8.125 metros.

Manaslu, 10 de junio, 3:30 am Kristin y Lama alcanzaban la cumbre de Manaslu, completando así todas las montañas del Tíbet y Nepal. Manaslu, se eleva a una altura de 8163 metros. Han podido llegar a la cima antes que comience la temporada del monzón en Nepal.

Annapurna, 5 de junio 6:00 am Kristin y Lama llegaban a la cumbre de Annapurna, marcando su octava cumbre. Esta cumbre de 8.091 metros planteo desafíos con su terreno traicionero, condiciones climáticas impredecibles y riesgos de avalanchas.

Dhaulagiri, 29 de mayo 6:15 am. Kristin Harila y lama Sherpa alcanzaban la mitad del camino en poco más de un mes. Dhaulagiri, con una altura de 8167 metros, es una montaña icónica en la región del Himalaya.

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Lhotse 23 de mayo, 11:15 am. Kristin y Lama lograban otra hazaña al coronar con éxito el Lhotse, la cuarta montaña más alta del mundo, y su sexta montaña. El Lhotse, que se eleva a 8.516 metros sobre el nivel del mar fue escalado apenas 8 horas después de alcanzar la cima del Everest. Kristin de esta manera ostenta el título de la mujer más rápida en escalar el Everest y el Lhotse. En 2022, completó dos cumbres extraordinarias en 8,5 horas, estableciendo un nuevo estándar de velocidad y resistencia en el montañismo de altura. Batiendo de esta manera su propio récord al escalar las dos montañas más rápido.

Everest 23 de mayo, 3:15 am. Kristin y Lama alcanzaban la cima del Monte Everest, el pico más alto del mundo. Kristin logró esta impresionante cumbre solo un año y un día después de su última cumbre del Everest. Con una altura de 8.848 metros, el Monte Everest es un pico majestuoso y formidable que ha capturado la imaginación de aventureros y montañeros durante siglos. Conocido como Chomolungma en tibetano y Sagarmatha en nepalí, el Everest es el pináculo de los logros humanos en el mundo del alpinismo.

Kangchenjunga, 18 de mayo, 12:45 pm. Kristin y Lama alcanzaban con éxito la tercer cumbre más alto del mundo, menos de una semana después de alcanzar la cima del Makalu. Ascendiendo a una altura de 8.586 metro.

Makalu 13 de mayo, 8:35 am. Kristin y Lama lograban su tercera cumbre del año con un ascenso exitoso de Makalu, con unos impresionantes 8485 metros en una escalada agotadora.

Cho Oyu 3 de mayo, 2:45 pm Kristin y Lama solo una semana después de llegar a la cima de Shishapangma, lograban llegar a los 8.201 metros de la cima.

Shishapangma 26 de abril, 5:00 pm. Marca el comienzo de la expedición de 2023 para Kristin Harila y lama sherpa se pone en marcha el reloj en la búsqueda para romper el récord mundialen menos de seis meses.

El equipo
Fue Uno de los componentes claves para que las expediciones sean un éxito. Los alpinistas altamente calificados y experimentados de la comunidad sherpa en Nepal juegan un papel crucial en el apoyo a escaladores como Kristin en su búsqueda para alcanzar la cima de montañas de 8000 m.
Los sherpas son conocidos por sus excepcionales habilidades de montañismo, su profundo conocimiento de las montañas y su capacidad para navegar por terrenos traicioneros. Poseen una comprensión innata de las condiciones locales, los patrones climáticos y los riesgos asociados con la escalada a gran altura. Su experiencia en la colocación de cuerdas, la fijación de rutas y el establecimiento de campamentos altos es esencial para la seguridad y el progreso de todos los escaladores, incluso de aquellos que no contratan sherpas, ya que utilizan cuerdas instaladas por varios equipos de sherpas.
Es importante reconocer y apreciar las importantes contribuciones de los sherpas en el mundo del montañismo. Han jugado un papel crucial en numerosas expediciones exitosas y, a menudo, han llegado a la cima varias veces, demostrando su experiencia y dedicación sin igual. Los sherpas se han ganado legítimamente su lugar como miembros respetados y admirados de la comunidad de escaladores.
En el viaje de Kristin, Tenjen Sherpa, también conocida como Lama, ha sido un miembro esencial y de confianza de su equipo quien subió todas las cumbres junto a Kristin . Él es de la empresa de expedición Seven Summit Treks que Kristin ha contratado para ayudarla a planificar la expedición de este año. Lama ha demostrado que su experiencia, orientación y fuerza han sido invaluables para navegar por el terreno exigente y garantizar la seguridad de la expedición. Con el apoyo de Tenjen, Kristin ha podido concentrarse en sus propios desafíos físicos y mentales, sabiendo que tiene a su lado a un compañero hábil y confiable. En múltiples puntos, Lama ha sido quien tomó la iniciativa para iniciar un ascenso a la cumbre y ha guiado y colocado cuerdas para Kristin pero también para otros escaladores.
Juntos, Kristin y Tenjen ejemplifican la importancia de la colaboración, la confianza mutua y el respeto entre escaladores y sherpas. Su asociación representa el vínculo profundo formado durante las expediciones de montaña y sirve como un recordatorio de la determinación compartida necesaria para escalar los picos más altos del mundo.

Honrrando la Historia
El logro de Kristin y Lama al escalar los catorce Eight Thousanders se basa en el legado de personas notables que han dejado una marca indeleble en el mundo del montañismo. Estos pioneros han derribado barreras, empujado límites y establecido récords que han inspirado a generaciones de aventureros. Entre los pioneros célebres hay mujeres y hombres que han mostrado un coraje, habilidad y determinación extraordinarios en sus esfuerzos de montañismo.
Una de esas pioneras es Junko Tabei, la primera mujer en alcanzar la cima del Monte Everest en 1975. El logro de Tabei allanó el camino para que innumerables mujeres siguieran sus pasos y desafiaran el reino del montañismo, tradicionalmente dominado por hombres. Su espíritu inquebrantable y su determinación continúan inspirando a las aspirantes a aventureras hasta el día de hoy.
Otra figura notable es Reinhold Messner, un alpinista legendario conocido por sus audaces ascensiones y sus innovadoras técnicas de escalada. Messner, la primera persona en escalar los catorce picos más altos del mundo, incluido el Monte Everest, sin oxígeno suplementario, revolucionó el deporte y superó los límites de lo que antes se creía posible.
En los últimos años, los logros de las mujeres en el alpinismo han obtenido un importante reconocimiento. Por ejemplo, la alpinista española Edurne Pasaban logró la hazaña de convertirse en la primera mujer en alcanzar la cima de los catorce picos de 8000 metros del mundo, y fue la 21ª persona en hacerlo.

www.kristinharila.com

Montañismo

Red de Mujeres de Montaña del Mundo, en el Aconcagua

febrero 8, 2023 — by Andar Extremo

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Desde 4 de febrero, 14 deportistas forman parte de Mountain Women of the World, que por primera vez realizarán una expedición en el techo de América. Participan mujeres de Nepal, Chile, Bolivia, Italia y Argentina, en la nota conversamos con Julieta Balza, una de nuestras representantes, desde Confluencia.

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Es un proyecto social a través del cual se pone en valor el conocimiento y las experiencias colaborativas que las mujeres de montaña promueven para proteger la geografía, la naturaleza y sus comunidades.
El emprendimiento tiene como objetivo promover una red internacional de mujeres para acercarlas a las montañas, construir un liderazgo colaborativo que sale de compartir las diferentes experiencias, fortalecer la justicia económica, narrar una historia colectiva de montañismo que ponga en primer plano el conocimiento y la experiencia colaborativa de las mujeres de montaña en la protección de las mismas.
Busca también vivir la montaña como un camino de transformación interior concientizando sobre las culturas locales, cuidando el entorno y sobre todo, compartiendo en igualdad de condiciones con las mujeres locales.
Al mismo tiempo, se propone ser una herramienta de promoción social y turismo comunitario al trabajar con mujeres locales ya sea como guías, porteadoras, cocineras, trabajadoras en la montaña.

“A mí me invita Pato Breuer, que es parte de Mujeres a La Cumbre, a quien conocí en Salta el año pasado, cuando me fue a hacer un reportaje y allí me enteré de esta expedición. La idea era que vayan de nuestro país de diferentes regiones, por ejemplo Karen es pastora y vive en un paraje desolado, luego hay chicas de todo el mundo, casi todas son montañistas o trabajan como guías de montaña, y solo dos de todo el grupo tenemos cumbre: Patricia y yo” nos comenta Julieta Balza

Patricia Breuer Moreno
Patricia Breuer Moreno

Las participantes de la expedición Muna Gurung, de Nepal; Stephanie Carmody Lobo y María Fajardo, de Chile; Patricia Breuer Moreno, María Belén Escudero, Sofía Lana, Karen Fabiola Martínez, Julieta Alejandra Balza y María Soledad Figueroa, de Argentina.
El proyecto busca también realizar un audiovisual donde ellas mismas serán las encargadas del guión y la filmación de todas las instancias de este proyecto.

“El tema del documental lo está llevando Sol, el tema de filmación y el guión lo va armando Sofi que es antropóloga, vamos a ver si conseguimos fondos para hacerlo, ya que la edición y difusión son costosas” seguía diciéndonos Julieta Balza

Mountain Women of the World es una red de colaboración fundada en 2020 por las organizaciones sin fines de lucro Empowering Women de Nepal, la organización Feminist Hiking Collective, los grupos Kilimanjaro Women, las Cholitas Escaladoras de Bolivia, y los emprendimientos Mujeres a la Cumbre, Women Who Hike-Africa y Topchu Art Group de Kirgyszstán.

Julieta Alejandra Balza
Julieta Alejandra Balza

“Cuando me dijeron del proyecto dije que sí al toque, pero no sabía que iba a ser esto, hoy desde Confluencia te puedo decir que no nos conocíamos entre si y se formo un grupo increíble. Incluso con culturas más cerradas, estamos intercambiando saberes e historias de vida y compartiendo el mismo sentimiento que es la montaña y no con el fin de hacer cumbre sino con mero el hecho de compartir. Hoy por ejemplo le hicimos una ofrenda a la pacha ya que nos íbamos para Plaza Francia, la excusa fue Aconcagua pero lo más lindo es vivir la experiencia, es difícil que todas hagamos cumbre pero vamos a intentarlo” remarcaba Julieta Balza

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Semana del Montañismo en Salta, Segunda Edición

julio 14, 2022 — by Andar Extremo

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Con invitados de lujo como Alfredo Barragán, Heber Orona y Lito Sánchez, el evento será una oportunidad para promocionar las actividades de montaña en la región. Se extenderá desde el 1 al 6 de agosto, con charlas en la Usina Cultural Salta, un brindis en el cerro San Bernardo y un ascenso recreativo al cerro Elefante, en la Reserva Municipal Yungas de San Lorenzo

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Entre el 1 y el 6 de agosto se desarrollará la segunda edición de la Semana del Montañismo en Salta. La sede principal será la Usina Cultural Salta, situada en la calle Juramento 180, aunque también habrá actividades en el cerro San Bernardo y en la Reserva Municipal Yungas de San Lorenzo. La primera edición, que se desarrolló en octubre de 2021 en el local de la cervecería Antares, fue un éxito total de público. “Eso nos animó a pensar una segunda edición mucho más ambiciosa, en un lugar más amplio, con actividades especiales e invitados de prestigio mundial”, explicó el fotoperiodista y documentalista Juan Martín Roldán, editor del sitio web Secretos de Salta, uno de los organizadores del evento.

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Las charlas y paneles se desarrollarán entre el 1 y el 4 de agosto a las 19 hs. en la Usina Cultural (Juramento 180, Salta), según programa adjunto. El viernes 5 a la misma hora se realizará un brindis por el Día del Montañista en la cima del cerro San Bernardo, mientras que el sábado 6 a las 14 hs. la cita será en la Reserva Municipal Yungas de San Lorenzo, donde los asistentes ascenderán hasta la cumbre del cerro Elefante (1900 msnm) para despedir allí a los cuatro salteños que un par de semanas más tarde partirán hacia el Himalaya para escalar nada menos que el monte Manaslú, uno de los 14 ochomiles del planeta.

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La lista de invitados especiales está encabezada por Alfredo Barragán, Heber Orona y Lito Sánchez. Barragán es el gran símbolo de las exploraciones de aventura en nuestro país. No solamente capitaneó la célebre Expedición Atlantis, sino que también cruzó los Andes en globo aerostático y cruzó el Mar de las Antillas en kayak, entre otras aventuras memorables.

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El mendocino Heber Orona, por su parte, es el primer argentino que llegó a la cumbre del Everest sin la ayuda de oxígeno extra, además de que completó el desafío Seven Summits, que consiste en trepar hasta la cima del pico más alto de cada continente.

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Lito Sánchez, por su parte, es el primer argentino que puso un pie en la cumbre de un ochomil. Y ostenta un récord impresionante: ha subido el Aconcagua más de 70 veces.

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También serán de la partida otros nombres notables del montañismo argentino y salteño, como Juan Pablo Sarjanovich, Jorge González, Christian Vitry, Emilio González Turu, Enrique Pantaleón, Julieta Balza y Griselda Moreno. “Juntar a toda esta gente es maravilloso, un sueño. Ayuda a cumplir nuestro objetivo: impulsar y difundir las actividades de montaña en la provincia. Salta tiene una diversidad de ambientes naturales increíble, única, y está casi totalmente relacionada con cerros, volcanes y quebradas.

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Estamos convencidos de que este potencial se puede aprovechar para generar trabajo y desarrollo, siempre con criterios de sustentabilidad y respeto por la naturaleza”, agrega Roldán. El evento cuenta con el apoyo del Ministerio de Turismo y Deportes de la Provincia de Salta y la Municipalidad de San Lorenzo. La entrada a las charlas será libre y gratuita, mientras que el ascenso al cerro Elefante (en San Lorenzo) tendrá un costo de $ 500 por persona, lo que incluye un refrigerio en la cumbre.

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Instagram @semanamontanismosalta

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VIVEN, EXPEDICIÓN HOMENAJE, 35 AÑOS DESPUÉS

junio 28, 2021 — by Andar Extremo

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La expedición homenaje 35º aniversario del Milagro de los Andes consistirá en 3 etapas. Una “expedición de verano”, ya realizada, que llegó hasta el punto de impacto del avión con una caminata por el tobogán donde se deslizó éste hasta alcanzar su posición final. La segunda será una “expedición invernal” los expedicionarios tratarán de estar en el lugar del accidente el mismo día en que ocurrió, el 12 de octubre. Y como si fuera poco, la tercera, atravesará el mismo camino que los sobrevivientes debieron recorrer para llegar a Chile y así poder salvar sus vidas. Nota realizada en Mayo de 2007 en lel periódico de Aventura Andares 30 , antecesor de la revista Andar Extremo.

por Ramón Ramírez texto y fotos

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En octubre de 1972 un avión Fairchild F-227 de la fuerza aérea uruguaya cayó en la Cordillera de los Andes. De sus 45 pasajeros, sólo 16 lograron sobrevivir. Tras haber soportado las inclemencias del invierno cordillerano varios días, un grupo formado por 3 personas: Antonio Vizintin, Fernando Parrado y Roberto Cannesa, salieron en una última expedición de rescate.
Luego de tres días de caminar por la nieve y el frío, decidieron que uno de ellos debía regresar porque las raciones de comida no eran suficientes para todos. Es así como Antonio Vizintin regresó al avión perdido entre la nieve, mientras Parrado y Cannesa se enfrentaron al desafío de atravesar el inmenso blanco cordillerano en busca de alguien que les brindara ayuda, no sólo a ellos, sino también a sus 14 amigos que habían quedado dentro del avión y quienes le habían encomendado dicha misión.
Pasaron 10 días continuos desde que habían comenzado a caminar recién entonces hallaron los primeros rastros de vida; luego, una imagen humana se confundió en la lejanía. Gritos. Sólo eso podían transmitir, sin respuesta alguna. Al despertar del otro día, una persona a caballo les arrojó una piedra del otro lado de un río, donde ellos contaron su historia. Inmediatamente fueron asistidos para luego volver en busca del resto de los sobrevivientes que habían quedado en la cordillera.
Es así como quedó marcada esta historia, como la historia de supervivencia en montaña más grande del mundo.

Ala del Fairchild
Ala del Fairchild

El inicio de la idea
En una conversación de las tantas que realizamos continuamente con un amigo chileno llamado Mauricio, comenzamos a soñar con brindarle un homenaje a los uruguayos del accidente conocido como “El milagro de los Andes”, hecho que dio lugar a la película “Viven” (Alive).
Este año se cumple el aniversario 35 de dicho accidente, y por eso decidimos hacer algo; algo que nos llenara de emoción y que pudiéramos compartir de un modo distinto no sólo nosotros como participantes directos sino también con aquellas personas que consideramos nuestros amigos.
Tuvimos tiempo para organizar la expedición. La idea consistía en llegar hasta el punto de impacto del avión, caminar por el tobogán donde se deslizó éste hasta llegar a su posición final en el Glaciar de las Lágrimas y obviamente, presentar un servicio en la cruz del monumento que se encuentra allí. Todo en una “expedición de verano”.
Apareció también una segunda idea. Un poco más atrevida pero a su vez más representativa a la hora de hacer un homenaje. Se trataba de una expedición invernal. Al principio, nos parecía imposible. Sin embargo, tras repensar la situación a la que nos someteríamos, la incorporamos como una segunda etapa. Era estar en el lugar del accidente el mismo día en que ocurrió, el 12 de octubre. Y como si fuera poco, tendríamos la oportunidad de contar con el apoyo de uno de los guías que realizó el cruce de la cordillera de los Andes, atravesando el mismo camino que los sobrevivientes debieron recorrer para llegar a Chile y así poder salvar sus vidas.

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Primera-etapa: “Expedición de verano”
Febrero de 2007. Martes 27. Chequeo final de equipo en la hostería El Sosneado. Saldríamos a la mañana del día miércoles 28, cuando inesperadamente una noticia sorprendió nuestra espera final. El transporte que nos llevaría hacia el puesto desde donde dábamos inicio a la cabalgata, no llegaría.
Antes de salir a buscar un transporte, no dirigimos hasta la estación de radio local del lugar y enviamos un mensaje a los vaqueanos. Como ellos no tienen medio de comunicarse por estar muy alejados del pueblo, la única manera que tienen de enterarse de lo que pasa allí es mediante la radio. Recorrimos mucho hasta encontrar al Sr Juan López, quien luego de fijar el precio por ese ‘favor’ decidió llevarnos. Estábamos un poco inquietos por el horario de partida. 18 hs no es buena hora para salir hacia la cordillera, ya que el frío comienza a hacerse presente, y el camino se vuelve peligroso.
Una voz puso aún más en peligro nuestra partida y nos hizo dudar. La encargada de la hostería, Graciela, nos anunciaba temporal en cordillera para jueves y viernes. Nos miramos, emitimos un gesto acompañado de un leve movimiento de hombros hacia arriba y con ello, cada uno aceptaba el reto. Tomamos rumbo al hotel abandonado “Termas del Sosneado” a 65 km al cual llegamos en 2 horas. Allí se encontraba “Cachulo”, vaqueano del lugar y encargado de llevarnos hasta donde pondríamos nuestro “Campamento Base” a 3500 ms/nm. Pasamos la noche allí.
05:30 am. Nos despertamos y comenzamos a levantar campamento y a ordenar una vez más las mochilas. 06:00. Revisamos todo y de repente, un grito lejano rompió la actividad del momento. “Cachulo” nos tenía listo el desayuno. Té con leche, pan casero, dulce de leche, margarina. Cosas ricas que ya no existirían para nosotros por algunos días. 07:00 am. Los caballos nos esperaban inquietos. Con la mirada, “Cachulo” indicó cuál sería el caballo de cada uno. Así dimos inicio al paseo.

Cruz del monolito
Cruz del monolito

Partimos con destino a la cruz del avión. 20 minutos más tarde, estábamos inmersos en el primer desafío, cruzar el caudaloso Río Atuel. Superado el mismo, comenzamos a meternos en valle del Arroyo de las Lágrimas, camino directo hacia nuestro objetivo. Pasadas dos horas, se pudo divisar a lo lejos el Glaciar de las Lágrimas, que con el terreno ondulante se volvió a perder, para dar vista al cañadón del Arroyo el Rozado. Más adelante, a 15 minutos, nos esperaba el cruce del mismo. Hicimos una paradita en el campamento intermedio ‘Barroso’ y seguimos camino.
Paisajes hermosos, caballos y chivos; todo muy natural. Un poco cansados por las casi 5 horas acumuladas sobre el caballo, y el último obstáculo. Una cuesta zigzaguearte que nos puso directamente a 3500 ms/nm sobre el monumento del “avión de los uruguayos”. 8 horas de cabalgata y el viento frío cordillerano se hizo presente. En frente, el imponente Glaciar y los inmensos muros de la cordillera de los Andes que separan Argentina y Chile.
Llegamos, armamos el campamento base, cena y a dormir. A la mitad de la noche, nos sentimos un poco helados. El reloj marcaba las dos de la mañana y por simple curiosidad miramos el termómetro. No podíamos creerlo. Nuestra primera noche y la adorable montaña recibía a la expedición con excelentes -22º dentro de la carpa. Afuera, mejor no averiguarlo.
La noche se comportaba agresiva con tales temperaturas. Nosotros no queríamos enfrentarla, así que cuidadosamente nos quedamos inmóviles dentro del saco de dormir. Como era de esperar con esa temperatura, estábamos un poco incómodos pero la noche pasó rápido y con ella se fueron las interminables estrellas que se encuentran en el infinito cielo cordillerano. El sol no se hizo esperar y desde el Este, sus enormes rayos comenzaron a calentar el ambiente. Una vez desayunado, preparamos las mochilas para el nuevo día.
El objetivo era llegar a uno de los filos cordilleranos ubicado a 4 horas del Monte Séler, lugar donde hizo impacto el avión, armar un campamento alto y descansar. Desde el campamento base, buscamos la ruta y una vez establecida la misma, el plan era cargar las mochilas y así dar comienzo al trekking, subir por el glaciar hasta llegar a la primera morrena -ubicada a más o menos 4 horas de trekking-. Pasada esa morrena, otra vez la nieve hasta el punto más alto, sobre los últimos penitentes.

Roberto Canessa, Fito Strauch, Gustavo Servino y Moncho Sabella 35 años después en el Valle de las Lágrimas
Roberto Canessa, Fito Strauch, Gustavo Servino y Moncho Sabella 35 años después en el Valle de las Lágrimas

Cargamos las mochilas con un poco de dificultad por el peso, casi 40 Kg. Y listo. Estábamos caminando y con ello dejando detrás nuestro campamento base. Si bien era temprano, el sol poco a poco, comenzó a ser intenso. Despacio, sin ninguna prisa avanzamos. Ninguno quería que la altura nos afectara, pero a su vez, el peso de las mochilas incomodaba a nuestras espaldas. Respiro de por medio, fuimos rotando con Mauro nuestra posición, como primero y segundo en la cordada.
Tres horas de trekking y aunque estábamos cerca de la morrena, sentimos la necesidad de descansar. Pero no, seguimos un poco más. Luego de cuatro horas y media de trekking, llegamos Un breve descanso, hidratarse, comida de marcha y a seguir camino. Desde allí, a pesar que el terreno se veía tranquilo, decidimos atravesar el glaciar, encordados porque era época de deshielo y las grietas si bien en su mayoría están a la vista, era mejor no correr riesgos. Pasaban las horas y la pendiente se ponía un poco más exigente, lo que demandaba un esfuerzo superior de parte de nosotros. Sin embargo, motivados por el sentido de nuestra expedición, seguíamos adelante. Pero por dónde… la ruta propuesta desde el campamento base estaba totalmente cambiada. Los pequeños penitentes en realidad, eran un laberinto de paredes de hielo de 1 metro, cada vez más altas y gruesas tornaban frecuentes; el espacio entre uno y otro era menor, lo que hacía difícil el paso y tardábamos el doble de tiempo en superarlos. Con ello la pendiente se volvía de más inclinada y exigente transformando el inicial trekking en una lucha por superar obstáculos.
16:30. Las mochilas se transformaban en un elemento insostenible para cualquier espalda poniendo nuestra resistencia al límite del primer día. Debido a que los penitentes ya eran insuperables, pusimos la mente en blanco y tratamos de replantear la ruta. Fijamos rumbo a una morrena cercana a nuestra posición, tomando como mejor opción caminar por ella. Buena decisión, pero estábamos muy cansados para enfrentar ese esfuerzo enorme. Avanzamos cien metros en 45 minutos y nuestras caras lo decían todo. Basta por ese día.

Fosa común con los restos de ropa del avión
Fosa común con los restos de ropa del avión

17:45. El trabajo era otro. Comenzar a sacar rocas y hacer un espacio entre ellas para poder armar campamento. El viento nuevamente nos daba su helada bienvenida a los 3.950 ms/nm. Por lo que trabajamos rápido antes de que se enfriaran nuestros cuerpos. Para nuestra sorpresa, la morrena sólo nos daba lugar para apoyar un poco más de la mitad de la carpa en ella. Armamos el campamento alto en una pendiente de 45º donde dentro de la carpa había lugar para una persona y media, o dos casi encimadas. Tomamos agua y nos reímos un poco de la situación. Como no teníamos ganas de hacer otra cosa que meternos dentro del saco de dormir, hicimos nada más que eso. Esa noche no comeríamos ni tomaríamos nada caliente. Esperábamos una terrible noche sumando nuestro cansancio con la temperatura registrada en nuestra primera, pero creo que el cansancio pudo más porque cerramos los ojos y si bien pudimos sentir un poco de aire fresco al movernos dentro del saco, no fue más que eso.
Tercer día de expedición. Nuevamente el sol apareció, pero decidimos hacer un poco de fiaca dentro del saco. Nos estiramos como si fuéramos a crecer más con ello, dando vueltas muy lentas y controladas para no rodar cuesta abajo. Mauro, durante el desayuno, me contó que sentía una molestia en la cabeza, una cefalea producida por el esfuerzo realizado el día anterior y que por ello, creía que lo más conveniente era abandonar la ruta a seguir, bajar al campamento base y dedicarnos tiempo completo a sacar fotos del Glaciar de las Lágrimas y del monumento.
En un principio, sin decir mucho, acepté tomando en cuenta el concepto de trabajo en equipo, pero luego intercedió mi inquietud por seguir subiendo y dado a que yo no sentía ninguna molestia, le planteé la idea de que yo subiría hasta arriba ese día, hasta el filo cordillerano que limita Argentina de Chile, y retornaría al campamento base, donde nos encontraríamos en la tarde.

Eduardo Strauch y Ramón
Eduardo Strauch y Ramón

Una pausa, el silencio, otra idea. Dejaríamos armado el campamento alto para que yo tomara mi tiempo allí arriba y volviera a dormir en él tranquilo, sin jugar una carrera con las horas luz del día. Despedida y rumbos distintos en una misma expedición. Entretanto, Mauricio preparaba su inmensa mochila para el retorno al campamento base, mi camino estaba de entradita nomás. Muy exigente. Debía caminar por una morrena muy pronunciada, que si bien la enfrentaba sólo con una mochila de ataque, no dejada de agotarme en cada pasito. Así fue como pude, con mucho esfuerzo y luego de caminar por 5 horas, sobrepasarla junto con el último tramo de penitentes.
Caminar duro, por varias horas para llegar ahí y ver todo tan claro. Allí parece que se termina la Tierra al ver el inmenso cielo sobre la cumbre tan deseada, para luego llegar a ese punto que se cree es el final y darse cuenta que todo continúa en un extenso glaciar. Blanco y de grietas temerosas que hacen pensar varias veces en querer cruzarlo. Pero definitivamente no era mi plan por lo que sólo me atreví a tomar algunas fotos y seguir camino.
Estaba a la vista, aproximadamente a unos 3000m de distancia el punto de impacto del avión. Frente a mí, el glaciar se ponía feroz con sus penitentes enormes que no me dejarían pasar. Era un poco tarde así que me encomendé la tarea regresar al campamento alto. El viento se hacía sentir y dado el horario, el frío no tardaría en llegar. Ese fue el fin de la expedición de ese día. Lo que me había tardado en subir 6 horas, sólo lo bajé en dos. Una vez que llegué al campamento, me dediqué a derretir nieve para poder preparar unas bebidas energéticas, cocinar mi cena y tener agua para el desayuno de la mañana siguiente. Esa noche, si bien estaba muy agotado por el esfuerzo realizado, en algún momento tuve la sensación de que estaba haciendo frío. No le di mucha importancia. Sólo miré la cremallera de la carpa y noté algo raro. Estaba cristalizada y dura. En ese momento, me tapé hasta la cabeza con mi saco de dormir y continué con el hermoso sueño de la noche.

Punto de Impacto
Punto de Impacto

Al otro día, a desayunar temprano, y a pensar nuevamente las actividades del día. Todo listo y al ataque del punto de impacto; esta vez tomé una ruta alternativa, que si bien era un poco más compleja en cuanto a dificultad, me acortaba el camino y a su vez el tiempo de llegada al punto más alto.
Después de caminar 4 horas continuas por casi todo terreno de morrenas y pedregullo, me acerqué a los 4500 ms/nm cerca del punto de impacto del avión a 4700 ms/nm, y del tobogán en sí. Muy cerca. A 200 metros de él. Una gran sorpresa, los penitentes eran altos, un verdadero laberinto de gigantes que me impedían seguir adelante, un poco más, un poco más y desistí. Nuevamente el tiempo. Pero esta vez no sólo debía regresar al campamento alto, sino desarmarlo, preparar la mochila grande y bajar al campamento base a 3500 ms/nm. Como no llevaba equipaje esta vez, tardé mucho menos en bajar hasta el campamento alto; sólo 1 hora lo que me había llevado 4 subir y en 30 minutos, tenía la mochila armada y ya estaba saliendo hacia el campamento base.
Fue muy duro regresar. Nieve floja, los penitentes desaparecen y cualquier tropiezo o resbalón, te lleva a una caída segura y casi sin destino o mejor dicho, un destino asegurado entre alguna que otra grieta del glaciar. Dos horas más de trekking, bajando casi como esquiando y cada vez el campamento más cerca. A lo lejos se divisó una figura diminuta en el monumento pegado a la fosa común. Mi gran amigo Mauricio, se encargaba de las fotos del lugar y de repente, un grito. Me había visto y esperaba que llegase al campamento ubicado a más o menos 1500m del monumento, y a 3700 ms/nm. La emoción del regreso me llevó directamente al pie de la cruz que se encuentra en dicho monumento y casi sin aliento, sollozando por distintas causas que no podría explicar, por sensaciones que sólo se dan en el lugar, pude saludar a Mauricio. Un abrazo y no sé por qué pero me alejé un segundo. Necesitaba un tiempo para restaurarme físicamente pero además para comprender, para agradecer el privilegio de estar allí y poder brindar este homenaje tan particular. En sólo minutos, nos tomamos unas fotos, conversamos, intercambiamos opiniones y marcamos puntos.

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Bajamos hasta el Glaciar a ver qué nos mostraba de diferente este año, y de repente, un pedazo grande de avión se vio a unos metros. Despacio entre las morrenas y las grietas, fuimos hasta él y nos dimos cuenta que no era un resto que hubiéramos visto antes y que seguramente había sido arrastrado por el movimiento glaciario. Como enero había sido muy caluroso, el terreno tenía menor cantidad de nieve que en años anteriores. Aunque lamentablemente para nosotros, ya a fines de febrero y los primeros días de marzo, el clima cambia y las temperaturas comienzan a ser un poco más frías. Por ello el glaciar también deja rastros de su constante movimiento a la vista, y lo había hecho no sólo con este pedazo grande que encontramos, sino también con varios y pequeños trozos de hierro, latas y hasta el cuero de los asientos.
Regresamos en busca de las mochilas que habíamos dejado arriba, cerca de la cruz, para volver al campamento base a apenas unos 700m. Un trekking corto pero duro para mí ya que estaba con la mochila de 90 lts llena, realmente agotado y con mucha hambre. Pasaron 20 minutos. Mauro se retrasó un poco en una pequeña corriente de agua, formada por el deshielo, para poder cargar nuestras botellas y de esta manera cenar una rica comida. Desarme de mochilas, abrigos y a la carpa.
De esta manera estábamos nuevamente juntos en la expedición, de la cual teníamos mucho para contar. Pero lo que más me sorprendió fue cuando Mauricio me hablaba sobre la noche anterior. Entre tantos comentarios, me preguntó si había sentido frío. A lo que contesté sonriendo: “Claro que sentí frío pero estaba muy cansado así que dormí casi toda la noche acurrucado dentro de la bolsa.”. Sonrió extraño y preguntó nuevamente: “¿Sabés cuántos grados hizo anoche?.. – 40º dentro de la carpa amigo”. Sin dudas, no me mentía así que mirándonos seriamente, me demostró su preocupación por mi seguridad, al estar casi 1000 ms/nm más arriba que él, donde indudablemente había hecho algunos grados menos. Teniendo en cuenta que nuestra carpa tiene una aislamiento térmica del medio externo de aproximadamente entre 7º y 10º, calculamos que esa noche -la más fría- la temperatura había bajado a -45º. Muy frío.

Valle de las Lágrimas
Valle de las Lágrimas

Una vez más, a cenar y dormir. Pasamos una noche estupenda donde reinó notoriamente el buen descanso. Al despertar del nuevo día, nos preparamos lentamente para el regreso a la ciudad, armamos las mochilas. Parecía que no nos entraría todo en ella pero con un poco de paciencia el equipaje obtuvo su mejor lugar dentro de la misma. Últimas fotos del glaciar cuando de repente, a lo lejos, se observó el primer caballo, luego otro, la mula, el vaqueano y claramente la hora de regreso.
Cargamos las mochilas en la mula carguera, aseguramos todo y de un salto, estábamos montados en nuestros caballos emprendiendo camino al puesto “la chilena“. Callados, disfrutando del silencio reinante nos alejamos del lugar. Entretanto, ya con el glaciar en nuestras espaldas, giramos para verlo por última vez en este viaje, pensando en lo que sería regresar allí en octubre para continuar con la segunda parte de este homenaje. Saúl, el encargado de llevarnos hasta la camioneta, nos preguntaba de todo. Si habíamos encontrado algo, dónde, si habíamos pasado hambre, frío y tantas cosas más. En un momento, me alejé un poco hacia delante llevando conmigo el carguero, y no dejé de pensar.
Es increíble como el ser humano puede realizar acciones que lo llevan a superarse. Cómo, ante emociones intensas y situaciones límites donde la vida y la muerte sólo están separadas por una acción, una decisión, puede recuperar la fortaleza de estar más vivo que nunca, y a su vez exponerse aún más ante la tarea de salvar su vida, y la de sus pares. Hoy recuerdo esta historia, creyendo que es una historia de supervivencia única en el mundo, por sus cualidades en cuanto a organización, fuerza de voluntad y fe.
Así es como luego de 6 horas de cabalgata, llegamos al Puesto “La chilena”. Descargamos todo y tras un breve descanso y otra vez a seguir camino hacia “El Sonseado”. Arribamos a la hostería un poco más tarde de lo esperado, eran casi las 21hs. Bajamos de la camioneta y con un gran abrazo dimos por concluida la expedición de verano. Allí prometimos volver en el mes de octubre, el día 13, para poder realizar la segunda etapa de este gran homenaje, transformando de esta manera la primera y única expedición invernal.

Ramón y Fito Strauch
Ramón y Fito Strauch

Una loca idea hecha realidad
Hoy puedo decir que la primera etapa de este gran homenaje ya está cumplida. Pero antes de comenzar a relatarles esa gran experiencia, les voy a contar algunos detalles de por qué y cómo fue que se nos ocurrió este ambicioso proyecto.
En febrero de 2003, un trekking muy duro -atravesando caudalosos ríos a pie y zigzagueantes senderos de diferente dificultad- me hizo conocer la historia más de cerca,. Esa vez intenté por primera vez, llegar a la cruz que se encuentra a 3500 ms/nm. El grupo estaba formado por tres personas: Daniel Dieguez (marplatense), su esposa Mónica (marplatense) y yo. Nos tocaron unos días muy lindos pero lamentablemente, las condiciones del terreno y la dureza del trekking hicieron que Mónica tuviera ampollas en los pies. Esto más un replanteo de la distancia que nos faltaba ocasionó el regreso de la expedición.
Un año después, organicé un regreso distinto, acompañado de mi mejor amigo y compañero de aventuras Christian Ichazo –el Negro-. También fue duro. Pedaleamos desde la ciudad de San Rafael por la Ruta 140 hasta la localidad del Sosneado (144 km). Pasamos la noche y al despertar, cargamos las mochilas en la camioneta de un Guía del lugar llamado Mario Pérez, par luego dar comienzo a otra pedaleada por un camino de ripio sinuoso, con subidas y bajadas, hasta el puesto de un vaqueano del lugar (75 km) donde nos esperaban las mochilas para comenzar a caminar. Allí pasamos nuevamente la noche y después caminamos durante días para llegar a la tan esperada Cruz.
Nuestro regreso, fue exitoso. Al llegar al Sosneado, conocimos a Mauro “el chileno”. Christian debía regresar a Bs. As. y yo decidí quedarme unos días más. Fue entonces cuando llegó una propuesta más que importante e interesante. Tenía la posibilidad de volver al lugar en una cabalgata y conocer a algunos de los sobrevivientes. Y más aún. Ser una de las personas que les daba seguridad en cuanto a su estadía en la montaña, trabajando para Edgardo Barrios, quien desde hace 20 años, organiza cabalgatas al lugar. Y esta vez realizaba esta tarea para un grupo de producción de la BBC, que filmaría para un documental. Increíble ¿no? No lo podía creer.
Así fue que pude compartir algunos días en la montaña con Roberto Canessa, Moncho Savella, Fito Strauch y Gustavo Cervino. Compartí esos días inolvidables con Mario Pérez y Mauricio Guerra. Y daba comienzo a esta realidad que hoy sigue siendo un sueño. Desde entonces, hemos realizado varias salidas con Mauricio y hoy trabajamos juntos en expediciones al lugar.

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Montañismo

SONIA PROCOPIO, RÉCORD ACONCAGUA 360°

julio 24, 2020 — by Andar Extremo

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El día 27 de febrero de 2020 Sonia Procopio conseguía el récord femenino con 38 horas 23 minutos. Un récord que traía cola, ya que ella misma el año pasado había logrado pero al no tener foto de cumbre, no se lo dio por válido.Logró de esta manera superar el récord de la alemana SunnyStroeer, de 47 horas 30 minutos realizado en 2018. En una entrevista muy emotiva la Sanjuanina por adopción nos decía esto.

por Andar Extremo entrevista a Sonia Procopio, fotos Sonia Procopio

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Cómo tomaste este récord luego del discutido récord del año anterior?
Súper relajada, igual desde el año pasado lo había tomado tranquila, fue un desafío más que un auto récord, lo tome como una enseñanza. Desde mi corazón he descifrado lo que realmente me gusta unir dos disciplinas como el montañismo y el running, esto de hacer alta montaña en otros tiempos esta bueno. A nivel deportivo me hizo crecer mucho, ya que hice montaña todo el año, a partir de ese discutido récord del año pasado. En 2019 tuve muchas falencias no sólo, no haber sacado la foto de cumbre que te lo exige el mismo récord, sino que también lleve mucha ropa, la use mal, agradezco que solo tuve problemas en los ojos y no pasó a mayores. Y con el tema deportivo este año estuve más entrenada y muy bien asesorada por montañistas, deportólogos y nutricionistas. Me acompañó mucho la gente del Parque, el cariño de los guardaparques y montañistas fue fantástico, fueron claves en el apoyo para este récord, fue el último ascenso de la temporada o sea la última de ventana de buen tiempo y luego el parque cerraba.

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Cómo fue el récord?
Salí de Horcones y llegue a Plaza de Mulas en 4 horas, lo hice al revés que Matías SergoPesoa, porque hablando con los guardaparques iba a estar más cuidada de esta forma. De Mulas a la cumbre fueron 10 horas. A las 11 de la mañana estaba haciendo cima y cuando llegué no había nieve, me pidieron que tenga el mayor de los cuidados y mire para arriba, porque había avalancha de piedras y la semana anterior había muerto una mujer. La bajada fue increíble un día fantástico, el sol sin nubes y cuando llegué a Independencia fue la primera vez en la vida que vi el mar desde tan alto. Matías Jara mi compañero y montañista me acompañó toda la travesía, allí en Independencia se quedó un poco, estaba descompuesto y seguí sola. Casi todo el descenso fue corriendo, a veces caminaba por precaución para no tirar piedras, cuando pase la travesía y el Filo del Guanaco para llegar a Colera tipo 13 hs agarre la zapatillas e indumentaria de running y cruce para el otro lado. Este es el punto medio entre Plaza de Mulas y Plaza Argentina. Allí corría y corría y de repente en la bajada, perdí como dos horas porque me apareció un glaciar, tuve que ascender de nuevo, y en eso me ayudó el running porque en las carreras te surgen esas problemáticas y tenés que superarlas rápidamente. Así que luego de superarlo, vinieron Campo 2, Campo 1 y llegué a Plaza Argentina a las 18 hs, ya llevaba 24 horas. Tenía 10 km más a Casa de Piedra, donde hay un río con mucho caudal y unos arrieros me ayudaron a cruzarlo. Luego de unos mates con mortadela seguí camino. Era de noche me quedaba bastante para la ruta y se me quedó la linterna sin baterías, me alumbre con el celu y sabía que luego de unos árboles estaba Punta Vacas y allí estaba la ruta. Eran las 4 de la mañana y faltaban desde punta Vacas hasta Horcones y llegué a las 8:23 de la mañana entre gritos de euforia.

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Fué un desahogo?
El año pasado me generó mucha tristeza, porque no sabía lo que se juzgaba, se mezclaron varias cosas, no pude defender nada porque no estaba certificado el ascenso, casi pierdo la vida y tenía que hacer las cosas mejor. Y sabía que podía bajar el tiempo, si bien tengo falencias, el Aconcagua es muy duro y la bajada te pega piñas, te desorienta, el cuerpo retrocede. Y encima a nosotras nos cuesta más por la fuerza, no tenemos la misma fuerza que un hombre, estuvimos haciendo muchos análisis con Nicolás Miranda y me orientó en donde podía bajar los tiempos. Y con respecto a la gente de la montaña, la verdad es que respeto todos los deportes, hago todos los deportes y no me es fácil y si el año pasado exprese una visión que tenía en el camino hacia una persona en la revista Cumbre. Fue solo una metáfora dentro de una descripción, donde decía que venían con mochilas y mucha ropa asemejándose a un astronauta. Nunca lo dije agrediendo a nadie y si alguien se sintió agredido pido perdón. A mí a partir de ese hecho me dijeron barbaridades y me faltaron el respeto. Y vuelvo a decir fue sin intención de agresión, y la metáfora de “astronauta” lo aplique por lo pacífico que se mueve la gente en la montaña, porque llevan muchísima carga, porque suben en lugares imposibles, fue una visión de un deporte que es muy exigente. Me encanta la montaña, respeto y pido perdón nuevamente si alguien interpreto algo mal.

Cómo te hidrataste y que comiste en la travesía?
Hidratación, recuperadores musculares y comer bien cada dos horas fueron la clave en este récord. En alta montaña es solo líquido con proteínas y carbohidratos. En la cumbre comí dulce de membrillo. Tenés que tratar de comer porque gastas mucho, siempre comida caliente, mucho té, sopas, fideos, alfajores. Como máximo paré media hora, las demás veces fueron de 15 minutos.

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Fuera de la ropa de montaña, qué indumentaria usaste?
Yo corro con zapatillas North FaceEndurance, son comprimidas y duras, hay mucha piedra en el Aconcagua, te protegen y también son muy calentitas. Este año implemente la compresión, en piernas, te favorece a que las extremidades se pongan más ágiles y también use compresión en remera te sentís compacto. Iba con calzas cortas.

Te acordás el récord hasta este momento?
Si de la alemana SunnyStroeer, tenía 47 hs 30 minutos, fue la primera que lo hizo y me llamó por teléfono cuando batí el récord. Y previamente colaboró conmigo en el intento también, es muy buena persona, apoya a las mujeres para que se animen.

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Tenés alguna anécdota?
Fue algo muy extraño que me paso a unos 15 km de Punta Vacas en Casa de piedra, iba sola e iba cantando “El Bordo”, rock nacional. Cruzo el río, veo unas piedras, me doy vuelta y veo cuatro luces dos por un lado y dos por el otro. Pensé en los pumas y salí dos kilómetros a fondo, me chocaba piedras, me tropezaba, por suerte no pasó nada.

Agradecimientos
A mi dios, no soy muy religiosa pero creo que hay que agradecerle amo vivir, a mi madre que está en el cielo, que una vez se lo plantee y aquí lo tiene, a mi papá que es ciclista y el acercamiento que produjo la montaña con él fue enorme y Juan José Orrego el intendente de Santa Lucía donde vivo y a Juan, el Tano y Cristian que ordenan mi vida.

“Me encanta la montaña, respeto y pido perdón nuevamente si alguien interpreto algo mal”

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VIVEN, EXPEDICIÓN INVERNAL HOMENAJE, 40 AÑOS DESPUÉS EL MISMO DÍA DE LA CAÍDA

julio 14, 2020 — by Andar Extremo

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Nota editada en la revista Andar Extremo nº 26 mayo/junio 2013

por Ramón Ramírez Texto y fotos

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Bajando a cruzar el río Las Lágrimas

Introducción
Varios intentos para coordinar un grupo de amigos, pero una y otra vez, por diferentes cuestiones el grupo se desarmaba y la expedición se debía dejar para otro momento.
Una historia conocida, un punto en la tierra alejado de todo,toda la fuerza natural y la belleza implacable que siempre nos deja sin palabras y que solo nos lleva a contemplar silenciosamente cada detalle.
Este mágico lugar, lleno de energía, guarda en su memoria un suceso que genera sensaciones contradictorias por las características del accidente fatal que tomó la vida de varias personas y la grandeza del milagro de aquellos que gracias a la fuerza de voluntad, las ganas de vivir y el amor por sus seres queridos, han tenido la fortuna de haber regresado a la vida.

El Milagro de los Andes
El 13 de octubre de 1972 el Fairchild 571 impacta contra la Cordillera de los Andes a las 15:30 hs. Este suceso trascendió en el tiempo inmortalizando la historia y dejando la misma dentro de las historias de supervivencia más importantes e impactantes del ser humano hasta hoy registradas. De sus 45 pasajeros solo 16 lograron sobrevivir.
Fernando Parrado y Roberto Cannesa, en una expedición de rescate se enfrentaban al desafío de atravesar el inmenso blanco cordillerano en busca de alguien que les brindara ayuda, no solo a ellos, sino también a sus 14 amigos que habían quedado dentro del avión y quienes le habían encomendado dicha misión.
Pasaron 10 días y una imagen humana se confunde en la lejanía. Gritos, solo eso pueden transmitir, sin respuesta alguna. Al despertar del otro día, un baqueano, les arroja una piedra del otro lado de un río, donde ellos cuentan su historia. Inmediatamente fueron asistidos para luego volver en busca de sus amigos en la cordillera.
Fueron 72 días perdidos en la montaña, desaparecidos de la faz de la tierra para muchos, con vida para aquellos que todavía albergaban esperanzas en sus corazones, lo cierto es que el 22 de diciembre de 1972 tras la inmensa fuerza de vida de Fernando Parrado y Roberto Canessa, un grupo de rescate de la Fuerza Aérea Chilena llega al sitio del accidente y los devuelve nuevamente a sus familias.

Hotel abandonado
Hotel abandonado

Los preparativos
Desde del mes de diciembre de 2011 comenzamos a organizarnos para la expedición, armando el itinerario, las listas de tareas, comidas y todo lo que respecta a una expedición invernal. ¿Cuál era el Objetivo? Realizar una expedición homenaje al Milagro de los Andes, y llegar al punto del accidente el día 13 de octubre, misma fecha que hace 40 años atrás el avión impacta.
Pasó el año 2011 y para marzo de 2012de diez solo quedamos tres. Richard y Guille, dos titanes uruguayos que desde el principio estuvieron presente, y yo… que debo admitir pensé que una vez más todo quedaría en la nada.

La expedición
El amanecer del 8 de Octubre salimos rumbo a San Rafael, cargamos todo enla camioneta y emprendimos viaje. Llegamos a Mendoza por la tarde y buscamos un lugar para quedarnos adormir y a descansar por el tremendo viaje.
Partimos rumbo a El Sosneado(pueblo minero que queda al costado de la ruta 40 entre San Rafael y Malargüe) a las 10 de la mañana, con todo el equipo cargado y las inmensas ganas de estar en la montaña. Comenzamos a dejar atrás todo rastro de pueblos y personas, el viaje por el ripio generaba expectativas de cómo sería el camino más adelante ya que en la entrada no era muy buena la huella. Allí, la montaña se hacía presente en el horizonte y estábamos seguros que el gélido viento cordillerano se haría sentir. Desde el camino se notaban los filos nevados de los cerros y podía observarse el detalle de las nevadas de días anteriores que nos esperaban ansiosas para ver qué hacíamos en el terreno.
Llegamos a las 16:00 aproximadamente al hotel abandonado Termas del Sosneado, allí comenzamos a bajar nuestros equipos y decidimos que sería nuestro Campamento Base (C.B.). La tarde se hacía presente y el viento helado nos invitaba a quedarnos dentro de la carpa. Preparamos la comida y charlamos de nuestro itinerario, el clima de los días siguientes y nuestra travesía en la montaña. Luego de un rato el sueño invade nuestros cuerpos y de a poco vamos cayendo al descanso esperado.

Cerro Sosneado desde la ruta hacia el Hotel abondonado
Cerro Sosneado desde la ruta hacia el Hotel abondonado

9 de Octubre, día 1 de trekking
Un nuevo día se despierta, completamente despejado y caluroso, arrancamos a caminar despacio pasadas las 11 de la mañana. Por delante teníamos el primer río que cruzar,el Atuel. Cruzamos,el río a estas alturas viene por un valle muy ancho y se dividen del brazo principal en muchos más, son poco profundos pero están frescos y torrentosos. Desde el hotel abandonado hasta la primer subida teníamos unos 4 km, que por el cruce de ríos, el camino de canto rodado y por las veces que tuvimos que pasar de un lado y vadear a otro, nos llevó aproximadamente tres horas llegar al punto de descaso y de desnivel pronunciado.
Descansamos un rato mientras nos cambiábamos el calzado para poder iniciar el trekking. Guardamos las botas para cruzar ríos y seguimos camino. La primer cuesta se hacía pesada de a poco comenzamos a encontrar esta transición de la tierra y piedra a la nieve fresca y en este caso… muy blanda. Al hacerse las 17 hs decidimos hacer nuestro primer campamento volante. Cargamos con todo lo referente a comidas, carpas y equipo todo el tiempo con nosotros. La primera noche fue tranquila, la temperatura no bajaba de los -5°, el viento no era muy fuerte y la nieve debajo todavía era soportable.

Camino al glaciar
Camino al glaciar

10 de Octubre, día 2 de trekking
Al despertar nos encontramos con la primera sensación de estar en la montaña, la brisa fría que invade nuestro cuerpo por la mañana, el sol que se asoma detrás de las cumbres nevadas, los diversos colores que se observan a medida que pasan los minutos se transcurre de la sombra al reflejo intenso del sol y de la fresca mañana a la calidez de un gran día.
El camino que nos esperaba era teóricamente tranquilo, no debería haber inconvenientes porque si bien era largo las características iban a dejarnos caminar de manera segura y rápida. A medida que avanzamos nos encontramos con sorpresas, partes de nieve polvo acumulada que se hacían cada vez peor, momentos donde debíamos desviar el camino porque el suelo y la pendiente cambiaban continuamente. Estos fueron algunos detalles de este día que nos hicieron caminar todo el día hasta llegar al arroyo Rosado.
Armamos campamento al lado del arroyo rosado y comenzamos a preparar todo para tener agua y comida al anochecer antes de ir a dormir. Dos días de expedición donde tuvimos cortos trayectos pero de gran esfuerzo y eso nos daba la pauta de cómo se vendrían el resto de los días.

Campamento 3
Campamento 3

11 de Octubre, día 3 de trekking
Nos levantamos temprano y preparamos el desayuno, un té caliente con unos Galletones para comenzar la caminata, derretir nieve para las caramañolas y así tener bebida en el camino y a seguir. A esta altura, la huella típica del sendero que se debe seguir ya no estaba a la vista, entonces era en todo momento evaluar por dónde ir y hacer huella…
Este día fuimos pasando de la nieve poco profunda a sectores donde nos enterrábamos hasta las rodillas, luego del vadeo del Arroyo Rosado tuvimos una pendiente pronunciada en imponente bajadadonde los desprendimientos de roca eran visibles desde lejos y bastante peligrosas. Luego de dos horas aproximadamente llegamos a otro de los arroyos que nos acompañan en esta travesía, el Arroyo de las Lágrimas.
El Arroyo de las Lágrimas nace en el valle del mismo nombre, sitio donde ocurre el milagro de los andes, es agua de deshielo y podríamos decir que por la época del año si bien no trae mucha agua, cruzarlo es bastante complicado porque en partes esta tapado de nieve y es difícil saber si la nieve resistirá cada paso sobre ella.
En nuestro segundo día cruzamos el Arroyo Rosado, el Lágrimas y volvimos a cruzar el Lágrimas una vez más. Allí, estábamos en las cercanías del Campamento Barroso, este campamento es usado comúnmente en temporada de verano por las empresas que realizan cabalgatas al sitio del accidente. Decidimos seguir adelante. Nuevamente nos encontró la tarde y si bien no teníamos decidido caminar hasta puntos fijos, intentábamos llegar a sectores buenos para armar nuestro campamento.Terminamos de pasar la pendiente que está al lado del barroso y luego de dos horitas decidimos armar nuestra carpa.
Paramos este día cerca de las 17.00 hs. El sol comenzaba a bajar y el viento se ponía helado. Una vez que paramos, sin dudar, dejamos lasmochilas y con la pala de nieve a preparar el terreno de lo que sería nuestro futuro campamento. La nieve a esa hora se encuentra enetapa de transición donde la superficie pasa de estar completamente blanda a endurecerse de a poco hasta quedar como el asfalto. Esto sucede en cuestión de minutos así que intentábamos hacer nuestro trabajo de a poco y turnando tareas para que sea ligero emparejar el piso, los ladrillos y construir la pared que nos protegería del viento. Así, pasados los 30 a 40 minutosterminábamos de hacerlo. Luego tarea sencilla, a la carpa, a comer y a dormir.

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El mismo lugar cuarenta años después. Si observamos bien se puede distinguir la misma cresta de piedras, la que está arriba del avión, un poco a la derecha. Arriba, en la foto actual tomada más de cerca.
El mismo lugar cuarenta años después. Si observamos bien se puede distinguir la misma cresta de piedras, la que está arriba del avión, un poco a la derecha. Arriba, en la foto actual tomada más de cerca.

12 de Octubre, día 4 de trekking
Otra mañana que nos preparamos para salir de la carpa y perpetuar ese instante en nuestros recuerdos, imagen del día diferente pero la misma sensación de libertad, el viento helado golpeando el rostro, las botas frías, casi congeladas, entumecían los pies por lo que debíamos entrar en calor y ponernos en movimiento. Cada mañana armábamos la mochila dentro de la carpa mientras de a poco derretíamos la nieve y calentábamos el agua para el desayuno. Así, al salir de la carpa, solo nos quedaba lo último, desarmar, intentar controlarla para que el viento no nos arrebate la misma y poder continuar con la expedición. El terreno esta vez se dificultaba más porque continuamente encontrábamos sectores donde la nieve se debilitaba demasiado y nos enterrábamos hasta las rodillas y salir después de caminar arduo todo el día era muy cansador. Estuvimos caminando hasta las 16 hs aproximadamente y un poco más arriba se hacia sentir el viento… no solo por la fresca sensación de que se congelaban los dedos, sino porque la fuerza que tenía nos frenaba en movimiento y a veces sus ráfagas nos hacían detener por completo hasta que pasaran para que no resbalásemos y cayéramos al costado del camino.
Si bien la tarea de armar el campamento con sus paredes y el emparejamiento del terreno era tarea conocida, esta vez el viento dificultaba todo… porque traía consigo una lluvia de nieve que golpeaba con dureza. Hasta ahora, esta era la tarde mas fría y ventosa de todas… caminar era casi imposible y por momentos, el viento era tan fuerte que teníamos la sensación que caería nuestro muro sobre la carpa. Una vez terminada la tarea, rápidamente nos metimos dentro de la tienda y a descansar de todo el día de actividad. Guille en todo el viaje fue el cocinero elegido. Grandes cartas de comidas llevaba consigo… El arroz con sopa, arroz con verduritas… y el infaltable menú especial de “galletitas con picadillo”… La especialidad de la casa. Inolvidables momentos detrás de tan simples comidas. El descanso prosperó luego de la panzada exitosa en la velada.

Ramón  Ramírez en el mismo lugar que las fotos de arriba
Ramón Ramírez en el mismo lugar que las fotos de arriba

13 de Octubre, día 5 de trekking
Comenzaríamos a caminar ya en la última etapa antes de llegar al sitio del accidente. El inicio debería ser temprano para dejar las mochilas grandes y salir con las de ataque al punto de impacto. Al despertarnos teníamos la sensación de que la noche estuvo muy fría, pero como todas las mañanas comenzamos a preparar todo para salir. Armar la mochila, poner agua para el desayuno, desayunar y a calzarse para la travesía del día… entonces llegó la sorpresa.
Nos encontramos con todo lo que quedo en el ábside completamente congelado. Eran las 5 de la mañana y no podíamos calentar nada, ni las medias, ni el interior de las botas dobles y para peor… las mías al amanecer de este día también se encontraban congeladas… así que aunque insistía con calentar y golpeaba con ganas la punta…. Nada servía.
La bota pasó por todas las manos, cada uno con su fórmula inquietaque iba cambiando a medida que no servía… lo único que resultó fue poner más agua a calentar y esperar… después de que saliera el sol, como a las 7.30 hs decidí que no importaba… el sol en un tiempito calentaría todo… y las botas no serían tan frías!
Así fue como, teniendo todo armado en las mochilas, nos quedamos solo con la carpa armada para refugiarnos de la helada madrugada y tomar otra taza de té. Comenzamos a caminar a partir de las 8 am. El clima ayudaba bastante ya que durante el día era cálido y las noches no se ponían tan frías.
Los dedos de mis pies estaban ardiendo del frío que tenían que soportar por el hielo en punta de la bota, así fue durante unos minutos hasta que la bota comenzó a tomar el calor de mi cuerpo y de a poco descongelarse. A esta altura me dolían los pies por el frío y porque al estar congeladas, me quedaban más chicas.
La expedición en estos días nos había dado a todos un poquito de su dureza. Richard físicamente se lo veía bien y solo le dio el sol fuerte en la cara por lo cual se notaban sus labios un poco lastimados. Guille hasta el momento venía muy bien aunque a lo último comenzó a quejarse de una molestia en la rodilla que de vez en cuando aparecía. A mi el dolor de rodilla me venía desde el día anterior, y para colmo un dolor en el cuello cada mañana era insoportable…

Con rojo el punto de impacto del avión y el tobogán, con verde la expedición homenaje invernal
Con rojo el punto de impacto del avión y el tobogán, con verde la expedición homenaje invernal

Caminamos todo el día, pasar por encima del arroyo Lágrimas a esta altura, si bien no fue tan difícil porque estaba tapado de nieve, igual debía hacerse de manera cuidadosa ya que debajo de la nieve el rio corría muy fuerte y pisar en falso o que se rompiera estos puentes formados encima del mismo seria fatal. Luego del cruce, la subida fue por una larga y empinada lengua de nieve que nos acercaría hasta la mitad del camino. Pasamos partes complicadas donde caminamos al filo de una caída que parecía no tener fin, o para nosotros era mejor no pensarlo porque el final de la misma era contra la montaña de enfrente.
La parte mas complicada este día fue una hora antes de llegar al objetivo cuando nos paramos mirando hacia arriba y nos dijimos qué haríamos si una roca venía cayendo desde arriba hacia nosotros y como reaccionaríamos, basto decir eso que desde arriba a unos 50 metros, vemos aproximarse una mancha negra que, si bien no venía con gran velocidad, la iba tomando a medida que se acercaba a nosotros. Automáticamente nos miramos y quedamos quietos porque su lectura nos daba que pasaba unos metros delante de nosotros, de repente por esas cosas que uno no sabe cómo explicar, cambia de dirección y nos apunta y con gran sutileza pasa entre Richard y Yo, solo miradas y sin decir más que palabras ardientes… seguimos caminando.
Nuestras miradas lo decían todo pero una gran sonrisa dejó de lado nuestros pensamientos de – ¿que hubiera pasado si la roca…?- y seguimos camino. Tuvimos un descenso importante y luego la última parte de la subida atravesando el glaciar hasta encontrar un punto donde acomodar la carpa y no tener que sufrir alguna caída de rocas o nieve durante la noche.
Este día terminamos cerca del monolito a unos 150 mts más arriba, porque era el punto más seguro para descansar. Desde donde estábamos teníamos una vista estupenda del glaciar de las Lágrimas, no veíamos el monolito, pero podíamos observar el inmenso glaciar, el valle del Arroyo Las Lágrimas y el cerro El Sosneado cuyos atardeceres son increíbles.
Armamos el campamento más alto de la expedición a 3750 mts. Si bien no es de mucha altura, el terreno es bastante complicado por las distancias a caminar y la época del año. El frío todavía es intenso y el sol aparece muy temprano con lo cual la nieve permanece dura por pocas horas. Nuestro campamento se hizo sobre un lomo de nieve donde el viento le daba con fuerza y por lo tanto hubo que reforzar las paredes del refugio con dobles bloques de hielo cortados con la pala y cubrir todo tipo de ingreso de aire. Al finalizar parecía que nada podría derribar la barrera armada, y por suerte… así fue.
Durante la noche, conversamos sobre lo dura que había sido la jornada y el esfuerzo que demandaría la del día siguiente. Cenamos temprano porque el frio y el cansancio nos invitaban a descansar. Un clásico arroz con atún para cambiar de sabores y un rico chocolate de postre. De esta manera fue como nos despedimos hasta la mañana siguiente.

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14 de Octubre, día 6 de trekking
Suena el despertador a las 05.00 am. Despacito acomodamosel equipo y la mochila de ataque para salir en busca de los 4700 de la zona de impacto. Botas Dobles, Crampones, Piquetas, Cuerda… en ese momento las caras de mis compañeros notaban algún malestar significativo. Por el esfuerzo del día anterior los chicos me cuentan que les dolía bastante la cabeza, y que físicamente no estaban bien, a Guille además de dolor, no se sentía del todo bien y no podía subir al punto de impacto. En ese momento se generó un silencio donde pensábamos que hasta allí habíamos llegado.
Entre una y otra cosa conversamos de como estábamos, como nos sentíamos y cada uno exponía su situación, en ese momento les comenté que si bien sentía el cansancio de los días anteriores creía que podía realizar un intento al punto de impacto y que lo haría de la manera más segura posible priorizando el regreso seguro siempre. Después de esto el apoyo de ellos fue incondicional para que pudiera preparar una mochila liviana con agua y algo para comer en el camino. Se pasó un poco el tiempo para la salida al tener que derretir mucha nieve para el camino, así que a las 7.30 salí hacia el punto de impacto.
La ruta a seguir fue trazada de acuerdo a las circunstancias en tiempo y forma, la misma era la correcta aunque se veía bastante empinada también. Al retrasar la salida, tuve que tomar un camino un poco más exigente y caminar ligero para que el sol no complicara demasiado el camino. La primera subida fue por un lomo bastante largo que parecía no tener fin, una vez arriba del mismo la sorpresa de una depresión inmensa hacia un glaciar de aproximadamente 800 mts.

Punto de impacto
Punto de impacto

Pasar por allí solo, es una constante de preguntas sobre lo bueno o malo de esta decisión ya que las grietas solo se veían en pequeñas líneas casi insignificantes en el manto blanco que recorría el glaciar. Varias veces me pregunté qué estaba haciendo allí, solo.Pensaba en que solo dos días antes de nuestra expedición hubo una nevada grande en la zona y la nieve era nueva y por lo tanto no tan segura. Llevaba más de una hora caminando y había llegado apenas al inicio de la gran pendiente. La verdadera pendiente.
Comencé el ascenso aproximadamente a las 9 de la mañana, si la nieve se mantenía así en tres horitas llegaría al punto de impacto y regresaría al campamento aproximadamente a las 15.00 como había acordado con mis compañeros. La primera parte de la subida se hacía lenta pero sin complicaciones, solo miraba hacia arriba y estaba atento a cualquier cambio ya que a mí alrededor estaba lleno de piedras que caían desde arriba y no quería que ninguna me sorprendiera en la subida.
Una vez que pasé el primer tercio, el terreno se notaba más flojo y las botas comenzaron a hundirse en la nieve con lo cual aumentaba la dificultad, el esfuerzo y el cansancio. De tanto en tanto, cuando paraba a tomar aire echaba un vistazo hacia atrás a ver si podía encontrar el campamento de mis compañeros, varias veces hice esto, quería que ellos me vieran para que sepan que estaba bien y se quedaran tranquilos. Pero a esta distancia yo ni siquiera llegaba a ser un punto negro en la nieve… todo se confundía.
Seguí caminando, ascendiendo, mirando una y otra vez hacia el campamento, continuaba y cada vez más el sol entorpecía mi avance, la nieve se volvía más blanda, mis pasos profundos y el viento con sus ráfagas repentinas invadían mi tranquilidad. Al llegar a la mitad del camino, en algunos pasos las botas desaparecían y mis rodillas quedaban clavadas en la nieve. Hasta aquí no había visto la carpa ya que estaba muy lejos, tapada por una pared de nieve extensa.
Cuando se hicieron las 11.00 de la mañana y me encontré recién a mitad de camino sabía que no volvería para la hora calculada y solo quería avanzar para ver a mis compañeros y hacerle seña de que todo estaba bien para que no se preocuparan. El buen tiempo iba de a poco cambiando encima mío y las nubes pasaban muy cerca, además de las ráfagas pesadas de viento. Tenía que acelerar el paso un poco más.
Seguí avanzando y pasado el medio día ya era un esfuerzo constante, respirar, contar pasos, controlar tiempos de descanso y ver lo poco que faltaba. A este ritmo serían unas dos o tres horas más contemplando que la pendiente se hacía más intensa y la nieve más blanda. Hasta que vi claramente la zona de acampe, no podía distinguir la carpa así que saqué una foto aproximada y después la acerqué con el zoom de la cámara. De esta manera pude ver el campamento. No a los chicos pero si el campamento y eso… me dio fuerzas para seguir avanzando un poco más.
Avancé por el borde de unas rocas porque la nieve se había puesto imposible, caminar con los crampones se hacía complicado pero seguía siendo más seguro y rápido que por la nieve. Caminé alternando la roca con la nieve, la pendiente era aún mayor y estaba muy cerca de un borde rocoso donde podía subir y tomar un poco de agua y comer algo. Controlé la hora, eran las 14.00estaba sentado en una roca a 500 mts aproximadamente del filo y, si mal no recuerdo, después debía caminar por el filo unos 300 para la zona de impacto. Tomé un respiro, observé todo a mí alrededor.

Cruce del arroyo Las Lágrimas
Cruce del arroyo Las Lágrimas

Escuchaba como el silencio profundo de la montaña se transformaba en pequeños silbidos por el fuerte viento, como se escuchaba aproximar desde el valle hasta llegar al filo y allí se dejaba ver cuando mostraba esos torbellinos de nieve y aire en cada cima cercana. Veía como desde el oeste aparecían nubes que iban pasando sobre los cerros y quedaban estancadas sobre el valle justo sobre nuestra tienda, nuestro camino.
Allí sentado, tomé mi tiempo para pensar y decidir lo mas difícil… el regreso. Ya habían pasado las 14.30 y todavía no había llegado al punto de impacto, desde donde, seguramente tardaría una hora y media más según el ritmo que llevaba. Pero llegar no era el asunto sino volver, con el mal tiempo que se avecinaba, poca agua y apenas unas pasas de uva y caramelos de miel. Y entonces, decidí regresar.
El frío se hacia bastante complicado y por la pendiente todo el camino se desprendían pedazos de roca y techos de nieve. Las nubes estaban cerca y con ellas el cálido día se veía amenazado. Lo que tardé en subir en cinco horas, la bajé en una… despacio para no tomar velocidad y caer pero igualmente era muy rápido porque la pendiente no dejaba opción. Lleguéal pie del glaciar y el primer paso fue con muchas dudas, la nieve estaba muy floja para mi gusto.
De ahí en más cruzar el glaciar fue bastante lento ya que la primera parte tenía una leve bajada y la segunda su pequeña subida. Una vez que pasé ese lomo, todo era en bajada, fue extensa y parecía interminable. Sabía que el campamento estaba detrás de una lengua de nieve que veía desde arriba pero… cada vez se alejaba más y parecía que dar la vuelta a esa lengua nunca terminaría. Hasta que la vi, armadita y todavía en pie y al costado de ella a mis amigos!!!.
Habíamos quedado con ellos que volvería para las dos de la tarde y seguiríamos de largo regresando hasta el campamento siguiente. Por mi retraso,al no saber nada de mí, habían comenzado a preparar todo para ir a buscarme. Richard y Guille, excelentes amigos y además grandes compañeros de montaña. Esta es una de esas cosas que genera la montaña. A ellos los conocí hace unos años cuando los acompañe a un trekking al Cerro Volcán Overo y desde allí hemos intentado realizar alguna travesía junta. Cosa que no me arrepiento para nada.
Así fue que nos encontramos en el campamento aproximadamente a las 17.00 hs, luego de diez hs de trekking nos abrazamos y reíamos haciendo chistes sobre la búsqueda que jamás se llevaría a cabo. Entonces me muestran un aislante al que habían escrito con un pedazo de chocolate que sacrificaron por dejar una nota en el caso de que fueran a buscarme y yo apareciera por otro lado después. Y ¿saben lo que significa un chocolate a esas alturas no?
Rápidamente nos metimos a la carpa porque la tarde sin el sol se ponía muy fría, las nubes se posaron sobre el campamento y de apoco rodearon el valle. Cenamos y a descansar para regreso a casa. Mientras esperamos dormirnos comenzábamos a recordar los gustos de las comidas ricas que uno quiere sentir nuevamente al regresar a la civilización.

Primer día de trekking
Primer día de trekking

15 de Octubre, día 7 de trekking
El día amaneció despejado y temprano preparamos todo para salir a caminar. Decidimos caminar y pasar directamente al primer campamento.El descenso fue bastante rápido, el cruce de los ríos y el sol intenso hacía que una vez másla nieve se ablandara y nuestras botas se perdieran en cada paso dentro de la misma. Caminamos muy duro ese día recuperando al pasar por cada campamento los residuos que habíamos dejado para ese fin.
Pasamos por el campamento tres, cruzamos una vez más un río, luego otro y nuevamente un campamento que nos recuerda alguna noche atrás, el campamento dos. Poco a poco nos alejamos de la cumbre, del glaciar y cuando allá arriba todo era un manto blanco, cuando aquello que todavía estaba bajo nuestros pies era nieve… se veía en el horizonte que el paso de los días de calor había dejado su huella allí abajo. En un instante pasamos de estar pisando sobre hielo y nieve a los arbustos espinosos de la zona que se acercaban despacio a la superficie.
Apenas pasamos el campamento dos, nos dimos cuenta que no llegaríamos al Hotel Abandonado de un solo tirón y decidimos acampar una vez que cruzáramos el arroyo rozado. Allí teníamos agua cerca y reparo del viento. Al llegar calentamos agua, tomamos algo calentito y a descansar.

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16 de Octubre, día 8 de trekking
La mañana siguiente nos levantamos muy cansados, lo peor por delante ya no era la gran montaña sino la última parte del camino que son unos 2000 mts de canto rodado para cruzar el Río Atuel.
Desde donde estábamos podíamos ver el punto donde estaba el Hotel abandonado, pero era diminuto en el horizonte. Casi al final del trayecto, del descenso, tuvimos un susto importante ya que Richard iba delante del grupo y vemos como desaparece detrás de su mochila, y en este caso no fue como el conocido dicho… que un tropezón no es caída, esta vez si lo fue. Por suerte para todos solo fue un raspón de manos y un golpe en el brazo por amortiguar la caída.
Llegamos al canto rodado, dentro de esta extensa planicie de rocas redondas, planas y de diferentes tipos que son arrastradas por el rio, hay varias lengüetas de agua que se van formando por los arroyos y las caídas de agua transitorias formadas por el deshielo. Todo esto, alimenta al Atuel, que más adelante deberíamos cruzar. El caudal de agua es mucho más intenso de cuando pasamos hace 6 días atrás.
Una vez al costado del rio, fuimos buscando zonas bajas para poder cruzarlo y vadeamos el mismo de isla en isla para que no nos arrastrase la fuerza del agua, cruzamos el rio en cuatro partes profundas apenas por encima de las rodillas, de 3 a 5 mts de ancho, no era profundo pero si muy torrentoso. De esta manera terminamos de cruzar el último rio de regreso y unos 1500 mts nos separaban del Hotel Abandonado.
Caminamos arduamente para llegar cuanto antes al Hotel Abandonado. Durante los días de estadía no habíamos tenido contacto con la gente y los primeros en vernos fueron los gendarmes de una patrulla que andaba por la zona. Nos miraron desde arriba en el camino y nos pidieron parar, se acercaron… nos miraron de manera extraña, tomaron nuestros datos, nos miraron mas extraños aun y comenzaron a preguntar. ¿De donde vienen?, ¿cuando salieron?, ¿de donde son?, ¿porque vinieron?, ¿a quien avisaron?, y muchas preguntas mas. Al final nos dejaron seguir camino y recomendaron tener cuidado.
Así como llegamos al Hotel abandonado tiramos las mochilas y calentamos agua para unos mates. El mate, la yerba y el termo quedaron en la camioneta durante nuestra estadía. Comenzamos a acomodar los bolsos, cambiarnos y conectar todo en la camioneta para salir hacia El Sosneado. Varias veces arriba, en la montaña, habíamos hablado de los ricos panes de “Jamón del Medio” y mejor aun cuando se transforma en Sándwich al ponerle jamón y queso. “Jamón del Medio” es una proveeduría de regionales que se encuentra en el pueblo El Sosneado, al costado de la ruta 40, que comunica Las Leñas y Malargüe con San Rafael.
Partimos hacia San Rafael y dejamos atrás la montaña, allí pasamos grandes momentos y nos traemos los mejores recuerdos. Esta expedición que nace a partir de una idea, que poco a poco se fue transformando en un objetivo, en una necesidad de hacerlo nos ha demostrado una vez más que aquello que sucedió hace 40 años fue un verdadero milagro.
Muchas veces las ganas de vivir nos hacemás fuerte, los afectos nos movilizan a hacer cosas increíbles y el amor nos permite actuar con el coraje necesario para vencer las adversidades. A veces vencemos y otras sirven para no quedarnos con la duda de lo que podríamos haber hecho. Allí en la montaña aprendimos a compartir, a confiar, aprendimos del otro, a disfrutar de un tiempo sin aquello que en las ciudades abunda, de lo que tanto estamos acostumbrados, de las comodidades. Aprendimos a mirarnos dentro de si mismos, a tomar decisiones importantes para volver a casa y dejar de pensar en nosotros, a cuidarnos el uno con el otro. Por esto y mucho más esta expedición fue completamente exitosa.

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Saludamos a aquellos a quienes dedicamos este homenaje, a los que lograron sobrevivir del infructuoso ya quienes perdieron la vida en él. Queremos decirles que lejos estuvo de parecerse a lo que pudieron haber vivido, pero sí ellos nos movilizan a esto y es porque simplemente su historia es parte de muchos de nosotros y de tantas personas que hoy encuentran un lugar en esta historia.

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CABALGATA
Cabalgata al avión de los uruguayos Viven 2014. Información 011 156 493 9054 andesnuestros@hotmail.com

Montañismo

ACONCAGUA 360º, RÉCORD MATIAS SERGO PEZOA

julio 7, 2020 — by Andar Extremo

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El día 11 de febrero de 2020 Matías Sergo Pezoa conseguía superar su propio récord del año 2018, de 27 hs 2 minutos 58 segundos, con un tiempo de 25 hs 23 minutos 58 segundos. Un récord trabajado, con muchas ganas y con una fatiga grande producto de los porteos de los días anteriores. En una entrevista muy relajada el porter mendocino nos decía esto.

por Andar Extremo entrevista a Matías Sergo Pesoa fotos Matías Sergo Pezoa

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Además de batir tu propio récord subiste 13 veces a la cumbre del Aconcagua este año?
Sí í bastante, se hizo pesado, en el récord anterior de 27 horas en 2018 con las 10 cimas, había sido aceptable pero esta vez con trece costo más.

Ya tenías el récord, con todo lo que lleva una movida así, decidiste auto superarte?
La verdad que me quedó la espina de la vez pasada, no sé si te acordás que tenía una lesión en la inserción del bíceps femoral, a la altura de la rodilla y estaba convencido de que la vuelta se podía hacer en menos tiempo e incluso podría seguir superandolo. Yo pensaba exactamente en 22 horas y le puse 25 hs 23 minutos. Anduve bien con la pierna, tuve que adelantar el día, tuve menos días de descanso. Estuve muy fatigado, mi fatiga se produjo porque los días 7 y 8 de febrero subí con 40 kilos a los campamentos de altura. Baje de los 5500 msnm después de llevar esa carga del Campo 1 a Campo 3, baje a Penitentes recorriendo 60 km ese día. El día 9 descanse y el 10 de Febrero a la noche arranque, solo fueron 45 horas de descanso. Pero es así, si no lo hacía en ese momento más adelante se iba a complicar para hacerlo, porque el Parque cerraba, encima venía una racha de mal clima de no menos de 5 días, era en ese momento, sino no iba a ser.

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Entonces, estabas súper convencido del auto récord?
Sí, estaba convencido, motivado, concentrado, ya había hecho demasiadas cumbres hasta ese momento. Estuve muy contento con varios tramos, sobre todo el ascenso hasta Plaza Argentina que le había bajado unas tres horas, que es un montón, llegando allí en 9 horas. De ahí para arriba que es mi fuerte estaba muy fatigado. De hecho cuando salí de penitentes ya me dio el cuerpo signos de fatiga pero tenía tantas ganas, que salí rápido.

Te sentías reconocido por tener el récord anterior?
La verdad que no, en realidad no me interesa mucho el reconocimiento pero me molesta que se hagan eco de una victoria o se hagan parte como que colaboran con algo, cuando no lo hacen. Hay medios que pusieron que había tenido ayuda de la provincia y en realidad no fue así. De hecho Dirección de Parques me puso trabas económicas en esta ocasión, la vez pasada fue de que no me querían dejar entrar para hacer la vuelta Tuve que poner bastante dinero, el récord anterior no tuve que poner nada. También pagué un doble seguro que me cubría evacuación, cuando la verdad es que la evacuación la hacen los mismos compañeros. Hubo gente que me ayudó pero fue mucho a pulmón, me ayudaron con el tema de la logística y estoy más que agradecido, es el caso de Lanko Alta Montaña la empresa que trabajo porteando, ellos me gestionaron toda la entrada al Parque y me iban comentando las trabas que ponían, siendo que ya tenían precedentes porque el record era mío. Trabas ilógicas de decir que un permiso iba a salir cuando el parque está cerrado. Pero bueno es así y por suerte ahora se ha acercado la Subsecretaría de Deportes de Mendoza para ver si pueden participar en la próxima.

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Cómo lo viviste este récord?
Muy diferente, ya teniendo un registro uno se pone más detallista, desde mi profesión que soy profe de educación física me critique mucho el tema del descanso. Creo que fue más emotivo el primero y en esta ocasión estaba muy eufórico al principio, pero luego cuando empecé a fatigarme sabía que faltaba más de la mitad, tenía que hacer cumbre, pero estaba convencido que tenía que terminar la vuelta. Bajando fue un esfuerzo gigante estaba muy extenuado, si hasta la última gota de lo que tenía tuve que dar. El récord anterior me sentí entero al finalizar y esta vez llegue fundido no tenía ni expresividad en la cara, la verdad que fue muy trabajado.

Qué es lo que comes y tomas en esas 25 horas?
El tema del agua exactamente no lo sé, pero más o menos de 8 a 10 litros, bebida deportiva más de 5 litros. Cuando uno sale a realizar esfuerzos grandes tiene que siempre haber probado lo que toma y lo que come, es una ley. En lo que respecta a la comida salí con lo justo y necesario, unos frutos secos y unas barras de cereales, más la bebida. Y recién a las nueve horas de recorrido, en la primera parada tuve una alimentación más contundente. Bife magro y un poco de arroz, no es para llenarte solo para recuperar energías. Luego alguna ración mínima de marcha y la segunda parada fue en Plaza de Mulas a unas diecinueve horas de la partida. Y de allí a Penitentes no pare más, pero tuve unos dolores de panza interesantes. Estaba cansado y desbalanceado, se me juntó todo. Solamente hidraté.

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Te quedaste mucho en la cumbre?
Esta vez estuve un poco más que la vez anterior, habré estado unos 25 minutos o media hora, la verdad es que necesitaba un poco de aliento para mentalizarme y hacer la bajada. Porque en realidad la bajada se hace casi toda corriendo o por lo menos de la Cumbre a Mulas. Trote en la mayoría del recorrido, hay unos buenos sectores de acarreo que te permite soltarte, el resto la mitad caminando rápido. Un 65 % corriendo habré hecho porque estaba extenuado.

La bajada es el punto clave para bajar el récord o con esas tres horas de subida eran suficientes?
Esa parte que te decía, era para correr al 100% el terreno, la bajada era también un lugar para bajar los tiempos o por lo menos estaba contemplado. Y si bien bajé los tiempos en la subida y en la bajada, en lo que fallé realmente es en lo que más fuerte me considero que es la parte de altura. Al estar tan cansado me costó muchísimo, desde Plaza Argentina a la cumbre, le calculaba de 4 a 5 horas y media. El récord anterior lo hice en 5 horas y cuarto, y en este demore 7 horas y media con el tiempo que me quedé arriba. Creo que ahí estuvo la falla en no bajar las 24 horas el récord.

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Tenés alguna anécdota interesante?
Fue muy importante para bajar el tiempo y contar que si bien la mayoría lo recorrí solo, el cerro estaba bastante vacío. Llegando a Confluencia, faltando unos 25 kilómetros, me encontré con unos amigos y me impulsaron y alentaron para que siga con todo. Ese hecho fue crucial, me motivó muchísimo y medio el power necesario para poder terminar. Me sentí muy acompañado y me dieron la energía necesaria para poder correr íntegros esos últimos kilómetros.

Estaba sin nieve el Aconcagua?
Sí, no he visto otra temporada como esta, sinceramente el cerro está bastante pelado y el invierno estuvo muy tranquilo, nevó poco. Los manchones de hielos permanentes están desapareciendo es preocupante el tema de los glaciares como van retrocediendo. El agua está perdiendo muchísimo caudal y esto trae consecuencias en el clima. Se pone más crudo, se siente mucho más el frío y también se siente mucho más el calor, temperaturas bien marcadas Y de todas las cumbres de esta temporada, fue una de las más frías que viví. No sé si fue por el cansancio acumulado o por el clima pero estuvo muy frío y se transforma en tan penetrante que te cansa mentalmente.

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Qué opinas del récord femenino que se batió esta temporada?
Justo cuando estaba cerrando la temporada fui con mi mujer, que iba a hacer su primera cumbre y a Sonia Procopio la cruzamos a 50 metros de la cima. Al principio no la distinguí, pero cuando bajamos confirme que era ella y que había podido bajar el tiempo y a su vez validar el récord que no había podido el año anterior por no tener la foto de cumbre. La vida siempre tiene revancha, yo nunca discutí su condición física y sí critique la forma, algunos comentarios y la condición de querer imponer algo que no estaba documentado. En vez este año fue diferente, fue más sutil, más tranquila, premio al esfuerzo, al trabajo, muy merecido.

Agradecimientos?

A mi esposa que me hace el aguante, Norma Escudero, que sufre más que yo, adelgaza más que yo, me espero en el campamento base con la mejor onda, también agradezco a los chicos de Lanko Altas Montañas. Los compañeros porters que me dejaron cosas en altura, las botas, camperas y bebidas en la travesía. A Oscar Agüero y Matías Moreira y a la gente que trabaja allá arriba: doctores, porteadores, campamenteros y también los chicos que trabajan en Penitentes con Lanko que estuvieron expectantes en toda la vuelta.

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Salida 10/2 21:15 hs Cumbre 11/2 14:10 hs Llegada 11/2 22 40 hs

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“La cumbre no es nada, lo importante es recorrer el camino y dar lo mejor de uno”

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Montañismo

Mariano Galván, Récord Argentino de ascensión en el Aconcagua por la Pared Sur 2010

marzo 30, 2020 — by Andar Extremo2

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En Enero de 2011 en la Revista Andar Extremo n° 12 de la mano de Gonzalo Rivarola de Garmont, sale el primer relato de Mariano Galván quien había hecho el récord argentino non stop en 34 hs en Febrero 2010. Si bien el francés Bruno Souzac tiene el récord absoluto con 22 hs, el mendocino Felipe Randis en febrero de 2018 logró hacerlo en 29 hs 56 minutos.

por Mariano Galván textos y fotos

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El escalar la pared sur siempre es el sueño de todo andinista, o por lo menos así lo creo yo. Quien ame la montaña no puede dejar de subyugarse y enamorarse de esta pared que lo tiene todo: hielo, nieve, roca, avalanchas, etc.
Es difícil imaginar cómo han abierto rutas en tal demencial pared, eslovenos, franceses, argentinos, norteamericanos han soñado y han plasmado sus hazañas en esta pared. Hoy me toca a mí, repetir una de las rutas más clásicas de esta pared, una de las más bonitas, para mí por su linealidad, la ruta de los franceses, variante Mesnner. Aunque también una de las más expuestas a las avalanchas por ser la variante Mesnner, cuyo tramo final es un embudo y una pala colectora de nieve. Es la más directa luego de la de los eslovenos que sale a la cumbre sur.
La idea de escalar la pared surge luego de la última temporada, donde junto con unos amigos (Fernando Arnaudi y Ariel Dicarlantonio) escalamos el filo Sur Este y desde donde pudimos observar la magnitud de la pared sur en todo su esplendor desde muy cerca. Además, la dificultad de la ruta realizada el año pasado nos daba para soñar con ser capaces de realizar una ruta en la mítica pared sur.
Este año, si bien ya me había recibido como guía de alta montaña, opte por el trabajo de porteador, muchos no se explicaban porque. El motivo era sencillo, primero: ponerme tan fuerte como fuera posible subiendo y bajando con cuanto quilo de equipaje encontrara (lo que a ojos de mucha gente que no tiene idea de la montaña pareciera ser avaricioso), pero en ningún momento portee, lo que hacia era entrenar, sumar kilómetros de desnivel, agotarme y volver a salir al día siguiente, y cuando tenía un día de descanso entrenar en otro tema o ir a sacar fotos a través del delicado col que une plaza argentina con plaza francia. Segundo, tener tiempo para dedicarme a escalar en hielo en las diferentes cascadas que se encuentran en Plaza Argentina, necesitaba sentirme más que seguro en el hielo, no debería de sentir miedo al acercarme a algo tan delicado cambiante como es el agua en estado sólido.

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Donde hasta los más fuertes escaladores en roca reconocen sentir desconfianza y para nada cómodos en ese ambiente. Como una vez dijo Fer Arnaudi: “uno desde chico se sube a todos lados, a las piedras, a los techos, a los árboles, etc. … Pero en el hielo no tenemos nada que hacer, lo esquivamos,…”. Tercero, debería tener la libertad para poder irme cuando el clima estuviera bueno y poder cruzarme por el col hacia Plaza Francia, eso era lo más importante, una ventana de clima de unos cuatro días, para poder ir, descansar y estudiar la pared , y finalmente adentrarme en la sur un par de días.
Aquí estaba el problema, durante enero no me sentía lo suficientemente confiado y decansado para poder ir, luego febrero vino con un clima muy feo, además el 15 de febrero la empresa para la cual trabajo desarmaba el campamento. Y no tenia mucho sentido quedarse ya que el pronóstico extendido decía que febrero iba a ser muy ventoso. Debería resignar mis ganas de subir la pared, no quería que las ganas se transformaran en obsesión y que pagara el precio de la misma. La dejaría pasar, total, no tengo nada que demostrar a nadie, a nadie le interesa si escalo la pared o no, solo a mi. Fue ahí cuando como por arte de magia el clima se calmó, era como si mis ansias, mi tensión por querer forzar algo se reflejaban en un clima hostil, cuando baje la guardia y me olvide, ahí, la montaña me invito a entrar.

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El 10 de febrero vuelvo de portear, y había observado que días anteriores el clima había estado muy bueno, me acerco hasta lo de mi amigo Mauricio Pareras para preguntarle acerca del pronóstico, la respuesta fue de 20 a 25 Km/h y cielos despejados por los siguientes tres días. Eso era lo que necesitaba, un día para cruzar y dos en la pared, eso era todo. Aunque sabia de las críticas de colegas que me decían “eso es muy poco.. pensá en más días 3 o 4 y si sale en menos mejor. Pero 2 es muy poco…”, bueno.. por suerte se equivocaron. En seguida comencé a recolectar lo que necesitaba, nuevamente Mauricio me ayudo en eso, me prestó una mochila chica y liviana, una funda de vivac, un calentador especial (Jet Boil), carga de gas, un aislante que cubre nada más que la espalda, una mochila liviana (North Face Propeth). etc. Debería ir con lo mínimo, no llevaría bolsa de dormir, ni carpa, nada, solo lo puesto, campera de Duvet, pantalones de PrimaLoft, y la ropa que me había dado mi sponsor Garmont (interiores, cubre pantalón, chaqueta, micro polar, etc.), para las manos: interiores, guantes de gore-tex, y mitones OR de primaloft. En el arnés llevaría: 1 mosquetón con seguro, 4 simples muy livianos Mammut, 1 T-block, 1 anillo de 60 cm de dynema, 2 tornillos de hielo, y 2 clavos, cordines para abandono un par y una cuerda de 30 metros para rapelles o para subir la mochila.
En cuanto a la comida también fue muy poco lo que lleve, unos 6 power gel, 6 barras de proteínas, jugos isotónicos, y alfajores, palitos salados, galletas, pate, etc. No lleve comida liofilizada. Cabe destacar que los power gel, y los bar, más las bebidas isotónicas con taurina y esas cosas, hay que probarlas bien antes de decidir llevarlas, la bolsa que contenía esas cosas volvió casi intacta, la tolerancia en la altura es de casi cero. Ojo con eso… hubiese preferido llevar más palitos salados!!!.
Listo, adormir, los nervios no me dejaron hacerlo y emplee ese tiempo para repasar de no olvidar nada, pero también, para acrecentar mis miedos. Cuando habían pasado unos minutos de haberme ido a dormir, viene Gastón y me dice que hace un rato Gabriel Fava y Anibal Maturano estaban en la pared y que se habían comunicado y que estaban bien. Eso me tranquilizó un poco, saber que había alguien por ahí, era un poco más tranquilizador, un poco, aunque ellos iban a estar mucho más delante que yo.

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El día 11 de febrero comenzó temprano a las 5 am, desayunar, terminar de chequear todo y salir hacia el col, antes de que los guardaparques me pudieran ver, ya que el paso que use es zona intangible, la declararon así por la peligrosidad de la misma, ya que acorta mucho los tiempos para salir de plaza argentina hacia confluencia, y de ahí a la ruta, motivo que si la comenzaban a emplear mucha gente, se corre el riesgo de que sufran accidentes. Recordemos que hace muchos años atrás un porteador sufrió un accidente que termino con su vida, por cruzar por esta zona.
Por suerte a mi no me sucede nada, desciendo por la misma y me encuentro en Plaza Francia, el día es perfecto, calor, sin nubes, ni viento, y todo el esplendor de la pared sur.
Busco lugar para acampar, las pircas de Plaza Francia no me convencen, necesito estar más cerca de la pared, me acerco bastante hasta la base, el día siguiente iba a ser largo, no quería regalar nada, me acerco al canal donde caen más avalanchas y encuentro unas rocas que me ofrecerían la protección necesaria en caso de una avalancha, o eso creía yo, jeje. Tengo tiempo para secar mi ropa, y sacar fotos del comienzo de la pared, la cámara que compre recientemente me ayuda, tiene un zoom que me permitió descubrir rastros de cuerdas dejadas en antiguas expediciones, me aclara un poco el confuso panorama que se me presenta para entrar a la pared.

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Nuevamente me acuesto a dormir con un colchón de temores y de dudas, se que la muerte está acechando en esa pared y que alguien solo es un candidato perfecto. No creo tener la suficiente experiencia para encarar la pared, pero creo que los deseos y el haberlo soñado tanto tiempo, me pondrán a salvo de los riesgos, asi y todo no estoy del todo convencido, me duermo con mucho miedo. A veces el miedo te mantiene vivo, me consuelo con eso también.
El día 12 comienza a las 2:30 am preparo un café para el desayuno, meto todo en la mochila y a las 3:30 salgo en una noche muy oscura sin luna, hacia el puente de hielo que se encuentra en la base del canal de las avalanchas, luego de esto no se si es piedra tipo lajas o que me voy a encontrar. El hielo se hace notar por debajo de una delgada capa de graba y tierra, encuentro unos tornillos de hielo, estoy en el camino correcto. Ese era uno de los tantos miedos que tenia: y si me pierdo?? pensaba, si me equivoco de canal, etc, y la respuesta de mi cabeza era la siguiente: “… se han muerto de avalanchas, congelado, caído, etc.. pero ninguno se reporto perdido”, consuelo?? Que se yo… me sirvió en ese momento.
Dejo de escalar en hielo, pero aún con mis crampones puestos sigo escalando unos V de una mala roca sedimentaria, en el silencio de la noche escucho como se desprenden y ruedan grandes pedazos de roca así la rimaya que se encuentra al final de la pendiente en la que me encuentro, “no quisiera correr la misma suerte..,” pienso. Trato de diseñar una ruta en base a las fotos y a las figuras que apenas se vislumbran, en un lento amanecer. Por un lado quiero que se retrace todo lo posible el amanecer, el hielo sobre el que estoy parado es firme y quiero que así siga. Por otro lado el no ver desespera un poco.
Alterno la escalda en roca, con pequeños verglass, así iba a ser hasta superada las areniscas. Finalmente aparece la luz y con ella los primeros restos de cuerdas abandonadas por viejas expediciones, las cuerdas de nylon trenzado y algunos restos de cáñamo, la mayoría pegadas al suelo y atadas unas a otras. Se que no las debo tocar, tengo el vivo recuerdo de que hace un tiempo atrás Luis Tarditi cuando estuvo en esta pared se tomo de una de ellas, le provoco un vuelo significativo, que por suerte, al tener a su compañero Quique no paso más de un susto. Así que esa era la consigna, nada de cuerdas.

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La mañana aparece calma y mis miedos comienzan a disiparse, me siento más tranquilo, sigo escalando IV y V cortos, todo va bien hasta que se comienza a vislumbrar la entrada a las Grandes Torres, la piedra es de pésima calidad, escamas de una laja fracturada se esparcen por una pendiente amenazadora. Mucho cuidado en esta parte es muy delicada, si bien la reunión que se ve en la entrada de las chimeneas esta cerca, hay que recordar que esta pared no regala nada. Finalmente, llego a la reunión y me aseguro rápidamente, esa iba a ser mi prisión por 45 min., decidiendo si continuaría o no, “ es muy pronto para volverme” pensé, pero tampoco quería cometer estupideces. Estudio el arranque de ese largo, dejar la mochila para subirla después, era imposible hacerlo solo, se engancharía por todos lados. La caída potencial, de unos diez metros, crampones puestos, mochila de contrapeso, y un paso muy atlético por delante. Tomo aire, me suelto de la reunión y concentro todo mi peso en las puntas frontales de mi crampon izquierdo, mis gemelos arden, la mano empotrada en un fisura. La adrenalina hace el resto, logro meterme en la chimenea, realizo otros movimientos y me sostengo hasta con los dientes, la piedra por la izquierda de la chimenea es una serie de escamas muy delicadas, por la derecha la roca es mejor. Veo unos clavos viejos y me dirijo lo más rápido hacia ellos, no se cuanto más me soportaran los ya cansados gemelos. Coloco la cinta margarita y me aseguro de que los clavos oxidados resistan. Nota: en este sector se encuentran unos cuatro clavos, que a mi parecer si bien estaban oxidados, son de fiar. Al final de la primer chimenea se encuentra una reunión bastante buena. Primer largo unos 15 metros. Es más tirando a un diedro ancho, más que una chimenea. Nada de cuerdas, ni rastros de ella.
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Aquí hay que realizar el cruce a lo que se podría llamar una repisa, a partir de aquí hay algunas cuerdas viejas, que si se les realiza un Prousik o un Machard a ambas cuerdas, pueden otorgar alguna protección, seguirán encontrando algunos clavos, pero un poco más distanciados. Cuidado con los nuevos cordines y cintas de dynema, no frenan como uno esta acostumbrado con los otros materiales, es preferible los tradicionales, el dynema y el nylon no se llevan muy bien (eso es lo que yo experimente). El siguiente largo es de chimenea pura, escalarlo sin grampones seria mucho mejor, la goma de las botas andarían bien. Yo por mi parte sigo con los crampones y la mochila puesta, tendré que acostumbrarme al Dry Tooling, no puedo andar sacándome y poniendo los crampones, no se con qué me voy a encontrar.
La ultima parte de las grandes torres es un Off With, muy estrecho, muy complicado para ir con mochila, por suerte encuentro una cuerda que debe de tener unos 5 años, coloco mi T-block y va muy bien, me ayudo de ella a sabiendas de que había dicho nada de cuerdas, uso de fiador un par de cuerdas de nylon viejas a las que le coloco un Machard con una cinta de Dynema, muchas vueltas para que frene, un poco incomodo de usar. Finalmente lo saco y sigo solo con el T- block.

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Veo la luz de nuevo y me encuentro frente a un pequeño rapell de 5 metros (hay cuerdas) que me conduce a otro canal con grandes penitentes. Son unos 100 metros y me dejan en un lugar muy lindo para vivaquear, se ve el glaciar medio en todo su esplendor y es una zona muy segura. Derrito agua y llamo por radio a la gente en Plaza Argentina que esta nerviosa esperando mi comunicación. Por encima mío veo las areniscas y me apresuro a tomarles fotos por si se llega a cerrar con nubes, la cámara me brinda una chance más de poder orientarme. Las areniscas son hermosas, las veo con claridad y a sus delicados canales con nieve y hielo, en silencio están soportando todo el peso del glaciar superior, es una belleza. Calculo el tiempo, creo que al medio día voy a andar por ahí. Así es, atravieso una suave pendiente cubierta por momentos de hielo y pequeñas lajas sueltas y otros por pequeños penitentes, a esa altura comenzaron a derretirse y desarmarse bajo mis pisadas, el día es espectacular y el sol pega de lleno.
Por fin llego a la base de las areniscas y sin pensarlo demasiado comienzo a escalar primero por un suave nieve, luego unos cuartos y quintos, con unas lindas tomas, huecos muy limpios, aunque los pies seguían delicados para los Crampones. La escalada es sostenida mucha cabeza. Luego de unos 50 metros de escalada me encuentro con un resalte de roca extra plomado, del cual cuelgan una cuerdas viejas, las miro desconfiado, la única forma de pasar ese resalte seria colgándome de ellas, nuevamente me resisto a la idea, sigo un poco más en una travesía por la nieve hacia la izquierda, hasta encontrarme una la base de un canal tapizado por una delgada capa de hielo. Eso me convencía más, una suave pendiente de unos 80 grados en hielo, un hermoso tobogán jajjaja!!!. Pongo mis herramientas y se siente firme, listo, voy por aca. La escalada en este sector se sostiene por unos 30 metros, luego me vuelvo a lo que seria la ruta original y donde hay rastros de cuerdas viejas, esto es unos 6 metros hacia la derecha de donde estaba escalando. Aquí van a encontrar una reunión en un gran teton, las cuerdas que de ahí se desprenden si bien son viejas se puede confiar en ellas. Nota: son las que se encuentran al final de las areniscas, son dos, antes de eso, las cuerdas son malísimas.

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Las areniscas me dejan en la franja donde comienza el glaciar superior, lugar apto para vivac ¿¡?¡ esta lindo pero lo que cuelga arriba mete un poco de miedo. Aprovecho a derretir agua y me dirigo rápidamente hacia la parte superior del glaciar. En esta parte podemos encontrar diferentes tipos de hielo y estalactitas muy grandes, cuidado con ellas. La parte que uso para cruzar es en una pequeña franja muy a la izquierda de donde te dejan las areniscas. Tuve que realizar una travesía de unos 20 metros por un nevé muy expuesto con hielo por debajo de la nieve fresca. Luego de unos pasos de escalada en hielo, poco ortodoxos, alcanzo el glaciar superior. La pendiente se hace notar (unos 45°) y me hundo en la nieva, mis piernas ya no quieren saber más nada, estuve escalando por 15hs y la maldita colina de nieve no termina más. Por sobre la mása de nieve puedo ver el mixto Mesnner, ese es mi posible objetivo. Ahora si… mis ojos se llenan de lágrimas al ver las grietas del glaciar superior tan cerca, mi cuerpo se relaja, me rindo ante tanta belleza, no paro de llorar de alegría y emoción. Son muchas cosas que se conjugan en esa visión y en ese momento, por fin mis pies toman contacto con el glaciar superior. Pero no me dejo llevar por el hermoso atardecer, se que cuando caiga el sol, el frio se haría presente, tenia que buscar un refugio. Analizo rápidamente y diviso una pequeña cueva natural, que me permitiría colocar mi cabeza y mi tórax a salvo de las piedras que pudieran caer. En eso veo a los otros dos argentinos Gabi y Anibal, alcanzando el filo de los franceses, les tomo unas fotos y me dedico a sobrevivir.

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Calentar agua y armar el vivac, comer algo y tratar de descansar, mis piernas piden a gritos un descanso. Trato de estirarlas, pero la precariedad de mi vivienda se hace notar, se me enfrían muy rápido, no me queda que ponerme en posición fetal, pero la contracción de los cuádriceps me hace doler. Así me paso la noche, girando, rotando y estirando las piernas.
Finalmente el frio cala mis huesos y se hace imposible de soportarlo, tiemblo con espasmos. Reacciono, se que es temprano aún, pero debo ponerme a caminar lo antes posible, son las 2AM, la noche esta cerradísima, no importa, caliento un poco de agua, junto mis cosas. Esa mañana tomo jugo tibio (mis tres saquitos de café se me habían terminado), como un puñado de palitos salados (se me habían terminado mis galletas) y salgo a caminar sin saber por donde, el día anterior no había alcanzado a estudiar un buen cruce. El glaciar se torna un laberinto, para hacer un cruce hay que realizar unos zig zags, eso lo aprendí después, por el extremo derecho del glaciar es imposible, las grietas muy grandes. Hay que ir al extremo izquierdo, no hay otra, por más que uno se aleje mucho de la rampa hacia el mixto Mesnner. Me desanimó un poco al tener que ir y volver sin sentido, se que cada gasto de energía se paga caro.
Luego se realiza una travesía hacia la derecha, debajo de una gran rimaya, hasta encontrar un cruce. En este sector la pendiente comienza a ser de unos 50° a 60°, hasta llegar al mixto, no es necesario tocar la piedra, los canales de nieve te van conduciendo, un poco tirados a la izquierda. Casi saliendo de aquí hay dos canales, uno ciego, que si toman este es de 10 metros, deberán destreparlo y tomar el siguiente, que pasa muy cerca de los cadáveres de lo brasileros. Eso hace recordar la exposición a las avalanchas. ¡¡!¡!¡!¡!. Justo cuando creía que no faltaba nada, que claro mensaje, nada de confiarse incluso hasta no estar en plaza argentina. Ahora tan solo quedan unas 5 horas en la pala. Decido pasar por el cuello de botella que se forma con el gran serac y una banda rocosa. Esta parte se puede sortear por la derecha de la banda rocosa o si se ve muy peligrosa se puede desviar a la variante eslovena hacia la izquierda. La nieve es muy onda en esta parte, metro y monedas. Y no tiene mucha cohesión. Se me hace eterna esta parte, doy cuatro pasos y me tiro de cara a la nieve. Estoy agotado y las nubes se cierran sobre esta ultima parte, no corre viento y se produce el fenómeno de sofocación de glaciar. La temperatura sube rápidamente por la refracción de la luz en las nubes y la nieve, es el efecto invernadero. Me sofoca el calor y comienzo a sacarme capas de abrigo, lo que me alivia un poco.

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No tengo más agua hace unas horas y las condiciones del terreno no dan descanso, ni pienso en realizar una repisa, tengo que seguir. 100 , 50 , 20 metros… finalmente salgo.. se terminó..se siente bien el aire fresco que viene en ráfagas del otro lado. El hongo se formó sobre el Aconcagua y debo bajar. Afortunadamente mi amigo Mauri Pareras me espera con una Coca y comida por la ruta normal. El subió en 6 hs 10 min desde plaza argentina a la cumbre. Todo un record, la montaña esta buena ese día, gracias.
Se sale por el filo y el camino de regreso por la normal se encuentra a nuestra derecha a unos 50 o 100 mts. Cuidado con el descenso los primeros metros. Eso es todo, el miedo pasó, y salgo sin un rasguño, ni un enfriamiento, nada. Con el corazón henchido de alegría y con las fuerzas suficientes para descender en tres horas hacia plaza argentina. Las felicitaciones no se tardan en llegar, todo es festejar y sentirse bien por estar vivo. Sobreviví a un romance más con mi querida montaña.
Gracias a todos los que rezaron por mi, que estuvieron ahí nerviosos esperando noticias mias y a los que me envidian o no desean que gente como yo pueda llegar, les agradecería que se miren un poco y dejen la actividad. Esto no es criticable, acá se hace, se construye, y se necesita el apoyo de toda la gente para llegar a la cumbre. Esta es mi pasión, la montaña, y duele ver tanta gente con envidia, y que lo único que hace es hablar en vez de escalar, y de no aportar nada a la montaña.
Gracias a mi sponsor Garmont que me provee la ropa,
al Hostel SosaHaus, flia y amigos.

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Montañismo

JULIANA GARCIA, HOY NO SE VUELVE A REPETIR

febrero 27, 2020 — by Andar Extremo1

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Estuvimos con la Ecuatoriana Juliana García, única Guía Internacional de Montaña en Sudamérica. En una entrevista desde Arequipa en Perú nos da su visión del montañismo.

Entrevista de Andar Extremo fotos Juliana García

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De dónde viene tu frase ”Hoy no se vuelve a repetir”?
Viene de vivir tan sólo el presente bastante sencillo, Para que hacernos tantas complicaciones en la vida cuando hoy no se va a repetir nunca más. Lo que hagamos, actuemos, digamos, esa ahora y es una idea que viene un poco de la cosmovisión andina que pasado, presente y futuro están pegados casi en el mismo tiempo. Es hoy, aquí y ahora, y si uno actúa en ese sentido en la vida las cosas serían totalmente diferentes.

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Cómo te introducís en el montañismo?
Comencé a hacer escalada y montañismo luego un viaje que realice con el curso de mi escuela, fuimos en en bicicleta de Ecuador a Brasil con 45 personas más. Yo tenía unos 14 años y al regreso de ese viaje, que duró unos cinco meses, estaba un poco cansada de tanto pedalear y fue allí que empecé a escalar en roca y paralelamente los fines de semana iba a la montaña con un grupo que hacía salidas. Así comenzó a interesarme más y más, lo tomé como rutina escalar en la semana e ir a la montaña el fin de semana. Con este grupo se formó como un club y me enganché de lleno. Y desde ahí no paré, los años siguientes aprendí más en diferentes grupos de montañismo. El tema género fue algo problemático, cuando había una expedición dura o el carácter técnico era superior no me llevaban, porque argumentaban que no me daba el nivel. Fue el momento de jugármelas.

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Cómo enfrentaste eso?
Empecé a liderar grupos y a llevar amigos, en este proceso me eché para atrás muchísimas veces, sea por miedo o porque todavía no tenía tanta confianza. A veces me tocaba ser la líder de una cordada y no tenía mucho conocimiento, igualmente las decisiones caían sobre mí y me tenía que hacer cargo. Durante esa trayectoria, fueron entre 3 y 7 años de montañismo, nunca tuve un compañero o compañera de cordada que me lleve de segunda, siempre tuve que estar al frente. Creo que esta transición fue importante en mi crecimiento como montañista y luego como guía esto de tener que tomar el liderazgo.

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Era bastante amateur hasta allí tu relación con la montaña?
Sí y para aprender más, tenía que salirme de los clubes, entonces me anote en Quito en la escuela de montaña para profesionalizarme. De esta manera sería más formativo y tendría que cumplir diferentes etapas. Esto demoró muchos años y en combinación a todo esto a mí que me encanta estar afuera y hice un montón de diferentes deportes: correr, mountain bike, aventuras, pero la montaña siempre fue el principal deporte, que luego más tarde se convirtió en profesión.

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Estudiaste educación física o algo relacionado con deporte paralelamente?
No. Yo estudié diseño gráfico e historia del arte y nutrición. Todo lo que he hecho está vinculado al estilo de vida que he querido llevar y a la montaña. Por ejemplo cuando estudiaba diseño uno de los proyectos era preguntarme: de dónde venían los alimentos?, qué era la soberanía alimentaria?, siempre mi vida estaba ligada al bienestar y al deporte en la naturaleza. Siempre pensé que la vida son esos caminos que se entrelazan, que tienen siempre un sentido en una red de intereses que te llevan hacia un mejor vivir.

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Esto te llevó a ser bien didáctica a la hora de transmitir la montaña?
Viene de la experiencia de dar cursos, vengo trabajando con adolescentes desde que tengo 19 años, en talleres, en educación al aire libre. Y también sigo aprendiendo, sigo capacitandome en cursos y creo que me ayudó mucho ser alumna en los cursos de avalancha. También he tenido la chance estudiar en muchos países y en lugares diferentes, con diferentes métodos, sumado a esto mi estilo y ver cómo yo le aplicó esas cosas al aprendizaje. Eso genera que uno pueda compartir información de una manera con más dinámica o didáctica.

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Te pesa ser la única guía internacional de montaña en Sudamérica?
Creo que ya no, en un momento de mi vida si me peso. Es complejo porque en ciertos grupos de trabajo me cuesta mantener y sostener una posición porque creo que si uno se aferra a una idea está bueno para que las cosas cambien y perduren. Y en este caso la profesionalización de los guías de montaña en el género femenino es un rol que me toca asumir y a su vez hay que sobrellevarlo. Es difícil, en especial con grupos de mujeres sobre todo, es difícil cargar ese modelo, como dice un amigo.. “a veces hay que hacerse de piel dura”. Creo que es la única manera de caminar hacia adelante aunque sea una forma exagerada.

Por qué antes te pesó?
Cuando uno no tiene madurez te importa mucho el qué dirán, si te mereces o no y te empezás a cuestionar un montón de cosas. Yo conozco chicas muy fuertes, que no tienen la certificación, y podrían tenerla. Te empezás a cuestionar tus capacidades, y en ese momento es cuando te haces el auto análisis. Nadie te regala el título, son caminos que elegiste seguir, y en mi caso eso lo tengo súper claro. Por ejemplo yo empecé hacer montaña al mismo tiempo con una chica que se llama Carla Pérez, también ecuatoriana y elegimos caminos diferentes. Ella hace expediciones, se concentra en su crecimiento personal como montañista. Yo en cambio elegí profesionalizarme y hacerme guía de montaña, me puso en otro ámbito dentro del montañismo.

Ecuador tiene grandes nombres como muchísimos récords en montañismo en los últimos años como Karl Egloff, Daniela Sandoval o Nicolás Miranda te sirve a la hora del reconocimiento?
Creo que no, pero creo que como cultura de montaña caminamos hacia un buen futuro en general. Como te explicaba antes, mi reconocimiento internacional es a nivel profesional y es muy diferente al reconocimiento de un atleta que hace récords o a subir un 8000 sin oxígeno.

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Qué proyectos tenés a futuro?
Mi misión Ahora es profesionalizarme con el tema del esquí que es una disciplina que descubrí ahora. Y estoy con el tema instrucción en avalanchas, toma de decisiones, manejo de riesgo y también a nivel nacional en la Asociación Ecuatoriana de Guías de Montaña con cosas más técnicas. Con lo que respecta al género intentar hacer cambios en lo que es instrucción, ya que hay muchas mujeres que se están volcando al montañismo. Y obviamente también viendo qué es lo que hago en expediciones privadas.

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Qué te pareció el Inkafest y que te llevó a elegir como jurado los films ganadores?
En la selección de las películas tuve como consideración, las cosas que eran importantes para el festival, las categorías que tenía que elegir. Pero aparte agregue una visión mucho más global de reconocimiento a películas que por la coyuntura o por el lugar de donde vienen no tienen el espacio de ser reconocidas. Porque ya que hay películas a nivel mundial que son reconocidas porque tienen detrás una producción, más recursos y existe el apoyo para que esta industria crezca, si bien di mi apoyo a esas producciones, también elegí a estos nuevos movimientos de gente que hace películas con menos recursos, así comienzan a tener acceso a una visión mundial. La película ganadora fue ”The Last Mountain” una producción polaca.

Conocías a Mariano Galván?
Yo a Mariano lo conocía de antes pero nuestra amistad se hizo bastante estrecha en Pakistán, hicimos el ingreso hasta Concordia juntos, nos encontramos ahí por coincidencia de la vida. Y creo que su visión del montañismo y el querer aproximarse hacer cosas, es algo que pocos montañistas todavía lo tienen y como él proyectaba sus retos me llamaba mucho la atención. Siempre estuve muy pendiente de todas sus ascensiones. Obviamente también lo conocí Alberto Zerain cuando se fueron al Nanga Parbat a su última subida. Me gustaba de Mariano ese pensamiento anarquista con el tema del montañismo que tenía sus sueños por convicción algo muy motivador de su vida. Si algún legado dejo Mariano es que uno tiene que hacer las cosas que le nacen del corazón sin involucrarse con las problemáticas que existen en las montañas en general. Él estaba, no a favor, de lo que está pasando en las grandes montañas, creo que fue un gran aprendizaje.

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AREQUIPA, LA PUERTA INCA AL DEPORTE AVENTURA

febrero 3, 2020 — by Andar Extremo

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Una ciudad esplendida, donde lo colonial y lo autóctono se entrelazan logrando un equilibrio ideal. La vista gira trecientos sesenta grados y los volcanes Misti, Chachani y Pichu Pichu, de la Cordillera de los Andes, terminan de enmarcar este exquisito cuadro que es la ciudad de Arequipa.

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Ciudad fundada en el año 1540, a 2335 msnm, es un pórtico para lanzarse a realizar deportes de aventura. Muy tranquila para caminar de punta a punta y para disfrutar la excelente gastronomía peruana. Está llena de restaurantes cerca de su plaza principal y posee un mercado que tiene de todo, imperdible para disfrutar de la rica comida regional.

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Con lo que respecta a la colonia, la iglesia principal y demás edificios, están hechos de sillar, una piedra volcánica más dura que la piedra pómez. Existen canteras que se pueden visitar y ver cómo se sigue extrayendo manualmente este mineral, para ladrillos y ornamentos.

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Emplazada en una zona montañosa de la cordillera, los volcanes que la rodean superan los 5000 msnm. El Misti es una opción muy buena para hacer una montaña que alcanza los 5822 msnm. El campamento base cerca del río Chili, a unos 5 km de la ciudad, en dos días nos basta para hacer cumbre. Luego está el Volcán Chuchuni con sus 6.057 msnm a unos 50 km de Arequipa, y el Volcán Pichu Pichu de 5.664 msnm, a unos 30 km de la ciudad.

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Arequipa es, sin duda, una ciudad que esconde las historias de las culturas incaicas. En uno de sus museos, se puede encontrar a la momia Juanita, una doncella sacrificada que estuvo escondida en la cima de una montaña por más de 500 años. “La niña de los hielos”, como la llaman, es quizás la momia mejor conservada de la historia humana. Fue encontrada por la erupción del volcán Sabancaya de 5.976 msnm, que descongeló su tumba y la dejó expuesta en el volcán Ampato a una altura de 6.288 msnm. Juanita y otras dos momias, fueron encontradas en 1995 y 1997 por José Antonio Chávez y Johan Reinhard.

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Arequipa tiene algo muy lindo, y es que dentro de la ciudad se encuentran los valles. Dar vuelta a la esquina es encontrarse en el medio de un paisaje con ríos caudalosos que permiten la práctica de kayakismo y rafting.

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Muy cerca, a unos 170 km, está el pueblo de Chivay que es la compuerta a unos de los cañones más profundos del mundo: el Cañón del Colca, que llega a unos 4000 metros de profundidad. Fue descubierto en 1981 por Jerzy Yurek Majcherczyk, junto a un grupo de cinco investigadores polacos que llegaron al cañón buscando el inicio del río Amazonas. El Río Mismi es considerado hoy, el inicio del río más largo del mundo. Recién en el año 2009, el mismo Jerzy Yurek Majcherczyk, organizó otra expedición para recorrer los últimos 20 kilómetros y así demostrar su profundidad.

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Montañismo

MARIANNE CHAPUISAT PIONERA DEL OCHOMILISMO EN INVERNAL

enero 8, 2020 — by Andar Extremo

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Por muchísimos años fue la primera y única mujer en poder hacer una montaña superior a 8000 msnm en invierno, fue el Cho Oyu en 1993 a sus 23 años. Recién en 2018 Elisabeth Revol coronó el Nanga Parbat. La entrevista para Andar Extremo en Arequipa, Perú, a una mujer sencilla que por amor logró algo impensado.

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Qué le dirías hoy a la joven Marianne que se atrevió al Cho Oyu en Invernal?
Le diría que vaya con la mejor de las energías, que aproveche esa ingenuidad para llevarse el mundo por delante. Que siga su intuición y su corazón. Y que vaya, que se anime, que todo va a salir bien, que siga su camino.

Viviste toda tu vida haciendo deportes, hiciste tu primer 8000 a los 23 años, lo harías hoy de la misma manera?
Es que nunca sería igual, hoy tenés internet, Gps, partes meteorológicos exactos, indumentaria técnica y mucha gente que fue a los Himalayas. Cuando yo fui imaginate que me prestaron el “mono de plumas” allí en la montaña porque no había llevado, solo los datos que pude recabar en ese momento fueron de Messner y mis pocos amigos que habían ido al Himalaya. En ese momento nos escribíamos telegramas o cartas e íbamos intercambiando información, era todo muy diferente a hoy.
Cuando salí de suiza, para los Himalayas me tenía que encontrar con los de la expedición en Madrid, me acompaño mi hermano, recuerdo, a la estación de tren, con dos o tres chicos con discapacidad. Él trabaja con esos niños y me preguntaban si iba a volver bronceada, jajaja. Estaba todo como fuera de foco.

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Ya tenías experiencia en alta montaña para encarar tan osado emprendimiento?
De niña hice atletismo, entre los 12 y 16 años, después empecé a estudiar el profesorado de Educación Física y al estar 6 o 7 horas por día entrenando deje el atletismo. Empecé a hacer allí esquí de travesía, fue mi primer contacto con la montaña además de hacer trekking con la familia. A los 17 años empecé a ir a club alpino que había uno de mis mejores amigos, Tierry, eso fue el año 87. También en ese año empecé a estudiar letras que es a lo que me dedico hoy, siempre tuve una formación intelectual de mis padres y me encanta leer. Tengo tres pilares, muletas en la vida que me hacen estar de pie para mi equilibrio, una los contactos sociales, me encanta estar con gente, segundo el movimiento y tercero la literatura.

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mo fue esa preparación para abordar los Himalayas?
Estuvimos un año preparando la ascensión al Aconcagua, vendiendo remeras para hacer el viaje, pero fue bastante rápido, bastante fácil. En ese momento recuerdo que estaba en otros proyectos también quería salvar la humanidad como tantos jóvenes de 20 años, Había trabajado en África con niños de la calle. Pensaba trabajar después de hacer el techo de América en un proyecto social en Santa Fe. Pero a último momento me dijeron que estaba el lugar cerrado por la estación veraniega. Y me quede con tiempo libre y conocí a Lito Sánchez. Trabajamos juntos en la patrulla de rescate en Aconcagua. Hicimos muchas cumbres allí en la zona, también tenía algunos 4000 técnicos y algo de roca en suiza.

En seguida con Lito se propusieron un ocho mil y encima en invernal?
Cuando conocí a Lito no sabíamos si era una relación de verano o algo más serio, pero al final nos unimos mucho. Luego de hacer cumbre en Aconcagua en la temporada 91/92 me acompaño a Santiago de Chile en Autobús y me comentó su intención de ir al Cho Oyu.

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Qué recuerdo tenés de la expedición al Cho Oyu?
Si tengo que elegir tres palabras fueron: “magia” porque el grupo descubría paso a paso lo que estaba por venir, nadie sabía cómo era aquello, todo el tiempo era estar con los ojos abiertos descubriendo esa inmensidad blanca, la segunda “frío”,pase mucho frío, me quede friolenta de por vida. SI bien aún me comporto bien en altura y nunca tuve mucho problema, la temperatura es algo que sufro. Hoy en día no puedo andar sin guantes, cuando era pequeña me tiraba en la pileta y salía azul, era muy flaquita des estas que la rodilla es más grande que el cuádriceps. Y la última el “amor” me fui allí porque estaba enamorada de Lito Sánchez.

Cuántos días duro la expedición al Cho Oyu?
La cumbre fue rápida, la aproximación fue muy lenta tardamos como un mes en llegar al campo base, caminamos mucho, porteando. El ataque a la cumbre lo hicimos en unos 10 días.

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Al terminar tu relación con Lito quedaste igualmente enganchada con la montaña?
Luego del Cho Oyu en el 93 y de cuatro años de relación, el Himalaya estaba muy ligado con él y si bien me abrieron muchas puertas, estuve bastante tiempo haciendo otros deportes. Primero fue la escalada deportiva y luego estuve participando en campeonatos de esquí de travesía, a fines de 1996 hice una pequeña expedición al Ama Dablan, si bien no hice cumbre fue muy interesante porque fui con la gente de la expedición al Cho Oyu y unos amigos suizos. En el año 2000 realice un intento al Everest, por la ruta normal de la cara sur y llegue hasta los 8.700 msnm, me tuve que bajar por el mal clima. Luego Me quede una noche sola a los 7900 msnm para intentarlo de nuevo pero había tan mal tiempo que tuve que abortar la expedición. Allí conocí a Juanito Oiarzabal y gracias a él entre “Al Filo de lo Imposible”. Recién en el año 2003 la Televisión Española me contrato para hacer dos expediciones filmadas en el Nagna Parbat 2005 y Gassherbrum 1 y 2 en 2003, en los tres hice cumbre y se hicieron programas. En 2004 me propusieron el K2 pero tenía una hernia discal, luego en 2005 lo intente con Ester Sabadell y Edurne Pasaban.

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En que momento el mundo te reconoce por ser la primera mujer en hacer un ochomil en invernal y la única por tanto tiempo?
A la vuelta del Cho Oyu en el año 93, solo tuve una buena nota en un periódico local de Suiza, en mi familia como era la más chica no le dieron importancia, no me tomaban en serio. Más tarde y al pasar los años me comenzaron a reconocer, a veces mis alumnos me reconocen porque se meten en google y me preguntan, si soy yo la montañista. Pero me gusta que la gente se acerque por mi modo de ser y no por lo que he hecho. Para mí la verdadera hazaña no es ser la mejor montañista, sino la verdadera hazaña es aquello que en la vida no esperabas y luchas para superar algo que la misma vida te impone y no lo que has elegido hacer.
Yo decidí ir al Himalaya, hay gente que cruza en invierno esas montañas con zapatillas de tela con medias de lana sin ropas para huir del Tíbet perseguidos por los chinos. Le pagan a un guía lo que pueden y se van, es terrible, he visto un cadáver de una mujer en los grupos que hemos cruzado. Igual de lo que pasa con los africanos que van a Europa. Ellos hacen hazañas. Superar un cáncer es un hazaña, un ochomil es una medida que puesto el ser humano, si haces un 7900 entonces no lo vale?… Hay montañas de 3950 msnm en los andes que son hermosas pero la gente quiere hacer 4000 msnm.

Pero, te sentís reconocida?
Si!!!. No es que salto de un congreso a otro o de una conferencia de montañismo a otra, pero cuando un Ivan Canturi para Inkafest o Reynold Messner para sus museos me invitan, es muy gratificante. Como hago otra cosa de mi vida me gusta compartir con gente de la montaña.

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Cómo fue el tema de Messner y el pedido de tu s botas para su museo?
Habíamos estado en un festival juntos a principio de 2019 y allí me hizo el pedido, cerca de 12 de agosto de 2019 le di las botas que use en Cho Oyu,, creo que ya están exhibidas.

Qué te pareció el Inkafest?
Yo concurrí en 2019 al Festival International du film Alpin des Diablerets en su 50 aniversario, se articula diferente que este con respecto a los fims y tiene un jurado que se junta toda la semana. El Inkafest me gusto, muy familiar, un ambiente muy lindo, variedad de films y con un marco de una ciudad imponente.

Qué mensaje le darías a la gente de lo que significa la montaña?
Le aconsejo a ir, es un lugar que te llena por dentro, te da mucha energía y mucha felicidad. Que vaya por pasos, que respete los tiempos de aprendizaje, siempre hay que ser humilde. Y yo a la gente hoy, en los momentos que vivimos le preguntaría si suben la montaña para disfrutar o solo para subir la foto a las redes sociales.

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KANCHENJUNGA, JUAN PABLO SARJANOVICH

enero 3, 2020 — by Andar Extremo

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Juan Pablo Sarjanovich se encamina con tranco firme para hacer historia en el ochomilismo. En 2016 coronó el Manaslu con 8156 msnm y el 14 de mayo de 2019 fue el primer argentino en pisar la tercera montaña más alta del mundo, el Kanchenjunga, con sus 8856 msnm. En una entrevista en el centro montañés de Capital Federal, esto nos contaba.

Una entrevista a Juan Pablo Sarjanovich por Andar Extremo, la tercer montaña más alta del mundo 8586 msnm su segundo ochomil.

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Qué sentiste con esta segunda cumbre?
Nada de lo que estoy viviendo ahora. En ese momento lo hice con total inocencia y no se me ocurrió pensar en la movilidad que podría generar en la gente, en los medios… la difusión que está teniendo. El objetivo es siempre el mismo: mi proyecto 8000, ir por cumbres que no hayan hecho argentinos. En lo personal, me motivo y lo estoy disfrutando acá abajo. Soy muy mecánico allá arriba, soy consciente de los peligros, metódico para bien y para mal, y muy cauto. La verdad, no festejo en la cumbre. En esta oportunidad, a 10 minutos de lograrlo, se me escapó un lagrimón, pero tuve un percance y me concentré para llegar en las mejores condiciones.

Alta en el cielo, cumbre del Kanchenjunga 8586 msnm
Alta en el cielo, cumbre del Kanchenjunga 8586 msnm

Qué te pasó?
Se armó un embotellamiento e iba último en la fila. Ya no tenía mucho oxígeno. Iba bien rezagado, porque además todos coincidimos en el mismo día de cumbre. Iba como 50 en la cola. Una vez que daba una bocanada de oxígeno, levantaba el ritmo. Pasaba a algunos, pero nunca llegaba adelante de todos. Siempre alguien iba entorpeciendo y era muy difícil pasarlo dando un paso cada cuatro respiraciones. Si querés pasar a alguien y dar tres pasos seguidos sin respirar, la recuperación es larga. Imagináte que, dando cinco pasos sin respirar, la recuperación después es de un minuto y medio. Cuando llegué a esa pre cumbre, me encontré con 10 personas que venían bajando. Ya veía la cumbre. Era una pared casi vertical y con un paso transversal apenas iba apoyando los crampones en una grietita, escalando a pleno. Me tuve que desencordar para pasarlos, todo a un ritmo super lento… me enfrié un montón. Pensaba todo lo que había hecho para llegar y justo me pasaba eso. Lo único que quería era poner la bandera en la cumbre. Si me tenía que pasar algo que sea bajando, pensaba. Era injusto pegármela a 10 minutos de la cima.

Campo III a 6850 msnm
Campo III a 6850 msnm

Pero al final, pasaste sin problemas?
Sí, pero me hizo tensionar tanto que actué mecanizado. Foto por acá, foto por allá, le hice un video a Nacho de Matna, el director del cortometraje que presenté en el Banff del Kachenjunga. Al bajar, me pasó lo mismo en el mismo lugar, había demasiada gente. Tuve que hacer lo mismo: desencordar y pasar por el borde.

Cumbre 730 am
Cumbre 730 am

Cuándo empezaste a disfrutar realmente la cumbre?
Llegué al campamento base. Me fui al “Puja” que es el altar tibetano de montaña donde bendicen las expediciones. Me arrodillé allí, y estuve 30 minutos llorando hasta que vino una compañera que me abrazó, y aflojé. La tensión que tenía acumulada de 45 días de expedición los largue ahí. Ni media hora antes de llegar me pude aflojar, porque había un paso que caían rocas permanentemente y tenía que esquivar unos piedrones que me podían dejar fuera de juego. Ocho veces tuve que pasar por eso, y estaba ahí nomás del campamento base.

Un descanso camino  a Campo III
Un descanso camino a Campo III

Cómo fue la última noche antes de tirar cumbre?
Estaba en campo 3, a 6850 msnn. El día estaba lindo como nos indicaba el pronóstico. No había viento ni nubes altas, pero sí debajo de nosotros. El 14 de mayo me levanté y salí, pero no sabía que iba a pasar de largo el campo 4 a 7350 msnm. Tomé agua y seguí. Normalmente uno para en campo 4, duerme y sigue, incluso en Everest uno tiene una cumbre de unas 9 horas. En este caso me levanté, estaba bien aclimatado, y arranqué, pero me pasó algo mortal. Fui uno de los últimos en salir con sol y enseguida me tocó pasar una grieta de unos 50 metros de profundidad. Todo era sombra. No tenía los guantes puestos, y me pegué una congelada bárbara. Parecía que me apretaban los dedos con una tenaza y, en medio de eso, tuve que remontar una pared vertical de 20 metros en la que no podía agarrar las piquetas y hacer maniobras. Arranqué mal, pero cuando llegué a campo 4 ya me había recuperado bastante. Y seguí… tomé agua y seguí. Fueron 28 horas. Salí a las 8:30 de la mañana y volví a campo después de cumbre, a las 12 del mediodía. En este tramo, tomé medio litro de agua, comí media barrita de cereal y chomps, los geles los dejaba que se desarmen en la boca. Eso fue peligroso, porque podía haberme deshidratado. Me costó recuperar por no haber comido.

Condiciones de higiene en campo base
Condiciones de higiene en campo base

Con qué equipo tirás cumbre?
Botas rígidas triples, crampones, mono de plumas, arnés, jumar, equipo de seguridad para mosquetonear, equipo de rescate en grieta, una piqueta. Siempre ando con dos mudas de ropa de punta a punta de la montaña. Llevo una puesta y otra la lavo y la dejo secándose. Para el día de cumbre andaba con un interior térmico seco en una siploc, y unas medias cumbreras que son una cábala. Antes del día de cumbre me limpié bien los pies y me puse esas medias limpias y secas.

Vuelos para bajar a Katmandu en poco más de 24 hs desde el campo base
Vuelos para bajar a Katmandu en poco más de 24 hs desde el campo base

Podés hacer maniobras así en la cumbre?
En la cumbre tuve que hacer tres maniobras sin guantes: tomar la cámara y hacer una foto, sacar la bandera Argentina, y manipular el celular para hacer un craqueo de la cumbre en GPS para la gente que me venía siguiendo en el map gear de Garmin, que para mal de males se me congeló antes de llegar a la cima y la gente se preguntaba si había llegado o no. Lo dejé media hora al sol, y pude hacer un craqueo. Las tres veces que me saqué un guante tenía que volver a ponerlos y esperar 10 minutos para que vuelvan a recuperar calor. Cada vez que me lo sacaba miraba los dedos… me daba cosa. Había sol, pero con -31 grados. Ahora tengo un sabañón tremendo en los dedos. Hay que tener mucho respeto a esa altura con el frío. Lo mismo que con los pies, muy difícil identificar cuál es el límite entre el frío normal, el apretón y la falta de irrigación, o el congelamiento.

 Vientos el día de espera en Campo II
Vientos el día de espera en Campo II

Dónde está el parámetro?
Venía pensándolo antes de usar oxígeno para tener una referencia y decir: hasta acá llegué. Hasta que no estuve en el campo 4, no me saqué las botas ni me vi los pies, no creí que los tuviera congelados. Los tenía rojos, pero no congelados. Cada vez que hago una expedición, voy aprendiendo y soltando cosas. Vengo lento progresando. Solté guías, solté sherpas, solté compañeros, solté las cuerdas fijas, espero soltar el oxígeno a futuro. Cuando sale bien, impecable, pero ya sabemos cuando la cosa sale mal.

Vista del campo base
Vista del campo base

Cómo fue la progresión en los diferentes campamentos?
Fue un trabajo que hice por mi cuenta. Los servicios que contraté fueron de una empresa nepalesa pero no estaba atado a nada. Si bien en campo base compartía el espacio, cuando me iba para arriba me iba con mis cosas, llevando equipo, cocinándome. Cuando hice la última rotación que había una ventana de dos o tres días, había un búlgaro en el campo base y coordinamos para ir juntos. El iba con su sherpa, y arrancamos. Hice campo base, campo 2 tres veces, una vez había llevado el equipo, otra vez había dormido dos noches y la tercera me quedé. Fui a campo 3, y de ahí al base a dormir. Luego subí a campo 3 de nuevo. Ir con alguien para arriba es construir la seguridad, ir acompañado te da dos puntos de vista.

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En campo 3 decidiste esperar la ventana para intentar cumbre?
La aclimatación la clavamos en campo 3 porque después vino un tifón del sudeste asiático que llegó en forma de humedad. Cayó un metro de nieve y dos días después sentí movimiento a la noche: palas, ruido, sherpas que iban y venían. Tenían que armar la vía de nuevo. Una vez hecho, quedamos listo para tirar cumbre. Tenía 50 km acumulados, 5000 metros de desnivel, tres ascensiones, y consideré que estaba listo incluso sin oxígeno. No se dio porque fueron 28 horas de caminata.

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Cómo hacés el ataque a cumbre?
Llevé oxígeno y fue el único día que utilicé los servicios de un sherpa, porque no me animé. El sherpa no tenía mucho estado, pero me sentía seguro con alguien. En campo 4 me habían dejado tres tubos de oxígeno.

Puya
Puya

Cómo hacés la llegada al campamento base?
Es un temita el tema de los petates, porque desde que yo salí de Rosario hasta el campamento base no sabía si llegaban o no llegaban. Son 20 días de espera. El equipo sufre un montón. Siempre corto clavos. Primero en Katmandú, esperando que llegue todo del avión. Tenés 45 kilos de equipo. Es difícil si te lo pierden. Del avión hasta el este de Nepal, luego los dos días de vehículos 4×4 que hacen la aproximación, después los porteadores hasta el base. Caminás desde que te dejan: 6 días, 100 km y 5000 metros de desnivel.

Kanchenjunga
Kanchenjunga

Todo eso se contrata previamente?
Contrato una empresa que son tres cosas las que pago y es lo básico que contrata cualquier montañista amateur o profesional. El permiso para subir a la montaña, los porteadores que está bueno contratarlos por una empresa porque si no hacen lo que quieren, y la carpa del campo base con la cocina, porque uno está en la montaña la mayor parte en el base.

 Cumbre del Kanchenjunga con vista al annu
Cumbre del Kanchenjunga con vista al annu

Te apoyan las marcas?
Es muy difícil, pero de apoco se van acercando y este año estamos trabajando con diferentes marcas. Una es Petzl y la otra La Sportiva. Son indispensables. La gente de Portezuelo del Viento de Mendoza y Sabor de Reyes también me están dando una mano. Los fondos son propios pero la ayuda de estas marcas es muy importante para poder seguir adelante. Agradezco también a la gente de Western y de Naka. Estoy usando (que me viene muy bien) Petzl Tikka Core y Reactiv, que tiene un sensor foto lumínico que regula el haz de luz. En calzado estoy usando La Sportiva, botas de trekking, botas de media altura y botas alta montaña que tengo dos pares: un modelo liviano que es el modelo G2, un botín de 900 gramos triple, porque tiene botín, bota exterior y cobertura externa ,una polaina. Para aclimatación uso esas. Cuando salgo a cumbre uso las Olimpus, botas triples grandes rígidas, de 1350 gramos, menos maniobrables.

Camino a Campo I 6100 msnm
Camino a Campo I 6100 msnm

Qué es lo mejor que te pasó en esta expedición?
La mancomunidad que logré con la gente en entorno a esto de poner la bandera Argentina en la cumbre. Uno no anda con la camiseta puesta todo el día como un atleta olímpico o un deportista convencional. Pero poner la bandera en la cumbre y sentir que es un logro nacional, es increíble, y la gente que me lo hizo saber. Ese momento fue lo mejor que me pasó en una montaña después de 25 años.

Carpa Cocina
Carpa Cocina

Y algo feo que te haya pasado?
Las críticas. La gente es muy despiadada con las críticas. A mí me parece que las críticas constructivas suman, pero hay un minúsculo grupo que se le ha ido la mano.

Camino a Tseram
Camino a Tseram

Cómo vivió la familia este 8000?
Lo viven de una manera muy especial. Tengo más comunicación con mis hermanos y con un grupo de amigos íntimos y trato de no preocuparlos. No resigno lo que hago ni lo voy a dejar de hacer. Hay algo fundamental, siempre llevo un seguro de vida, trato de prever si me llegara a pasar algo, no dejarle una carga a la familia. Cuesta lo que una cuota al año, la cuota de un servicio y te cubre asistencia, rescate, repatriación, gastos médicos y hasta pérdidas de equipo.

Torton
Torton

Tenés miedo de morirte?
Hace dos expediciones que lo asumí y estoy plenamente entregado a esto. Sé que se me va la vida en ello, lo asumo. Lo que me cuesta más es pensar en sufrir, no me gustaría quedar roto en la montaña. Si pasa, que pase de una.

Campo II a 6250 msnm
Campo II a 6250 msnm

Qué proyecto tenés a futuro?
Primero terminar el proyecto 8000 que son las montañas que no tuvieron bandera argentina: Nagna Parbat y Annapurna.

Festejo de cumpleaños luego de bajar de aclimatar
Festejo de cumpleaños luego de bajar de aclimatar

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INKAFEST, PERÚ

diciembre 10, 2019 — by Andar Extremo

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Luego de cuatro años consecutivos del Inkafest, Arequipa es sin duda alguna, la puerta Inca de los deportes extremos. Con invitados de talla internacional y con actividades en donde predominó el espíritu de la aventura en cada rincón de la ciudad, la 15ta edición del Film Mountain, dio la oportunidad de ver más de 50 producciones de todo el mundo.

por Andar Extremo fotos Lixayda Vásquez y Marcos Ferrer

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Inkafest es un festival espectacular. Enmarcado por una ciudad que geográficamente acompaña con su templo de volcanes, el 14 de octubre durante la apertura realizada por Ivan Canturin, director del evento, se presentó a los integrantes de la primera expedición de rafting al Cañón del Colca en 1983. En una charla divertida y llena de anécdotas, los pioneros de la aventura en Arequipa, dieron el puntapié inicial para un evento memorable.

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Las jornadas transitaron entre conferencias, experiencias, talleres y películas… muchas películas. Cincuenta y seis films fueron exhibidos a lo largo de una semana en diferentes salas, 1300 cortos y largometrajes de los dos últimos años. La temática de los films de deporte aventura y medio ambiente, tuvo la presencia de producciones argentinas como “The Running Nonna” la historia de nuestra querida Elisa Forti. También pudo verse un documental de Leonardo Martínez, “Poke” de Ski adaptado. Cabe destacar también, “Troperos” un films de los arrieros de ovejas en la Patagonia y, como no podía faltar el agua, se emitió el films “Transcending Waves, olas sin fronteras” de surf. En defensa de la ecología, estuvo el un corto “El tiempo es Agua” y, por último, el video “Donde Cantan Los Vientos, Cerro Torre” de escalada.
La película ganadora fue “The Last Mountain”, un film polaco que muestra el intento de escalar el K2 en invierno, único 8000 nunca hecho en invernal. Una expedición hecha en 2018 y liderada por leyendas del montañismo como Krzysztof Wielicki, Adam Wielicki y Denis Urubko, y donde también participan en el rescate en el Nagna Parbat de la francesa Elisabeth Revol.

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Dentro de las temáticas de este festival hubo 11 películas que tocaron el montañismo, 15 de escalada, 8 de Trail run y running, 5 de ciclismo de montaña, 3 de kayakismo, 3 de esquí y snow, 2 de surf, una de Stand Up Paddle y una de parapente. En lo que respecta a medio ambiente, se pasaron 13 películas.

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El Inkafest comenzó en 2005 en Huaraz, en la cordillera blanca. Cuando el lugar comenzó a quedar chico, buscaron una ciudad que pueda acoger a más persona y desde hace 4 años, se hace en Arequipa. Entre las grandes personalidades que han pasado en estos 15 años podemos recordar a Kurt Diemberger, Carlos Soria, Krzysztof Wielicki, Sebastián Álvaro (director del programa de TV Al Filo de lo Imposible), Oscar Cadia, Dalla Ojeda, Silvia Vidal, y directores de festivales de cines de montaña importantes como el de Trento o el de Torello. En la lista de las posibles personalidades para futuros eventos, están Reynold Mesnner, Los hermanos Pou, Chris Sharma, Carlos Carsolio o Bear Grylls. También, en uno de los festivales estuvo el ex presidente de Bolivia Carlos Mesa, amante de los documentales de deporte aventura.

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En esta edición, no se puede dejar de mencionar a reconocida montañista suiza Marianne Chapuisat, quien dio una charla de vida en la montaña. Marianne es una de las dos mujeres que hicieron un ochomil en invernal en la historia de la humanidad. El Cho Oyu de 8201 msnm, fue la cima que coronó en noviembre de 1993 y que le dio un lugar destacado entre tantos hombres de montaña. Se inició con el argentino Lito Sánchez, con quien luego de varias temporadas en Aconcagua en el ´90 y ´91, hizo una expedición a los Himalayas con seis españoles. De los 8, 7 hicieron cumbre en el Cho Oyu. También tiene tres ochomiles más coronados el Gasherbrum l y II en el 2003, y el Nagna Parbat en 2005. Hizo un intento al Everest, y a los 8700 msnm tuvo que bajar por mal tiempo.

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El festival también contó con la participación de la ecuatoriana Juliana García, única guía internacional de montaña de Sudamérica y presidenta de la Asociación ecuatoriana de Guías de Montaña. Con muchísimas cumbres en su haber, no solo relató su historia, sino que también brindó unos talleres sobre cómo planificar salidas a la montaña.

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Representando a Perú, estuvo la montañista Lixayda Vázquez, de Cusco, quien dio una charla de su experiencia en la aventura.
Realmente fue una semana increíble, donde seguramente quedaran personajes y experiencias en el tintero. Un festival a todo ritmo, donde convivieron films y charlas, Desde la revista Andar Extremo queremos agradecer a Promperu Comisión de Promoción del Perú para la Exportación y el Turismo, que presentó a Arequipa como destino de Aventura de la Región. También a Copa Airlines línea aérea del festival, a Socosani, agua mineral del Perú, la Universidad Tecnológica del Perú – Arequipa – UTP, aliado principal del festival, y a la Municipalidad Provincial de Arequipa.

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LA PELI GANADORA“THE LAST MOUNTAIN”
Director Dariusz Saluski, Polonia año 2019, tiempo 83 min.
La verdadera historia del intento de escalar el K2, el último pico del Himalaya sin conquistar en invierno. La expedición liderada en 2018 por veteranos del montañismo y leyendas como Krzysztof Wielicki, Adam Bielecki y Denis Urbko. Sumado a esto el exitoso rescate en el Nagna Parbat de Elisabeth Revol, escaladora francesa que estaba atrapada en una grieta. Fue una de las operaciones de rescate más exitosas del montañismo.

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NIRMAL PURJA, 14 Ochomiles en 6 meses y 6 días

octubre 29, 2019 — by Andar Extremo

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El alpinista Nepalí logró el récord en 190 jornadas

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23 de abril Annapurna 8.091 msnm
12 de mayo Dhaulagiri 8.167 msnm
15 de mayo Kanchenjunga 8.586 msnm
22 de mayo Everest 8.848 Msnm
22 de mayo Lhotse 8.516 msnm
24 de mayo Makalu 8.481 msnm
3 de julio Nanga Parbat 8.126 msnm
15 de julio Gasherbrum I 8.080 msnm
18 de julio Gasherbrum II 8.035 msnm
24 de julio K2 8.611 msnm
26 de julio Broad Peak 8.051 msnm
23 de septiembre Cho Oyu 8.201 msnm
27 de septiembre Manaslu 8.156 m msnm
28 de octubre Shisha Pangma 8.027 msnm

“¡Misión cumplida!”, dijo Nirmal Purja desde la cumbre del Shisha Pangma. Catorce picos en menos de siete meses. A las 8:58 horas del 28 de Octubre (horario local), Nims y su equipo alcanzaron la cumbre del Shisha Pangma. Sus compañeros de cordada son: Mingma David Sherpa, Galjen Sherpa y Gesman Tamang.
Nirmal Purja no solamente cumplió su objetivo de ascender los catorce ochomiles en un tiempo determinado, sino que rebaja el récord histórico. Los 6 meses y 6 días del alpinista nepalí contrastan enormemente con los 7 años, 10 meses y 6 días que figuraban hasta ahora como el menor tiempo empleado para completar los catorce ochomiles, establecidos por el coreano Chang-ho Kim en 2013.

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FINIS TERRA, OTRO MUNDO LLAMADO ANTÁRTIDA

agosto 20, 2019 — by Andar Extremo

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El proyecto Finis Terra fue llevado a cabo en enero de 2007, durante 43 días una expedición del Centro de Actividades Deportivas, Exploración e Investigación de la mano de Alfredo Barragán, documentó por aire, mar y tierra la vida del continente blanco. En noviembre de 2008 y luego de 7 años de ediciones del Periódico de Aventura Andares surgía con el mismo legado la primer Revista Andar Extremo, esta fue su nota principal.

Por Daniel Ferrer Fotos Alfredo Barragán

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Hasta hace poco tiempo se pensaba que Marco Polo, Cristóbal Colon y Neil Amstrong eran aventureros. También se pensaba que el polo sur era el fin de la tierra. El CADEI cambia estos conceptos y se afirma en otros valores relativizando lo material como motor para la acción. Alfredo Barragán y sus compañeros del Centro de actividades deportivas, exploración e investigación (CADEI) así lo sostienen.

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El propio Alfredo Barragán afirma: “Yo no soy aventurero, soy expedicionario, voy después de años de planificación, de previsión de equipamiento y de entrenamiento. Ejecuto las expediciones como una operación deportivo-científica, con un grupo sumamente capacitado y con absoluta responsabilidad. Siempre nos ajustamos a pautas deportivas, científicas y éticas, a límites que nosotros mismos nos ponemos, donde la aventura queda de lado y predomina la expedición”.

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Con esta idea podemos concluir que Marco Polo fue bastante aventurero, Colón mucho menos y el primer hombre en pisar la luna nada aventurero.
Otra idea de Barragán es que “el fin del mundo es Ushuaia. El nombre de Finis terra fue un error. En la Antártida tengo la sensación de haber estado en otro planeta. La Antártida es mucho más allá del fin del mundo”

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A nivel de valores Barragán dice:”Me voy a jugar la vida por una gesta romántica pero no por una comercial. El deporte es bonito como una expresión de libertad, de romanticismo y no entra allí el signo pesos o un contrato publicitario. Nuestras expediciones empiezan y terminan cargada de valores, de principios de ideas”.

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Barragán nació en Dolores (Pcia. Bs. As.) en 1949. En sus múltiples expediciones y especialmente en la Antártida combinó su formación y la de sus compañeros en navegación, buceo deportivo, montañismo, piloto de planeador, kayakista y su gran capacidad para prever y planificar. Por sus antecedentes, capacidad y la importancia del proyecto para el conocimiento del continente helado, Finis Terra fue aprobado por la Dirección Nacional del Antártico.

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El recorrido geográfico se lo puede apreciar en el mapa en recuadro aparte. Es si interesante, describir algunas de sus experiencias cotidianas para comprender su afirmación “La Antártida es otro planeta, no es comparable a nada del mundo conocido”
El 18 de enero de 2007 partieron de la Base Aérea de El Palomar en un Hércules de la Fuerza Aérea rumbo a Ushuaia, Alfredo Barragán, Jorge Iriberri, el arquitecto Rubén Tablar, Jorge Serda, el ingeniero agrónomo Santiago Roncoroni, y Pablo Tórtora director de KHP como productor y realizador del documental sobre la Expedición. Todos ellos hombres con experiencia que rondan entre los 40 y 60 años de edad.
En Ushuaia practicaron kayakismo en el mismísimo canal de Beagle, puerta Argentina de la Antártida. Cuatro días más tarde zarparon a bordo del rompehielos Irizar de la Armada, en el viaje que todos los años realiza para el reaprovisionamiento de las bases argentinas, hacia el continente más alto del planeta, la Antártida, que tiene un espesor de hielo que lo cubre de casi 2000 metros y donde las temperaturas alcanzan los 78 grados bajo cero.

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Durante 43 días navegaron 6200 millas (11.000 kilómetros), visitaron doce bases antárticas argentinas y extranjeras, estuvieron dos semanas dentro del círculo polar antártico, bucearon entre icebergs, exploraron grietas y escalaron témpanos flotantes. Todo ello quedó documentado y registrado en 15.000 fotografías digitales y 25 horas de filmación de alta resolución. Luego de la expedición se realizaron audiovisuales con las fotografías.

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Las experiencias vividas fueron únicas, y lo más anecdótico fu, haber buceado durante una hora y cuarto en aguas con temperaturas de 1,3° bajo cero y escalado un témpano flotante que se había desprendido del territorio argentino, en el Mar de Weddel. Esta fue la experiencia más significativa de la expedición, ya que tuvimos que caminar un kilómetro sobre el mar congelado hasta llegar al inmenso témpano, de unos 40 metros de alto, que escalamos con técnica de montaña. Y una vez arriba de éste, desplegamos la bandera Argentina sobre una de sus paredes.

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Los exploradores de Finis Terra pudieron advertir, con preocupación, evidencias irrefutables de los efectos del calentamiento global en la Antártida: “En las islas Shetland, por ejemplo, navegaron en zonas que en las cartas náuticas aún figuran como frente de glaciar. Y en la Base Naval Jubany, en la isla 25 de Mayo, donde antes sólo nevaba, fuimos testigos de una lluvia que era algo impensable décadas atrás.
“El propósito de Finis Terra era realizar un trabajo documental en la Antártida para luego difundir el material y así concientizar y sensibilizar a la población mundial sobre esa situación y su importancia para el ecosistema global”.

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El viaje a bordo dista mucho de ser un viaje de placer. El trabajo es intensísimo. El reabastecimiento de las bases extenuante en medio de un clima totalmente inhóspito. La investigación de los hombres de CADEI permanente. Las primeras constataciones preocupantes. Las barreras de hielo habían retrocedido 500 metros en los últimos años por el calentamiento global. Después de las Shetland, Decepción y las Orcadas del Sur, llegaron a la primer base permanente. Allí los científicos les afirmaron que la base corre peligro porque la bahía en la que se encuentra se congela cada vez menos.

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Al pasar por el paralelo 77º e ingresar al círculo polar antártico, todos aquellos que lo hacían por primera vez fueron bautizados con un helado chorro de agua sobre la cubierta. Cuando llegaron al paralelo 78º (A doce grados del polo sur) se encontraron con la Base Belgrano II. Entre otras cosas aprendieron a “leer” el horizonte. Si en él, el cielo esta blanco en la superficie hay hielo, si se ven nubes oscuras abajo hay agua. Una de sus mayores experiencias comienza en ese momento. Cargaron carpas, bolsas de dormir, piquetas, cuerdas, alimentos, cámaras y salieron a explorar.

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Dice Barragán:”Se siente en la piel el aislamiento y la soledad”. Luego de caminar una hora encontraron una roca sobre la que montaron las carpas, cortaron bloques de hielo e hicieron una pared semicircular para protegerse de los vientos. Al día siguiente experimentaron el “blanqueo”, fenómeno óptico por el cual se ve todo blanco, no se distinguen formas y se pierde toda referencia, lo cual torna difícil salir a caminar. Para ese día estaba planificado bajar en una grieta. La intención era bajar en una de las grietas, por eso, leyendo el terreno, buscamos y buscamos, hasta que dimos con una. “El flaco” Serdá me daba seguro y a su vez, otro aseguraba al Flaco. Comencé a pinchar el piso con una especie de jabalina hasta que encontré el hueco. En vez de sentir el `toc toc’ del hielo duro debajo de la nieve, la lanza se fue toda hacia abajo. Le di con la pala hasta que cayó el puente y se abrió una boca de un metro y medio de ancho, por tres metros de largo; la grieta debería ser gigante, pero sólo se abrió eso. Con crampones, dos piquetas técnicas y asegurado, descendí en la grieta. La recorrí por debajo del puente de hielo. Hacia abajo se veía rocío azul y, mas allá, negro. Filmamos, fotografiamos, la exploramos… Fue una buena experiencia.”

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La práctica de CADEI en el paralelo 73° fue intensa. Además de las exploraciones, las fotos y la filmación documental, soportaron vientos de 110 km/h y temperaturas de -35° C. Pero no fue todo; también caminaron por el congelado Mar de Weddell has¬ta un gigantesco témpano de hielo y lo escalaron. Una vez arriba, desplegaron una bandera argentina; la misma que, días atrás, el personal de Belgrano II le habían entregado a CADEI en reconocimiento por los 10 años de expediciones. Y allá arriba, en lo alto del témpano, estaba la bandera desplegada con sus hombres saludando: una imagen importante, fotografiada y filmada desde un helicóptero de la Fuerza Aérea Argentina. Era el comienzo de la despedida, ya que el rompehielos ARA Almirante Irízar regresaba a la península antártica, para luego volver al continente americano.

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El buceo entre témpanos de hielo fue otra gran experiencia. “La DNA nos recomendó bucear en las cercanías de la Base Jubany, y nosotros no desaprovechamos la oportunidad de documentar la Antártida desde abajo del agua -cuenta Barragán-. Salimos en dos gomónes y nos sumergimos en una caleta ignota, y en un sector llama¬do Los Pinitos. Junto al “Vasco” Iriberri, al ” Flaco ” Serdá, a Santiago Roncoroni y a mi hermano Federico, bajé. La temperatura del agua era de -1° C. Allí encontré una flora variadísima, con vegetales de diferentes texturas y variedad de anchos de hoja: algas, estrellas de mar, pingüinos Adelia y de barbijo por todos lados… Te aseguro que fue otra experiencia intensa. Al finalizar, subimos a los botes y nos preparamos para regresar a Jubany. En eso estábamos cuando aparecieron ¡dos focas leopardo! Las tuvimos muy cerca y te confieso que asusta: un maxilar triangular fortísimo. Es una mezcla de víbora, con tortuga de mar, y dinosaurio… Por suerte, ya habíamos buceado… “
Por eso se comprende que después de 43 días don Alfredo haya dicho “Tengo la sensación de haber venido de otro planeta“.

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Exploraciones del CADEI
Barragán sostenía que los africanos pudieron haber llegado a América 3000 años antes que Colón, aunque los científicos consideraban imposible el cruce del Atlántico hace 35 siglos. Para confirmar su teoría, creo y dirigió un equipo compuesto por el comerciante Oscar Horacio Giaccaglia, el camarógrafo Félix Arrieta, el abogado Jorge Manuel lriberri y ingeniero agrónomo Daniel Sánchez Magariños. Juntos a este grupo Barragán se propuso cruzar el océano en una réplica de las antiguas embarcaciones africanas: una balsa de troncos, sin motor ni timón.

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Para construirla viajaron en 1983 a Guayaquil, Ecuador, en donde se metieron en medio de la selva, acompañados por indígenas, para dar con unos árboles iguales a los que en épocas pasadas crecían en la selva africana. Seleccionaron 20 troncos de 18 metros de largo y los llevaron a un astillero de Mar del Plata. Utilizando 9 de esos troncos, fibra vegetal y caña de bambú, crearon una balsa sin timón y con una vela en la que cargaron dos garrafas de gas, alimentos deshidratados, agua mineral, destiladores de agua, e instrumentos de navegación que solo utilizarían para confirmar su posición.

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El 22 de mayo la expedición Atlantis partió del puerto de Santa Cruz de Tenerife, en la Islas Canarias, y todo el viaje quedó documentado, ya que además del camarógrafo Arrieta el resto de la tripulación oficiaría como fotógrafos.
Durante el viaje la balsa debió soportar dos tormentas con olas de más de 8 metros y vientos de 70 kilómetros por hora. La primera fue a los 15 días de salir y duró 48 horas, mientras que la segunda fue casi al final e hizo que se soltaran varias ligaduras. Ante esta situación debieron anular la vela y todos se ataron a la nave. Un momento realmente picante.Igualmente tras 52 días de viaje y recorridos 5.500 kilómetros de mar llegaron al puerto de La Guayra, Venezuela, en donde fueron recibidos por miles de personas. A poco de llegar el capitán de la Atlantis pronunció una frase que quedaría en la historia: “Que el hombre sepa que el hombre puede.”

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Cuatro años después se estrenaría la película “Expedición Atlantis”, escrita y dirigida por el mismísimo Barragán. En ella se pueden ver las distintas peripecias que debió soportar la tripulación, como la fractura de la pierna que sufrió Arrieta en pleno viaje. Este film, quizás movilizado por un sentimiento patriótico, fue visto casi obligatoriamente por toda una generación de niños que concurrió al cine en excursión escolar o, en menor medida, debió verla en el colegio mismo.

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Para culminar, nada mejor que repasar los increíbles logros de Alfredo Barragán. En el 84 dirigió la Expedición Atlantis, en 1991 hizo cumbre en el Aconcagua, realizó el cruce de la Cordillera en Globo en 1993, ascendió en 1995 a la cumbre del Kilimanjaro en África, realizó el cruce del caribe en kayac desde Venezuela a Puerto Rico en 1999 y el año pasado realizó la expedición Finis Terra
Después de todo esto le preguntaron si alguna vez la había pasado mal en sus expediciones, su respuesta fue una declaración de principios. “He tenido momentos de zozobra como cualquiera que viaja a Mar del Plata. Siempre digo que si Barragán puede, cualquiera puede, porque las cosas no son imposibles, sino sólo difíciles”. Y entre tantas frases queda claro que Barragán tiene un ego enorme, aunque hay que reconocerlo: tiene con que respaldarlo.

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Montañismo

Homenaje a Mariano Galván, en el día del montañista

agosto 6, 2019 — by Andar Extremo

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El gran montañista Mariano Galván fue homenajeado por el Club Andinista de Mendoza (CAM) con una placa en el campamento Piedra Grande, a casi 3600 msnm en el Cordón del Plata, Vallecitos en la provincia de Mendoza.

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El domingo 4 de agosto, el Club Andinista de Mendoza colocó una placa y convocó a a familiares, amigos, colegas y la comunidad montañera a rendirle un homenaje al icono del montanismo argentino, Mariano Galván, desaparecido en el Nagna Parbat hace poco más de 2 años, el 24 de junio de 2017, por causa de un alud.

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La cita fue en el refugio Mausy donde en grupos fueron subiendo de apoco luego de unas breves palabras de amigos y familiares. Con una temperatura poco habitual en estas épocas, unos 20° y un sol increíble el grupo que llego a ser de unas cuarenta personas se fue agrupando luego de una caminata de unas 3 horas, en el lugar donde se había colocado la placa.

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Piedra Grande parece realmente un templo con las catedrales de piedra de fondo que llegan a los 5000 msnm. En este lugar increíble hablaron Patricia Garis, presidenta del CAM, Javier Robello, compañero y finalmente David Leiva, de la Patrulla de Rescate.

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El día continuó con una tarde especial, cálida y soleada, mientras los grupos se escurrían hacia el refugio. Las charlas, los mates y los recuerdos fueron testigos de la caída del sol tras las montañas.

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Montañismo

Nevado de San Pedro y Volcán Zapaleri, Jujuy

julio 29, 2019 — by Andar Extremo

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Javier Echenique y Julieta Balza conquistaron dos cumbres en la puna jujeña. Con mucho esfuerzo, logística y estudio previo, llegaron a las cumbres del Nevado de San Pedro 5870 msnm y al Volcán Zapaleri 5565 msnm.

por Por Javier Echenique y Julieta Balza, texto y fotos

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Estos dos volcanes son importantes por distintas razones: el San Pedro por ser el segundo pico más alto de Jujuy (peleando por unos metros con el Nevado de Chañi), y el volcán Zapaleri, por ser el punto tripartito de Bolivia, Chile y nuestro país.
Para los montañistas salteños Javier Echenique y Julieta Balza, ambos desafíos cumplían con una de sus expectativas esenciales, de tratar siempre de llegar a montañas que no se suben por distintos motivos: difícil acceso, varios días de ascenso, etc.

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El pasado 13 de abril, emprendieron el viaje hacia la ciudad de Susques, Jujuy, para iniciar su travesía. Allí pasaron la noche para aclimatar un poco. Al día siguiente, ya entrados en plena puna jujeña y después de buscar la huella que los dejaría en las casas que habían visto por el google earth, realizaron el primer campamento, es decir el campo base. En la primera jornada de ascenso salieron por una gran quebrada que los llevaría al corazón del volcán San Pedro. En ese lugar, realizaron dos campamentos para poder acercarse al tramo final que los llevaría a la cumbre.

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El miércoles 17 de abril con un día poco nublado y con algunas leves precipitaciones, Javier y Julieta estaban haciendo cumbre en el Volcán San Pedro. Con una pequeña apacheta, encontraron un testimonio que poco se leía. Parecía ser de hace muchos años y suponían de quién podría llegar a ser por información previa al ascenso. El testimonio databa de más de 10 años y contaba el primer ascenso de Cesar Bracamonte, Roque Espósito, Marcelo Bullón y Juan Cinta, es decir que el ascenso de Javier y Julieta fue el segundo en este volcán tan increíble y misterioso. Probablemente por la información recaudada, Julieta se convertiría así, en la primera mujer en pisar su cumbre.

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Luego de bajar del San Pedro, fueron hacia la base del volcán Zapaleri. Después de varias horas y por un camino poco marcado, llegaron a la base. Realizaron un campamento para poder descansar, y al día siguiente poder ascender a los 5565 msnm que tiene el volcán. Bien temprano comenzaron a ascender por el filo sureste. Este mismo lleva hasta la parte de roca bien empinada y última para el ascenso final. Con un trekking, casi escalada, llegaron a coronar el día viernes 19 de abril la cumbre del tripartito Volcán Zapaleri. Nuevamente encontraron testimonio, esta vez, de tres salteños que anteriormente estuvieron allí en el 2017 y en la misma hoja, un testimonio de un grupo de chilenos que databa de marzo del 2019.

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Montañismo

Intento al Broad Peak

julio 24, 2019 — by Andar Extremo

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Como todos saben en el mundo del montañismo, Juan Pablo Sarjanovich logró el 20 de mayo ser el primer argentino en hacer la tercera montaña más alta del mundo. El Kanchenjunga con 8586 msnm, fue coronado un poco antes del intento al Broad Peak con 8051 msnm. En la siguiente nota, una bitácora de esa expedición.

por Juan Pablo Sarjanovich texto y fotos

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Cuesta mucho entrar en un nuevo país. Pakistán cuesta muchísimo. Sus costumbres, su gente, su comida, su higiene, su religión. Todo es nuevo al pisar tierra musulmana por primera vez, para un occidental criado entre asado, fútbol y empanadas. La gente se abalanza sobre uno sin respetar distancias. Preguntan todo. Se meten en plena intimidad sin reconocer límites. En el hotel, entran a dejar una toalla a la habitación sin golpear. Nuestro contacto local nos viene a invitar a comer 5 minutos antes de salir a comer sin importar qué estamos haciendo ni si estamos cansados o siquiera si tenemos ganas de ir. Tenemos que ir. Punto. Son tan amables y bondadosos como inoportunos.
Desde el día uno nos pone un “oficial de enlace”, militar de carrera que nos sigue a sol y sombra, y va preguntando a cada integrante por los demás, tomando nota por si alguno se pisa. El grupo estaba conformado por Sebastián Aldana, Juan Pablo Sarjanovich y caminantes argentinos que fueron a conocer el campo base de la mano de Jujuy Expediciones y luego de dos noches allí, retornaban a Islamabad. Por suerte, nuestro oficial es joven, educado y dócil, enseguida entiende que no queremos que se entrometa con nosotros. Sé de anécdotas de gente que ha tenido que modificar incluso su plan de aclimatación porque así se lo pidieron. Puede ser muy incómodo, y no hay mucho por protestar. Acá no sólo las mujeres están bajo el yugo de una ley estricta. Tener que esperar tres meses para que te den una visa teniendo que mandar el propio pasaporte a la embajada, mientras se aguarda con muchos formularios y comprobantes, es un botón que sirve de muestra de lo que puede uno esperar al llegar. Por suerte, algunas viejas costumbres están empezando a quedar atrás. La semana pasada se inauguró un nuevo sistema de visado online que promete ser un punto de inflexión en la relación con el extranjero.

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Luego están los talibanes, uno los cruza camino a la montaña en la zona de Chilas, a un día en vehículo de la capital del país. Ellos no gustan de los extranjeros. Ni siquiera está permitido andar por la calle en su presencia y si uno osa salir como hice yo, se arma todo un escándalo. Lo que menos hacen es preguntar qué hace uno ahí.
Pakistán es un país muy militarizado, con bastas zonas viviendo con costumbres impuestas por líderes de castas de las que nunca escuchamos hablar pero que tienen el poder suficiente como para mandarte de vuelta en un retén por la ruta que viniste, sólo porque a ellos se les antoja. En plena zona talibana se encuentra el Nanga Pargat y desde la temporada de la matanza en 2013, es obligatorio entrar a cualquiera de las vertientes (tiene tres) acompañado con escolta policial. Para llegar a nuestro destino pasamos frente a dos de ellas: la Diamir, por donde se accede a la arista Mazeno, y la Raikot o ruta de “Fairy Meadows”. La mayoría suele volar directo de Islamabad a Skardu evitando dos días de vehículos y este periplo de aventuras.
Así vemos Pakistán. Así es el territorio en el que nos encontramos cuando decidimos ir al Broad Peak. Esperar por un alud en el jeep que nos lleva a Gilgit Baltistan durante 15 o 20 horas en el medio de la nada o luego caminar casi 100 kms por el Baltoro para llegar al campo base durante una semana, termina siendo un juego de chicos.

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Casi un placer atravesar esas lenguas de hielo enormes parecidas a un laberinto, y ríos que al cruzarlos congelan la sangre al punto de hacer doler los huesos de manera indescriptible. Verdaderamente es maravilloso encontrar en una pasarela de 3 kms de ancho por 57 kms de largo (como lo es la del glaciar del Baltoro), tantas montañas épicas. Casi lo hacen a uno olvidar que está en el medio de la nada misma, sin poblados cerca, ni apoyo alguno que lo asista en caso de emergencia. Los animales que comeremos los siguientes 45 días van vivos hacia arriba, junto a nosotros. Los pollos agarrados por el pescuezo, las cabras a las patadas y los yaks cargando equipo.
En nuestro camino al encuentro con el Broad Peak y el K2 pudimos ver los cuatro Gasherbrum, el Mitre Peak (6010), el Chogolisa (7665), el Masherbrum (7821), la Torre Muztagh (7273) y hasta las Torres Trango (6286), entre otros increíbles picos. Tampoco es difícil cruzarse con algún escalador de élite que los esté por subir. A diferencia de Nepal, el circuito de los ochomilistas se encuentra muy acotado y todos marchan por una misma senda.
Este año, no sólo estuvimos con viejos amigos de anteriores expediciones sino con personajes emblemáticos como Sebastián Álvaro, Andrzej Bargiel y su equipo, con quien compartimos toda la subida hasta Concordia (división entre K2-Broad Peak y los GI y GII), y Helias Millerioux, reciente ganador de un Piolet de Oro por una nueva vía en el Nuptse.

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Y allá estamos, una vez más, en un campo base de un ochomil. Con todas las ansias y expectativas puestas. Lo primero que vemos con mi compañero es el K2, a una hora andando de donde estamos. Luego de ver eso, el Broad Peak parece sencillo….hasta que vemos la canaleta de acceso a campo I.
Por la noche la temperatura cae hasta los -10 grados. Algo poco usual en los bases que me han tocado estar, y también acá. Según el cocinero, hacía dieciocho años que no veía una temporada tan fría. Por suerte dura poco. Lamentablemente la llegada del calor da paso a una tormenta de varios días que carga bastante la montaña, produciendo varias avalanchas por la zona de acceso al cerro. Una de estas avalanchas toma por improvisto a un equipo comercial que había puesto una carpa con todo su equipo técnico en una zona expuesta y pierden absolutamente todo. El resultado es que se tienen que bajar con las manos literalmente vacías.
¿El valor tiene un límite? ¿Cuánto uno es capaz de soportar antes de decir basta? ¿Cuántas avalanchas hacen falta sentir o ver? ¿Cuántos accidentes con heridos o muertos tienen que ocurrir antes de que uno acumule la suficiente tensión como para bajarse de un sueño de años de preparación? Pues en nuestro caso, 15 días.

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Cuando finalmente la tormenta pasa y logramos subir al campo I, todo es alegría. El campo casi se ve sobre nuestras cabezas, es muy empinada la canaleta que nos conduce ahí. El esfuerzo es grande, y grande también nuestra desazón cuando nos encontramos con un balcón con apenas lugar para 8 carpas…y con 8 carpas en el balcón. Intento ir un poco más arriba pero no hay forma de poner una en ningún lado sin riesgo de caída o avalancha. Vuelvo y mientras contemplo la rigurosidad y efectividad de movimientos de dos escoceses que llegaron junto conmigo al campo, me doy cuenta de que desarman para irse hacia arriba. El lugar no es más que un risco en el borde de un filo con caída libre al campo base pero, en ese momento, es la diferencia entre vivaquear al aire libre a 5600 m de altura o dormir encordado, pero bajo techo.
No es alentador armar la carpa, todas las que encontramos en pie en realidad no lo están. Muchas tienen varillas rotas, otras simplemente están enterradas por completo bajo un metro de nieve. Hay que acostumbrar la vista para adivinar dónde están los espacios para caminar. Y también prestar mucha atención porque el más mínimo desliz, lleva para abajo.

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Lo interesante de los escoceses no sólo es saber que tienen mas de 60 años y andan tan o mas rápido que nosotros, sino que son nada menos que Rick Allen y Sandy Allan. Para quienes no los conocen, son quienes completaron la Arista Mazeno en el Nanga Parbat siete años atrás. No fue la única vez que los vi, y luego me enteré que estaban simplemente aclimatando por la “normal” para luego intentar abrir una vía por la cara este, que aún no se ha conseguido en todos estos años. Es en medio de esa aclimatación que tienen el accidente que luego se hizo famoso, porque uno de los hermanos Bargiel usa su dron de altura para colaborar en el rescate y pone su cámara a ochomil metros para encontrarlo. Bargiel utiliza el dron habitualmente para asistir a su hermano en el descenso de las montañas que esquía. Él es quien mira la ruta, su estado, y le muestra el camino a recorrer.
Luego de quince días en la altura, subimos por segunda vez a campo I, esta vez con intenciones de pasar cuatro noches aclimatando. Es en esas circunstancias que se producen las avalanchas al bajar que expuse en mi cuenta de Facebook. Es en esas circunstancias que decidimos que la montaña estaba muy inestable y no merecía la pena seguir arriesgando. El valor tiene un límite, nosotros habíamos encontrado el nuestro. A poco de tomar la decisión de bajar y en pleno desarme, vemos como dos anglosajones que no encontraron espacio para acampar, subieron más arriba y fueron arrastrados unos cientos de metros por senda avalancha. Eso nos llevó a retrasar un día la bajada esperando que el frío de la noche consolide la ruta de descenso.

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Una vez en el base, restaba caminar una semana para salir de la montaña y luego cambiar de vehículo durante dos o tres días para llegar a Islamabad. Pan comido, pero no en Pakistán. Para nuestro descenso anticipado la empresa que contratamos nos proveyó de un arriero con dos mulas para el equipo y una bolsa arpillera repleta de arroz. Lo que no sabíamos era que camino al base había empresas prestando servicios, y conseguimos comer bien cada noche. Luego de un día de viaje en 4×4, mi cumpa consigue volar desde Skardu a Islamabad en poco más de una hora. Seguimos de suerte. Yo en cambio, decido quedarme unos días para cumplir algunos objetivos que finalmente tuve que posponer (¿quizás para 2020?) pero que me llevaron a ver rincones de la zona de Baltistán como por ejemplo, dos de las vertientes del Nanga Parbat y la ciudad de Gilgit.
Son las 6 am en Gilgit y ya me encuentro solo. El coche que me llevaba a Islamabad pinchó a 100 mts de arrancar un viaje de 500 kms y más de 16 hs. El sol ya aprieta. Me sirvieron el agua tibia y el mate no es lo que quisiera. Estoy desperdiciando uno de mis últimos mates. Es lo que más lamento. Pakistán me agota. Los Himalayas no son sólo montañas. Son personas, culturas, desafíos constantes. Cuando parece que ya lo viste todo y lo superaste todo, alguien te pone a sudar. A pensar distinto, a cambiar los planes, los tiempos, las costumbres, la forma de pensar.
Se fue mi chofer. La rosca de la llave cruz no coincide con las tuercas de la rueda. A mí me pasa lo mismo, pero en la cabeza. No son pocas las veces que me faltan herramientas o no tengo las adecuadas para enfrentar los problemas que se me presentan en los Himalayas. Porque, obviamente, no son sólo montañas….

ExploracionMontañismo

1600 KM, DEL MAR AL ACONCAGUA

julio 5, 2019 — by Andar Extremo1

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EXPEDICIÓN HOMENAJE AL SUBMARINO SAN JUAN Y SUS 44 TRIPULANTES

“Desde su muelle a lo más alto de la Patria”, desde Andar Extremo estamos más que contentos porque nuestro amigo Guillermo Tibaldi, quien fue comandante del Submarino ARA “San Juan”, llevará el logo que diseñamos desde nuestra revista.
Al cumplirse dos años de la última salida desde la Base Naval Mar del Plata del ARA San Juan, Guillermo intentará el sábado 26 de octubre, correr desde el muelle hasta lo más alto de nuestro país. Junto a una bandera argentina con los nombres de los 44 tripulantes, buscará llegar hasta la cumbre del Cerro Aconcagua en Mendoza. Serán 1600 km trotando, caminando o corriendo, para luego ascender los 6962 msn6m que tiene el techo de América.
Durante el periplo, dará charlas en las escuelas y otros lugares con fines educativos, hablando sobre la vida a bordo de un submarino, las particularidades de su navegación y su uso, la historia del San Juan y el cuidado de las tumbas de los marinos del mundo, a través del respeto del medio ambiente oceánico.
Asimismo, se plantea como objetivo, realizar la construcción de un Memorial en la Escollera Norte al finalizar la Expedición.

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MANASLU, CUMBRE ARGENTINA

marzo 28, 2019 — by Andar Extremo

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Matías Marin de 39 años y Ulises Kusneszov de 24, en septiembre del 2018 lograron coronar su primer 8mil: el Manaslu con 8163 msnm. En una entrevista realizada en Buenos Aires, Matías nos cuenta la historia de este increíble ascenso. Nota en la revista Andar Extremo 52.

por Matías Marin y Ulises Kusnezov texto y fotos

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¿Cómo fue su camino en la montaña hasta llegar al Manaslu?
Demoramos bastante en hacer nuestro primer ochomil. Hace rato que queríamos hacerlo, pero la condición económica limita y lo veníamos pateando. Hace mucho que hacemos montaña. Uli tiene 15 años menos que yo, pero desde chico empezó de la mano del abuelo y del padre. Yo hace 10 años, pero han sido super intensos. Llegamos con mucha experiencia. En la cordillera de los Andes nos manejamos como en nuestra casa, tenemos muchos 6miles ascendidos y guiados, hicimos las 10 montañas más altas de América, las 10 más altas de Argentina, los 10 volcanes más altos del mundo. Hace 5 años venimos subiendo montañas juntos.

¿Cómo se gesta este 8000?
Necesitábamos armar una buena logística y llegar lo mejor posible al campamento base, por lo que al ser nuestra primera vez allá, la tuvimos que contratar. La aproximación es de una semana y te facilitan los permisos y se hacen cargo de los equipos. Desde el base hasta arriba nos auto gestionamos, sin sherpas, sin oxígeno. Este año después de la temporada de trabajo, en marzo, por suerte averiguamos varios presupuestos y empezamos a cerrar lo que sería este ascenso. Lo confirmamos recién 10 días antes. Ya veníamos entrenados, asi que cuando juntamos la plata sacamos pasaje y nos fuimos.

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¿Cómo fue el viaje?
Volamos a Katmandú e hicimos las compras de las provisiones para los campos altos. Teníamos una semana de aproximación al base: un día de bus, un día de jeep y 5 días de trekking por la selva, que es increíble. Al tercer día de trekking nos separamos del grupo, nos adelantamos y llegamos dos días antes al base. Eso nos vino bien porque habíamos salido una semana más tarde que las demás empresas, así que el tiempo ese nos sirvió porque estuvimos más tiempo a 5000 metros, así podíamos generar más glóbulos rojos. Este detalle más otras cosas, nos sirvieron para hacer la diferencia. La ventana vino temprano, para el 27 de septiembre. Cuando bajamos de la rotación, teníamos dos días para descansar y volver a subir para el ataque a la cumbre. Muy poco tiempo, así que esos dos días de changüí nos ayudaron.

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¿Cómo fue el porteo?
En el base estuvimos 2 o 3 días, hicimos un ascenso a Campo 1 cargadísimos, con 25 kilos cada uno. Dormimos ahí y bajamos. Después descansamos un día e hicimos la rotación: fue Campo 1 5800 msnm, Campo 2 6300 msnm y Campo 3 6700 msnm, en el que no pudimos quedarnos a dormir porque venía una nevada de dos o tres días así que nos quedamos un par de horas, tomamos unos mates y bajamos al 2. Era la primera vez que cargámos tantos kilos para arriba, acá en los Andes desde 5500 a 6000m, tirás cumbre y vas liviano, allí fue pesado. Bajamos de Campo 3 a Campo 2 donde dormimos casi sin gente en la montaña y bajamos al base. Allí teníamos dos días y arrancar de vuelta para arriba, para agarrar la ventana.

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¿Cómo fue el ataque a la cumbre?
Hicimos Campo 1 y directo fuimos al Campo 3, porque había mucha gente en la montaña y queríamos evitarlos. Venía una masa china, que luego a la hora de avanzar en las cuerdas se hace tedioso. Y no son 3 o 4 cuando pasas, imagináte que había un grupo con 30 chinos con sus 30 sherpas. Son 60 personas! para pasarlos es un rato y es peligroso, porque en las cuerdas te desanclás de la línea de vida y tardás para volver a anclarte. Allí tomamos conciencia de lo que hacía Mariano Galván en Everest, él se soltaba y se ponía a pasar chinos para poder llegar a cumbre a los 8848msnm. Y encima ellos iban con oxígeno. De Campo 3 fuimos a Campo 4 a 7400 msnm e hicimos noche… si se puede decir noche. Llegamos a las 4 de la tarde, montamos el campamento, nos pusimos a derretir nieve, comimos y dormitamos hasta las 11 de la noche que, de nuevo comenzamos a derretir nieve para salir 1:30/ 2 de la mañana al ataque final.

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¿Cómo organizaban la comida?
Como íbamos muy lejos, el tema de trasladar equipaje es caro, así que sólo llevamos yerba y bizcochitos para cuando extrañáramos Argentina. El resto de la comida la compramos allá. Lo que implementamos allí, es usar comida liofilizada, que acá no hay de calidad. Eso te hace ahorrar mucho tiempo. Siempre calculamos al gramo para no llevar peso de más.

Indumentaria.: ¿tenían sponsor?
No teníamos nada. Fue todo a pulmón. Ahora estamos hablando con Gonzalo, de Garmont, como futuro sponsor, así somos atletas de la marca. Además, tengo un amigo personal que tiene la marca Estilo Alpino y nos da indumentaria.

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¿Cómo fue el día de cumbre?
Habíamos dormitado 2hs, derretimos nieve y a las 2am arrancamos para arriba. Dentro de todo, salimos bien, sólo un poco adormecidos por la falta de sueño. Teníamos mucha carga en las piernas por subir tanto peso los días previos. Tardamos 9 horas en hacer cumbre, unos 700 m de desnivel. Ese día tiraron cumbre 25 personas, casi todos con oxigeno. Nos pasaron todos. Nosotros a los 15 días de llegar al campamento base tiramos cumbre, muy justo. Había un español, un chileno y un amigo de Suiza que subieron también sin oxigeno pero estuvieron 10 días antes. Puede atribuirse también a la falta de entrenamiento específico, capaz con eso la pasábamos mejor. Imagináte que en una hora hacíamos 80 metros de desnivel, nada. Hacías un paso, respirabas tres veces, otro paso. Lo bueno es que llegamos y estábamos solos, fuimos los últimos ese día.

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¿Cuál fue la sensación de llegar?
Fue lindo, disfrutamos un montón del rato (¡estuvimos media hora en la cumbre!), pero fue raro. Ese sueño de estar en un 8000 estaba cumplido, pero por la tensión, la adrenalina y no conocer mucho el ochomilismo… no fue la mejor cumbre de nuestras vidas, no estábamos eufóricos, ni lloramos. Como muy controlados. Nuestro momento fue cuando superamos el último tramo con fuerte pendiente por arriba de los 8000m, y volvimos a ver la cima. Nos sentamos y nos aflojamos. Nos dimos un gran abrazo, sabíamos que no se escapaba. Hay un video que dice “lo hicimos, nos costo… pero no fue la muerte”. De a poco se nos mete en la cabeza intentar otros 8miles, capaz de hacer dos juntos. No sabemos todavía.

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¿Cómo fue el descenso?
En 2 horas estábamos en el campamento 4, que está como en un col de la montaña, muy expuesto. Teníamos una carpa sin abside, con lo cual tuvimos que derretir adentro. Llegamos al mediodía con idea de bajar al Campo 3, porque a la altura que estás, en el 4 no se recupera el cuerpo. Pero subía mucha gente para intentar al día siguiente, así que esperamos hasta las 5 de la tarde. Cuando llegó el grueso, bajamos al 3. A las 6:30 ya nos sentíamos en zona segura. Tanto confort había, que un sherpa estaba con una chica en nuestra carpa, así que tuvimos que esperar que salgan.

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“Superamos el último tramo con fuerte pendiente por arriba de los 8000m, y volvimos a ver la cima. Nos sentamos y nos aflojamos. Nos dimos un gran abrazo, sabíamos que no se escapaba.”

¿Cómo fue la conexión con la familia y los amigos?
Nosotros tenemos posicionadores satelitales, spot e inreach. El spot manda una señal y le llega un mail a quien vos determinaste. El inreach además, te permite mandar mensajes y recibir respuesta, así que teníamos contacto directo. El día de cumbre, el inreach fue prendido trackeando y todo el ascenso nuestras familias lo pudieron seguir en vivo. La escuela de guías EAAM, los amigos y también la Asociación de Tucumán (AAM) de donde es Uli, nos seguían.

¿Le van a meter pata a los 8000?
Mariano Galván es el máximo exponente argentino con 7 ochomiles, la idea es darle a estas montañas. Pensamos Gasherbrum 1 y 2… le tenemos ganas. Ahora viene la temporada alta para nosotros, trabajamos como guías de montaña, así que tenemos que juntar dinero para poder cumplir los sueños.

Agradecimientos
A la gente que nos alienta y que nos da fuerza y sobre todo a nuestras familias, a quienes siempre queremos volver a ver.

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Montañismo

Mujer Montaña llega a Chile

septiembre 27, 2018 — by Andar Extremo

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El innovador proyecto latinoamericano de montaña y género se ha instalado en el continente como una nueva manera de pensar, sentir y hacer montaña. Este 2 de Octubre se presenta en Santiago de Chile para hablar sobre montañismo hecho por mujeres en América Latina y difundir el 5to Encuentro Internacional de montañismo, escalada y actividades afines que se desarrollará entre el 23 de Noviembre y el 12 de Diciembre en la Patagonia Chilena. La periodista, fotógrafa y montañista argentina Griselda Moreno, la destacada montañista chilena Patricia Soto y María Paz Valenzuela, la mujer que subió recientemente al Everest con el lema Alto el Cáncer, entre las presentes.

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Mujer Montaña, fundado por las montañistas y escaladoras Griselda Moreno (Argentina) y Denys Sanjinés (Bolivia), se ha convertido en una puerta de entrada para que mujeres de distintas edades, países y profesiones se acerquen a las actividades deportivas de montaña. La clave que ha permitido llevar este proyecto a diversos países latinoamericanos fue abordar la montaña más allá de lo deportivo, destacando su alcance espiritual: “trascender lo deportivo y entender al montañismo como un puente poético para despertar la montaña que cada persona lleva dentro” es de los pensamientos por los cuales Mujer Montaña ha encontrado tanto eco en el continente.

El proyecto apunta a promover y difundir la práctica de esta actividad en forma responsable, asumiendo que tenemos impacto en ecosistemas delicados, donde podemos ser incluso los primeros humanos en hacerse presente. Las actividades de montaña generan espacios de intercambio deportivo, social, cultural y medioambiental, tejiendo vínculos de respeto con nuestro entorno y nuestra especie, que bien pueden transformarse en herramientas educativas y transformadoras de conductas.

En Julio del 2013, Mujer Montaña llevó adelante el 1er encuentro internacional en Bolivia. Evento que, por su novedad, no se desarrollaba con muchas pretensiones. Se trataba de una prueba en un país donde el índice de montañistas y escaladoras mujeres locales es de los más bajos del mundo. Razones culturales y sociales acompañan esta estadística, razón por la cual también Mujer Montaña decidió nacer allí. Moreno y Sanjinés provenientes de dos realidades y experiencias distintas en el mundo de la montaña, sentían que había que promover este acercamiento a la montaña como una manera de fortalecer y transformar a las mujeres física, psicológica y espiritualmente para aportar al trabajo mundial por cambiar la histórica cultura de opresión y subordinación de las mujeres impuestas por la sociedad, al estigmatizar desde el principio de los tiempos, todas sus capacidades.

Al de Bolivia le siguieron otros encuentros internaciones anuales y programas en Argentina, Perú, Ecuador y México, todo ellos con gran repercusión y acogida. En estos se dictaron cursos, charlas y talleres de distintos temas en montaña y grados de dificultad, clínicas especializadas en aprendizajes de técnicas y maniobras, caminatas a favor de las luchas por proteger nuestra tierra y los derechos fundamentales para vivir. Le siguió a esa primera edición, un camino plagado de cosas por hacer y lugares por entrar.

A pesar de tener como foco a las mujeres, Mujer Montaña es un proyecto inclusivo. La integración es parte medular del alma que lo compone. Entender la complementariedad entre mujeres y hombres en los distintos aspectos de la vida, es visionar una sociedad basada en el respeto y admiración por el par, y una valiosa manera de hacerlo es compartir los espacios y actividades para que suceden los quiebres de mentalidad y la transformación ocurra.

Como proyecto internacional, Mujer Montaña se ha vinculado y hecho alianzas en el desarrollo de sus programas con al menos un centenar de instituciones, empresas, asociaciones y fundaciones, intentando que todas ellas estuvieran vinculadas, de alguna manera, al desarrollo de la cultura de la montaña y fomento de su práctica de manera sustentable. La concientización de una nueva educación para el medio ambiente a favor de los derechos humanos es otra de las lineas importantes que el proyecto busca desarrollar e inculcar entre quienes participan.

Lo anterior ha repercutido en que se haya nominado e incluido a Mujer Montaña como una iniciativa destacada en el campo de la educación y cultura de montaña en la plataforma de proyectos que la Federación Internacional de Montañismo y Escalada (UIAA) promueve a través de los Mountain Protection Award (MPA).

Chile se suma por primera vez

La presentación de Mujer Montaña en Chile será el 2 de Octubre a partir de las 19:30hs en el hall central del Mall Sport de Santiago de Chile. Estarán presente en esta ocasión: Griselda Moreno, periodista y fotógrafa Argentina especializada en montaña y fundadora de Mujer Montaña; Patricia Soto, primera chilena y sudamericana en la cumbre del Monte Everest y en completar el proyecto 7 cimas; mujeres montañistas chilenas de la década de los 80: representantes de la primera expedición femenina en la historia con cumbre en el Aconcagua, y quienes crearon y organizaron la primera confraternidad latinoamericana femenina de montaña; María Paz Valenzuela, la primera latinoamericana sobreviviente de cáncer de mama en subir el Everest.

El lanzamiento se cerrará con un conversatorio abierto entre las participantes y el público que enfrentará a generaciones en un diálogo profundo de lo que antes y hoy nos toca vivir como mujeres en el mundo de la montaña. La moderación de esta reunión estará a cargo de Christian Moscoso, miembro de Revista Escalando y Director Regional de la ONG AccesPanam en Chile.

5to Encuentro Internacional de Montañismo, Escalada y actividades a fines.

La 5ta edición de Mujer Montaña eligió como escenario la Patagonia Chilena. Y en la vastedad de esta región teñida de misticismos y maravillas, se escogió la Región de Aysén. Dos razones fundamentales movieron a esta elección, descubrir y difundir el potencial de su territorio en ámbitos de montañas, lagos y glaciares; y también, porque tristemente esta región recoge los datos de mayores índices de mujeres violentadas en Chile. Poder aportar el despertar de algunas de sus jóvenes mujeres a esta sumisión absurda a la cual se ven sometidas es parte de un compromiso como proyecto, como mujeres, como seres humanos.
El evento está dividió en dos etapas, las cuales reúnen distintas actividades, como senderismo, campismo, montañismo, técnicas de orientación, gps y cartografía, interpretación de flora y fauna, escalada en roca: largas vías, iniciación al kayak de lago, iniciación al sky de travesía, ecología de montaña: principios de No deje Rastro y primeros auxilios en zonas agrestes. Las alianzas con instituciones, organizaciones y empresas para desarrollar cada una de las propuestas han sido fundamentales, como por ejemplo Nols, Club de Escalada Aysén, el Gobierno Regional de Aysén, Conaf, Andesgear, Petzel, Makalu, Federación de Andinismo de Chile, entre muchos.

Contacto: mujermontania@gmail.com
Fan page: Mujer Montaña

Montañismo

Ascenso al Cerro Penitentes

septiembre 14, 2018 — by Andar Extremo

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A veces todo lo que uno ha contado en los relatos, proviene de su propia vida o de lo que cree que ha vivido, y este es el caso de una incursión al Cerro Penitentes de 4.350 msnm. El mismo, está ubicado a 23 kilómetros de la frontera con Chile y al oeste de la ciudad de Mendoza, cerca de la ruta que va a Puente del Inca y al Parque Aconcagua. Estas características permiten que sea considerado un buen terreno para empezar a hacer ascensiones en altura o, como entrenamiento para el cerro Aconcagua, cuyo protagonismo eclipsa otros posibles destinos en los alrededores, de diversos grados de dificultad, dentro y fuera del Parque Provincial. Nota en la Revista Andar Extremo n° 50

Por Juan Martín Laborde fotos Pablo Pinchero

Llegando al filo cumbrero
Llegando al filo cumbrero

Historias del cerro
El cerro se encuentra en la Quebrada de Vargas y debe su nombre a las caprichosas formas creadas por la erosión del viento sobre las areniscas de sedimentos marinos que asemejan a monjes penitentes con sus capuchas.
Esta montaña fue elegida por los Incas, que construyeron en su cumbre un sitio ceremonial, vinculado a la momia encontrada en el espolón suroeste del Aconcagua. Con buen clima y desde su cumbre, es posible observar el imponente Cerro de 6.962 msnm, además de todas las montañas circundantes.

Traslado desde Mendoza, y aclimatación
El grupo se reunió en un hostel durante las horas de la mañana y luego, junto al guía de la empresa “Acampartrek,” emprendimos el traslado desde la ciudad de Mendoza a la zona de alta montaña. El tiempo de viaje duró unas 3 horas. Luego de recorrer la ruta 7, llegamos a Los Penitentes que se encuentra a 2.600 msnm al pie del centro de esquí, del cerro homónimo y del Cruz de Caña. Allí nos detuvimos y pasamos la noche en el Refugio de Montaña “Cruz de Caña”, donde continuamos con nuestra aclimatación.
La Quebrada de Vargas se abre en la margen derecha del río Cuevas, entre el centro de esquí Los Penitentes y la localidad de Puente del Inca. Se puede acceder a ella desde estos dos lugares ubicados sobre la Ruta Nacional Nº 7 a 172 kilómetros de la ciudad de Mendoza.

Aproximación al campamento base
Aproximación al campamento base

Inicio del trekking
Después del desayuno y junto a mis compañeros: Mamuno, Marcelo y Sebastián, nos trasladamos en vehículo hasta el ingreso de la Quebrada de Vargas para comenzar al trekking al campamento base, que se encontraba a 3.200 msnm.
Vale señalar, que la aproximación al mismo no tiene mayores dificultades y el ascenso a la cima puede hacerse aún si uno cuenta con pocos días. En tres días es lo usual o en dos, con un mayor esfuerzo y rapidez. Se accede al sendero a unos pocos kilómetros un poco más arriba del centro de esquí invernal cerca de una estación abandonada del tren que circulaba junto a la ruta, donde hay un precario puente colgante sobre el río Cuevas, donde se da inicio a la senda. El cruce de puente debe realizarse de a uno por vez.
Así, partiendo de 2.650 msnm nos fuimos adentrando en la Quebrada de Vargas, siguiendo siempre en dirección norte-sur junto al curso del arroyo Vargas. El uso de bastones facilitó la tarea con la mochila.
Al inicio, debimos superar una cuesta empinada y luego la pendiente de la senda se hizo más suave. Durante el recorrido por la quebrada, de paisaje agreste, observamos adelante e izquierda la pared noroeste del cerro Penitentes cada vez más cerca. Luego de dos horas llegamos a una amplia pampa verde, lugar indicado para descansar un poco y reponer energías. El sendero continuó por esta gran explanada siguiendo el curso del agua.
Más adelante, la quebrada se estrechó nuevamente y la huella se acercó y se alejó del curso de agua, hasta poder pasar un alambrado precario.

Cruce del arroyo Vargas
Cruce del arroyo Vargas

“Confieso que el tiempo en la montaña me hizo más feliz, y por momentos, anhelo prolongar esas vivencias”

Llegamos al campamento base
Después de unas horas de caminata sin pendientes abruptas, llegamos al lugar de acampe donde se observó el refugio de Grajales (construido por uno de sus arrieros), levantado varios años atrás. El refugio era una construcción muy pequeña de bloques de concreto en el que podían entrar unas dos o tres personas
Elegimos un lugar, dejamos nuestras mochilas y comenzamos con el armado de carpas. Luego, nos reunimos para compartir una merienda antes de la cena. Dormir en este sitio no sólo nos sirvió para un buen descanso previo a la ascensión al cerro, sino también muy especialmente para obtener la aclimatación necesaria de nuestro organismo.
La Quebrada de Vargas puede ser un interesante destino para recorrer y conocer si se cuenta con más días en el lugar, donde es posible seguir caminando adentrándose en ella, por un sendero que conduce a una bifurcación y siguiendo el curso natural de la quebrada se llega al Portezuelo Cerrata, a unos 3.700 msnm, camino obligado al valle del Río Blanco superior y los Portezuelos Alto y Bajo del Plomo. Hacia la derecha (oeste) se abre el brazo Laguna Seca. Este sí es un típico valle glaciar que, aunque termina cerrado por el mismo macizo de Los Gemelos, no permite el ascenso directo de estos cerros.
Luego de la cena, sólo restaba alzar la mirada y ver el cielo nocturno que se mostraba en todo su esplendor.

Cruce del puente de inicio del sendero
Cruce del puente de inicio del sendero

Intento a la cumbre
Nos levantamos relativamente temprano, ya que nos esperaba un día largo e intenso de intento a lo más alto del cerro.
El trekking del día anterior hasta el campamento base, nos había dejado detrás (al sur) de la montaña, que desde donde estábamos, mostraba una cara más accesible hacia la cumbre. Era necesario que llevemos suficiente cantidad de agua para casi todo el día, ya que no había cursos de agua durante el ascenso, así como también algo para comer y abrigo, porque cerca de cumbre, el viento de la cordillera se hacía presente.
Paso a paso, dejamos el campamento y nos alejamos del arroyo subiendo por una ladera de piedra y tierra, ganando altura. En un determinado momento, vimos en el horizonte el cerro Aconcagua, con su imponente cara sur y su cumbre frecuentemente escondida entre nubes.
El sendero se hacía largo, y por momentos debimos detenernos a recuperar el aliento mientras observábamos el paisaje.
Era una sensación difícil de expresar, pero poco a poco la intimidad de los cerros iba metiéndose en nuestras vidas. La aspereza de las rocas, la nieve, la marcha y el viento nos iba diciendo que era momento de ver hacia adentro, en nuestras emociones, sentimientos y desde nuestra propia vulnerabilidad.
Durante el ascenso pudimos ver un cerro, con un gran abanico cóncavo y un glaciar colgante llamado Gemelos. Bastante poco frecuentado, debe su nombre a las dos cumbres iguales.
Seguimos hacia arriba y con frecuencia íbamos callados, pero ese silencio era un decir. No era la “nada”, sino que era un “algo” difícil de descifrar. A veces, era un desierto y significaba desinterés, pero otras, sólo referenciaba el lugar donde el espíritu tomaba fuerzas para volver al ruedo, a fin de dar lo que se tuviera para ofrecer en el complejo mundo de las relaciones en grupo.
Al alcanzar el filo de la cumbre, pudimos observar el nevado Tolosa, el Cerro Plomo al oeste y cimas de Chile como el Juncal. Más al sur, los picos Bonito y Santi, el Tupungato y el Negro Pabellón.
A las cuatro horas del inicio, tocamos la cumbre y nos dimos un abrazo como gesto de una meta alcanzada.
A vece,s llegar a una cumbre es como estar parado frente a una verdad revelada. Y no se trata de una experiencia fuera de lo común, sino de algo simple, sencillo.
No era mi primera visita al cerro, pero noté que cuando mis amigos sentían asombro, yo volví a sentirlo como la primera vez.
La cumbre y toda el área circundante, era bastante amplia y relativamente llana, lo que permitía caminar por los alrededores y tener una amplia vista del paisaje. Pudimos observar entre otros, nuestro punto de partida del día anterior: la RN n° 7, las vías del ferrocarril, la villa Los Penitentes, y los cerros Banderita y Cruz de Caña.
Descenso y regreso a Mendoza
De allí sólo quedaba descender entre rocas sueltas y filosas que castigan nuestro calzado, con precaución para evitar lesiones. En algunos tramos los acarreos posibilitaban un descenso más rápido de entre dos o tres horas. Luego, aparecía la vegetación, una pendiente más suave, nuestro campamento, el arroyo y el descanso. Al día siguiente, desarmamos la carpa y emprendimos el regreso al refugio Cruz de Caña, y luego a Mendoza.
Nunca me había sentido como un maestro en las montañas, sino más bien, como un alumno que se iba haciendo más antiguo con cada visita a ellas. He notado que muchas de las salidas a los cerros cambiaron mi percepción del mundo cotidiano, algo que podría llama “efecto montaña”; me volvieron más apacible, más consciente del momento presente, más autosuficiente, más dispuesto a tomar desafíos y menos dispuesto a vivir con prisas. Confieso que el tiempo en la montaña me hizo más feliz, y por momentos, anhelo prolongar esas vivencias.

Cumbre del Cerro Penitentes 4350 msnm
Cumbre del Cerro Penitentes 4350 msnm

Montañismo

JULIAN WEICH SUMMIT ACONCAGUA

agosto 16, 2018 — by Andar Extremo

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El 3 de marzo a las 19:15, Julián Weich y tres personas más: los guías Ulises Corvalán, Guillermo Fuentes y el rugbier Ezequiel Baraja, hicieron cumbre en Aconcagua, llegaron a los 6960 msnm, dentro de la expedición Summit 2018. En una charla con el conductor, nos relató cómo fue su experiencia. Nota de la revista Andar Extremo n° 50

Entrevista a Julian Weich por Andar Extremo, fotos Summit Aconcagua

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Cómo te iniciás en el deporte aventura?
Arranqué de chiquito, haciendo rugby. Luego hice buceo a los 14, yudo como 7 años, luego de grande, capoeira. Siempre me gustaron los deportes. Aprendí a esquiar y empecé con las carreras en el año 2000, cuando Sebastián Tagle me invitó a correr una Eco Peugeot. Me entrenó él mismo para ir a esta carrera en Cataratas, y fueron dos días de competencia. Así le empecé a tomar el gustito a todo lo que sean maratones y carreras de aventura. Más tarde, en el año 2008, me plantean hacer una expedición al Cerro Aconcagua para un programa de televisión. Yo había hecho el Cruce de los Andes, y surgió la propuesta para un documental. Se armó un equipo de 5 participantes que eran elegidos por algún motivo, y en el 2008 me faltaron 300 metros para llegar a la cumbre. Luego de muchos años, surgió esta posibilidad de hacerlo en beneficio de la Fundación Baccigalupo.

Habías hecho algo del 2008 hasta ahora?
No aventura, pero siempre algún deporte hice. En 2012, atravesé a caballo los Andes por donde cruzó San Martín. Cada vez que me tocó prepararme para la montaña, siempre lo hice con un plan de entrenamiento. A cada objetivo importante que se me presentó, ya sea una carrera, el cruce de los Andes, o lo que sea, siempre hubo un entrenamiento responsable.

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Quién fue la cabeza pensante de esta expedición?
La idea fue de Matías Gutiérrez Moyano que, al principio, tenía fundamentado promocionar el deporte como idea principal para que los chicos no sean tan sedentarios. Quería promover la vida sana. Nos acoplamos pensando en hacerlo a beneficio, y así fue como elegimos la fundación Baccigalupo, que promueve el deporte para los chicos con discapacidad. Empezamos a formar un grupo que incluyera deportistas y personas con discapacidades, y esto dio muy buenos resultados ya que juntamos 1.300.000 pesos. Finalmente, el grupo lo armó Matías que no pudo viajar porque se fracturó el tobillo, 15 días antes de la escalada, y vinieron: Fabricio Oberto, Paula Pareto, Silvio Velo (integrante de los murciélagos), Peter Czanyo, Elisa Forti, entre otros. El equipo que se armó fue muy bueno y quedamos ligado efectivamente.

Lo hacés por un fin social o te gusta la montaña?
Me encanta la vida sana, el campamento, la naturaleza… cuando lo hago a beneficio de otro, me cierra más hacerlo. Si hay un componente social, le veo más sentido. A mí me gusta hacerlo con un sentido social y no hacerlo porque me gusta ir al Aconcagua. Pero paradójicamente, cuando estás en la montaña no podés pensar en otra cosa más que en vos. Tenés que estar bien, tenes que agotar todos los recursos para mantenerte vivo, sano, y estar fuerte para continuar todos los días.

Cómo fue el itinerario?
Salimos de Penitentes, hicimos el primer campamento en Confluencia, Plaza de Mulas, un cerro que se llama Bonete, que tiene unos 5000 metros. Después Piedras Conway, que está a unos 4750 msnm, luego Plaza Canadá, porteamos y volvimos. El último campamento que hicimos fue Cólera, y a las 4 de la mañana salimos para la cumbre. Nos llevó como 15 días.

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Cómo fue el ataque a la cumbre?
Despertamos a las 4 de la mañana y a las 5 estábamos saliendo el torero, la nutricionista, Ezequiel Baraja “el espartano”, y yo, más cuatro guías. A las dos horas, el torero y la nutricionista abandonaron porque sólo le quedaban energías para bajar. Con Ezequiel veníamos no muy bien, pero pudimos seguir. En un momento él se descompuso, pero con la ayuda de los guías continuó. Al final hicimos cumbre nosotros y los dos guías Guillermo Fuentes y Ulises Corvalán. A las 19 h estábamos pisando la cumbre. Lo más loco, fue que me agarró ataxia a 300 metros de la cumbre, en el mismo lugar que la vez anterior. No fue tan grave, tenía un poco más de resto. Cuando perdía el equilibrio y me iba hacia un lado, pegaban un tirón de la cuerda, me acomodaba, y continuábamos. Llegué atado.

Qué sentiste en la cumbre?
La ataxia me hacía estar como borracho, no tenía mucha adrenalina. Estaba cansado y lo único que pensaba mi cabeza era cómo estar bien. Nadie me podía ayudar. El desafío ahí era poder estar parado y saber que después tenía que bajar. No salté de alegría, no abracé la cruz… lo único que tenía en la cabeza era bajar. Bajamos atados y fue lo más duro de todo porque tardamos 5 horas en llegar a Plaza de Mulas, de noche, con linternas en la frente y luna llena. Finalmente llegamos a las 12 de la noche al campamento totalmente destruidos y me tiré a dormir porque estaba sumamente agotado. Al otro día, más tranquilo, caminamos 28 kilómetros hasta Penitentes haciendo cálculos estimativos: uno camina como 112 kilómetros, haciendo los porteros y las cimas de prueba.

Qué te decía tu familia?
En el 2008 había tenido una mala experiencia, porque los sistemas de comunicación no eran tan buenos, y en el transcurso de la expedición no sabía nada mi mujer. Pero en este 2018 fue muy importante la empresa que nos llevó, en este caso fue Grajales, sumamente responsable, que continuamente brindaba su apoyo. Los servicios son excelentes, por ejemplo, hasta en Plaza de Mulas tuvimos estufa adentro de la carpa y wifi, e íbamos mandando a la familias los pormenores de la expedición. Es más, mi mujer tiene el audio del momento de cumbre.

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Cómo ves a las nuevas generaciones en cuanto a deportes y movimiento?
Me preocupa el sedentarismo. Mis hijos y los hijos ajenos, los jóvenes y los niños, están mucho tiempo expuestos a las pantallas y se perdió la cultura de subir al árbol, andar en bicicleta, en skate. No digo que no esté buena la tecnología, pero hay que mecharla con deporte. Nosotros cuando hicimos Aconcagua, uno de los fundamentos era promocionar el deporte, y en esa expedición, me crucé con un montón de personas que eligieron ser montañista porque habían visto el programa de expedición del 2008.

Por qué crees que creció tanto el deporte aventura?
Yo creo que creció por la necesidad de la gente, porque quiere estar bien. No alcanza conectar la televisión, el teléfono o la computadora, ahí tenés un entretenimiento provisorio y no te da felicidad. Hacer deporte en la naturaleza o correr una carrera, genera endorfinas, cosa que los medios electrónicos no generan.

Agradecimientos
Quiero agradecer a la empresa Grajales porque trabaja muy bien, con mucha dedicación y profesionalidad. Para hacer Aconcagua es importante conseguir un buen guía, una buena empresa, no escatimar en gastos. Más allá de llegar o no a la cumbre, la idea es no pasarla mal, ir tranquilo.

TOMA CONCIENCIA
Hace 4 años decidimos, con mi mujer y un grupo de amigos, juntar dinero para organizaciones no gubernamentales, sin la necesidad de hacer un evento. Creamos un agua llamada “Conciencia”, y el lema es “tomá conciencia”. Ahora la volvimos a lanzar, y estamos ayudando a 4 ONG: Techo, Ruta 40, Hospital de niños y Fundación Huésped.
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Montañismo

Matías Sergo, REY DEL ACONCAGUA

agosto 1, 2018 — by Andar Extremo1

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Matías Sergo tiene sólo 28 años y es de Maipú, Mendoza. El 25 de enero de este año, batió el récord 360° en el Aconcagua que hasta ese momento lo tenía el ecuatoriano Nicolás Miranda, bajándole 56 minutos a la marca anterior. Ésta no fue su única hazaña, ya que realizó 10 ascensos al Aconcagua en la temporada, y la mejor marca de “Argentina, cumbre, Argentina”, en 6 horas 33 minutos. Revista Andar Extremo n° 50

por Marcos Ferrer fotos Matías Sergo

Récord de ascensión 360° en 27 Horas 2 minutos 58 Segundos

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Cómo te iniciás en el mundo de la montaña?
Arranqué a los 12 años, gracias a un guía que se llama Andy Jons, amigo de mi papá. Empecé a hacer salidas a montañas bajas y me gustó tanto que me atreví a salir por mi cuenta. Luego, estuve en la escuela del CAM (Club Andino de Mendoza) y conocí a Popys y a Horacio Cuñetis, que fueron muy importantes para poder estar en Aconcagua. Incluso Horacio me recomendó a la empresa Inca para que entre de porteador al Aconcagua. Había estado dos años para hacerlo por mi cuenta y, luego de conocerlos y entrenar todo ese tiempo, lo hice. En realidad, yo venía abocado a mi trabajo de profesor de Educación Física y entrenador. El primer año fue increíble, pero como trabajaba, la primera vez que portee en la temporada 2011-2012 se hizo muy duro. Fue tan difícil que llegué a pensar que no era lo mío. Quería desistir, pero al llegar abajo me tranquilicé. Hoy, luego de 7 temporadas, me encanta, lo disfruto un montón. A partir de la mitad de esa primera etapa, me había adaptado muy bien a la altura y tenía buena velocidad, así que terminó siendo un excelente inicio. Desde allí no paré más, y año tras año fui experimentando diferentes entrenamientos así lograba estar de la mejor forma para poder conseguir algo en la montaña.

Habías pensado alguna vez en lograr un récord en la montaña o fue algo que se fue logrando de a poco, y por amor al deporte?
Fue resultado de esa primera temporada que me sentí tan bien, en ese momento pasó por la cabeza el récord. Se lo comenté a un compañero y el año pasado, luego de años de porteo, me decidí a intentarlo. El 360°, sobre todo, y el “Argentina, cumbre, Argentina”, que si bien hice 8,30 horas, no era un muy buen tiempo. En 2017 me dije: si voy a hacer récords que no sea uno, que sean tres.

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Cómo hiciste las 10 cumbres de esta temporada 1017/2018?
Las 10 cumbres las hice: una en diciembre y 9 entre enero, febrero y marzo. Cuatro en enero, cuatro en febrero y una en marzo.

Cómo te entrenás?
Tengo tres patas principales de entrenamiento aparte de la montaña: ando mucho en bici, hago gimnasio y corro a pie. Creo que hay músculos fundamentales que entrenar para las cuestas.

Matías rompiste la supremacía ecuatoriana de récords en el Aconcagua…
Sí, tal cual… Acá en Mendoza hay grandes deportistas que trabajan en la montaña, no sólo residentes, sino de otros lugares también. Lo ven más como un hobby que como un deporte en sí. Igualmente vi mucha gente motivada luego de mi récord, con ganas de entrenar y hacer cosas interesantes en Aconcagua y en otras montañas. Pero la verdad, es que estoy más que contento de que la marca esté acá. Batir un récord no tiene dimensión.

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“Batir un récord no tiene dimensión de alegría”

Tuviste varios intentos para llegar al 360° o fue uno solo?
Fue un solo intento pero tuve problemas al entrar al parque por el permiso, porque es uno especial. Sí había probado los tiempos en diferentes tramos, en otras oportunidades. Una de las cumbres que había hecho fue Horcones, y luego volví a subir antes de hacer el récord para fijarme unos tramo y chequear parte de la ruta. Allí terminé de cerrar, saqué cuentas, y los tiempos me daban. Decidí correr un poco los días, porque había mucho viento y el clima se ponía pesado. Tenía que subir el 21 y 22 de enero, y lo corrí al 24. Hice cumbre entre el 25 y el 26, a las 0:08 hs

Cómo fue el recorrido?
Salí de Penitentes, hice un tramo de ruta hasta Punta de Vacas e ingresé al parque por allí. Luego Leñas, Piedra, Plaza Argentina y Cumbre, en unas 17 h y media. Mulas, Horcones y Penitentes, en 10 h. Tuve un inconveniente cuando subí. Corrí hasta Leñas, el primer campamento después de Punta de Vacas, y me empezó a doler mucho atrás de la rodilla. En realidad creo que el dolor fue en el tendón semi membranoso, atrás de los posteriores. Eso me impidió seguir corriendo. Me molestó, me daba impotencia y bronca no poder correr en tramos corribles, y me limitó a pensar sólo en hacerlo, no en bajar el tiempo. En mi trabajo yo me muevo de los 4200 msnm a los 6000, y en estos tramos venía tardando una hora más de lo normal en cada etapa, y sumado me daba como unas 3 horas de más. A partir de ahí no quise mirar el reloj. Recién en la cumbre lo vi, y ahí me di cuenta que tenía chances para lograr el récord. Todo dependía de cómo anduviera la rodilla en la bajada. A los 20 metros de la cumbre, encontré a una guía que me dio un analgésico y, cuando llegó el gran acarreo y empecé a bajar, como era una superficie más blanda, se me empezó a ir el dolor. Me mentalicé que podía, y bajé lo más rápido que pude a Mulas, en unas dos horas, y de allí, 8 h para lograrlo.

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Cómo fue llegar a Penitentes?
Estaban: mi madre, mi hermana y mi pareja, y algunos compañeros que me ayudaron. Verdaderamente siempre tuve en la cabeza lograrlo. Estaba contento por un lado y a la vez embroncado por la pierna, porque estaba seguro que lo podía hacer en menor tiempo. Luego, empecé a disfrutar.

Cuál fue la logística con la indumentaria?
Fui de Penitentes a los campamentos base, o sea en Plaza Argentina, en zapatillas. Usé unas Asics muy tranquilas. En el caso de la indumentaria, fui con las cosas que tenía. Nadie me sponsoreó, y quería demostrar que lo podía hacer a pulmón. Desde Penitentes salí con las zapas y un chaleco de hidratación que llevaba 3 litros de líquido. Lo acompañé con semillas y barras de cereales hasta Plaza Argentina. Allí me quedé 45 minutos. En ese lugar había dejado una mochila de 30 litros donde estaban: las botas simples, los crampones, el pantalón de trekking raptor. Me cambié. Desde base a base no tenía asistencia, así que tenía que portear todo hasta los campamentos de altura. Renové el agua y la comida, llevando todo en la mochila. Desde Plaza de Mulas volví a ponerme las zapas, me saqué el abrigo, y volví al chaleco de hidratación. Para iluminarme, utilicé una Petzl que me prestaron, al igual que el chaleco.

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“Siempre creí que había deportistas locales que tenían la oportunidad de hacer estas cosas”

Tenés pensado algo para el futuro?
Voy a seguir entrenando. Creo que voy a hacer más actividades en la montaña. Me gustaría empezar a trabajar con triatletas o en ciclismo.

Conociste a alguno de los que batían récords en el Aconcagua, mientras porteabas?
A Nico Miranda, a Kilian…Cuando lo conocí a Jornet me desmotivé (risas). Yo quería hacer Horcones, Cumbre, Horcones, el que hizo récord él, y después se lo sacó Carl. Creo que el tiempo estaba en 17 h. Yo pensaba que lo podía hacer, y cuando lo hizo Kilian dije: -chau, ya no puedo!!! Admiro su preparación. Yo trabajo mucho y se me dificulta poder vivir para el entrenamiento. Siempre creí que hay deportistas locales que tienen la oportunidad de hacer estas cosas, y siempre vienen de afuera para intentarlo. Por ejemplo el record 360°, ninguna mujer lo había hecho, y vino Sanny una chica alemana. Hiciera el tiempo que hiciera, hacía récord. Acá hay chicas muy fuertes que lo pueden hacer, pero ella fue la primera y creo que lo hizo en 47 hs.

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Si te digo Mariano Galván, que me decís?
Mariano era un tipo fuera de serie, un animal… deportivamente descomunal. Muy pero muy fuerte, muy abocado a lo que hacía, pero tenía sus locuras. Él era el todo poderoso y se le escapaba respetar algunas cosas esenciales. No creo que no haya pensado en el peligro que conllevaba realizar montañas importantísimas, pero le faltaba un poco de humildad a la hora de tomar ciertas decisiones en la montaña. Creo que podía hacer lo que quisiera, si respetaba algunas cosas. Lamento mucho su pérdida… estaba para cosas muy grandes. La sucesión de logros hizo que le pierda un poco el respeto a la montaña, creyendo que él todo lo podía. A pesar de que tenía las condiciones, la montaña a veces te avisa…cuando no se puede no se puede. Mariano pasaba los límites y eso le pasó factura. Sin lugar a dudas, un gran deportista.

Te ves haciendo ochomiles?
Puede ser en un futuro, me encantaría, pero todavía no estoy preparado. Ahora deseo hacer cosas más deportivas. Lo veo lejos.

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Agradecimientos
A Norma Escudero, mi pareja, que estuvo incondicionalmente en cada una de las cumbres. A mi familia, a Iker que trabaja en Lanco, José Casas, Osvaldo Caravajal, Andrea González y Juan Alonso alias “el Topo”

Récords Aconcagua
2018 Sunny Stroeer (Alemania)
360° 47 horas y 30 minutos
2018 Matías Sergo (Argentina)
360° 27 horas y 2 minutos
2018 Daniela Sandoval (Ecuador)
20 horas 17 minutos Horcones Cumbre Horcones de Mulas a cumbre con la bajada a Mulas 14 hs 53 min)
2017 Nicolás Miranda (Ecuador)
360° 27 horas y 58 minutos
2016 Fernanda Maciel (Brasil)
22 horas 52 minutos Horcones Cumbre Horcones
2015 Karl Egloff (Ecuador)
11 horas 52 minutos Horcones Cumbre Horcones
2014 Kilian Jornet (España)
12 horas 49 minutos Horcones Cumbre Horcones
2011 Charly Galosi (Récord Argentino)
17 horas 00 minutos Horcones Cumbre Horcones
2010 Willie Venegas (Argentina)
360° en 32 horas 26 minutos
2007 Jorge Egocheaga (España)
13 horas 48 minutos Horcones Cumbre Horcones
2006 Jaime R. Quiroz (Perú)
14 horas 59 minutos Horcones Cumbre Horcones
2006 Holmes Pantoja Bayona (Perú)
20 horas 35 minutos Horcones Cumbre Horcones
2002 Maria Mackern (Argentina)
17 horas 30 minutos desde ruta 7 a la Cumbre
2000 Willie Benegas (Argentina)
23 horas Horcones Cumbre Horcones
2000 Jorge Egocheaga (España)
3 horas 42 minutos desde Plaza de Mulas hasta la cumbre (con la bajada a Mulas 4 horas 45 minutos)
2000 Bruno Bronod , Fabio Meraldi y Jean Pellisier (Italia) 3 horas 40 minutos desde Plaza de Mulas hasta la cumbre (con la bajada a Mulas 4 horas 52 minutos)
1997 Jurgen Straub (Francia)
12 horas 30 minutos Pared Sur a Cumbre
1995 Thierry Spichiger (Suiza) 26 horas Pared Sur a Cumbre
1992 Dos militares Franceses
4 horas 36 minutos desde Plaza de Mulas hasta la cumbre (con la bajada a Mulas 5 horas 57 minutos)
1991 Thomas Bubendorfer (Alemán)
16 horas 30 minutos Pared Sur a Cumbre (cuerdas)
1990 Daniel Alessio (Argentina)
6 horas 7 minutos Plaza de Mulas hasta la cumbre
1989 Marty Schmid (EEUU)
6 horas 13 minutos Plaza de Mulas hasta la cumbre
1989 Michel Dacher (Alemán)
6 horas 15 minutos Plaza de Mulas hasta la cumbre
1987 Lito Sánchez (Argentina)
6 horas 32 minutos Plaza de Mulas hasta la cumbre
1987 Alejandro Randis (Argentina)
8 Horas 7 minutos Plaza de Mulas hasta la cumbre

 

Face: Carlos Matías Sergo Pesoa

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Montañismo

Elbrus, La montaña más alta de Europa

junio 6, 2018 — by Andar Extremo

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En agosto del año pasado, junto a mi gran amigo Oscar Ancieta, nos dimos el gusto de ascender el monte Elbrus de una manera muy poco habitual: sin apoyo ruso y caminando desde Villa Cheget, distante a 6 kilómetros de la base de la misma montaña. Nota en revista Andar Extremo n° 49

por Sergio Vahnovan, texto y fotos

Superando en collado para comenzar a subir la cumbre este
Superando en collado para comenzar a subir la cumbre este

Elbrus es la montaña más alta de Europa con 5642msnm y es conocida fundamentalmente porque integra el selecto grupo “Seven Summit”. Si bien es bastante visitada porque no tiene grande exigencias técnicas en su ruta normal, muy poca gente intenta ascenderla íntegramente sin utilizar ningún medio de elevación.
En diciembre de 2016, después de varios años, nos reencontramos con Oscar, y entre posibles ideas de viajes mencionamos el Elbrus, pero no fue hasta junio de 2017 en que definimos viajar a Rusia e intentarlo con un estilo un poco más montañero que el que se acostumbra.

Comodoro en el Elbrus 4 1
Comodoro en el Elbrus 4 1

Nos unimos en Ezeiza, ya que él venía desde Mendoza y yo desde Comodoro Rivadavia, y en ese momento comenzó el periplo de vuelos y esperas entre los aeropuertos Charles de Gaulle, Sheremetyevo y finalmente en Mineralnye Vody, donde arribamos a las 3:30 hr de la mañana, después de casi 30 horas de viaje desde Buenos Aires. Tomamos un taxi hasta la villa Cheget, cercana de la montaña. Luego de aproximadamente 4 horas de recorrido llegamos al pueblo donde nos instalamos en un hotel y, sin perder tiempo ni relajarnos para no quedarnos dormidos, salimos en busca de los elementos que nos faltaban para comenzar el ascenso (combustible, azúcar y pan). Entre un corto recorrido por el lugar y la preparación de nuestras mochilas, el día pasó volando.

En la estación del teleférico Azau en 2300 msnm
En la estación del teleférico Azau en 2300 msnm

Con pocas horas de descanso y habiendo revisado el pronóstico, a las 6 de la mañana comenzamos a caminar desde Cheget hacia la montaña, con el objetivo de instalar nuestra carpa cerca de los 4000msnm. Como en el trayecto hacia Azau (la villa que se encuentra en la base del Elbrus), caminamos sobre la cinta asfáltica, un par de vehículos pararon ofreciéndonos acercarnos pero desistimos a dichas ofertas. Una vez que llegamos, comenzamos a desplazarnos por senderos de piedras sueltas y a medida que transcurría el tiempo íbamos superando las distintas estaciones de teleféricos y aerosillas.
En aproximadamente 3900msnm., nos adentramos en el glaciar y avanzamos hasta unos montículos rocosos que sobresalían en 4100msnm. Armamos nuestro campamento y ese día no quedó más que hidratarse, comer e intentar descansar, dado que el largo ascenso de 2200 metros de desnivel cargados, el cambio de horario y el viaje desde Argentina comenzaban a sentirse en el cuerpo.

Descendiendo 1
Descendiendo 1

Basados en el informe meteorológico, los siguientes 2 días correspondían a descanso, por lo que aprovechamos para pasear un poco y conocer algunos vecinos de campamento.
En las primeras horas del día 9 de agosto, el ruido de las máquinas de nieve que subían cargadas con gente, nos obligó a adelantar el horario de la salida a la cumbre. En el ascenso hasta los 4900 msnm. otras snowcats nos superaron. A partir de esa altitud, tuvimos que regular el ritmo porque los grupos que nos precedían impedían que los superáramos. Cuando atravesamos el collado que unía las dos cumbres de la montaña, pudimos sentir los primeros rayos del sol y apaciguar la sensación de frío que en la oscuridad nos había acompañado permanentemente.
Después llegó el tramo donde se encontraban instaladas unas cuerdas fijas y una planicie con muy suave pendiente que llevaba a la cumbre. Finalmente ahí estábamos, en lo más alto de Europa en un día casi ideal por la visibilidad que nos permitía contemplar el paisaje europeo hacia un lado, y el asiático para el otro. Hubo abrazos, felicitaciones y fotos hasta que decidimos emprender la bajada.

Desarmando el campamento para empezar a descender
Desarmando el campamento para empezar a descender

El descenso hasta la carpa fue muy relajado y con buena temperatura ambiente, aunque a partir de los 4800msnm la consistencia de la nieve comenzó a complicar un poco la marcha debido a que nos hundíamos y patinábamos.
Al día siguiente fuimos hasta la villa Cheget utilizando el mismo camino que cuando subimos. Esa bajada la realizamos con mucha precaución debido a la facilidad de resbalarse por las piedras sueltas, y el peso que llevábamos en las espaldas. La gente desde los teleféricos nos miraba y saludaba como si fuéramos superestrellas.

Avanzando sobre el glaciar-en 4000 msnm
Avanzando sobre el glaciar-en 4000 msnm

Los días en espera de regreso a casa, los pasamos entre recorridos por la zona del Elbrus y unas pocas horas en Moscú donde nos dimos la satisfacción de visitar la Plaza Roja, el Kremblin y la catedral de San Basilio.
Debo decir que todo fue muy gratificante. Compartir el viaje con Oscar, la interacción con la gente local que ayudó a encontrar soluciones a los inconvenientes que iban surgiendo, el saber que la investigación previa sobre los posibles caminos de ascenso y lugares donde instalar nuestra carpa fue fundamental y correcta, la preparación previa y el esfuerzo puesto, convirtieron a esta expedición en una historia digna de recordar.

En la cumbre del Elbrus
En la cumbre del Elbrus

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Montañismo

RÉCORD FEMENINO EN EL ACONCAGUA, DANIELA SANDOVAL

enero 31, 2018 — by Andar Extremo

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La ecuatoriana de tan solo 26 años marcó un tiempo increíble de 20 horas y 17 minutos, casi dos horas menos que el récord anterior de brasileña Fernanda Maciel. Esta nueva marca se suma a la supremacía ecuatoriana en récords en el techo de América. Recién bajada de la montaña una entrevista exclusiva de Andar Extremo.

por Marcos ferrer

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Desde Andar Extremo siempre seguimos a sus coterráneos Karl Egloff (récord de ascenso en velocidad por la ruta normal) y Nicolás Miranda, récord de ascenso en velocidad por la por la 360), con el récord de ayer su nombre pasará a la historia del montañismo, recién bajada del cerro y feliz por su logro nos dio una entrevista.

Cómo surgió la posibilidad de hacer un récord en el Aconcagua?
Yo fui siempre muy seguidora de Nicolás Miranda y de Karl Egloff, siempre fui corredora de carreras de aventura y en un ascenso en Ecuador al volcán Cayambe fue Nico que me vio y me entusiasmo. Luego fue en el Chimborazo, que íbamos en una cordada a 5000 metros, me solté empecé a correr y me tiro la idea de venir al Aconcagua. Y si Nico Miranda te dice que tenés las condiciones y que estas para intentarlo. Me ilusione mucho.

Cómo se fue gestando el récord?
A partir de allí, entrene duro para esto. Imagináte que yo vivo en Quito, rodeada de montañas, así que hace dos años nace el sueño del Aconcagua.
Ni bien llegue a este gigante la aclimatación fue caminar los 25 km de Horcones a Plaza de Mulas, dormimos en Mulas y de allí quisimos tirar cumbre y a 300 metros un temporal nos hizo descender.
Bajamos e intentamos hacer el récord a los dos días esto fue el domingo y nuevamente los vientos eran tan fuertes, soplaban a unos 100 km/h, que no nos dejaban avanzar casi en el mismo lugar a unos 300 metros de la cumbre en una travesía tuvimos que desistir y bajar.
Pero creo que todo esto nos dio un poco de conexión y me hizo tener en claro donde tenía que poner la cabeza.

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Esperas bajarle tanto tiempo el récord de Fernanda Maciel?
Fernanda en 2016 realizó el trayecto en 22 horas y 52 minutos, tenía pensado ponerle como top, de 18 a 19 horas. Pero el Aconcagua es una montaña muy dura y las 20 hs 17 minutos estuvieron más que bien.

Cómo fue el récord?
Venia de casi hacerlo dos días antes, pero el lunes y el martes a la madrugada luego en un día espectacular y una noche con luna llena las condiciones eran óptimas.
Salí de Horcones a la una de la mañana con una Lycra, un buzo, dos pares de medias, zapatillas, la Petzl Nao y un litro de agua luego de 4 hs 16 minutos llegaba a Plaza de Mulas donde me esperaba Nico, allí me puse las botas, el pantalón de plumas, la campera, el gorro y los guantes, comí algo rápido y salimos para arriba.
De Plaza de Mulas a Cumbre casi unas 8 horas llegue a cima 13:35 minutos del Martes 30 de Enero, de la cumbre a Plaza de Mulas en unas 2 horas 50 minutos. Comí en Mulas una media hora estaba cansada y demoré unas 4 horas a Horcones llegando pasadas las 9 de la noche.

Qué sentís de este logro solo a horas de haberlo realizado?
En realidad este record fue lo más grande que hice en mi vida, me hizo descubrir nuevas sensaciones, yo era muy corredora y me hizo ver la montaña como andinista. Creo que este aprendizaje de vida increíble me va a hacer programar mis nuevos logros que seguramente van a ser en montañas también.

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Montañismo

MARIANO GALVÁN POR SIEMPRE

diciembre 4, 2017 — by Andar Extremo

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LA GRAN CUMBRE DE TODAS LAS CUMBRES El más puro montañista, el hacedor de 7 ochomiles, el tipo simple que hizo historia, un homenaje al gran escalador argentino.

Por Carlos Eduardo González
fotos  Alejandra Melideo y Mariano Galván

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Mariano Galván y Alberto Zerain sufrieron un accidente el 24 de junio rumbo a la cima del Nagna Parbat, por la arista Mazeno, donde un alud mostraba en el dispositivo de rastreo un descenso de 200 metros. Desde ese día, y luego de diferentes avistajes del área en helicóptero y una patrulla de rescate mandada por los familiares de Mariano, aún no se tienen noticias de los montañistas. Aquí, un homenaje de Alpinismo On Line y la palabra de muchos seres que conocieron a este genio de las montañas.

Las voces se apagan sobre la montaña desnuda. Se apagan las luces, se enciende el silencio, al compás de un viento condescendiente. Un viento que baja, medita y se eleva entre aristas y espolones, entre grietas y pendientes. Un viento que transmite toda la fuerza y conocimiento de dos espíritus, a la esencia de la montaña.
Luego, un instante, un momento miserable donde caen las palabras, las risas, llantos y suspiros del momento anterior. Ese instante que dicta la montaña, donde ya no hay nada más que hacer, sólo someterse a su voluntad y ver cuáles son sus planes.
Esas dos siluetas que discurren entre sombras un poquito más abajo de la arista. Dos siluetas que desandan el camino hacia la gloria, la que está mucho más alta que la simple cumbre de una montaña. La gran cumbre de todas las cumbres.
Y a ambos lados, pared. Una pared fría y cómplice que no admite ningún tipo de reclamo más que sus propias exigencias, que no entiende de afectos y cordadas, de sueños ni de ideas extravagantes. Una pared que convierte un simple sendero a un objetivo, en un camino hacia la eternidad.

Ascenso al Manaslu
Ascenso al Manaslu

Mariano nació un 17 de marzo de 1980 en la ciudad de Trelew. Vivió toda su niñez y juventud en su ciudad, donde cursó sus estudios secundarios en la Escuela Nacional de Educación Técnica (ENET N°1), recibiéndose de Técnico electro-mecánico. También fue técnico universitario en electro medicina de la Universidad Nacional del Centro de la Provincia de Buenos Aires, en Olavarría. Todos estos conocimientos le dieron la posibilidad de desarrollar su trabajo y poder dedicar su esfuerzo en pos de su gran pasión: la montaña.
En este sentido, se convirtió en guía de Alta Montaña en la Escuela Provincial Valentín Ugarte de guías de trekking y de alta montaña de Mendoza, cuna de grandes montañistas argentinos. También realizó varios cursos como el de rescate en Zonas Agrestes en mayo de 2010, que lo convirtió en Rescatista líder, o el de Rescate en ambientes verticales, en 2009, y en zonas agrestes, primeros auxilios, RCP, buceo y vuelo en parapente.
Sus comienzos no fueron precisamente en la montaña. Entre 1998 y 2004 realizó diversas tareas relacionadas a la carrera que había estudiado en las provincias de Chubut y Santa Cruz efectuando diversas reparaciones e instalaciones eléctricas, de equipos médicos, computadoras y luminarias de altura, su primer vínculo con esta palabra que tanto y tanto guardaría relación por el resto de su vida.
Ya dentro de la actividad de montaña, entre 2005 y 2006 realizó trabajos de trekking con rapel, Canopy para Argentina Rafting en Potrerillos. En el verano de 2005/06, comenzó sus trabajos de porteador para Aconcagua Experience de Eduardo Soler y un año después se unió a Fernando Grajales en la misma tarea.

Ascenso al Broad Peak
Ascenso al Broad Peak

“Lo más importante son los principios que mueven tus pies

El invierno de 2007 lo sorprendió realizando tareas en el Ski Rentall del centro de Ski La Hoya. Esquel, y al verano siguiente trabajando como asistente de guía de montaña para la empresa Aymara. Fue recepcionista en las Leñas para el Hotel Acuario y realizó Transfer entre los hoteles, para Virgo. También fue porteador y asistente de guía de montaña para Aconcagua. Instructor de ski de niños de 3 a 11 años en el centro La Hoya, para la empresa Frontera Sur.
Llega la temporada 2009/10 y realizó guiadas, asistencia y porteos para ALESA. en Aconcagua. Para ese invierno, fue ayudante de pistero socorrista en el centro de ski Valdelen, en Rio Turbio, dictando además clases de ski a niños en el centro de ski La Hoya en Esquel. En verano, trabajó como guía de montaña y porteador para Aventuras Patagónicas y un año después nuevamente para Aymará, tras lo cual se trasladó a Alaska, para desempeñarse como Guia de Montaña. Desde entonces hasta este mismo año, trabajó para Aymará y Alpine Ascents International.
En abril de 2015 realizó el rescate del cuerpo del andinista indio Malli Mastan Babu, en el Nevado Tres Cruces.
Pero fue el Aconcagua la más querida. Era su montaña. El mismo nos dijo en una entrevista que tuvimos el año pasado: “Aconcagua es mi primer amor y la mejor escuela con la que he podido pensar”.Fueron veinticuatro cumbres. Diez por la normal, una por filo sureste, una de las más complejas. Dos por Glaciar de los Polacos desde el campo base Plaza Argentina. Una nueva ruta, Los Porters, compleja. El broche de oro: escalada en solitario de la Pared sur, convirtiéndose en el primer sudamericano en lograrlo en solitario y en 34 horas.

Ascenso al Broad Peak
Ascenso al Broad Peak

También tenemos El Plata, Vallecitos, Mirador, Pirámide, Ameghino por normal y sur (d+), Ibáñez, Cuerno, Rincón, Platita, Cerro Negro, Lomas amarillas, Canal de Thomy, Lanin, Yanapacha (Perú), Pissis, Chani, Denali y sus grandes logros de Himalaya: Island Peak, Lobuche, Everest, Lhotse, Gasherbrums (ambos), Broad Peak, Dhaulagiri, Manaslu e intentos al Cho Oyu y K2.
Y luego, la historia conocida en su relación con la montaña desnuda. Esa montaña tan bella, tan hermosa y atrapante que desvela al montañista, lo atrae, lo incita a caer en sus dominios. Un dominio extravagante que lo envuelve en un sopor muy particular hasta que te atrapa. Y una vez que esto sucede, te sometes inexorablemente a su voluntad.

Cuantas historias de conquista ha tejido a lo largo de los tiempos el Nanga Parbat.
Un lienzo de Rudolf Schlagintweit allá por 1854 dejó ver la existencia de la montaña, que para aquellos tiempos, ni se pensaba siquiera en ese nombre. Rudolf era oriundo de Munich, y llevó la existencia del Nanga Parbat a los ojos de Europa. Tres años después de esto, Rudolf moría asesinado en Kashgar, dando comienzo de esta forma a la maldición del Nanga Parbat.
No fue hasta 1895, en que el británico Albert Frederick Mummery se lanzó en busca de la montaña. En aquella oportunidad, logró llegar hasta los 7000 metros sobre la vertiente del Diamir. Eso fue lo último que hizo Mummery, ya que desapareció junto con dos sherpas, tras un alud.

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El Nanga Parbat es cierto, goza de una tradición nefasta al momento de su conquista. No es nada nuevo, estos dos casos, los primeros que enumeramos, forman parte de una larga lista de desavenencias en el ochomil más cruel, si se quiere. Pero bueno, ella no tiene la culpa, ella no invita a nadie, son los mismos aventureros los que son cautivados por ese “no sé sabe qué” atractivo que solo fluye en cada uno de nosotros con el simple hecho de mirarla. ¿Quién no se vio cautivado por su figura? No es nada nuevo eso.
Pero bien, muchas historias pasaron, muchos dejaron sus vidas en ella, hasta que un señor muy chiquitito, el 3 de Julio de 1953 a las 19.10 pisaba por primera vez su cumbre y dejaba boquiabierto a todo el mundo del montañismo de aquél entonces, que no era el de ahora, por supuesto. Su logro se fue fortaleciendo con los años. Tiempo de Hermann.
Y se siguieron tejiendo historias, de las buenas y de las no tanto, con predominio de estas últimas. Hasta fue escenario de un atentado hace tan sólo cuatro años, algo increíble para el mundo de la escalada.
Todo esto que acabamos de contar enaltece la epopeya de Mariano Galván y Alberto Zerain. Ellos tenían muy claro donde estaban yendo y mucho más aún en lo que se refiere a su peligrosidad. Y Mariano, en especial, tenía muy claro que la aclimatación constituía una pieza fundamental en todo esto y que era una montaña con mucho riesgo de avalancha.

Ascenso al Gasherbrum
Ascenso al Gasherbrum

“Un tipo simple y libre que desde su pasión hizo historia”

Palabras

Leo Ljungberg, Jujuy Andino Club de Montaña:
“En el 2016 pude compartir unas horas con Mariano, ya que dio una charla en Jujuy, en esas horas hablamos de la vida.. de cumplir sueños.. me contó anécdotas de la madre y de cómo lo esperaba su sobrina.. la verdad un gusto conocerlo así.. en la simpleza del ser humano.. para mí un ídolo..”

Jorge López, CAM Salta:
“Mariano visitó el CAM-Salta en dos ocasiones, la segunda en Junio 2016. De lo vivido en estas dos ocasiones nos queda el fresco recuerdo de un inquieto “de” y “en” la montaña, generando un estilo particular de ascenso, sintiéndose uno con la montaña de tal manera que “ella” no se diera cuenta que alguien la subía. Su personalidad llana, fresca, directa permitía conocer a un Mariano que, libres de ataduras y prejuicios había encontrado en esta actividad una particular manera de ser y de existir. Contagioso, dinámico, con su conversación permitía caminar -de alguna forma con él- por las montañas por donde había estado. En cierta forma, él traía la montaña y nos llevaba a la montaña. Gracias a esta forma comunicativa no sólo ilustraba sino que llevaba a quien lo escuchara. Por eso, el montañismo argentino pierde físicamente a un gran representante y referente. En alguna medida, quizás nos dejó la posta para continuar llevando la bandera argentina a las máximas alturas.”

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Mauricio Bernardo Bianchi, Andinautas y Club Andino San Luis:
“El milagro no ocurrió, tu cuerpo descansa en una lejana montaña pero tu espíritu sin dudas recorrerá muchísimas, tal como lo hiciste en esta vida terrena. Eso sí… seguirás marcando a quienes te conocimos y admiramos tu simpleza, honestidad, transparencia y humildad para compartir -vos que has sido un grande de esta actividad- con quienes simplemente nos apasiona y somos aficionados, la gran vocación por compartir, difundir y contar sobre tus andanzas sin creerte por eso que “eras más”… (algo que muchos que apenas subieron una loma o transitan siempre los mismos senderos deberían aprender). Vos fuiste grande y explicaste muchas veces que la montaña “es para todos”, cada uno en su medida y sus posibilidades, pero lejos de ser elitista (y eso que vos si integrabas una auténtica elite!) siempre tu mensaje fue que “todos disfruten” en la medida que puedan. Gracias Mariano no tanto por lo que hiciste en el montañismo sino porque no lo hiciste sólo para vos… tuviste la grandeza de compartirlo sin egoísmos, sin vedetismos y siempre con sonrisas, buena onda y mate de por medio, así de sencillo. Así pudimos conocerte los “Andinautas” y así te recordamos. Sin dudas el montañismo argentino te va a extrañar. Un abrazo de cumbre.”

Nicolás Unsain, Club Andino Córdoba:
“Durante sus charlas en el Club, Mariano no solo nos contaba los pormenores técnicos de las expediciones, que en alguien con su estilo de escalada tiene y muchos. Mariano también nos invitaba a conocer lo que le pasaba por dentro, sus pasiones, sus miedos, sus reacciones. La manera que tenía de transmitir sus experiencias se transformaron entonces en espacios de aprendizaje para todos nuestros socios. No sólo nos íbamos de sus charlas con información sobre un ascenso monumental; nos íbamos a casa “movilizados”. Muchos de nuestros socios ya han levantado la vista para poner su próximo objetivo un poco más alto. Estoy convencido que gracias a esas ganas de compartir, su corto paso por nuestras vidas ya han calado hondo en la próxima generación de alpinistas y tendrá una larga y extendida vigencia. Mariano seguirá entre nosotros gracias a todo esto y al invaluable material fílmico que sólo la generosidad de los grandes pudo haber generado y divulgado de la manera que él lo hizo. El Club Andino Córdoba, en representación de nuestros socios, hace llegar nuestro más sentido pésame a toda la familia de Mariano Galván y Alberto Zerain.”
Marcos Daniel Bustos, Club Andino Rio Cuarto:
“Mariano vino a Río Cuarto a dar charlas presentado sus ascensos en cuatro oportunidades. Nosotros hace tres años estábamos armando y fundando nuestro Club Andino Río Cuarto y el colaboró siempre. Dictó un par de cursos de hielo. En 2016 lo nombramos socio honorario del club. Mariano es un amigo personal mío y en muchísimas oportunidades pasaba por casa y se quedaba un par de días y siempre que se podía comíamos un asadito en el club. En 2016 llevó la bandera del Club al Dhalaugiri. Sin duda un amigo de la casa.”

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Ricardo Birn:
“Me han pedido escribir unas líneas sobre vos Mariano. ¡Tendría tanto para decir! Decidí hacerlo como si te tuviera al frente, como hace poco tiempo en las largas charlas en el campo base del Everest, en donde compartimos 45 días muy intensos. La primera expresión es GRACIAS no sólo por todo lo que me enseñaste del montañismo, sino también, por las vivencias fuera de ese ámbito, por tu amistad, por las largas charlas confesándonos nuestros sueños y las maneras de encararlos, respetando y aceptando los criterios que cada uno teníamos para transitar los caminos de la vida. En cada visita a Córdoba mi casa fue tu casa, y mi familia también aprendió a quererte. Recordaremos siempre con mucha ternura tus horas de juego con mi hijo Simón, el, pudo sacarte el niño que tenés adentro y que escondes detrás de esa imagen de rudo montañero. Si bien nuestra amistad comenzó hace pocos años, en el 2013 en Alaska cuando escalamos juntos el Denali, pero como se dice, convivir un día en la montaña es como hacerlo un año en fuera de ella, por eso durante estos años nos permitimos relacionarnos como si nos conociéramos de toda la vida. GRACIAS por ayudarme a planificar mi expedición al Everest y por ser el guía de todo el grupo que me acompaño hasta el campamento base. La idea de la muerte nunca paralizó tu manera de encarar cada desafío, priorizando la manera de vivir y no la cantidad de vida. Aunque esa posición hoy no nos permita realizar todos los planes que teníamos para hacer juntos, te banco igual que siempre. Quedarán pendientes para más adelante, cuando volvamos a reencontrarnos. ¡Hasta siempre amigo!”

Carola y Gonzalo Rivarola, Garmont:
“Mariano era ante todo un espíritu generoso. Generoso en su sonrisa franca y alegre, que le subía por la cara para perderse en su mirada. Generoso en su forma de querer a sus amigos, de estar a pesar de la distancia, de hacerse presente y hacerte sentir que apenas hacia un momento se había ido para volver con mil anécdotas de todo lo vivido, de todo lo alcanzado, de todo lo logrado. Sin vanagloriarse jamás, con esa actitud humilde como de quien agradece la gracia que se le otorga en cada cumbre. Nunca creyéndose distinto, mientras quienes lo veíamos teníamos tan claro que lo era. Generoso en la montaña con quienes lo necesitaban, siempre dispuesto a arriesgarse por otros como en tantos rescates. Generoso en transmitir esa pasión inmensa y contagiarla a quienes quisieran aprender y acercarse a vivir la montaña como él solo sabía, sin reparos, sin medida, de total entrega. Era su forma de honrar su oficio, del que estaba orgulloso. De su ser montañista y porteador. Generoso en su total desprendimiento. Sus posesiones eran unos cuantos petates que desparramaba religiosamente por toda nuestra casa antes, durante y después de cada expedición y lo poco que guardaba en su nueva casa. Esa casa que también lo tenía como todos nosotros, de paso. Su mundo interior era en contraposición infinitamente rico, compuesto de amaneceres infinitos, vivencias compartidas, era un mundo de filos y valles, de roca y de nieve, de espolones y glaciares. Su mundo era la montaña que nos lo devolvía de tanto en tanto para que lo disfrutáramos un ratito nomas. Hasta que un día nos lo reclamo para siempre. Lo que nos sostiene a todos de no caer en el abismo de la tristeza es el brillo de su mirada cada vez que nos contaba sus planes futuros o el último ascenso a la cumbre y esa infinita sonrisa que tan generosamente nos prodigaba en cada abrazo de bienvenida o despedida. Ese abrazo que ahora nos falta. ¡Cómo te vamos a extrañar! “

Ascenso al Gasherbrum
Ascenso al Gasherbrum

Allie Pepper, última compañera de escalada en Lhotse 2017
“Conozco a Mariano desde hace diez años, tanto en Argentina, guiando en Aconcagua, como en Himalaya. Tuve la suerte de tenerlo como compañero en Lhotse, esta última temporada de primavera en Nepal. Compartimos un viaje de cinco semanas con varios ascensos, incluyendo el Lobuche East, en un día perfecto con increíbles vistas de 360 grados. Siempre estábamos haciendo bromas y nos reíamos hasta llorar de la risa. También hubo momentos difíciles, porque yo enfermé durante doce días. En ese tiempo, nos hicimos amigos más cercanos y aprendimos mucho sobre cada uno de nosotros. Mariano fue uno de los escaladores más apasionados y motivados que he conocido. En una corta carrera, tuvo muchísimos logros, y no sólo fue una inspiración para mí, sino también para muchos. Su actitud positiva era contagiosa, le encantaban las aventuras en las montañas y le encantaba ayudar a otros a alcanzar sus sueños. Como amigo, quería ayudarme a alcanzar mi objetivo en Lhotse sin oxígeno suplementario, aunque él ya lo hubiese conseguido antes. Era generoso con su tiempo y su energía y, a su vez, tenía amigos en todo el mundo. Muy respetado entre la élite por su gran experiencia. Muchas personas le pedían consejos incluyendo a montañistas en carrera por 14x8000m. Mariano se extrañará mucho más de lo que las palabras puedan expresar. Continuará inspirando a la gente a vivir su vida al máximo y a perseguir sus sueños sin miedo, como él lo hizo.”

Fernanda Insua:
“En qué crees?” Me preguntaste. Creo en vos y en tu magia, te contesté. “Eso nos define”, me dijiste. “Cómo vivirías si supieses que en cada cosa que haces te va la vida? Las harías de diferente forma?” No elegiste el camino más fácil, el de la rutina; no te dejaste arrastrar por el flujo perverso de esta sociedad ni te abandonaste a la facilidad de la indecisión. Has hecho lo que otros nunca jamás nos hubiésemos atrevido a hacer o soñar y por tanto has conseguido lo que otros nunca tendrán, haz visto y sentido intensamente la belleza de los caminos andados bajo tus propios principios y te has vuelto sabio y reflexivo, una alma antigua en un cuerpo joven y fuerte.
Siempre admiraré tu nobleza, haciendo el bien y ayudando a otros sin más recompensa que la plenitud interior y la tranquilidad de haber dado lo mejor.
Siempre me inspirará tu corazón valiente y humilde, ese que te llevaba año tras año a llevarle flores a tu amada montaña, poniendo a prueba tus creencias, buscando nuevas preguntas y ensayando nuevas respuestas o simplemente intentando encontrar una paz que provenía de tu respetuosa contemplación e interacción con la naturaleza.
Siempre admiraré tu generosidad y tu voluntad extraordinarias, tu obsesión por los detalles (“en ellos se me va la vida y la de mis clientes”) y tu perseverancia infinita.
Sé que te veré en la sonrisa de un niño cualquiera y te sentiré en la brisa de una mañana cualquiera. Te oiré en la melodía de una canción cualquiera y te tocaré a través de un abrazo cualquiera. Porque estarás presente en todo lo cotidiano, en todo lo común, para volverlo extraordinariamente único e intenso… Gracias por haberme hecho partícipe de tu vida, un verdadero privilegio haber compartido tantos momentos inolvidables con un ser luminoso e inspirador. Que tu espíritu vague libre e indómito, que nos siga enseñando a ir más allá de nuestros límites, que nos obligue a arriesgar, que nos empuje más cerca de nuestros sueños y nos despierte a vivir una genuina libertad.

Al partir al Everest con Gonzalo Rivarola
Al partir al Everest con Gonzalo Rivarola

Marcos Ferrer, Andar Extremo:
“Lo voy a extrañar mucho… siempre cuando terminaba un expedición nos encontrábamos para una charla o para hacer una nota y nos reíamos muchos, un tipo con convicción que desde la simpleza y su pasión llego a hacer lo que hizo. Siempre me lo imagine en una mecedora de viejito contándoles sus historias a sus nietos, dejó una huella profunda en mucha gente. Es un ser libre, la libertad es así, hay que volar.”

Carlos Eduardo González, editor de Alpinismonline Magazine
Yo no tuve oportunidad de conocer a Mariano personalmente, pero si a través de su actividad en la montaña, desde hace tiempo. Gracias a una persona muy cercana a él, pude conocerlo más, acercarme, inclusive entrevistarlo a distancia, y durante estas últimas semanas vivir la tensión y preocupación generada por los acontecimientos, que solo despertaron en mi la necesidad de guardar silencio a través de este medio, como una forma de respeto.
Aparte de cumplir con la humilde misión de informar y llevar la montaña a todos quienes aman esta actividad y mucho más aún a quienes aún no tienen despierto este sentimiento, también suelo hacer otro tipo de composiciones. Va entonces aquí mi pequeño presente para Mariano, que yo sé que él va a recibir, esté donde esté, de la misma forma que recibe los mensajes de sus amigos, de su gente.

Montañismo

Expedición al Aconcagua en Solitario

septiembre 26, 2017 — by Andar Extremo

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Este relato podría ser una historia más de las miles que existen y se cuentan, pero el autor la escribió en homenaje a Andar Extremo y su gente, por la amistad, el esfuerzo y dedicación en la divulgación de temas relacionados con las montañas y con aquellas personas que las visitan y caminan sus territorios. Nota en Revista Andar Extremo n° 46

Por Juan Martín Laborde

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Creo que la montaña es uno de los últimos territorios donde todo está comenzando o concluyendo y, en mi caso, cada salida es un inicio en el que el destino llama con fuerza. El Aconcagua (6962 msnm) estaba a unos días de viaje cuando empecé esta experiencia y al poco tiempo, ya me encontraba caminando sus territorios de tierra, piedra, nieve y hielo.
El cerro tiene en su propio nombre, un poder de seducción irresistible y en muchos casos representa uno de los lugares a donde queremos ir mientras el cuerpo responda. Es común que forme parte de una lista de aquellas cosas a realizar por los intrépidos, aventureros y amantes del ego. Se escucha mucho decir haber corrido una maratón de 42 kilómetros, saltar en paracaídas, hacer parapente y ahora, le sigue el Aconcagua. Creo que los eventos te ponen a prueba durante unos minutos u horas, pero una montaña como ésta tiene varios días para derrotarte o seducirte. Entendiendo que los obstáculos a vencer están en nosotros y no en el cerro.

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Inicio por la Quebrada del río Vacas.
Los hechos de esta historia iniciaron luego del permiso de ascenso y la compra de víveres en la ciudad de Mendoza. Pasé la noche en Penitentes (2580 msnm) y al día siguiente, el ingreso lo realicé por “Punta de Vacas” (2350 msnm) por donde se recorre la Quebrada del Río Vacas, pues era mi intención hacer un itinerario distinto y salir por la Quebrada del Río Horcones para conocer de esta manera otra vía de ascenso.
Desde el comienzo de la marcha, el clima reinante de lluvia no me sonrió pero como en todas las dificultades que aparecen, siempre existe un enigma de cuánto hay de real y cuánto de imaginado. Lo que es conocido y seguro, es que los problemas se llevan mejor con el ánimo positivo.
Después del ingreso y 4 horas más tarde, llegué al campamento “Refugio Pampa de Leñas” (2950 msnm) y al día siguiente , luego de 7 horas de marcha lo hice a “Casa de Piedra” (3250). Durante el trayecto de ida y llegando al campamento, miré hacia la izquierda en la “Quebrada de los Relinchos” y por algunos minutos se abrió una ventana entre las nubes donde era posible observar el cerro Aconcagua. Esta quebrada escarpada y estrecha, era la que me conduciría al día siguiente hacia “Plaza Argentina” (4200 msnm) a donde llegué al tercer día, después de 6 horas de marcha.
La desventaja manifiesta de esta ruta era el costo mayor del porteo en comparación con la ruta normal (“Horcones-Plaza de Mulas”), pero entre sus ventajas, poseía un paisaje más llamativo en vegetación y fauna. Además, los senderos eran menos transitados y el porteo de mulas se detenía a pasar la noche en los mismos campamentos de la marcha, por ende al final del día y de ser necesario, uno podía disponer del equipo que iba en los animales.
La lluvia que por momentos se detenía no era obstáculo para apreciar el paisaje. Mirar el entorno es algo simple y la vista siempre encuentra un camino, al contrario de lo que ocurre cuando la mirada es hacia dentro de uno mismo, donde no todos los laberintos tienen salida. Esto me llevó a los motivos de este viaje.
Decidí realizar este ascenso en solitario aún con el miedo a lo desconocido como un hueco negro, fascinante, que produce ese cambio químico que transforma nuestro cuerpo en intensidad y genera el deseo de narrar luego la historia. El hecho de ir solo fue porque creo que nos equivocamos al pensar que la dicha proviene únicamente o en su mayor parte, de las relaciones humanas. Pienso que la encontramos en todas y cada una de las cosas que podemos experimentar y que esperan que las tomemos o al menos que hagamos el gesto para alcanzarlas. En este intento de cumbre se resume en gran parte la necesidad de mi espíritu, en ese momento.

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Llegando a Plaza Argentina.
El campamento Plaza Argentina es un ambiente con menos visitantes, menos turístico, y el número de carpas es más reducido. No se encuentra esa ansiedad por la cumbre manifiesta en otros campamentos base.
En la mañana, la lluvia quedó atrás y mientras el clima me ofrecía una tregua me dispuse a realizar los controles médicos que eran solicitados antes de iniciar los porteos de comida y combustible a los campamentos de altura 1 (4900 msnm) y 2 o “Guanacos” (5850 msnm) y continuar con la aclimatación necesaria para el ascenso.
Luego de un día de descanso y el control del equipo que vino con las mulas, comencé el porteo a los campamentos más altos. La idea era llevar comida a ambos lugares en una jornada y por consiguiente decidí iniciar temprano con esa tarea.
En las primeras horas del día, en el campamento reinaba una quietud de piedra y lentamente me fui alejando. Hacía frío y luego de andar unos pasos apareció el silencio que golpeaba como una ola cargada que te baña, dejando impreso un tatuaje efímero. La montaña no sólo te cansa, también te trae pensamientos de gozo, delirio, tristeza o reflexión y en lo personal, el hecho de cómo dejaste las cosas de tu vida familiar, sentimental o laboral antes de empezar un ascenso, define los pensamientos y sensaciones que vendrán después. En definitiva, la montaña no es un lugar de redención.
Horas después de haber pateado piedras, el sol comenzó su recorrido visible y me encontró subiendo una ladera de suelo flojo que cansaba las piernas. El sol hacía todo más placentero en un cerro y hasta esa sensación de soledad se esfumaba por momentos. La luz daba de pleno en las laderas del cerro Ameghino y yo iba cruzando algunos arroyos de deshielo mientras miraba a los lejos algunos penitentes en fila como si fueran los únicos espectadores de mi marcha. La pendiente aumentó considerablemente y a medida que subía, se aceleraba mi respiración como consecuencia de la altura y el esfuerzo de llevar la pesada mochila. Pienso que en toda montaña hay un rasgo que acompaña su belleza, dificultad y desafío, y es la altitud que la define.

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Porteos a Campo 1 y Guanacos.
Llegué al Campo 1 cuando se hizo evidente que la pendiente disminuía. Observé diferentes sectores aptos para la instalación de una carpa como también algún curso de agua que permitiera la rehidratación y facilitara las tareas de cocina. Elegí un lugar donde pasaría la noche a mi retorno, y dejé parte de la carga que protegí con algunas piedras. Luego de descansar un rato inicié la marcha hacia el siguiente campamento que comenzaba con largas diagonales sobre los faldeos del cerro Ameghino hasta llegar al portezuelo (5200 msnm) que conectaba dicho cerro con el Aconcagua. El recorrido se hizo menos esforzado en relación a la pendiente y la vista se abrió hacia el oeste. Tiempo después llegué al “Campamento Guanacos” donde también encontré un curso de agua de deshielo y una amplia terraza para acampar. Descansé un largo rato antes de dejar el resto de la carga y emprendí el regreso a “Plaza Argentina”.
En la noche, después de la cena, preparé el equipo para el día siguiente considerando que empezaba un viaje de ida sin retorno. Miré las botas Ama Dablam nacionales que iba a llevar arriba y a la que les tenía una fe ciega y, por si acaso, un par de cubre botas que ayudarían con la nieve en la altura. Con el sol en alto, preparé unos mates como desayuno mientras desarmaba la carpa que acomodé en la mochila, y me puse a caminar. Saludé a lo lejos a nuevos conocidos y les dije con señas de manos que nos veíamos arriba, mientras recorría el laberinto de senderos que llevaban hacia la salida del campamento.

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Acampe en Campo 1, Guanacos y Plaza Cólera.
El “Campamento 1” (4900msnm) estaba casi vacío de carpas y la noche se hizo larga al punto que me fue difícil conciliar el sueño, quizás por la altura, incertidumbres del clima o algunas ráfagas de viento pasajero que mantenían mi vigilia mientras le daban vida a mi pequeño refugio moviendo su estructura como un juguete de tela.
En los siguientes días de acampe los comentarios eran que el clima no iba a mejorar sino por el contrario y en consecuencia tenía que evitar demoras innecesarias considerando que si la aclimatación estaba funcionando, debía utilizar ese lapso de clima aceptable para intentar la cumbre.
Durante el ascenso pasé una noche en el Campamento 2 o “Guanacos” (5850 msnm) y al otro día seguí hasta “Plaza Cólera” (5970 msnm). Observé que había estado nevando los días pasados, y supe que el día de cumbre sería definitivamente una jornada muy larga y de gran esfuerzo.

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Hacia la cumbre
Inicié la marcha a las cuatro de la mañana con un manto de medio metro de nieve blanda que dificultaba la trepada. Por suerte había gente más arriba que iba abriendo huella. La preocupación recaía en el calzado que llevaba puesto y me dije que si pasaba frío en los pies, me volvía.
Los efectos de la altitud se volvían definitivamente notables aún con buena aclimatación. Un ascenso en zigzag me llevó hasta “Refugio Independencia” (6380 msnm) donde descansé unos minutos antes de continuar camino.
Volví a hidratarme y al beber continuamente, sentí correr el líquido por todo el cuerpo como si fuera barro seco. Las fuerzas retornaban poco a poco y las ambiciones también. Minutos después pasé por el “Portezuelo del Viento” y comencé una travesía de extenso recorrido y poco desnivel donde el viento del oeste se hacía sentir. Luego siguió una trepada empinada hacia “La Cueva” (6650 msnm) y la base de “La Canaleta” donde tenía otro descanso antes de continuar.
El Aconcagua puede ser muchas cosas pero para cualquiera es un magnífico mirador, donde la mirada es libre hasta sus propios límites, donde nada se interpone entre los ojos y el infinito.
Los pasos eran cada vez más lentos hasta llegar al “Filo del Guanaco” a 6800 msnm y desde ese lugar en adelante me detuve varias veces a tomar un descanso, relajar las piernas y recuperar el aliento. Las horas se iban y el reloj tenía su ritmo pero en mi cuerpo había otro distinto a cada momento.
Llegué a la cumbre tras 9 horas de ascenso. Allí estaba la cruz y todo el lugar cubierto de nieve. Empezó a nevar. Adentro, la emoción llegó con lágrimas y hubiese deseado saber que lo que dije palabras atrás, lo que parecía tan fuerte, vino y se fue, porque luego de varios días ya extrañaba las relaciones humanas en especial mi hija y mi pareja.

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Hacia el final del viaje
El descenso fue lento al igual que el regreso al día siguiente por “Plaza de Mulas” (4300 msnm) hasta “Horcones (2950 msnm), donde terminaban mis pasos.
No considero a las montañas como depositarias de sueños aunque creo que se trata de establecer una conexión con algo más grande, eterno y que forma parte de nosotros cuando caminamos ese territorio. También debo considerar que toda esta narración es subjetiva, donde cada ascenso es una historia, una revelación personal, donde las contradicciones nunca nos abandonan pues al mismo tiempo subir montañas es algo complicado y sencillo, casi infantil, como los sueños.

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ExploracionMontañismo

Kilian Jornet, Animal del Everest

septiembre 18, 2017 — by Andar Extremo

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En el término de 6 días, realizó dos ascensos a la cumbre, en 26 y 17 horas respectivamente desde el campo Base Avanzado, sin cuerdas ni oxígeno adicional. Nota en revista Andar Extremo n° 46

por Soledad Navarro, fotos Summits of my life

Qué somos capaces de hacer en 26 horas? Pensamos en subir al Everest alguna vez? y si nos proponemos hacerlo en ese tiempo y en una semana redoblar la apuesta y bajar a 17 horas? Para casi todos nosotros es una locura, pero para Kilian Jornet, es una realidad. El 21 y 27 de mayo, quedarán en otra página de la historia mundial del montañismo, cuyo protagonista es un aventurero de 29 años que ama el desafío extremo y no le teme a la altura y al reloj.

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Kilian volvió a sorprender al mundo con una hazaña increíble que lo puso en el centro de todas las miradas: el ascenso a 8848m, dos veces, en menos de 10 días con una disminución de 9 horas. El Everest fue testigo otra vez, de la animalidad del deportista de Cerdanya quien, insatisfecho con su visita a la montaña más alta del planeta, decidió repetirlo para cumplir su deseo y, sin proponérselo, silenciar polémicas.
Como tiene acostumbrados a sus seguidores, en soledad y sin oxígeno, coronó un proyecto que había comenzado hacía seis años: establecer récords de ascenso en las montañas icónicas. Todo comenzó en la cordillera del Mont Blanc y desde entonces ha escalado montañas en Europa, en América del Norte y América del Sur. De todas sus metas, sólo el intento al Elbrus quedó pendiente, por malas condiciones climáticas que lo ponían en un riesgo complejo.
“Cada uno tiene su locura y la ha de vivir. Se había de probar, tenía ganas, fue interesante para ver cómo recuperaba el cuerpo”, declaró a El món a RAC1. El ultranfondista explicó que con su doble ascensión demostró “las posibilidades de hacer montaña como hacemos en los Alpes, ascensos más cortos, y de no estar tanto tiempo en la montaña”.

Kilian Jornet llega a los 6800 msnm en su camino de ascenso al Everest
Kilian Jornet llega a los 6800 msnm en su camino de ascenso al Everest

Aclimatarse en buena compañía
En sus planificaciones, Jornet había decidido salir desde Rongbuk, a 6.500 metros del campo base avanzado, que sería su centro de operaciones. La idea desde allí, era explorar, evaluar las condiciones climáticas, y elegir la ruta ideal para su objetivo entre las que se encontraban el Corredor Hornbein o el Norton.
En abril viajó con su pareja Emelie Forsberg hacia el Himalaya, donde realizaron el ascenso exprés al Cho Oyu de 8.201 metros, sexta montaña más alta del mundo, como parte de la aclimatación para el Everest. Para la sueca, esquiadora y corredora de montaña, éste fue su primer ochomil, para Kilian la cota había sido alcanzada (pero no terminada por los riesgos de aludes) el verano anterior.
Más allá de que haya sido su segunda visita a Oyu, es importante destacar que salió a la una de la madrugada del campo 1 a 6.400 metros, alcanzó la cima a 8.201 metros a las 3 de la tarde, regresó a las 6 de la tarde, volviendo sin casi descanso al campo base. Carlos Suárez, escalador, alpinista, saltador base madrileño, y autor entre otros libros de “Morir por la cima”, señaló: “Son casi dos mil metros de desnivel desde el campo 1 hasta la cima para desde ella regresar al campo base que -creo recordar- dista 11 kilómetros del pie de la montaña… es una barbaridad. Es un máquina”
Kilian, convencido de su estrategia señaló: “ Este tipo de aclimatación exprés parece funcionar y el cuerpo se fatiga menos y por tanto llegamos más fuertes el día del reto”. Llegó el pasado día 10 de mayo al Campo Base del Everest, situado a 5.100 m. y escogió la cara Norte de la montaña, que es la menos habitual. Al día siguiente, subió hasta el campo base avanzado (6.400 m) para continuar con su adaptación.
El 14 de mayo, descansó antes de su último entrenamiento, donde subió y bajó desde 6.400 m hasta 8.400 m en un poco más de 9h. Su evaluación del terreno, le hizo darse cuenta la imposibilidad del ascenso por los corredores Norton o Holbeirn. El 17 de mayo, terminó el periodo de aclimatación y aguardó una ventana de buen tiempo para poder iniciar.

Kilian Jornet vuelve al Campamento tras su segunda cumbre al Everest
Kilian Jornet vuelve al Campamento tras su segunda cumbre al Everest

“Hay gente que se piensa que es un reto de locos, pero para mí la montaña es un espacio de libertad”
Kilian Jornet

Primer ascenso: los héroes también son humanos
El 21 de mayo comenzó su travesía y, si bien su planificación no pudo concretarse a la perfección en primera instancia porque no completó el descenso hasta el Campo Base del Everest, su ascenso se trató del más rápido… hasta ese momento.
A las 10 de la noche hora local (+5:45 GMT), inició su primer ascenso, desde allí hizo 15,2 km por la morrena del glaciar hasta llegar al Campo Base Avanzado (ABC, 6.400m). Tardó 4h35 en unir los dos puntos y llegó al ABC a las 2:35 de la madrugada. Descansó dos horas, y continuó la ascensión.
Salió del ABC, y realizó una subida de 8 horas para cruzar el campo 1 a 7.000m., y de allí ascendió al campo 2, distribuido entre 7.600 m y 7.800 m. Luego de una breve parada, intentó continuar a su ritmo normal pero un factor imprevisible lo demoró. Decidió entonces detenerse durante 15 minutos en el campo 3 (8.300 m) para descansar.”No me encontraba muy bien y avanzaba muy lentamente. A pesar de todo, me encontraba bien en altura y decidí continuar “, señaló.

Kilian hace una parada a los 7500 msnm en su camino hacia la cumbre
Kilian hace una parada a los 7500 msnm en su camino hacia la cumbre

El joven montañista hizo cumbre en el Everest a la medianoche, estableciendo un nuevo Fastest Known Time (FKT): 26 horas desde el Campo Base, en el antiguo monasterio de Rongbuk, por la vertiente Norte siguiendo la ruta tradicional. No fue un alud, falta de oxígeno o un problema climático el que detuvo al animal de montaña, sino un hecho que permite romper el mito de que nada lo detiene.
“Kilian tuvo problemas estomacales. Tenía que parar cada 10 minutos. Pasó 12 horas en la oscuridad sin oxígeno y bajo unas condiciones meteorológicas muy malas. No sabíamos dónde estaba y no lo podía ver desde el campamento base….” señaló su acompañante Sébastien Montaz, revelando la heroicidad de Jornet quien, a pesar de ello, no claudicó.
“Hasta 7.700 m me he encontrado muy bien y avanzaba según el planning previsto, pero a partir de ese punto me he empezado a encontrar mal, supongo que por un virus estomacal. Desde allí he avanzado muy lentamente y tenía que ir parando cada poco para irme recuperando. Finalmente, he hecho cumbre a medianoche”, dijo Jornet que debió finalizar en el campo base avanzado y no en el Campo Base del Everest.
Posteriormente, y disconforme con su brillante performance, una semana le bastó para recuperarse e intentarlo nuevamente cumpliendo su deseo. La preparación mental y física no alcanzó al principio para cumplir el objetivo del modo elegido, pero eso en lugar de bajar su espíritu aventurero, lo impulsó para redoblar la apuesta de la suerte. Indudablemente, y con más coraje que racionalidad, el montañista decidió volver a intentarlo.

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Fin de la envidia a las ovejas y a la polémica: segundo ascenso certificado
Sólo 6 días más tarde, el 27 de mayo, repetía la ascensión en 17 horas desde el CBA (6.500 m) sumando puntos a su propia leyenda.
“Tiene una genética espectacular, técnicamente domina todas las disciplinas. Cuando era niño le daba la cartera a algún compañero e intentaba llegar al instituto antes que el autobús. Esos juegos le han dotado de una gran adaptabilidad al medio. Creo que sentía envidia de las cabras. La montaña le ha elegido a él”, señaló César Canales, médico referente de la élite alpinista y corredor de montaña que realizó un artículo ¿Sistemas energéticos: Cómo consiguió Kilian hacer la Innominata con tan poca comida?. En su análisis, Canales afirmó que la clave era su fuerza mental.’. En ese momento, al igual que ahora, en algunos círculos de montaña se lo acusó de mentir. El doctor se puso en contacto con él, “le dije que si podía hacerle algunas preguntas y disponer de los datos de su Suunto, que recoge información de frecuencia cardíaca, altitud y velocidad”, y , de ese modo, perdió cualquier dejo de duda.

Partiendo en su segunda ascensión
Partiendo en su segunda ascensión

En esta ocasión, la Himalayan Database, organización con sede en Katmandú (Nepal) ha certificado oficialmente que Kilian Jornet hizo cima en el Everest. De esta forma se disipan todas las maliciosas habladurías que medios, sponsors y montañistas intentaron instalar.
“¡Estoy muy emocionado de haber podido hacer cumbre otra vez! Hoy me he encontrado bien aunque hacía mucho viento y me ha costado bastante avanzar. Hacer dos veces cumbre en el Everest en una semana y sin oxígeno creo que establece una nueva línea de posibilidades en alpinismo y estoy muy contento de haberlo podido llevar a cabo”, señalaba Jornet, lejos de las habladurías, sabiendo que desde el campo base avanzado (6.500 metros) hasta la cumbre por la cara norte, logró esta vez dos horas menos (19h15’) a la que consiguió en su primera ascensión.

La indumentaria usada por Kilian
La indumentaria usada por Kilian

Confíen en Kilian Jornet porque es a las montañas lo que la nieve, la roca y el hielo, parte fundamental del concepto”
Jorge Jiménez Ríos

Fast & Light…pero con dron
Bajo el lema: “Rápido y ligero”, el intrépido desafío fue realizado sin equipos pesados ni sherpas, pero con la confianza ciega brindada por una crianza en las montañas. Provisto por Salomon y Arc´teryx, con una lámpara frontal de sólo 300 lumens (seguro elegida por pesar nada más que 92 grs y su polivalencia en cuanto a baterías), una crema solar, y un reloj Suunto (con el que filmó su ascenso), se olvidó intencionalmente de cuerdas y tiendas, aceptando la compañía en el ascenso de Sébastien Montaz, famoso cámara y director de cine con quien está finalizando el proyecto Summits Of My Life (Cumbres de mi vida), relato audiovisual que comenzó hace 5 años, sobre su conquista del Everest.
“En ambos intentos la climatología fue realmente difícil. No esperábamos que hiciese viento pero la previsión falló. Había muchas nubes y un viento de cara de 60 km/h. Por esta razón le llevó a Kilian más tiempo del que habíamos planeado para alcanzar la cumbre”, señaló Montaz.

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El cineasta acompañó a Jornet por tercera vez en el año y ésta fue la primera ocasión en la que Kilian alcanzó la cima. “Llevé un dron que en teoría no podía volar a más de 5.000 m de altura, ¡pero lo hizo por encima de 7.000!”, señaló Montaz convencido que nada es azaroso.
“No lo sigo, nadie sigue a Kilian (risas)”, señaló el cámara cuando le consultaron si podía seguir a Killian a la altura y velocidad del deportista. “Siempre iba por delante suyo. Salía antes y calculaba un lugar donde pensaba que podría ser muy interesante para el reportaje. Intento no molestarle y él nunca se para a esperarme…”.
Con esta proeza realizó el último de los retos de Summits of my life, su proyecto personal en el que intentó establecer los récords de ascenso y descenso de algunas de las montañas más emblemáticas, y que culminó con el Everest. El trabajo de recopilación audiovisual va ligado a sus valores y cosmovisión de cómo entender la montaña purista y minimalista.
“Nuestra fuerza son nuestros pies, nuestras piernas, nuestro cuerpo y nuestra mente”, reza Jornet como filosofía de vida…Cuál será su próximo desafío?

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http://www.summitsofmylife.com

Montañismo

EXPEDICIÓN AL VOLCÁN ANTOFALLA

julio 20, 2017 — by Andar Extremo

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El Club de Montaña Champaquí organizó una travesía al volcán Antofalla, entre los día 7 y 21 de enero de 2017. Los montañistas Christian Vitry, Emilio González Turu, Adrián Gandino , Sergio Cerutti, Martín Giraudo, Julieta Balza, Gerardo Casaldi, Javier Echenique, Gastón Vitry y Martin Giraudo, realizaron una aventura inolvidable en el “lugar donde muere el sol”, ascendiendo a 6461 m.s.n.m. de altura. En este relato, Adrián Gandino nos cuenta la expedición. Nota de la revista Andar Extremo n°45

Por Adrián Gandino

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El volcán Antofalla es el tercero más alto entre los volcanes activos del planeta. Es un macizo imponente, conformado por tres cumbres alineadas de oeste a este, que invitan al desafío. Se localiza en el Departamento de Antofagasta de la Sierra, en Catamarca. La cumbre principal ofrece las vistas más maravillosas de la cordillera. El clima de la zona es el típico de la Puna: 100 mm anuales de precipitación, con gran amplitud térmica. Es difícil obtener agua potable. Sus vientos son fuertes y constantes, y los inviernos extremadamente fríos.
La expedición al volcán y sus cumbres realizada por montañistas cordobeses y salteños, es una muestra de la esencia del montañismo, fusión de: amistad, camaradería, respeto, exploración, autosuficiencia y sacrificio.
En estos tiempos donde el montañismo se lo concibe como una actividad más comercial que amateur, y donde hay circuitos casi cerrado de unas pocas montañas, es donde cobra perspectiva las ascensiones a lugares poco conocidos e incluso con cumbres vírgenes. En Argentina existe una cordillera de 4000 kilómetros, sin embargo éste no es un deporte popular y tiene relativamente pocos adeptos.
La expedición logró hacer 7 cumbres de las cuales 4 eran vírgenes y 2 superiores a 6.000 metros de altura, lo que produjo una enorme satisfacción.

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El sábado 7 de enero cada integrante de la expedición viajó a Salta, dado que por la dispersión de los lugares de residencia, acordamos encontrarnos allí. El resto de la jornada se usó para ultimar detalles, estudiar mapas, revisar características de la ruta y hacer compras de alimentos. La amistad montañera se hizo presente y unas buenas empanadas con cerveza incluida, cerraron ese magnífico día.
El domingo, preparamos las camionetas. Contamos con 3 vehículos para realizar el complicado acercamiento al volcán. Dadas las distancias que cubrimos y lo difícil del terreno, tomamos todas las precauciones necesarias, entre ellas, alistar los bidones de combustible de reserva y los más de 100 litros de agua potable porque una de las mayores dificultades era la provisión de agua en el campo base. Realizamos un inventario final y se revisó el cronograma para los siguientes días.
Promediando la mañana, comenzamos esta gran aventura. Partimos, y el corazón empezó a disfrutar de los hermosos paisajes que brindaba esta magnífica provincia. El destino fue San Antonio de los Cobres, a 160 kms de Salta.
Subimos de manera constante hasta alcanzar el punto más alto con una altura máxima de 4.080 metros: Abra Blanca. Nos alojamos en el Polideportivo municipal, y fuimos bien recibidos por el gran amigo Jaime Soriano. Estuvimos a 3600 msnm. Al día siguiente, y luego de un buen desayuno, salimos hacia Tolar Grande, localidad a 210 km. Cruzamos Olacapato, Salar de Pocitos y el Desierto del Diablo. Visitamos “Ojos de Mar”, pequeñas lagunas de aguas turquesas en medio del Salar de Arizaro. A distancia, se divisó el Cerro Macón, y en el horizonte , el imponente Lllullaillaco de 6739 mts.

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Estuvimos en el corazón de la Puna Salteña, a 3500 mts de altura y nuestra intención fue realizar un correcto trabajo de aclimatación, subiendo de manera paulatina a fin de conseguir el estado físico para afrontar la altura del coloso andino. Nos alojamos en la hostería municipal y, por la noche, el cielo regaló millones de estrellas. Nos despertamos temprano. El buen ánimo reinó. Reaprovisionamos combustible y partimos hacia “Antofalla”.
Nos adentramos en el Salar de Arizaro y a los 90 km nos topamos con otra maravilla de la Puna: el Cono de Arita. Esta formación es una rareza que sobresale en este paisaje, con sus 200 m de altura. Transcurridos 75 km, enmarcados en entornos de ensueño, llegamos por fin a Antofalla, “…el pueblo donde muere el sol…”, al pie del volcán. Aproximadamente vivían 45 personas en comunión con el entorno y con sus cabras, llamas y ovejas. Poseía un puesto sanitario, comisaria y escuela, la cual funcionaba de septiembre a mayo debido al duro clima invernal. Gente amable, sencilla, de corazón. Dio gusto compartir momentos con ellos. Por la noche, paz infinita.

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Amaneció y salimos temprano. Buscamos un lugar para acampar cercano a las 4200 m. Estuvimos 3 días sobre los 3500 ms en promedio y fue preciso incrementar la altura para facilitar la aclimatación. Dejamos Antofalla y el camino subió de manera constante. El caserío fue quedando abajo, perdido en esa inmensidad.
A las 14 hs llegamos a un puesto de montaña abandonado, un caserío y pircas destruidas nos sirvió de resguardo para armar nuestro primer campamento de aproximación a “Pircas Caídas” a 4150 m. Armamos la carpa comedor, preparamos el almuerzo y luego, en grupos, se realizaron distintas caminatas a pequeños cerros cercanos con el objetivo de forzar el cuerpo a la altura. Al atardecer nos deleitamos con una interminable gama de colores que pintaban el cielo de fuego y nos empujaban a la reflexión.
A la mañana siguiente, levantamos campamento y un par de horas después, establecimos el campo de acercamiento N°2 “Arenal” a los 4650 m. El camino se volvió huella y exigió pericia y paciencia en el manejo para ganar altura. Salimos y se logró el primer ascenso al “Cerro Negro“ de 4905 ms. Fue una alegría muy grande para todos compartir una cumbre…fue un regalo que disfrutamos unidos en un abrazo. Dejamos los testimonios de rigor y bajamos. Qué lindo fue desandar el camino con amigos que te regaló la montaña.
El viernes 13 fue el último tramo de acercamiento, rumbo al campo base del volcán Antofalla. El trabajo realizado dio sus frutos. Tras algunas horas de marcha, llegamos al campamento base a 5070 m de altura, teniendo frente a nosotros el imponente volcán. Armamos la carpa domo, y bajamos el equipo, la comida y varios bidones de agua para abastecernos por un par de días. El clima acompañó agradable y sin viento. Mateamos. Por la tarde, recorrimos. Javier y Gerardo realizaron el segundo ascenso del “Colorado del Antofalla” de 5775 m rescatando de su cumbre el testimonio de Cristian, quién había realizado la primera ascensión. Adrián, Emilio y Martín lograron cumbre de 5450 ms.

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Este cerro no registraba ascensos conocidos ni testimonios presentes, tampoco ninguna apacheta cumbrera por lo que de común acuerdo se decidió “bautizar” al mismo como “Cumbre Gringo Cerutti” en homenaje al amigo y maestro Sergio Cerutti, por tantos años comunicando y enseñando el amor hacia las montañas. Todos los que participamos de esta expedición, fuimos acompañados en nuestros inicios por el “Cacique” Cerruti. El Gringo logró tener su montaña…Hacia el fin de la tarde, nubes prominentes se ubicaron en el horizonte. Algunas se acompañaron con descargas eléctricas. El atardecer nos sorprendió a todos con su paleta de colores naranjas y ocres. Aprovechamos la última luz para cocinar. Al otro día realizamos un porteo de equipo al campamento de altura y de esa forma reconocimos el acceso y las posibles rutas de ataque a las distintas cumbres.
Amaneció y el día se mostró perfecto. Preparamos el desayuno y tiempo después, las mochilas. El porteo lo intentamos hacer hasta los 5700 ms donde pensábamos que era ideal para un campo de altura, aunque no sabíamos si el lugar estaría muy expuesto a los vientos.
Ya cargados, salimos 7 personas. El Cacique Cerutti y Gerardo nos aguardaron en el campo base. Era fundamental para todo grupo, tener a alguien que vele por el resto, dispuesto a ayudar cuando sea necesario.

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El color de los cerros cambiaba a cada paso, los paisajes se alternaron en forma y tonalidad. Avanzamos por una quebrada bien marcada que ganaba altura de manera sostenida. Teníamos la esperanza de poder encontrar agua, alguna vertiente que nos sea útil para poder disponer de líquido en el campamento alto. A las 15hs llegamos a los 5700 ms y encontramos un buen lugar para acampar. Un tema no menor fue que no había agua para beber, ya que tenía azufre. Armamos un depósito, lo tapamos con piedras y regresamos al campo base. Llegamos al final de la tarde, cansados pero felices. El atardecer dio paso a un manto infinito de estrellas… millones de ellas nos atraparon en una noche, limpia, silenciosa, única. Un lujo para el espíritu y un recurso para el alma.
Poco tiempo después de que amaneciera, un calentador se prendió: el desayuno estaba en marcha. De a poco llegaron el resto de los compañeros para compartir una taza de café. Decidimos ir hacia el campamento Alto (5700 mts) y, al día siguiente a las cumbres del Antofalla.
Pasado el mediodía llegamos al campo de altura. Cubrimos 700 m de desnivel en poco más de 3 horas. Una vista única nos recompensó el esfuerzo! Nos dedicamos a disfrutar el paisaje, hidratar y dejar preparado el equipo. Pensamos que la partida sería a las 2:00 hs, dado que el clima comenzó a ponerse inestable en las primeras horas de la tarde.

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A las 18 hs se desató un temporal de nieve y tormenta, y nos sumergimos en las bolsas de dormir tratando de descansar. Apenas pasó la medianoche comenzamos a organizarnos. Nos cambiamos, calentamos agua… Minutos después compartimos una taza de mate cocido, luego té y algunas galletas. Frío y viento helado, pero el cielo despejado que nos auguró un hermoso día. A las 2:00 hs comenzamos el ascenso, la noche fue soñada. Alguna vez leí esta frase que en ese momento recordé: … “que dulce e íntimo orgullo se siente al dejar la comodidad y calidez de la bolsa de dormir para adentrarse en los dominios de la noche montañera…”
Los descansos se sucedieron a intervalos regulares. Sólo se escuchó el ruido de las botas, la respiración y algunas palabras de aliento. La noche sin luna nos envolvió, estábamos donde queríamos estar. Luego de varias horas de ascenso lento pero sin pausa, una suave luz asomaba en el horizonte. Remontamos la ladera siguiendo un filo imaginario que se dibujó contra unos roquedales. A pesar de ser un terreno inestable pudimos imprimir un ritmo y avanzar notoriamente. Amaneció. El sol tiñó las nubes de amarillos y rojos. Mucho viento. Fue ese momento donde el frío se sintió de verdad. No nos detuvimos, y así el cuerpo mantuvo el calor. Tomamos algo de líquido y comimos unos chocolates. Todo cobró vida lentamente, la cumbre se vislumbró cercana. Un par de horas después, el sol iluminó gran parte de la cordillera. Una pendiente inestable, sostenida y muy marcada remató sus líneas en ese punto mágico…
Nos agrupamos para hacer el asalto final y llegar todos juntos al morro cimero. El frío fue notable. El viento no calmó ni un minuto. Paso a paso, paciencia, esfuerzo compartido…levanté la vista y ya no vi piedras, la ladera había terminado, el cielo infinito fue lo único que nos envolvía. A las 08:30 hs, por fin coronamos la cumbre del volcán Antofalla a 6461 metros de altura. Con Emilio González Turú, Julieta Balza, Javier Echenique, Cristian Vitry, Gerardo Casaldi, Martin Giraudo y yo nos unimos en un abrazo interminable con emoción contenida…ya éramos viejos compañeros de tantas cumbres…

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Esta montaña tenía en su cumbre, ruinas de tiempos antiguos, una disposición de piedras en forma de círculo y en su centro un bloque con una roca alargada dispuesta verticalmente. Cristian con todo su conocimiento en la materia, después nos dio las explicaciones en detalle.
Tuvimos toda la cordillera para nosotros y nuestra vista se perdió en ese mar de cumbres lejanas y disfrutamos a manos llenas del mágico momento. Decenas de fotos, y nuestras anotaciones en los testimonios que dejamos en la cumbre pusieron punto final a la estadía en el remoto lugar de la puna.
Regresamos. La travesía integral comprendió el ascenso de las otras cumbres de ese nevado y, sin duda, el esfuerzo que quedó por delante fue mucho.
A las 10:30hs coronamos una nueva cumbre, siendo éste el primer ascenso registrado que bautizamos: “Peñas Coloradas “de 6320 mts. Bajando hacia el campamento de altura, nos detuvimos a compartir algunos alimentos. El sol iluminó toda la cordillera, el viento desapareció y el paisaje fue estremecedor. Gastón nos recibió en las carpas con mate, en tanto nosotros compartimos los momentos vividos.
Lo que restaba del día los dedicamos a descansar y planificar los ascensos. Restaban subir las cumbres Oeste (6334 mts) y Sur (6404 mts) para completar la travesía integral del volcán, es decir, pisar cada una de sus cumbres.
A las 4:00 hs, Gastón, Christian y Javier, salieron en su segundo intento para finalizar la travesía, y fue positivo. Los tres coronaron la cumbre Oeste y la bautizaron “Huamán”, dejaron el testimonio respectivo y las fotos de rigor. Descendieron, y luego Javier, en solitario, ascendió por primera vez la cumbre Sur. El extraordinario esfuerzo físico aportado tuvo su merecido premio. La travesía integral a las cumbres del Antofalla fue realizada.
Con este último hito, la expedición logró la séptima cumbre en 10 días. Una vez reunidos en el campo alto, desarmamos las carpas y comenzamos el descenso hacia el campo base y luego del abrazo interminable con el veterano Gringo Cerutti, se dio rienda suelta al festejo merecido. Restó el largo regreso a Salta por otra ruta. Las lluvias cortaron algunos lugares del camino antes recorrido, pero esa es otra historia para contar.

Cumbres
Cerro Negro 4905 mts, C°
Gringo Cerutti 5450 mts
C°Colorado de Antofalla 5777 mts
Vn.Antofalla– Cumbre Principal 6461 mts
Vn.Antofalla Cumbre Peñas Coloradas 6320 mts
Vn.Antofalla Cumbre Oeste o Huamán 6334 mts
Vn.Antofalla Cumbre Sur 6404 mts

Montañismo

Familiares y amigos de Mariano Gálvan organizando un rescate privado donde todos podemos colaborar

julio 5, 2017 — by Andar Extremo2

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NO desistir, enseñanza de Mariano Galván que vamos a aplicar

por María Soledad Navarro

Desde el sábado 24 de junio, Mariano Galván y Alberto Zerain están desaparecidos en la arista Mazeno del Nanga Parbat, a una altura de 6112 metros. En la zona se certifican los restos de un alud, pero ninguna señal de los montañistas, y eso parece suficiente para que el gobierno de Pakistán dé por terminada la búsqueda.
Muchas son las teorías que llevan a preguntarnos por qué, no habiendo indicios concretos, materiales y verídicos que muestren su fallecimiento no siguen al menos, desde su mirada, rastreando los cuerpos. Pueden desde un helicóptero que sobrevoló la zona dos veces dar por muerto a dos montañistas avezados que conocían la zona, que habían estudiado las opciones y habían barajado (entre otras cuestiones) la posibilidad de un alud? Ninguno de los dos es kamikaze en su actividad, aman la libertad y los desafíos desde la conciencia y el trabajo duro, y por eso critican duramente el “turismo de montaña”.
Por qué Pakistán abandonó la búsqueda? Desde ningún punto de vista, puede desoírse el rumor de que el no pago de una coima de 25000 dólares, sería el móvil del “abandono de persona” que estarían haciendo los centros oficiales de rescate. Si no fuera así, si la confianza en el gobierno pakistaní existiera y hubiera dado pruebas fehacientes y fidedignas de muertes y no de DESAPARICIÓN, la familia de Mariano Galván, no estaría moviéndose en la más absoluta soledad, sin el apoyo del Gobierno ni de los medios de comunicación. Incluso parte de la prensa prestigiosa que ocupa páginas sobre actividad de montaña lo despiden sin certezas, pero los despiden, y dan vuelta la hoja a nuevas noticias.
Mariano Galván es más que una noticia,enorgullece al montañismo de nuestro país. Es justo detener la búsqueda?
Mariano nunca se detiene ante las negativas, y así trabajó siempre, con principios que nos mueven a movilizar a la gente.
En la historia del mundo, y no sólo de los deportistas de aventura, hay numerosos relatos de personas que hoy cuentan en primera persona esos hechos. Dos de los más conocidos fueron la avalancha en el Everest, tras el terremoto de Nepal en 2015, donde 60 sobrevivientes pudieron relatar lo que ocurrió, y, octubre de 1972, el caso del avión de la Fuerza Aérea Uruguaya, que desapareció rumbo a Santiago de Chile, en medio de los Andes. Este último caso, con la aparición de 16 personas, luego de 72 días en condiciones extremas.
Lo único cierto es que el tiempo pasa, la temporada en Pakistán acaba y si no se resuelve de inmediato una búsqueda supervisada con profesionales confiables sólo quedará como un relato trágico, que mostró la pasividad de un gobierno que da por finalizada una búsqueda por aparentes motivos económicos. Es necesaria y urgente la habilitación de un rescate por tierra. Es necesaria y urgente la movilidad de las personas que aman el montañismo (y también aquellas que no) ante esta búsqueda no realizada. Es necesario y urgente el compromiso con Mariano Galván.
Mariano enseña a cada paso que da, sus principios deben movilizarnos a nodesistir.
Para colaborar en la búsqueda Banco Nación sucursal 1099, caja de ahorro 6470467217, Cbu: 0110647930064704672179 cuil: 27-13569504-7

Montañismo

LA SITUACIÓN DE MARIANO GALVÁN Y ALBERTO ZERAIN EN EL NAGNA PARBAT

junio 28, 2017 — by Andar Extremo2

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Martín Merino y su visión de la situación de dos montañistas de altísimo nivel

por Martín Merino
Algunos comentarios sobre la situación de Mariano Galvan en el Nanga Parbat:
Mariano, junto a Alberto Zerain emprendieron un complicado ascenso al Nanga Parbat (8126 msnm) en la cordillera del Karakórum en Pakistán, es la novena montaña más alta del mundo.
La ruta de ascenso elegida es conocida como la arista de los Mazenos. Esta ruta implica una importante distancia a recorrer en terreno complejo; con sucesiones de crestas; con una importante pérdida de altura previo a la acometida final a la cumbre.
En resumen… una ruta reservada para montañistas de élite.
Como factores negativos se sumaron la falta de firmeza de la nieve, y malas condiciones meteorológicas.
Partieron del campo base el Lunes 19 de Junio. Las malas condiciones meteorológicas los obligaron a pasar 3 días en carpa a 6100 msnm a la espera de mejoras.
El contacto por teléfono satelital se perdió el día Viernes 23 de Junio.
El spot satelital indicó una pérdida de altura de 250 metros, emitiendo señal hasta el Domingo 25 de Junio a 01.00 Hs. Se estima que se agotó la batería.
····
En estos momentos se están realizando operaciones de búsqueda y rescate en helicóptero, coordinadas por el ejército pakistaní (únicos con autorización para sobrevolar la zona). Cuentan con la participación de Alex Gavan un montañista rumano de élite. Pero estas operaciones se ven complicadas por burocracia y factores meteorológicos.
A quienes siguen las actualizaciones de las tareas búsqueda y rescate, les recomiendo informarse en:
Desnivel (www.desnivel.com)
Para evitar caer en exceso de ‘amarillismo’ o notas sin el debido conocimiento de causa.
Recuerden que hablamos de dos montañistas de altísimo nivel, muy capaces, que conforman uno de los equipos de cordada más fuertes en la actualidad.
Los problemas de comunicación son frecuentes en la zona. Así que tenemos que confiar en que se encuentren intentando descender por otra ruta; aguantando mientras tanto los embates del mal tiempo. Tienen capacidad probada para hacerlo. Su zona de confort daría escalofríos a cualquiera de nosotros!
FUERZA MUCHACHOS!!

Montañismo

Nanga Parbat, Mariano Galván encara con Alberto Zerain su octavo ochomil

junio 9, 2017 — by Andar Extremo

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Mariano Galván intentará ascender junto a Alberto Zerain (que viene de hacer cima en el Annapurna) el Nanga Parbat (8.125 msnm). El 11 de junio partirán hacia Pakistán con la intención de escalar la novena montaña más alta del mundo, por la Arista Mazeno, una de las rutas más duras para el ascenso hasta su cumbre.
El Nanga Parbat es el octavo ochomil que Mariano encarará con el español Alberto Zerain con quien ya ascendió al Dhaulagiri (8.167 metros) en 2016 y con quien formó equipo posteriormente en el Manaslu (8.163 metros), en el otoño de ese mismo año. Ambos son muy fuertes y rápidos y, juntos, forman un gran equipo.
Mariano Galván expreso hoy “Nuevamente me preparo para mi siguiente desafío. Lo que si les quería comentar, que no es mi estilo hacer grandes publicidades acerca de lo que puedo llegar a hacer o no, así como tampoco me interesa ser el primer argentino es escalar tal o cual pico, ese no es lo que me mueve ni mucho menos. El Nanga Parbat es una montaña que hay que respetar y ver que se puede hacer en ella de acuerdo a las condiciones que presente. Lo mejor es estudiarla por todos los flancos y ver cuál es la mejor estrategia para subir. Por lo que las opciones van desde la ruta normal, hasta la Arista Mazeno, pasando por otras cosas en el medio.
Nuevamente encaro este proyecto como lo vengo haciendo hace ya seis años, con la ayuda de familiares, amigos, conocidos y el 100 % financiado por mi bolsillo. Sin la ayuda de gobiernos, ni secretarias de deportes, empresas, etc que me brinden apoyo económico. Quizás algún día apoyen a los DEPORTISTAS que escalamos montañas, mientras tanto… no voy a esperar sentado”

La arista Mazeno: una de las más largas y técnicas a la cima de un ochomil
Con la elección de la arista Mazeno, Alberto ha vuelto a demostrar que lo suyo no es una mera colección de ochomiles. Se trata de una de las vías más largas y más técnicas entre todas las que alcanzan la cumbre de un ochomil. Discurre por la complicada cresta que separa las vertientes de Diamir y Rupal, tiene una longitud superior a los once kilómetros y está jalonada de picos de siete mil metros (ocho cumbres en total). La complicada orografía de la arista hace que sea necesario llevar mucho material y su longitud obliga a pasar muchísimo tiempo en altura. Se trata de una ruta muy comprometida, pues a medida que el alpinista se interna en ella, la retirada se hace más y más complicada. En la Mazeno, un descenso de emergencia está descartado; para bajarse hay que escalar, literalmente, en sentido contrario.
Teóricamente, se puede completar la arista sin hacer cima en el Nanga, pues la vía termina a 6.940 metros, en un collado anterior a la cumbre principal. Los últimos 1.200 metros hasta la cumbre son comunes con la vía Schell.

Ascendida por primera vez en 2012 y no cuenta con ninguna repetición
Fue intentada por primera vez en 1979 por una expedición francesa. Doug Scott la intentó dos veces, Lorethan, Kurtyka y Troillet una vez cada uno, todos ellos sin éxito (aunque los sietemiles que la jalonan fueron cayendo). Los primeros en completar la arista propiamente dicha fueron los americanos Doug Chabot y Steve Swenson en 2004, pero tuvieron que retirarse por la ruta Schell desde el collado Mazeno, por lo que no alcanzaron la cima del Nanga Parbat. A partir de entonces, completar la arista y hacer cima en el Nanga se consideró el “premio gordo” del Himalaya/Karakorum.
Alberto Zerain y Txingu Arrieta lo intentaron en 2011 abriendo una nueva entrada a la arista, pero se volvieron de manos vacías. Finalmente, al año siguiente, los veteranos escoceses Sandy Allan (que ya estuvo en el intento de Scott en el 92) y Rick Allen completaron la cresta y ascendieron desde el collado a la cima por la vía Schell. Fueron, en total, más de dos semanas de actividad. Cinco años después, la ruta todavía espera la primera repetición.

Fuente Revista Desnivel

Montañismo

MARIANO GALVÁN, MANASLU. 7 OCHOMILES

abril 6, 2017 — by Andar Extremo

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Sin duda este fue un gran año para el montañista argentino Mariano Galván, quien cerró el 2016 sumando a sus siete cumbres, dos ochomiles: Manaslu y Dhaulagiri. En una entrevista exclusiva cuenta la cordada con Alberto Zerain, la desaparición de su carpa, el vivac en una cueva de nieve, su reaparición después de 3 días perdido y la ansiada coronación, fiel a su estilo, con un non stop al gigante de 8156 msnm. Nota de la revista Andar Extremo n° 44.

Montañismo

ACONCAGUA, UN RETO POSIBLE

febrero 17, 2017 — by Andar Extremo2

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La montaña más alta del continente americano tiene casi 7.000 metros sobre el nivel del mar. Un desafío con el cual muchos sueñan, pero que es un sueño que se debe preparar para vivirlo de verdad. Nota en la revista Andar Extremo n° 43

Por Griselda Moreno – Makalu Team
Cobertura para Argentina Extrema. Textos y Fotos

El sol pinta de amanecer la punta del Cerro Cuerno. El campamento de Plaza Canadá aún en sombras, recibe el frío helado del alba. Desde mi carpa entreabierta, y apretada en mis manos, una taza de café humeante se antepone a ese pequeño halo de luz dorado que pronto avivará la existencia de quienes aún yacen acurrucados en sus bolsas de dormir.

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Adrián “Roger” Cangiani, guía experto de la zona y de esta expedición, custodia los hornillos que suenan como turbinas calentando el agua para el desayuno de los participantes de la primera edición del proyecto “Argentinos al Aconcagua”. Lo miro todo abrigado desde mi guarida de plumas y pienso en algunas cosas que conversamos el día anterior en Plaza de Mulas, el campo base para ascender el Monte Aconcagua por la ruta normal. Encontrar personas subiendo las montañas más importantes del continente y del mundo sin preparación física y sin experiencia de ascensos a montañas menores es una tendencia que ha sucumbido al montañismo desde hace varios años y genera cierta preocupación. El mundo de la alta montaña ha pasado a ser un mundo posible para el turista que no piensa mucho en las consecuencias. Reflexiono esto y los riesgos que se fundan, no sólo para la vida de esa persona, sino para el grupo que la acompaña, para la gente que ha de afectarse a evacuaciones evitables…

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Roger se mueve lento, como midiendo cada acción. Tiene la responsabilidad de un grupo que como muchos otros, sueñan con esta montaña y su cima. “Para mí es importante que la persona disfrute la montaña y si esto no está sucediendo, interfiero, colaboro para tomar las medidas necesarias, y si esas medidas conllevan el descenso de esa persona, siempre estaré pensando que pueda regresar para intentarlo otra vez”. Aconcagua es de alguna manera un hogar para él, lleva muchos años trabajando en sus laderas, ha visto y vivido muchas cosas felices y también tristes. Su mirada amable habla de experiencia, enlazando amistad y confianza en el grupo.
Desde hace once años que la montaña ha entrado en mi vida como un motivo de mis días. Sin ser guía de montaña, más bien como fotógrafa especializada en coberturas de alta montaña, siempre he pensado y sentido que para poder caminarla, escalarla, subirla sin importar la altitud tenemos que estar preparados, por uno mismo y por quien acompaña.

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Me uno a la expedición de Argentina Extrema (AE) apoyando el programa “Argentinos al Aconcagua” coincidiendo con los valores y el espíritu hacia los Apus. Entendiendo que generar conciencia de lo que actualmente sucede en el montañismo mundial tiene que trascender lo económico y virar a lo educativo. Enseñar a mirar y sentir la montaña como parte de un programa integral que una agencia ofrece a la persona que se acerca y entrega su confianza para cumplir el sueño de montaña. Fernando Robledo y Leandro Scheurle, dueños AE crearon el programa con la intensión de mitigar esta tendencia y preparar física, psicológica y emocionalmente la experiencia de ascenso a la montaña más alta del continente americano, pero también con el objetivo de hacer abordable económicamente esta gran aventura de montaña a los argentinos participantes.
Gabriel (51 años) empresario, Juan (51 años) veterinario, Andrés (30 años) médico, Guido (30 años) ingeniero mecánico, Gustavo (30 años) guía de turismo y Luciana (34 años) ingeniera en minas fueron los participantes de la edición 2016. Los seis con el entusiasmo a flor de piel y la motivación necesaria para afrontar Aconcagua, los seis entendiendo con humildad que más allá de toda preparación, la montaña finalmente decide las cumbres.

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El 20 de Febrero ingresamos al Parque Provincial Aconcagua. Las condiciones del clima habían mejorado un poco en una temporada bastante dura climatológicamente marcada por el fenómeno de El Niño, que incluso trajo aludes de barro y piedras. Sin embargo, había optimismo de buen clima en los días claves para el ascenso. El hongo de Aconcagua nos acompañó en varias de las jornadas de aclimatación. La montaña nos regaló atardeceres inolvidables que hicieron valer todos los esfuerzos.
El día 2 de marzo con inconmensurable emoción, parte del grupo llegó a lo más alto de América. Fue indispensable el apoyo de Juan Herrera que se unió al equipo en el campamento Nido de Cóndores para asistir a Roger, quien junto a la celebración del grupo, conseguía su cumbre número 25. Juan y Laura, dueños de “Juan Herrera Travel Service” además brindaron la logística de campamento base en Plaza de Mulas y Confluencias.

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“Cruzar el umbral del cansancio, superar los límites mentales del no puedo, es algo que se logra en buena parte por esfuerzo propio, pero indudablemente quien te guía tiene mucho que ver. Sentí la unión y la compañía constante del grupo en la montaña, la presencia de mi familia que me daba fuerza para continuar y agradecimiento a Roger por ser un gran orientador, un amigo”- comentó Gabriel en su descenso.
Aconcagua por la vía normal no es un objetivo inalcanzable o reservado para expertos, pero es un objetivo que para vivirlo a pleno requiere de una preparación adecuada, sin improvisaciones. Una preparación para poder conocer nuestro cuerpo y sus reacciones en diferentes altimetrías, para comprender el vínculo y la experiencia que queremos tener y vivir junto a la montaña. Una preparación para cultivar el compromiso y responsabilidad por uno mismo y por el compañero, para prevenir accidentes, malas experiencias, respetar la montaña y la vida.

“Argentinos al Aconcagua”, un proyecto de Argentina Extrema

“Argentinos al Aconcagua” es un programa anual que aspira a que sus integrantes estén preparados física, psicológica y emocionalmente para enfrentarse al vigía continental. Entrenamientos adaptados y ascensos previos no sólo preparan las piernas y los pulmones del participante, sino que también preparan esencialmente el corazón y la mente.

Información sobre el programa 

Montañismo

DHAULAGIRI, MARIANO GALVÁN 6 OCHOMILES

enero 19, 2017 — by Andar Extremo

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El 19 de mayo de 2016 Mariano Galván y Alberto Zerain coronaron el Dhaulagiri de 8167 msnm sin oxígeno por la ruta normal. En la nota, una entrevista a Mariano en su regreso y un relato en primera persona del ataque a la cumbre. Nota de la revista Andar Extremo n° 42

Por Andar Extremo entrevista a Mariano Galván
Relato Mariano Galván
fotos Mariano Galván

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Cómo ves al  Mariano Galván, montañista efectivo con 6 ochomiles desde 2011?

Creo que en todo este tiempo he  ganado mucha experiencia, pude  planear y ejecutar de manera eficaz los desafíos que me he planteado. Para hacer un breve resumen, en 6 años realicé 6 expediciones, en las cuales he intentado 8 de las catorce montañas más altas del mundo, y de las cuales pude llegar a la cumbre de seis de ellas.
Creo que eso refleja la preparación, la planificación, y el nivel de compromiso con el que encaro cada una de las montañas. Pero lo que juega en contra a veces es el exceso de confianza que se genera al acertar muchas veces, se quiere ir cada vez más ligero, más rápido y por ahí uno se olvida de cosas esenciales o comete errores de principiantes. Es difícil mantener el balance entre experiencia y confianza. Se debe estar muy atento siempre y, por sobre todo, se tiene que tener la capacidad de acallar el ego que siempre quiere salir a ser protagonista y lo único que se obtiene cuando aparece son errores que se pagan caro.

Cuál fue tu crecimiento y visión como montañista en estos últimos años?

Es importante tener una visión de lo que uno quiere tanto en la fase como guía de montaña y como montañista. El amor es el mismo por cada tarea, pero las visiones sobre esas dos facetas que conviven, es diferente.
Por un lado, como deportista, pretendo seguir escalando con el mínimo de impacto posible sobre la montaña, empujar mis propios límites a sabiendas que estoy arriesgando mucho en seguridad. Con esto quiero ser muy claro, en todos los deportes hay una práctica medida, responsable, pero que necesita de otros que empujen más allá de los límites y que se jueguen un poco más para continuar con la evolución de este deporte. No hay que confundir por ejemplo el manejo de un auto a la velocidad extrema de un auto de carreras. Obviamente que este último va a estar más expuesto a accidentes, pero es inherente a la actividad misma y hay gente como yo, que está dispuesta a asumir esos riesgos.
Mi visión como guía sigue siendo la de llevar a la gente a la montaña con el menor impacto, pero a la vez brindarle un entorno lo más seguro posible, y para eso sé que se deben usar en casos extremos, cuerdas fijas, tubos de oxígeno, etc… A la vez me siento feliz de poder acercar las montañas a gente común, pues sé que es una oportunidad importante para ofrecerles una perspectiva diferente de sus vidas.

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Porqué elegiste al Dhaulagiri este año?
La verdad es que no esperaba subir el Dhaulagiri. Las conversaciones con la empresa de Nepal eran para subir el Makalu, y dos días antes de subirme al avión me comunicaron que la expedición con la cual iba a compartir permiso había cancelado, y si quería seguir con la idea de escalar el Makalu debería poner unos 3mil dólares más. Como podrán imaginar no contaba con ese dinero y les pregunté cuál era la opción, y me dijeron que todavía quedaba lugar para sumarme a una expedición al Dhaulagiri y, que de esa manera, me conservaban el precio que habíamos acordado. Por lo que tuve que ponerme a estudiar en muy breve tiempo, las rutas de ascenso y ambientarme a esta nueva montaña. No hubo mucha decisión consciente en este 8mil, fue un poco el azar el que me puso allí. Creo que ésta y otras veces la montaña es la que me elige.

Se complica con el paso del tiempo portear todo el equipo?
Lo bueno es que con el paso del tiempo y la tecnología que hay en el desarrollo de prendas técnicas, equipos, tiendas y demás, hace que éstas sean más livianas. Lo malo es que uno se va poniendo más viejo y no tiene la misma fuerza con la que contaba en mis primeros años. Por eso también es que se debe entrenar mucho más para seguir teniendo los mismos resultados.

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Cómo te trató este gigante?
Sentí a esta montaña especialmente difícil por el clima, recuerdo que todos los días se repetía la misma rutina en cuanto a temperatura. Amanecía con un cielo totalmente despejado luego, a partir del mediodía, se nublaba y no dejaba ver el sol hasta el día siguiente. Recuerdo que en dos oportunidades pudimos ver el atardecer y todos salimos de nuestras carpas a disfrutar de ese maravilloso espectáculo. Todos quedamos contemplando y sintiendo los últimos rayos de la tarde, como si de un raro fenómeno se tratara. En lo que a la montaña se refiere, el terreno hasta el campo 2 no representaba mucha dificultad técnica ni grietas importantes, sólo había que cuidarse de las avalanchas. A partir de ahí hasta los 7300 mts (donde coloqué el tercer campamento) era una pendiente de unos 50 ° en hielo que contaba con partes de hielo azul, lajas y cubierta de nieve que hacía muy complicado su ascenso, por lo que la fijación de cuerdas en este sector fue un factor muy importante para poder transitarla con seguridad. Desde el campo 3 en adelante, la ruta normal contaba con una travesía que se extendía por muchos metros, y que era un punto crítico dependiendo de las condiciones de la nieve. Aquí muchas personas han perdido la vida, por lo que se debe ser muy cuidadoso. Para finalizar, un corredor de unos 60° de inclinación hace que tengas que esforzarte por transitar los últimos metros que llevan a la cumbre. Afortunadamente este tramo lo encontré en condiciones de nieve muy amigables y pudimos, junto a Alberto Zerain, escalarlo en libre, siendo los primeros en transitar por ese sector antes de que se fijaran las cuerdas fijas.

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Cómo viviste la cumbre?
Fue una cumbre muy especial, porque en ella compartí el abrazo con el escalador vasco Alberto Zerain que me acompaño en todo el tramo que comprende desde el campo 3 hasta la cumbre. Fue muy reconfortante poder charlar y compartir una montaña tan intensa con alguien como él, que además de ser muy fuerte, tiene una trayectoria de más de 30 años de montañista y, a su vez, él estaba cumpliendo su octavo 8mil. La alegría compartida es una energía que se multiplica mucho. Espero poder compartir más cumbre con escaladores como él en el futuro.

Y la bajada?
La bajada fue interesante porque como todo el mundo sabe, los accidentes se producen generalmente en esta etapa, por lo que requiere el máximo de concentración. El clima hasta la altura de 7300 ms., donde se hallaba mi último campamento, era bastante bueno. Al llegar allí, me zambullí en el interior de mi pequeña carpa y pude tomar un poco de agua y comer, pero no quería permanecer ahí, sino descansar en el campo base y comer la deliciosa comida que siempre me preparaban. En contra de mi voluntad y teniendo que movilizar toda mi energía de reserva, empaqué todo, guardé la tienda de una manera un poco desordenada en el interior de mi mochila y con el enterito de pluma, seguí bajando. Pero el mal clima no tardó en hacerse notar y comenzó a nevar. A duras penas lograba ver las banderas que se colocan en las cañas de bambú y así, de a poco, fui desandando mis huellas. Por momentos me encontraba en un mundo blanco casi irreal y me sentaba como un niño caprichoso sobre la nieve. Estaba agotado y todo mi cuerpo pedía a gritos un descanso. La escalada había comenzado el día anterior a las 11pm, y eran las 6pm y mis piernas se movían de a ratos, negociando descanso con pasos. Así, en una batalla entre la mente y el cuerpo, fui bajando metro a metro. Estaba agotado pero a la vez disfrutaba ese mal clima y la pesadez de mi cuerpo…estaba nuevamente en el lugar que quería estar, haciendo lo que me gusta, es más, a veces sonreía cuando una ráfaga de viento me golpeaba tan fuerte que me tiraba al piso. Finalmente a las 10.30 pm llegue al campo base. Casi 24 hs de escalada, nada mal para mis 36 años. El plato de comida caliente no tardó en llegar, junto a una cerveza y una coca. Ahora sólo restaba entregarme sin pausa a un sueño reparador.

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Qué se viene en ochomilismo?
En mi ochomilismo, siempre digo que viene una pausa, que necesito un descanso, pero en realidad no quiero decir eso porque en cuanto tenga una nueva oportunidad saldré corriendo tras una nueva montaña. No sólo me gusta su majestuosidad, sino el desafío y la aventura que es llegar hasta ellas. Hay mucho más que escalar cuando uno entra en este mundo de “ los Himalaya”. La otra dura realidad es el financiamiento, cada vez más difícil, pero mientras pueda, voy a seguir adelante con este sueño.

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Agradecimientos:
A Marquitos, sobre todo, por darme este espacio de expresión y desahogo casi terapéutico, y también por brindarme comida al regreso de mis viajes en lo “del chino”…esa comida es tan importante como un batido de proteínas, y no sólo para el cuerpo sino también para el alma. Gracias MARCOS, y a toda la producción de la revista Andar Extremo.
Quería agradecerle también a Mountain HardWear por toda la indumentaria, así como también a Garmont, y Goal Zero, que con sus productos cubro todas las necesidades en equipamiento para mis expediciones. Gracias a todos los que difunden esta hermosa actividad y, obviamente, a los amigos, familia y demás gente linda que hace posible estos viajes.

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Relato de Mariano
“Es 15 de mayo, y ya hace unos 20 días que me encuentro en el campo base del Dhaulagiri. Aquí los días se repiten casi al infinito: por la mañana despejado, cielos azules y luego del medio día a más tardar las nubes lo cubren todo, y dejan caer su pesada carga de suave granizo o copiosas nevadas, todo depende de la voluntad de los dioses de la montaña.
Muchos grupos han ido a intentar cumbre y hasta casi me convencen a mí de ir con ello pero, a último momento y gracias a la tecnología con la que cuenta Carlos Soria, puedo acceder a un buen pronóstico y veo que lejos está de ser el día soleado, fuertes vientos soplarán en los siguientes días, para luego dar una breve calma para los días 18 y 19. A regañadientes me recluyo en mi tienda unos días más, tratando de confiar mis últimas fichas a este informe meteorológico, pero nada es seguro con el clima en esta parte de los Himalayas. Debido a condiciones geográficas y climáticas es casi imposible predecir o estimar un pronóstico. Confiando también en las lecturas propias del clima decido esperar un poco más y finalmente el 16 de mayo me lanzo en busca de la preciada oportunidad de llegar a lo más alto de esta montaña.

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Tras un breve desayuno a las 3:30AM salgo con todo mi equipo hacia el campo 2, distante unos 2100 ms. del campo base, es decir a unos 6678msnm. Llevo todo lo necesario para mi permanencia en la altura. Me he acostumbrado a no realizar depósitos ni acarreos previos, algo no muy común en este mundo, donde lo habitual es portear previamente tiendas, gas comida, enterito de pluma, etc., lo más alto posible y de esta manera guardar un poco de energía para el asalto final. Pero no es mi caso, yo subo y bajo con todo mi equipo. No tiene mucha lógica, pero me gusta así, por lo que hoy estoy llevando unos 15 kg de equipo por un extenuante desnivel. Finalmente y luego de seis horas y media, me encuentro en el añorado campo 2. Entre resoplidos y un frío que empieza a calar rápidamente en los huesos, monto mi tienda en una precaria terraza y me dispongo a pasar lo que queda de la jornada entre bebidas calientes y tareas del hogar (secar medias, botas, cargar elementos de electrónica, etc.). Este día es aceptable y el sol, las nubes y el viento logran un buen balance y me permiten descansar lo suficiente como para afrontar el siguiente día donde me esperar unos exigentes 700 metros de desnivel hasta el siguiente campamento. Por suerte, en la mañana del 17, el sol se hace presente muy temprano y me permite a las 5:30Am ponerme en marcha hacia mi nuevo destino. Nuevamente el llevar todo el equipo se hace notar, esta vez con más intensidad. Todo cuesta mucho y aquí las cuerdas fijas se convierten en un aliado fundamental ya que hay muchos tramos con hielo cristal y la nieve ha cubierto gran parte del mismo, por lo que sin la ayuda de las cuerdas esto se convertiría en una trampa mortal. Me maldigo al tener que usar unas cuerdas que no he fijado y siento que hago trampa. No me siento del todo cómodo con este tipo de ascenso pero no hay opción, sólo cuento con una piqueta técnica y un bastón, por lo que no me puedo asegurar un ascenso en libre…una lástima pienso para mis adentros…
El siguiente campamento a 7260msnm es sobre una ladera de unos 35 -40°, por lo que instalar la tienda se convierte en una tarea muy trabajosa y dolorosa para los pulmones que se esfuerzan por asimilar el aire enrarecido.

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Me dejo caer dentro de la tienda nuevamente cerca del mediodía, para luego repetir las tareas cotidianas. Tengo esperanza de comenzar en unas 12 hs más, pero cuando se creía que estaba todo bien, súbitamente a las 7pm, se desata un viento muy fuerte que sorprende a un grupo que ya había tomado la decisión de salir. Me preocupo por ellos porque la intensidad del viento alcanza por momento los 100km/h, y al mismo tiempo que veo cómo hago para que mi débil refugio no se deshaga en pedazos, pienso que mi oportunidad de intentar una cumbre se desvanece con el paso del tiempo. La noche la paso entre sacudidas y listo para abandonar ese campamento en caso de que la tienda no pueda soportar. Me apresto a ponerme toda mi ropa, enterito de pluma, arnés, botas dobles, linterna y gafas de ski…así es como paso la noche dentro de la ligera bolsa de dormir, sí, con las botas puestas y arnés. No queda otra, hay que estar preparado para cualquier infortunio.
Afortunadamente la tienda Direkt 2 de Mountain Hardwear se comporta de maravilla, y su delgada capa y sus dos varillas resisten los embates del viento, me siento bendecido cuando el sol asoma por la mañana y aun cuento con mi refugio intacto. Con el pasar de la mañana el viento amaina y me puedo comunicar con Alberto Zerain para ver cuál es su plan, y si tiene más novedades del clima. Lamentablemente sí, y no son de las mejores. Un conocido que les lleva los partes meteorológicos, le anuncia que vienen días malos. Inmediatamente decidimos bajar pero lo convenzo de pasar una noche más ahí y ver qué pasa si no, definitivamente al día siguiente nos bajaríamos y abandonaríamos el intento a cumbre…derecho a casa así, sin más.
Nos dejamos sorprender por el clima y paulatinamente el viento decrece a lo largo del 18 de mayo y nos deja a nosotros con la responsabilidad de intentar una cumbre o no. Afortunadamente nos apoyamos mutuamente y decidimos lanzarnos a la cumbre a la medianoche, así como también unas expediciones con las que compartimos el campamento, deciden lo mismo. Nosotros dos sin oxígeno y otros cuatro más escaladores con oxígeno apostamos por un intento. La noche de luna llena se presta ideal para el ascenso, pero no me siento del todo cómodo y Alberto con su gran capacidad física se me separa unos cuantos metros por varias horas. Finalmente logro cambiar el aire y puedo seguirle tímidamente los pasos. Nos sentimos felices por la oportunidad que tenemos de intentar la cumbre. El día llega sin nubes y con una suave brisa hasta los 8mil ms. No lo podemos creer, estamos casi sin darnos cuenta a punto de cumplir otro hito en nuestras vidas, en mi caso mi sexto 8mil y en el caso de Alberto su octavo!!, además en el caso de él, hace siete años que no corona una cumbre de tanta altura. Me siento alegre de tener un compañero con el cual compartir anécdotas y vivencias, emociones, y con el que nos motivarnos mutuamente en esta difícil tarea.

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Llevamos en nuestras mochilas unos 100mts de cuerdas para ayudar a fijar los últimos metros de recorrido, pero los sherpas nos piden las cuerdas a unos 8050 msnm y gustosos se las entregamos. Ahora sí, liberados de esa carga, nos miramos cómplices y decidimos ir por los últimos 100 ms. del corredor que lleva a la cumbre en libre, con una piqueta y un bastón. Nos apañamos en la tarea de escalar este corredor adelantándonos a la tarea de los sherpas, nos sentimos afortunados de poder hacerlo de esta manera ya que nos da la oportunidad de disfrutar la cumbre muchos minutos antes que los otros escaladores con oxígeno y sus respectivos sherpas. Así que todos contentos, aunque nuestra alegría se entrecorta cuando al finalizar el corredor encontramos el cuerpo sin vida de un escalador. Tratamos de ignorarlo pero es muy obvio, el recordatorio de lo frágil que es la vida se hace presente una vez más y tras un breve silencio, disfrutamos de la cumbre que nos ofrece una vista de 360°. Observamos el Annapurna a lo lejos, y las montañas multiplicándose en el horizonte. Nos abrazamos y cumplimos con las labores propias de las cumbres: fotos, videos, agradecimientos, etc… Pero esta cumbre es muy distinta para mí, tengo un compañero al cual abrazar y decirle: “Lo hemos logrado”, agradezco por eso a los Dioses y por muchas otras cosas más. Gracias Alberto Zerain por compartir esta cumbre. Lujo de montañista y de persona.

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La bajada como siempre no está exenta de peligros y el buen clima se desvanece, afortunadamente llegamos a nuestro último campamento y decido continuar la bajada hasta el campo base. A duras penas logro desmontar mi tienda y mis cacharros que se encuentran a 7200 msnm, y muy desprolijamente los coloco en mi mochila. Sin prisa, y con muuuchas pausas me dispongo a bajar hasta el campo base. En este largo camino las nevadas, neblina, vientos y demás inclemencias climáticas se hacen presentes, pero trato de ser indiferente a ellas y me consuelo con los beneficios de bajar hasta los seguros 4600 msnm del campo base. Finalmente a las 22:30 hs llego a mi anhelado refugio. Han sido casi veinticuatro horas de andar, escalar, rapelar y demás. La recompensa? un buen plato de Dalbat y la satisfacción de poder seguir cumpliendo mi sueño: ”escalar montañas para sentirme vivo, y vivir para aprender más de ellas”
Gracias familia por entender mi locura. Amigos, gracias por estar al pendiente de mis anécdotas y darme el empujoncito que se necesita para seguir apostando a lo que uno ama. Gracias Mountain HardWear Argentina, Garmont Outdoorgear y mucha otra gente que en silencio aporta pequeñas grandes cosas, fundamentales para el desarrollo de estas expediciones.”

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Montañismo

MARIANO GALVÁN CORONÓ EL MANASLU

octubre 4, 2016 — by Andar Extremo

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Ya lleva siete ochomiles y dos de ellos los hizo este año

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Nuestro incansable Mariano Galván nos sigue sorprendiendo, este año seguro será inolvidable para él y para los amantes del montañismo. A principio de año conquistó el Dhaulagiri y hoy coronó su séptimo ochomil, el Manaslu con 8156 msnm, la octava montaña más alta de l mundo.
El primero de octubre en una entrevista para un medio español “ActitudZerain” luego de no saber nada por tres días comentaba esto: “Estoy un poquito cansado pero ahora con una coca cola de por medio más a gusto. Encontré arriba luna tienda de los japoneses pero no tenía el hornillo adentro eran puras algas y pescado pero sin poder cocinar no podía comer nada. Así que fueron cuatro días duros, lo que tomaba era lo que podía derretir con el cuerpo. Contento por haberle dado un cumplido ala vía me han faltado 300 metros pero luego de 4 días lo más importantes es estar qui en el campo base y poder contárselo al compañero. En tres días no he comido nada, si pude encontrar la tienda para descansar pero no pude ni derretir ni comer nada así que ahora a recuperar y seguro me cambiará la cara. Tampoco tenia saco de dormir pero por suerte por el entrenamiento que tengo le pude dar batalla y llegar a 300 metros de la cima. Las dificultades técnicas se hacían imposibles, entonces fue momento de pegar la retirada; al estar solo y ser algo muy técnico no tenia alternativa. He estado tres noches arriba, una con Alberto Zerain, otra caminado y una en la tienda de los japoneses. Por suerte no sufrí congelaciones, cuando hacia mucho frío me movía para entrar en calor. También compartiré con ustedes la cueva de hielo que tuve que hacer para resguardarme del frío, de la noche caminando de las nevadas. También nos dio mucho enojo a Alberto y a mi de perder un montón de equipo en una forma misteriosa sin dejar rastros y pensábamos que seguir adelante iba a ser complicado. El clima al principio nos jugo una mala pasada estuvo nevando un día y medio, después vino lo de la tienda de los japoneses” esta mañana 4 de octubre Alberto Zerain en la altura nos daba la grata sorpresa “Te estoy llamando bajo el pináculo de la cumbre, aquí hay una ventisca de la hostia, Mariano Galván 100% a hecho cumbre y yo estoy a punto de llegar. Ya Mariano a comenzado el descenso”
Días después Mariano relataba “después de la frustración que dio el no poder llegar a la cima por la linea que habíamos soñado junto a Alberto Zerain, me baje de la montaña el 1 de octubre, satisfecho por la batalla dada a la montaña.
Ahí me entere de la preocupación de todo el mundo por mi pequeña desaparición. Pero tienen que saber que ya es una marca registrada.
Al día siguiente mi compañero me dice que quiere darse una chance mas y va a intentar el Manaslu con solo un campamento de altura, yo lo miro y no puedo mas que desearle buena suerte, han pasado 24 hs y no puedo retenerlo porque se lo difícil que es el clima y lógicamente no puedo salir con el.
Lo despido y le doy lo que esta mi alcance para ayudarlo. Pero yo tampoco estoy dispuesto a renunciar a otro intento…. Pero debo esperar un poco mas. Y así es que lo dejo ir con un afectuoso saludo y tan solo unas 24 hs mas tarde me lanzo en su búsqueda, no se ha donde voy a llegar, pero saber que voy mi a cruzarme con el me tranquiliza. Salgo a las 16.45 del día 3 de octubre con un clima envidiable, paso por el campo 1 envuelto en una nube pero la temperatura sigue siendo agradable, en campo 2 aprovecho una tienda vacía para colocarme el mono de pluma y hacer una parada de una hora para reponer fuerzas.
De ahí el camino empieza a complicarse ya que la nieve cubre las huellas anteriores y se desdibuja. Por lo que llego a campo 3 y así como llego trato de orientarme para continuar al campo 4, no encuentro rastro de las cuerdas fijas, por lo que tiro una linea recta hacia arriba por un neve de sostenida pendiente, me siento bien pero parece como si no avanzara, espero con ansias la luz del sol que aclare un poco el panorama.
Llego a campo 4 finalmente a las 7 am, ahí veo unas tiendas abandonadas y me lanzo a ellas que ofrecen resguardo parcial de las inclemencias. Dejo mi mochila y continuo solo con un bastón y un piolet. A partir de aquí el viento es muy fuerte, el cansancio se agolpa y la falta de sueño es terrible. Para variar empiezo a alucinar y me quedo dormido en los descansos, la cumbre parece no llegar nunca y ademas me desconcierta el no ver a mi compañero, pero me concentro en llegar a la cima, y cerca del mediodía llego a la cumbre. No tengo reloj ya que se lo había prestado a Alberto.
Totalmente agotado bajo por el mismo camino y en una de las paradas veo que hay una persona en una de las pendientes, me da la sensación por el color de la vestimenta que es un Lama, me rio por mis alucinaciones, una persona ahí jaja. Resulta que ese lama era mi compañero subiendo el mismo día.
Así es como sigo bajando y ese mismo día alcanzo el campo base a las 20 hs, agotado y me duermo preocupado, porque mi cocinero pregunta ¿ y Alberto? Creía que había bajado en el interin de mi subida, pero afortunadamente al día siguiente hablo con un grupo de alemanes que sabían de el y horas mas tarde aparece muy entero por el campo base y almorzamos juntos. Celebramos las cumbres y no podemos entender como no nos cruzamos, y me rio al decirle que lo creí una alucinación.
Gracias a todos por las buenas vibras y por seguir viviendo tan intensamente.

Grande Mariano 7 ochomiles, ejemplo Argentino!!!

Montañismo

MARIANO GALVÁN 6 OCHOMILES, Dhaulagiri Sin Oxígeno

mayo 29, 2016 — by Andar Extremo

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El 19 de mayo a las 10.15 am Mariano Galván Junto a Alberto Zerain coronaron el Dhaulagiri de 8167 msnm sin oxígeno por la ruta normal. El relato en primera persona de Mariano, los días previos y la cumbre de su sexto ochomil.

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Es 15 de mayo y ya hace unos 20 días que me encuentro en el campo base del Dhaulagiri, aquí los días se repiten casi al infinito, por la mañana despejado, cielos azules y luego del medio día a más tardar las nubes lo cubren todo, y dejan caer su pesada carga de suave granizo o copiosas nevadas, todo depende de la voluntad de los dioses de la montaña.
Muchos grupos han ido a intentar cumbre y hasta casi me convencen a mí de ir a por ello, pero a último momento y gracias a la tecnología con la que cuenta Carlos Soria, puedo acceder a un buen pronóstico y veo que lejos está de ser el día soleado, fuertes vientos soplaran en los siguientes días, para luego dar una breve calma para los días 18 y 19. a regañadientes me recluyo en mi tienda unos días más, tratando de confiar mis últimas fichas a este parte meteorológico, pero nada es seguro con el clima en esta parte de los Himalayas, debido a condiciones geográficas y climáticas es casi imposible predecir o estimar un pronóstico. Confiando también en las lecturas propias del clima decido esperar un poco más y finalmente el 16 de mayo me lanzo en busca de la preciada oportunidad de llegar a lo más alto de esta montaña.

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Tras un breve desayuno a las 3:30AM salgo con todo mi equipo hacia el campo dos, distante unos 2100 mts del campo base, es decir a unos 6678msnm, llevo todo lo necesario para mi permanencia en la altura, me he acostumbrado a no realizar depósitos ni acarreos previos, algo no muy común en este mundo, donde lo habitual es portear previamente tiendas, gas comida, enterito de pluma, etc., lo más alto posible, de esta manera guardar un poco de energía para el asalto final. Pero no es mi caso, yo subo y bajo con todo mi equipo, no tiene mucha lógica, pero me gusta así. Por lo que hoy estoy llevando unos 15 kg de equipo por un extenuante desnivel.
Finalmente y luego de seis horas y media, me encuentro en el añorado campo dos, entre resoplidos y un frio que empieza a calar rápidamente en los huesos, monto mi tienda en una precaria terraza y me dispongo a pasar lo que queda del día entre bebidas calientes y tareas del hogar (secar medias, botas, cargar elementos de electrónica, etc.). Este día es aceptable y el sol, las nubes y el viento logran un buen balance y me permiten descansar lo suficiente como para afrontar el siguiente día donde me esperar unos exigentes 700 metros de desnivel hasta el siguiente campamento. Por suerte en la mañana del 17 el sol se hace presente muy temprano y me permite a las 5:30Am ponerme en marcha hacia mi nuevo destino. Nuevamente el llevar todo el equipo se hace notar, esta vez con más intensidad, todo cuesta mucho, y aquí las cuerdas fijas se convierten en un aliado fundamental ya que hay muchos tramos con hielo cristal y la nieve ha cubierto gran parte del mismo, por lo que sin la ayuda de las cuerdas esto se convertiría en una trampa mortal, me maldigo al tener que usar unas cuerdas que no he fijado y siento que hago trampa, no me siento del todo cómodo con este tipo de ascenso, pero no hay opción, solo cuento con una piqueta técnica y un bastón, por lo que no me puedo asegurar un ascenso en libre, una lástima pienso para mis adentros…

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El siguiente campamento a 7260msnm es sobre una ladera de unos 35 -40 grados, por lo que instalar la tienda se convierte en un tarea muy trabajosa y dolorosa para los pulmones que se esfuerzan por asimilar el aire enrarecido. Me dejo caer dentro de la tienda cerca del mediodía nuevamente y me dejo caer dentro de ella para repetir las tareas cotidianas. Tengo esperanza de salir en unas 12 hs más, pero cuando se creía que estaba todo bien para salir, súbitamente a las 7pm, se desata un viento muy fuerte que sorprende a un grupo que ya había tomado la decisión de salir. Me preocupo por ellos porque la intensidad del viento alcanza por momento los 100km/h, y al mismo tiempo que veo como hago para que mi débil refugio no se deshaga en pedazos, pienso que mi oportunidad de intentar una cumbre se desvanece con el paso del tiempo. La noche la paso entre sacudidas y listo para abandonar ese campamento en caso de que la tienda no pueda soportar, me apresto a ponerme toda mi ropa, enterito de pluma, arnés, botas dobles, linterna y gafas de ski, así es como paso la noche dentro de mi ligera bolsa de dormir, si, con las botas puestas y arnés. No queda otra, hay que estar preparado para cualquier infortunio.

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Afortunadamente la tienda Direkt 2 de Mountain Hardwear se comporta de maravilla, y su delgada capa y sus dos varillas resisten los embates del viento, me siento bendecido cuando el sol asoma por la mañana y aun cuento con mi refugio intacto. Con el pasar de la mañana el viento amaina y me puedo comunicar con Alberto Zerain para ver cuál es su plan, y si tiene más novedades del clima. Lamentablemente si, y no son de las mejores, un conocido que les lleva los partes meteorológicos, le anuncia que vienen días malos, casi que inmediatamente decidimos bajar, pero lo convenzo de pasar una noche más ahí y ver qué pasa, sino definitivamente al día siguiente, nos bajaríamos y abandonaríamos el intento a cumbre, derecho a casa, así sin más.
Nos dejamos sorprender por el clima y paulatinamente el viento decrece a lo largo del 18 de mayo y nos deja a nosotros con la responsabilidad de intentar una cumbre o no. Afortunadamente nos apoyamos mutuamente y decidimos lanzarnos a por la cumbre a la media noche, así como también unas expediciones con las que compartimos el campamento, deciden lo mismo. En total, nosotros dos sin oxígeno y otros cuatro más escaladores con oxígeno apostamos por un intento. La noche de luna llena se presta ideal para el ascenso, pero no me siento del todo cómodo y Alberto con su gran capacidad física se me separa unos cuantos metros por varias horas, hasta que finalmente logro cambiar el aire y puedo seguirle tímidamente los pasos. Nos sentimos felices por la oportunidad que tenemos de intentar la cumbre, el día llega sin nubes, y con una suave brisa hasta los 8mil mts, no lo podemos creer, estamos casi sin darnos cuenta a punto de cumplir otro hito en nuestras vidas, en mi caso mi sexto 8mil y en el caso de Alberto su octavo!!, además en el caso de él, hace siete años que no corona una cumbre de tanta altura, me siento alegre de tener un compañero con el cual compartir anécdotas y vivencias, emociones y motivarnos mutuamente en esta difícil tarea.

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Llevamos en nuestras mochilas unos 100mts de cuerdas para ayudar a fijar los últimos metros de recorrido, pero los sherpas nos piden las cuerdas a unos 8050 msnm y gustosos se las entregamos, ahora si liberados de esa carga nos miramos complisentemente y decidimos ir por los últimos 100 mts del corredor que lleva a la cumbre en libre, con una piqueta y un bastón nos apañamos en la tarea de escalar este corredor, adelantándonos a la tarea de los sherpas, nos sentimos afortunados de poder hacerlo de esta manera, ya que nos da la oportunidad de disfrutar la cumbre muchos minutos antes que los otros escaladores con oxígeno y sus respectivos sherpas. Así que todos contentos, aunque nuestra alegría se entrecorta cuando al finalizar el corredor encontramos el cuerpo sin vida de un escalador, tratamos de ignorarlo, pero es muy obvio, el recordatorio de lo frágil que es la vida, se hace presente una vez más, y tras un breve silencio, disfrutamos de la cumbre que nos ofrece una vista de 360 grados, observamos el Annapurna a lo lejos, y las montañas multiplicándose en el horizonte. Nos abrazamos y cumplimos con las labores propias de las cumbres, fotos, videos, agradecimientos, etc. Pero esta cumbre es muy distinta para mi, tengo un compañero al cual abrazar y decirle: “Lo hemos logrado”, agradezco por eso a los Dioses y por muchas otras cosas más. Gracias Alberto Zerain por compartir esta cumbre. Lujo de montañero y de persona.

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La bajada como siempre no está exenta de peligros y el buen clima se desvanece, afortunadamente llegamos a nuestro último campamento y decido continuar la bajada hasta el campo base, a duras penas logro desmontar mi tienda y mis cacharros que se encuentran a 7200 msnm, y muy desprolijamente los coloco en mi mochila. sin prisa, y con muuuchas pausas me dispongo a bajar hasta el campo base, en este largo camino, las nevadas, neblina, vientos y demás inclemencias climáticas se hacen presente, pero trato de ser indiferente a ellas y me consuelo con los beneficios de bajar hasta los seguros 4600 msnm del campo base. Finalmente a las 22:30 hs llego a mi anhelado refugio, han sido casi veinticuatro horas de andar, escalar, rapelar y demás. La recompensa? un buen plato de Dalbat y la satisfacción de poder seguir cumpliendo mi sueño:” Escalar montañas para sentirme vivo, y vivir para aprender más de ellas”

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Gracias Familia por entender mi locura, amigos gracias por estar al pendiente de mis anécdotas y darme el empujoncito que se necesita para seguir apostando a lo que uno ama. Gracias Mountain HardWear Argentina, Garmont Outdoorgear y mucha otra gente que en silencio aporta pequeñas grandes cosas, fundamentales para el desarrollo de estas expediciones.

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Texto y fotos Mariano Galván

Montañismo

ANNAPURNA, CARLOS SORIA A LOS 77 AÑOS, 12 OCHOMILES

mayo 6, 2016 — by Andar Extremo

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El alpinista Carlos Soria coronó el Annapurna a sus 77 años ha logrado llegar a la cima de la décima montaña más alta del planeta, convirtiéndose en la persona de más edad en hacerlo. Con esta cumbre, está más cerca de completar los 14 ochomiles. Solo le restan el Dhaulagiri y el Shisha Pangma.

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Carlos Soria ha vuelto a hacer historia al convertirse en la persona de más edad en alcanzar la cumbre del Annapurna (8.091 m). El veterano alpinista, líder de la Expedición BBVA, ha hollado la cima de la décima montaña más alta del planeta cerca de las 9.00 horas del 1 de mayo. En una dura y larga etapa final, el equipo ha cubierto en algo más de 13 horas los últimos mil metros de desnivel que les separaba del Campo 4 (7.100 m). El alpinista español de 77 años logró su duodécimo ochomil. La marcha final desde el Campo 4, situado a 7.100 m, la iniciaron sobre las 19.30 horas del día 30 de abril. Las previsiones recibidas indicaban que durante la noche pararía la nieve y quedarían nubes altas, con vientos por debajo de los 20 km/h. Los pronósticos se cumplían y la expedición vio el amanecer a las 5.20 horas. Carlos Soria y el equipo, formado por Carlos Martínez y Luis Miguel López, llegarón a la cima del Annapurna alrededor de las 9.00 horas, tras más de 13 horas de ascenso. En ese momento, Carlos Soria pasaba a la historia del alpinismo mundial al convertirse en el escalador de más edad en coronar la cima del coloso nepalí. Acompañados por su gran amigo Mikel Sherpa que también lo acompañara rumbo al Dhaulagiri (8.167 m), segundo objetivo de Carlos Soria esta temporada.
Después de haberlo intentado en 2012 y 2015, ha sido en la tercera ocasión cuando la montaña le ha permitido llegar a la cima. Si esta misma temporada lograse hollar el Dhaulagiri, solo le faltaría el Shisha Pangma para completar las míticas 14 montañas más altas del planeta. Además, Carlos Soria es el único alpinista que ha escalado 11 montañas de más de 8.000 metros después de cumplir los 60 años, y es la persona más veterana en la historia que ha ascendido con éxito al K2 (65 años), Broad Peak (68 años), Makalu (69 años), Gasherbrum I (70 años), Manaslu (71 años), Lhotse (72 años), Kanchenjunga (75 años) y Annapurna (77 años).

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“Esto es verdaderamente el despertar de un sueño. Han sido unos días magníficos, una expedición larga, pero hemos sabido esperar el momento oportuno”, ha comentado Carlos al coronar el Annapurna.
La expedición al llegar al Campo Base cansados por el gran esfuerzo realizado pero felices por el logro conseguido, mientras el equipo reponía fuerzas tras unas intensas jornadas, comentaban: “Nunca nos hemos desesperado, nunca hemos gastado fuerzas inútilmente y cuando hemos tenido que ir, hemos ido”. Además, Carlos Soria ha decidido trasladarse al Campo Base del Dhaulagiri para intentar su cima a mediados de mayo. “Necesitamos unos días de descanso, pero estamos perfectamente aclimatados. La cumbre del Dhaulagiri es posible y vamos a intentarlo”, ha afirmado. “Esto es verdaderamente el despertar de un sueño. Han sido unos días magníficos, una expedición larga, pero hemos sabido esperar el momento oportuno”. “Hemos intentado hacernos amigos de ella, observarla, ver cuándo podíamos hacerlo y lo hemos hecho”. Ni las difíciles condiciones en la cumbre, peores de lo que apuntaban los pronósticos, consiguieron echar atrás a la expedición. El veterano alpinista recuerda cómo vivieron ese histórico momento: “El día de la cumbre fue muy frío. La sensación en muchos momentos del día era de muchísimo frío y con el viento a 60 km/h. Pero ha sido magnífico, absolutamente magnífico”.

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Crónica de una gesta histórica el ataque definitivo a la cumbre se inició el día 30 desde el Campo 4 (7.100 m) cuando ya era de noche. A pesar de que estaba nevando, Carlos Soria y el equipo confiaron en los partes meteorológicos que decían que pararía de nevar al amanecer. Cerca de 14 horas de ascenso hasta alcanzar lo más alto del Annapurna en un recorrido menos peligroso que en otras ocasiones pero de un alto nivel técnico por la gran cantidad de hielo. A las 10.00 hora local, la Expedición llegaba a la cumbre. La cima les recibía con mucho viento y una sensación térmica de -50º C. Tras unos minutos, iniciaron el descenso hasta el Campo 4, que completaron en 9 horas, un total de 23 horas de jornada desde que iniciaron el ataque. Carlos Soria y sus compañeros descansaron unas horas en el Campo 4 y emprendieron el descenso. Completaron la gesta hasta el Campo Base (4.200 m) en 20 horas, con un tramo muy complicado técnicamente entre el Campo 3 (6.700 m) y el Campo 2 (5.700 m), en el que tuvieron que rapelar en una pared vertical de hielo.

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Montañismo

Lomas Blancas: Cumbres solidarias

marzo 21, 2016 — by Andar Extremo

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Nota en revista Andar extremo n° 39

Somos un grupo de amigos que compartimos el amor por la naturaleza, el deporte y la aventura. A través de estas actividades, realizamos acciones solidarias orientadas a nuestra comunidad.
Aventura SinFin, es un grupo de deportistas que realizan múltiples actividades deportivas, y desde hace unos años organiza una Carrera para niños en el Parque Ecológico de la Plata. Desde sus inicios esta carrera ha contado con la asistencia del Sr. Aldo Herbotte, de Baobab Supercamping. Somos integrantes de Aventura SinFin, y en ocasión de la organización de estas carreras, y motivados por los relatos de las experiencias de Aldo, comienza nuestra inquietud por incursionar en el montañismo de altura como una nueva actividad deportiva y recreativa. Así comenzaron las reuniones y las intensas prácticas de entrenamiento para llevar a cabo una expedición al Cordón del Plata, en Vallecitos, Provincia de Mendoza.
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Con el objetivo de darle a la expedición un fin solidario, y de mejorar el equipamiento destinado a la atención de las emergencias en el Hospital San Roque de Gonnet, nos proponemos recaudar fondos para contribuir a la adquisición de un equipo de ecografía Doppler color.
Aquí comienza nuestra aventura…
El 28 de octubre con mucho entusiasmo cargamos los tres autos, llevando el equipo de montaña y mucha comida para los 4 días que íbamos a estar en el refugio de Sky y Montaña en Vallecitos. Y allí partimos rumbo a Mendoza… la montaña nos espera.
El 29 de octubre por la mañana nos reunimos todos los integrantes de la expedición en un supermercado ubicado sobre la ruta 40 en Mendoza, allí compramos frutas, verduras y productos frescos y emprendimos el último tramo todos juntos rumbo al refugio.
Llegamos al mediodía, nos instalamos rápidamente en el refugio, armamos las mochilas, preparamos las colaciones y emprendimos una caminata para comenzar a adaptarnos a la altura. Montañas y más montañas nos envolvían, un sol radiante nos iluminaba, increíblemente ya estábamos cumpliendo nuestro sueño. Todos en fila como patitos, comenzamos el ascenso. Sentíamos que íbamos caminando en un mar de dulce de leche, lentos, muy lentos, la altura se hacía presente. Físicamente nos sentíamos muy bien pero notábamos que la entrada de aire no era la misma que en el llano al cual estábamos acostumbrados, paso a paso realizamos todo el recorrido, tierra, nieve, piedras… ningún obstáculo nos impidió seguir.
Felices retornamos al refugio. Cansados por el viaje, acomodamos nuestras cosas mientras Andrea, nuestra cocinera de lujo, preparaba la comida. Nos habían contado que convenía pasar un tiempo en el lugar para aclimatarse y no correr el riesgo de apunarse, sin embargo la montaña decide y a pesar de beber mucha agua, movernos lento, y llegar a una altura mayor a la que íbamos a dormir, el apunamiento alcanzó a uno de nosotros. El mal de altura en Antonia no se hizo esperar. Sin embargo todos pudimos dormir a pesar de los 2500 mts. de altura y prepararnos para el día siguiente.
Viernes 30 de octubre – Cumbre Lomas Blancas (3850 msnm)
Amanecimos muy temprano, Aldo nos tenía preparadas unas ricas tostadas y un termo de 1lt. con agua caliente a cada uno y nos invitaba a tomarlo con la infusión que quisiéramos, pero completo antes de partir. La pregunta que nos angustiaba era si Antonia iba a poder subir.
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Por suerte los nueve emprendimos el viaje rumbo a nuestro primer objetivo, el Lomas Blancas a 3850 msnm. Al principio sentíamos la altura, Antonia pudo subir, pero sin demasiada fuerza por lo que Aldo tuvo que cargar dos mochilas. De a poco mientras avanzábamos nos sentíamos cada vez mejor, luego de un poco más de tres horas todos llegamos a la cumbre. ¡Que alegría! Para muchos de nosotros nuestra primera cumbre.
Mucho viento allá arriba, sentíamos que nos volábamos. Sacamos fotos e inmediatamente comenzamos el regreso. El tiempo es fundamental, se venía la nube y nos iba a dejar sin visibilidad.
El descenso fue más rápido, paramos un rato para comer algo y continuamos bajando hacia el refugio. ¡Primer objetivo logrado!
Charla, mates, cartas, dados, intercambio de sensaciones… Así llegamos al final del día.

Sábado 31 de octubre – Campamento de altura Piedras Grandes (3580 msnm)
Hermoso amanecer, para nuestra sorpresa había nevado toda la noche. La montaña no dejaba de sorprendernos y nos ofrecía un paisaje distinto, blanco, increíble. Un nuevo recorrido nos esperaba. Había mucha nieve, así que Aldo tendría el doble de trabajo, tendría que ir abriendo camino sobre la nieve, marcando las huellas que luego pisaríamos los que íbamos detrás de él. Continuábamos como patitos, Karina, Andrea, Analía, Roxana, Graciela, Antonia, Gastón y Jorge cerrando la fila.
El día más frio, la nube nos invadía, las montañas no se veían, seguíamos subiendo intentando alcanzar nuestra meta. Llegamos, nos abrigamos y comimos algo. Al recorrer el lugar vimos que había gente acampando, aclimatándose para seguir subiendo.
Regresamos al refugio, nevaba y según el pronóstico el clima no mejoraría y nos complicaría el ascenso al San Bernardo, nuestro último y más complejo objetivo.

Domingo 1 de noviembre – Base del San Bernardo.
Como habíamos previsto, lamentablemente las condiciones climáticas no nos permitieron intentar el San Bernardo. Cambiamos el destino y decidimos partir rumbo a la base del Cerro.
Mucha nieve, mucho hielo, nos costó encontrar agua, todo congelado. Gastón se dispuso a juntar nieve para luego derretirla.
Este nos resultó el circuito más bello, las paredes de la montaña se nos venían encima. Pisábamos la nieve y nos enterrábamos, la nube fue tapando el sol, parecíamos estar dentro de una película. Sensaciones miles, viaje alucinante.
Descendimos, nuestro sueño estaba llegando a su fin. Nos quedamos en la base del refugio jugando con la nieve, con la alegría de haber logrado nuestra primera cumbre y con la certeza de que ésta no sería la última.

Montañismo

KYLE MAYNARD; Cumbre en el Aconcagua, sin brazos ni piernas.

marzo 21, 2016 — by Andar Extremo

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El domingo 21 de febrero Kyle Maynard hizo cumbre en el Aconcagua y le demostró a la humanidad que nada es imposible.
“Estamos acampando esta noche aproximadamente a 6300 metros. Partiremos mañana a las 6 am y vamos a ir hasta que lo logremos. No importa, lo que estoy seguro es que vamos a tener uno de los días más difíciles y absolutamente sorprendentes de nuestras vida”.
Con esas palabras el sábado por la noche el atleta Kyle Maynard se iba a dormir en su carpa en el campamento para intentar su objetivo y el de su equipo: sin brazos ni piernas por su amputación genética, lograr la cumbre del gran Aconcagua y convertirse en leyenda.
Y así ocurrió finalmente. Por la tarde del mismo domingo los amigos del Refugio Mausy de Vallecitos anunciaban eufóricos el cumplimiento del objetivo. Con esta ascensión se suma al logro de 2012 de haber hecho cima en el Kilimanjaro.

ExploracionMontañismo

Fernanda Maciel Récord de ascenso y descenso al Aconcagua

marzo 21, 2016 — by Andar Extremo

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Récord de ascenso y descenso al Aconcagua
22 horas y 52 minutos
El sábado 20 de febrero a atleta de Brasil cubrió el trayecto Horcones-cumbre-Horcones en 22 horas y 52 minutos. Siendo el mejor tiempo femenino oficial de ascenso y descenso al Aconcagua desde Horcones en una sola jornada.
La brasileña había logrado la cima semanas atrás, exactamente el 3 de febrero, pero solamente desde y hasta el campo base de Plaza de Mulas, en un record que muchos cuestionaron por tratarse de una prueba normal para quienes habitualmente desafían al Aconcagua en 14 horas 20 minutos .
Esta vez la atleta se propuso cumplir el récord “completo” es decir Horcones-cumbre-Horcones, un trayecto de 80 kilómetros de extensión y 3,5 de desnivel y lo logró con un tiempo total de 22 horas 52 minutos, exactamente a las 23:10 del sábado 20 de febrero.
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Cabe recordar las impresionantes marcas logradas el año pasado por el español Kilian Jornet (12 horas 49 minutos) y el ecuatoriano Karl Egloff (11 horas 52 minutos) en igual trayecto al logrado por Maciel.
La corredora registró un tiempo de ascenso apenas por debajo de las 15 horas. De Horcones a la cima demoró 14 horas 53 minutos, en tanto que el descenso lo hizo en 7 horas y 59 minutos.El propio equipo de Fernanda Maciel informó que de tal forma también logró el récord femenino de ascenso al Aconcagua, que estaba 17 horas 30 minutos.

Montañismo

María Alejandra Ulehla, Primera mujer ARGENTINA en escalar el Vinson

marzo 21, 2016 — by Andar Extremo

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LA MONTAÑA MÁS ALTA DE LA ANTÁRTIDA
María Alejandra Ulehla, de 44 años, logró el pasado 30 de diciembre subir al macizo Vinson de 4.897 metros. La montañista rionegrina qse convirtió en la primera mujer argentina en ascender la montaña más alta de la Antártida. Entre sus hazañas se destacan los ascensos al Elbrus, en Rusia, el Kilimanjaro de Tanzania y el Aconcagua.
“Fue una alegría enorme lograrlo en el primer intento. Todo fue muy lindo y súper exitoso” comentó María. En 2014 no pudo hacer cumbre en el Everest (8.848 metros) porque un terremoto en Nepal abrió grietas y debió batallar durante varios días hasta ser rescatada