main

ACA IRI EL POST

Exploracion

Javier Lucca, Corriendo la Ruta 40

julio 26, 2024 — by Andar Extremo

javierlucca1-960x486.jpg

Javier Lucca, de 42 años, emprendió una odisea el 18 de septiembre desde La Quiaca, desafiando cada metro de la legendaria Ruta 40. Trotando a través de paisajes que cortan la respiración y superando obstáculos inimaginables, Javier logró cubrir 3100 km de pura pasión y tenacidad. Sin embargo, el 10 de enero de 2024, en El Bolsón, se vio obligado a hacer una pausa en su viaje debido a la escasez de recursos. Desde Mendoza, al cumplirse dos meses de su épico raid, compartió con nosotros las vivencias y emociones de esta aventura que captura la esencia de su espíritu.

por Natalia Riego y Marcos Ferrer, fotos Javier Lucca

javierlucca1

¿Estás emprendiendo esta aventura en solitario?
No, no estoy solo en esta travesía. Mi compañera de vida inició el viaje conmigo, brindándome su apoyo durante los primeros doce días. Luego, un amigo de Jujuy tomó el relevo, seguido por un ciclista que encontré en Cachi. Mis padres se unieron en Cafayate por unos diez días, y después, un amigo de Venado Tuerto y su padre me acompañaron. La logística se va tejiendo espontáneamente. Coordinar con otros es complejo debido a sus compromisos, y en ocasiones me he encontrado solo. En esos momentos, avanzo durante el día y por la tarde regreso a buscar mi casilla. Aunque a veces viajo solo, frecuentemente cuento con compañía. Si necesito desviarme de la ruta, por ejemplo, para pasar la noche en un pueblo cercano, detengo el reloj, me subo al auto y al día siguiente retomo la marcha desde el mismo punto.

Del 18 de septiembre de 2023 al 10 de enero de 2024 recorrí 3100 km de la Quiaca al Bolsón

¿Cuántos kilómetros cubrís en un día?
Cuando cuento con asistencia y me siento en plena forma, intento recorrer entre 40 y 50 kilómetros. Ha habido jornadas de apenas 12 kilómetros y otras de hasta 58. Algunos parajes son inhóspitos y monótonos, lo que exige fortaleza mental. Las piernas avanzan por inercia; lo crucial es permitirles descansar, nutrirse con algunos cereales y continuar a un ritmo pausado. En San Juan y La Rioja, el calor intenso ha mermado mi rendimiento.

javierlucca2

¿Cómo te adaptaste a la altitud, comenzando en La Quiaca?
Inicié el 18 de septiembre de 2023 y, a pesar del aumento de pulsaciones debido a la altitud, no experimenté síntomas adversos que me impidieran continuar. Aunque correr se volvió un desafío al alcanzar casi los 5000 msnm en el Abra del Acay, no sufrí mal de altura. Practico el método de respiración 100% nasal, Oxygen Advantage, que mejora la oxigenación celular y me ha sido de gran ayuda. Aunque la carrera se dificulta en la altura, este método me ha permitido avanzar y trotar en terrenos más llanos o pendientes suaves.

¿En qué consiste el método de respiración Oxygen Advantage que utilizas?
Es una técnica de respiración exclusivamente nasal, tanto para inhalar como para exhalar. Comencé a practicarla cuatro meses antes de la travesía. Al principio fue desafiante, ya que estamos acostumbrados a respirar por la boca. Empecé a dormir con una cinta en la boca para inducir la respiración nasal. El cuerpo es sabio y se adapta; no te asfixias y al día siguiente te despiertas más descansado y energizado. Aunque durante el día hablamos y respiramos por la boca, aplico este método en momentos de descanso, colocándome una cinta en la boca. Los beneficios en resistencia y recuperación son notables tras unas semanas de práctica.

javierlucca3

¿Utilizas suplementos o tienes una alimentación consciente?
No recurro a suplementos debido a su costo y porque prefiero confiar en la respiración nasal y en la capacidad natural del cuerpo. Mi dieta se basa en alimentos naturales: quinua, lentejas, garbanzos, pasta, arroz, frutos secos, y una abundancia de frutas y verduras. Aunque ocasionalmente disfruto de un asado o una cervecita en eventos sociales, me esfuerzo por mantener una alimentación saludable, equilibrada y lo más natural posible, resistiendo la tentación ofrecida por la gente que me cruzó en el camino.

Soy estructurado y día a día me voy adaptando a lo que se me presenta, trato de vivir el presente, me saca la ansiedad quitando la ansiedad de la cabeza

¿Qué te dice la gente en el camino?
Lo más inspirador de esta jornada son las personas y las historias que se entretejen cada día. La generosidad humana es abrumadora, desde aquellos que te invitan a compartir su mesa hasta los escépticos que dudan de tu hazaña. Me dicen: “¿Vienes corriendo desde La Quiaca? ¡No puede ser verdad!” Pero también hay quienes se asombran y ofrecen lo que pueden, desde un vaso de agua hasta contactos valiosos para el camino. Se forma una especie de familia itinerante; conoces a alguien en Jujuy y esa persona va pasando la voz, creando una cadena de solidaridad. Cicloviajeros y rodanteros se suman a la travesía, intercambiando mensajes y experiencias. La ruta está llena de vidas extraordinarias, cada una con su propia realidad. Incluso los camioneros me han ofrecido dinero, y la ayuda de la gente es un bálsamo para el alma en los momentos de desánimo.

javierlucca4

¿Qué cambios físicos y mentales has experimentado en los primeros meses de viaje?
Físicamente, estoy más delgado que nunca, pero mi ánimo ha aumentado exponencialmente. Me despierto lleno de energía, ansioso por correr y enfrentar las incertidumbres del día. Con el paso de las horas y los kilómetros acumulados, el cansancio se hace presente, pero es parte del desafío. Mentalmente, he aprendido a desestructurarme. Antes del viaje, mi vida era orden y rutina, pero ahora abrazo la incertidumbre. Si los planes fallan, simplemente me adapto y sigo adelante. Esta aventura me ha enseñado a manejar la ansiedad y a vivir plenamente el presente. Apreciar lo vivido en lugar de anhelar lo que falta es una lección invaluable. Me siento orgulloso de haberme atrevido a soñar con este proyecto. Cada paso es un aprendizaje, una lección de vida.

¿Cómo enfrentas las adversidades climáticas?
El viento zonda es inhumano, con temperaturas que superan los 40 grados, polvo y bebidas que apenas logro refrescar. A pesar de las incomodidades y los desafíos físicos, hay un espíritu de supervivencia que me mantiene vivo y alerta. La sociedad moderna nos ofrece comodidades que, a menudo, nos hacen olvidar lo poco que realmente necesitamos. Llevo dos meses viviendo en una casilla de apenas 8 metros cuadrados, rodeado de paisajes naturales que quitan el aliento. Los amaneceres y atardeceres, un simple plato de avena, un café con leche compartido con otros viajeros o mis asistentes… esos son los momentos que enriquecen la vida y permanecen en la memoria para siempre.

ExploracionSupervivencia

DOS AÑOS ARRIBA DE UN ÁRBOL, LA MUJER QUE SUBIÓ PARA EVITAR SU TALA Y NO BAJÓ EN 738 DÍAS

octubre 4, 2023 — by Andar Extremo

JuliaButterflyHill1-960x720.jpg

Cuando Colón pisó América por primera vez, “Luna” (una secuoya de 60 metros de altura) tenía ya 500 años. El 10 de diciembre de 1997 cuando su tronco sobrepasaba los 1000 anillos, el destino y una motosierra se cruzaron en su cepa. Julia Butterfly Hill, una activista de 23 años, decidió interrumpir lo inevitable y encaramándose al árbol impidió la inminente tala. Pasó 738 días entre sus ramas y sin poner un solo pie en tierra obligó a la compañía maderera, tras durísimas negociaciones, a indultar el árbol y a todos sus hermanos cercanos del bosque de la ciudad de Stanford en California.

JuliaButterflyHill1

A finales de 1997 la Pacific Lumber Company irrumpió en la arboleda de 60 mil hectáreas para iniciar la deforestación de uno de los ecosistemas más importantes de la zona. Pero en su camino se topó con una tozuda mariposa.
Julia Butterfly Hill nació el 18 de febrero de 1974 en Arkansas. De familia muy humilde estudió en su casa hasta los 12 años. Su padre era un predicador itinerante y su casa una caravana que compartía con sus tres hermanos. La vida nómada y ambulante y la influencia paterna la educaron en la escasez y el pragmatismo.
Cuenta en su biografía que cuando era ya una adolescente, en una de las asiduas caminatas por la naturaleza con su familia, una mariposa aterrizó en su hombro y permaneció con ella durante todo el trayecto…metáfora de la aventura de su vida sirvió también para acompañar su nombre para el resto de sus días….
Pero fue con 22 años y una experiencia traumática a modo de grave accidente de tráfico lo que convirtió a Julia en la activista verde que conmocionó a un país entero. El percance dejó graves secuelas cerebrales que requirieron un lento proceso y terapia intensiva. La proporción y el valor del tiempo cambiaron para siempre en Julia que dedicaba sus largas horas de rehabilitación a la contemplación subversiva de los fastuosos bosques Californianos. La crisálida dejó paso entonces a la mariposa.

JuliaButterflyHill2

“Me adentré en el bosque y por primera vez experimenté lo que significa de verdad estar vivo. Entendí que yo formaba parte de aquello. Poco después supe que la Pacific Lumber Maxxam Corporation estaba talando esos bosques y mi confusión fue total. Contacté con la asociación Earth First, que hacía sentadas en los árboles para impedir su tala. Así conocí a “Luna”…”
La vida en el árbol fue muy dura y cambió por completo a Julia. La idea era estar dos semanas hasta el relevo de un compañero. Pero éste nunca se produjo. Un pequeño equipo le suministraba con cuerdas y poleas los víveres necesarios para la travesía, incluyendo unos pequeños paneles solares para cargar el móvil con el que organizaba las entrevistas, captar adeptos para la causa o incluso hablar en directo con el senado norteamericano. Su pequeño hogar, a 50 metros de altura, consistía en una plataforma de 3 metros cuadrados cubierta por una lona impermeable, un calentador a gas, un cubo con una bolsa hermética para hacer sus necesidades y una esponja con la que recogía el agua de lluvia o nieve para lavarse.

JuliaButterflyHill3

“De inmediato, la Pacific Lumber comenzó a talar árboles a mi alrededor. Aparecieron helicópteros que me echaban chorros de agua. Quemaron los bosques cercanos durante seis días y el humo destrozaba mis ojos y mi garganta, y me llené de ampollas. Luego montaron guardias día y noche para que no me pudieran suministrar comida. Terminé deprimida y amargada, chillando, dando golpes, al borde de la locura. Para consolarme pensaba en las familias de Stanford que a causa de la tala de los bosque se inundaban y se quedaban sin casa”
Pero lo peor estaba por llegar. En el invierno de 1998 una impresionante tormenta de más de dos semanas estuvo a punto de separar a Julia de Luna. Vientos racheados acabaron con la lona y empujaron a Julia hacia el vacío. Abrazada a la secuoya y próxima a la rendición, escuchó “la voz de la Luna” recordándole que “sólo las ramas que son rígidas se rompen”. Abandonó entonces el apoyo estable para agarrar la inmadurez y flexibilidad de las verdes ramas más jóvenes que fueron las que, a la postre, resistieron el envite y con ello salvaron la vida de Julia.

JuliaButterflyHill4

Salvar esa tormenta supuso un cambio de actitud. Julia se deshizo del arnés y de los zapatos y se fundió con su entorno alcanzando su apogeo espiritual. No iba a volver a vivir con miedo. Una importante dolencia de origen vírico en los riñones la encaró de manera simbiótica, medicándose con extractos de plantas cercanas suministradas por su equipo. Conocía cada insecto, cada rincón de Luna y esto le permitió encarar con certeza y ventaja psicológica la negociación con los deforestadotes que dejaron por entonces de llamarla “eco-terrorista”.
El tiempo fortaleció la imagen activista de Julia y poco a poco fue ganándose el respeto y los apoyos de muchas organizaciones ecologistas y de los medios. El desfile de famosos que subieron al árbol a visitarla (Bonnie Raitt, Joan Báez o Woody Harrelson) fue tan grande como el impacto mediático del desafío.

JuliaButterflyHill5

El 18 de diciembre de 1999 Julia descendió de Luna con las manos verdes del musgo y los pies encallecidos, en medio de una gran ceremonia y entregando esta carta. Culminó con éxito las negociaciones con la maderera quién se comprometió no sólo a respetar a Luna y todos los árboles cercanos en un radio de 60 metros, sino a incluir una política medioambiental en todos sus futuros trabajos.
Hoy en día Julia sigue al frente de un importante grupo ecologista y activista. Ayudó a crear la ONG “Circle of Life”, participando regularmente en muchos de los “Tree-Sit” fecundados con su hazaña y desperdigados por todos los rincones del planeta verde. Contó su experiencia en la copa de Luna en el Libro “El legado de Luna” impreso en papel reciclado y bajo el sello de tolerancia ecológica “SmartWood Certified“.
“Permaneciendo en la unidad, la solidaridad y el amor, sanaremos las heridas en la tierra y en cada uno de nosotros. Podemos marcar la diferencia positiva a través de nuestras acciones” frase de Julia en “El legado de Luna”

JuliaButterflyHill6

En noviembre de 2001 un desaprensivo buscador de reliquias (un infructuoso Mark Chapman de Luna) intentó cercenar a Luna y asestó un tajo con motosierra de 35 centímetros de profundidad en su cepa. Desde entonces unas gigantescas grapas consolidan el árbol.
La exitosa empresa de Julia ha ayudado a prestigiar a toda una generación olvidada para el activismo verde tan de moda en los 60’s. La fortaleza física y mental que puede proporcionar el reto de conseguir los propios ideales debe ser ejemplarizante y suficiente para desenmascarar otras actitudes de pancarta y cacerola tan incoherentes como egoístamente confortables.
“Nadie tiene derecho a robar al futuro para conseguir beneficios rápidos en el presente. Hay que saber cuándo tenemos suficiente” frase que inicia su libro “El legado de Luna”.

JuliaButterflyHill7

Repercusiones
Las referencias a Julia y su árbol Luna en la cultura norteamericana son constantes. Los Simpson rememoran el evento en uno de los capítulos de la serie “Lisa La ecologista” T12 C4. Los Red Hot Chili Peppers hacen referencia a la historia en su “Can’t Stop Live”. Y, a principios del 2009, la directora Indo-canadiense Deepa Mehta estrenó la película “luna” inspirada en los acontecimientos y protagonizada por Rachel Weisz.

ExploracionSupervivencia

JUBILARSE DE LA RUTINA, 30 AÑOS VIVIENDO EN SOLEDAD EN LAS MONTAÑAS DE ALASKA

septiembre 28, 2023 — by Andar Extremo

dickproenneke1-960x720.jpg

Richard “Dick” Proenneke (1916-2003) se jubiló a su manera. Con 52 años dejó atrás su pasado para embarcarse en la aventura de su vida y buscar, en esencia, su libertad. Se retiró, en soledad, a un lugar recóndito de Alaska, donde construyó a mano una cabaña y pasó los siguientes 30 años en armonía con su entorno. Asceta de su pasado, la historia le ha convertido en uno de los más famosos eremitas del mundo.

dickproenneke1

Todo el mundo sueña con la jubilación perfecta. Un retiro con los suyos, bolsillos llenos y agendas vacías, cargado de ocio y vacío de responsabilidades. Richard “Dick” vivió solo pero no en vano. No era egoísta; parte de la herencia de su legado consiste en multitud de notas, escritos, fotos y filmaciones que hizo del paraíso de su experiencia. Nos deja una dote ejemplar, paradigma del modelo perfecto de supervivencia y patrón de la jubilación de nuestros sueños.

dickproenneke2

Dick Proenneke nació en Primrose, Iowa. Tenía una vasta familia compuesta por tres hermanas y dos hermanos. Su padre sirvió como militar en la primera guerra mundial y eso llevó pronto a Dick a alistarse en el ejército el día después del bombardeo de Pearl Harbor. Allí aprendió el oficio de carpintero y en esos años también contrajo unas fuertes fiebres reumáticas que le condujeron a cambiar pronto de estilo de vida. Dejando atrás el mundo militar abandonó la armada y sucumbió a los placeres de la ganadería en el estado de Oregón. En su infancia Dick aprendió mecánica y pretecnología de su pasión por motores y motocicletas. Herramientas del conocimiento imprescindibles para su futura aventura.

dickproenneke3

En 1950 se trasladó a la isla de Shuyak, ya en Alaska, y trabajó en un rancho privado por un corto espacio de tiempo. Más tarde obtuvo un trabajo en la base naval de Kodiak, como operador de equipo pesado y reparador de maquinaria diésel. Su amor por la naturaleza, presente durante toda su vida, se tradujo en unos primeros escarceos a modo de estudios y controles científicos para la sociedad estatal de vida salvaje y la famosa ‘King Salmon’.

dickproenneke4

Jubilarse de uno mismo
En la primavera de 1967 Dick dejó atrás algo más que 35 años de trabajo. Harto de vagar sin rumbo, planes y objetivos por una vida laborar plagada de esfuerzos que no daban recompensas, sucumbió a la llamada de la naturaleza.

dickproenneke5

No fue un plan demasiado meditado. Dick recabó en las inmediaciones de Twin Lake en 1967, víctima del último contrato como operador mecánico. Tras un accidente con maquinaria pesada, el amigo y capitán retirado Carrithers Spike le invitó a descansar y a conocer el inhóspito pero conmovedor paraje que sería, más tarde, su nuevo hogar por más de 30 años.

dickproenneke6

Ese mismo verano volvió solo a la zona para buscar el sitio ideal donde construir su leyenda y a cortar la madera suficiente para su nuevo hogar. La dejó lista y amontonada para volver en la primavera de 1968, tras pasar su último invierno en Iowa con su familia y preparando los suministros para su jubilación.

Me quedé quieto, mirando al corazón de esas montañas y me sentí como un hombre inspirado por un sermón divino que llega de primera mano, que viene del cielo y de los muchos estados de ánimo de esas montañas, tan poderosas

dickproenneke7

Un nuevo hogar, una nueva vida
Dick regresó a Twin Lakes el 21 de Mayo de 1968. Regaló su camioneta y pertenencias a su amigo el Capitán Spike y empezó a construir la cabaña solamente con herramientas de mano, sin utilizar clavos, ni percutores ni moto sierras y con los materiales que paría la propia naturaleza. Tardó casi cuatro meses. El tiempo se empezaba a parar.

dickproenneke8

La cabaña era y es (aún se conserva intacta tras 55 años) un pequeño rectángulo de 12 metros cuadrados (3 x 4), de madera de conífera joven machihembrada, sobre una cama de grava; ventanas holandesas (bisagras de madera), chimenea de piedra y una cubierta a dos aguas forrada con un manto de musgo autóctono a modo de impermeable. Ejercicio impecable y envidiable de cualquier eco-construcción actual. A unos metros de la cabaña construyó una pequeña ‘fresquera’ o almacén elevado, para proteger su despensa y provisiones del alcance de osos y otros animales.
Todos los muebles, mesas, sillas, camastro e incluso cubiertos e utensilios de cocina los talló Dick con la paciencia que da el no tener que responder para nadie. El tiempo se estaba, por fin, deteniendo.

dickproenneke9

Con los ahorros de toda una vida laboral había comprado una avioneta J-3 piper Cub con la que explorar nuevos territorios en Alaska. El destino quiso que tras un accidente al regresar por provisiones a Iowa quedara inservible junto con las ganas de Dick de volver a volar, por lo que las labores de intendencia de emergencia se las reservó a su amigo, el Piloto Alsworth Babe.

Habitualmente, demasiados hombres trabajan sobre cada una de las partes de un todo. Hacer un trabajo completo, como éste, me satisface y llena enormemente

dickproenneke10

Y el tiempo se detuvo
La vida se paró en Twin Lakes. Dick pasó 20 años documentando y observando el medio (flora y fauna) aportando documentos meteorológicos y científicos valiosísimos para la conservación del medio mientras cultivaba grosellas, amaestraba ardillas, comadrejas y aves; espantaba osos pardos y cazaba venados o hacía de guía ocasional de alguna expedición forestal. Siempre bajo el reflejo de los Lagos.

dickproenneke11

Interesantísimo es el documento gráfico que elaboró Dick. Armado con una cámara Bolex de 16 mm, grabó cientos de metros de película para disfrute personal y legado documental a modo de bitácora costumbrista. En ella nos muestra detalladamente el proceso de construcción artesanal de la cabaña. Él mismo se grababa con un trípode de aluminio haciendo estáticas las tomas en las que aparecía. Años mas tarde, el productor Bob Swerer editó y monto “Alone in the Wilderness” y otras dos películas con las más de 16 horas de negativo coleccionado. Podéis encontrarlas en la web oficial www.dickproenneke.com

dickproenneke12

El amor de Dick por la naturaleza, la pasión por la observación, la comprensión del mundo natural que lo rodea, y su dedicación al mantenimiento de sus escasos recursos deben ser una fuente de inspiración. Ese sueño recurrente que nos atormentaba, por utópico, alguien lo hizo en algún momento realidad. Lección de vida y de supervivencia tanto física como emocional.

dickproenneke13

Dick Proenneke abandonó a regañadientes su cabaña en el invierno de 1999, a la edad de 82 años, cuando ya tenía problemas de movilidad. Su hermano Rymond, lo secuestró literalmente, para salvarlo de una poco probable supervivencia en garantías a -46 grados de temperatura. Murió el 28 de Abril del 2003, después de donar su cabaña a los EEUU, que convirtió el lugar en un Parque Nacional.

dickproenneke14

Este lago puede cambiar la personalidad en una abrir y cerrar de ojos. Al igual que una mujer, todas las sonrisas del mundo en un minuto y pasar a un berrinche al siguiente

dickproenneke15

dickproenneke16

AguaExploracionSupervivencia

TEMERARIOS DE LAS CATARATAS DEL NIÁGARA

junio 1, 2023 — by Marcos Ferrer

temerariosdelniagara1-960x540.jpg

Evidentemente los límites a los que puede llegar un ser humano con el simple objetivo de sentir en sus arterias una carga importante de adrenalina, son infinitos. En este punta la aventura se entrelaza y se confunde con la locura, y nadie parece conocer bien el límite... si lo hay. Nota sacada en el Periódico de Aventura Andares nº 9 en el año 2003 antesesor de la Revista Andar Extremo

temerariosdelniagara1

Los 54 km de correntosas aguas del río Niágara ubicado entre Canadá y Estados Unidos y sus tan conocidos saltos el «Horsesshoe» y el «American Falls» son fieles testigos de estas alocadas aventuras.
A lo largo de la historia de las Cataratas del Niágara, un salto de agua que posee una altura aproximada de 50 metros, muchos intrépidos aventureros han fabricado diversos artefactos para lanzarse por el río Niágara y saltar por las cataratas. El objetivo planeado de estos artefactos era simplemente proteger a estos temerarios de las fuerzas del agua y al golpe de la caída, pero para muchos de ellos no les alcanzó y terminaron siendo irreconocibles víctimas
Los Temerarios que se arrojaron en barriles desde el salto principal, «Horsesshoe» son probablemente tan numerosos como las cataratas mismas. De las 18 personas que hicieron esta desafiante travesía. Sólo 13 sobrevivieron y 5 murieron en el intento, siendo uno de los supervivientes un chico de 6 años de edad

temerariosdelniagara2

Annie Edson Taylor fue el fue la primer persona en conquistar las cataratas arrojándose dentro de un barril el 24 de octubre de 1901 el artefacto de madera herméticamente cerrado, poseía el aire presurizado y comprimido a 30 libras con un inflador de bicicleta. Aunque Annie resultó con muchas contusiones y heridas, tenía grandes expectativas de fama y fortuna por lo que acababa de lograr. Pero paradójicamente murió en la absoluta pobreza en 1921.

temerariosdelniagara3

Diez años después el primer del primer salto el 25 de Julio de 1911 Bobby Leach desafió las cataratas en otro barril pero a pesar de ser de acero resultó herido en ambas rodillas y en su mandíbula. Año más tarde durante un tour en Nueva Zelanda se patinó con una cáscara de naranja y murió tras haberse complicado una gran una gran infecciosa en una de sus piernas en 1926.

temerariosdelniagara4

El 11 de julio de 1920 el inglés Charles G Stephens preparó su barril de madera rusa que poseía en su interior un yunque que equilibraría el aparato. Este aventurero que se ató al yunque por seguridad no corrió con la misma suerte, ya que después del salto, uno de sus brazos fue lo único que quedó dentro del barril.

temerariosdelniagara5

Después de 8 años sin sobresaltos, un franco canadiense llamado Jean Lussíer sobrevivió a lanzarse con un aparato fabricado con cámaras de auto formando una gran bola de caucho.

temerariosdelniagara6

Un Místico griego llamado George A. Stathakis murió por asfixia después de que su barril quedara atrapado debajo de una turbulencia de las cataratas por más de 14 horas el 5 de julio de 1930. Lo paradójico de esto es que es que él no saltó solo sino con su tortuga que milagrosamente sobrevivió a la sofocación transformándose en una novedad.

temerariosdelniagara7

William «Red» Hill aterró a sus espectadores el 5 de agosto de 1951 cuando su barril El recubierto con cámaras de tractor llamado «La Cosa» se fractura en las rápidas aguas de las cataratas segundos después de haber realizado el salto, encontrando el cuerpo sin vida al día siguiente.

temerariosdelniagara8

Pero no todos los que se vieron empapados en las correntosas aguas del río Niágara fueron para realizar una hazaña como el caso del niño Roger Woodward, que en 1960 resbaló accidentalmente vistiendo solamente un salvavidas. El sobreviviente de tan solo 6 años de edad, penetró el salto más importante y salió milagrosamente con vida pasándose a conocer como «el milagro del Niágara»..

temerariosdelniagara9

El primer afroamericano en conquistar las cataratas fue William Fitzgerald de Nueva York quien se lanzó en 1961 por las cataratas en una esfera de acero, llamada «Plunge- O-Sphere».

temerariosdelniagara9b

Ante esto, los canadienses no pudieron ser menos y recién al 3 de julio de 1984 el primer canadiense logra conquistar las cataratas Karel Soucek sobrevivió Al salto dentro de un barril de acero pero un año más tarde muere al recrearlo desde una plataforma cuando su barril golpeó un tanque agua en el Houston Astrodome.

temerariosdelniagara10

Por otro lado a Steven Trotter, pasa a formar parte de la historia en 1985 al realizar un salto de su barril cubierto de cámara de tractor en busca de la fama en su carrera como acróbata pero ese 18 agosto , Steven fue multado por un total de 5,503 dólares por haberse tirado sin la obtención de permisos.

temerariosdelniagara11

Tres meses después de su primer intento fallido, el 5 de octubre de 1985 Dave Munday desafía exitosamente las cataratas en un barril fabricado con un tanque de plástico de 400 galones revestido de 25 cm de poliuretano expandido. Este mecánico canadiense, llamado «Super Dave» realizó un segundo salto exitoso en una cabina de buceo el 26 de septiembre de 1993.

temerariosdelniagara12

Corría 1989, el 28 de septiembre y dos personajes residentes de Ontario logran el primer salto en dúo, Peter De Bernardi y Jeffery James Petkovic. Su barril fue un tanque de acero reforzado de 4 m de largo luego del salto Petkovic salió del barril completamente desnudo, pero con sus botas texanas y su sombrero.

temerariosdelniagara13

Un experto kayakista de Tennessee salta desde directo a su muerte el 5 de julio de 1990 cuando se lanza de las cataratas en su kayak de 4 metros llamado «Rapidman» el cuerpo de Jesse Sharp nunca fue encontrado.

temerariosdelniagara13b

El 18 de junio de 1995 Steven Trotter se convierte en la segunda persona en sobrevivir dos veces al salto del barril desde las cataratas esta vez acompañando por Lori Martin de Florida. El Dúo también formó parte de la historia como el primer equipo mixto y Martín se convirtió en la segunda mujer en realizar el salto. Su barril consistió en dos termos tanques soldados recubiertos en poliuretano expandido.

temerariosdelniagara14

Una de las últimas historias registradas fue el octubre de ese mismo año cuando Robert Overacker «Fireraker» emprende un desafío que lo lleva directo a su muerte a las cataratas en jet skí. Un turista alcanzó a tomar una fotografía del californiano junto cuando se encontraba en el borde del Salto, momentos antes de su muerte. Su cuerpo fue encontrado minutos más tarde río abajo.

temerariosdelniagara15

Después del accidente de Robert no hay datos o documentos fehacientes de los cuales aparezcan registrados más casos de «Temerarios de la Cataras del Niágara» solamente hay un registro en el año 2003 que un hombre cayó vestdo con ropa de calle en «Horsesshoe» llamado Kirl Jones y resulto con heridas pero no de gravedad.

ExploracionKayak

Michelle Lee, la mujer que cruzó el Océano Pacífico a remo en 240 días

abril 8, 2023 — by Andar Extremo

Michellelee1-960x641.jpg

El 5 de abril luego de 240 días la australiana Michelle Lee; una mujer de 48 años que había partido de Ensenada, México llegó a Puerto Douglas, Australia, en una pequeña embarcación a remo en el Océano Pacífico , sin asistencia ni apoyo, recorriendo más de 14 000 kilómetros.

Michellelee1b

Michelle de 48 años de edad partió del puerto de Ensenada en Mexico el 8 de agosto de 2022, en una embarcación de remos llamada » The Australian Maid», de 7.7 metros de eslora (largo ) y 2 metros de manga (ancho), fabricada con fibra de carbono con una cabina en la cual almacenaba los, una desalinizadores de agua y un equipo de comunicación satelital.
L a idea era partir de Estados Unidos en San Francisco, California, pero por problemas con las autoridades norteamericanas partió de Ensenada de México, sitio donde encontró el respaldo de navegantes de vela y viajeros oceánicos de esa localidad.

Michellelee2

Michelle Lee informó que pretendía llegar a Sidney pero en los último meses pero las fuertes corrientes del Pacífico Sur fueron desviándola y termino llegando a Puerto Douglas el 5 de abril de 2023, sitio donde fue recibida por sus familiares y amigos que e la acompañaron a lo largo de casi ocho mes de su travesía. Desde Sidney a Puerto Douglas hay una distancia de dos mil kilómetros.
A lo largo los 240 días, la navegante australiana tuvo que sortear temporales, corrientes oceánicas y vientos que la desviaron constantemente del trazo original de su ruta, recorriendo cerca de 14000 kilometros en total.

“Las palabras no pueden describir adecuadamente cómo me sentí al ver el barco de la guardia costera de Cairns cruzando el océano, saliendo a saludarme. A bordo estaban mi equipo de apoyo y amigos. Fueron los primeros humanos que vi desde que partí de México el 8 de agosto de 2022. Muchas personas se unieron y colaboraron para que mi llegada fuera especial pero, sobre todo, segura”.

Michelle Lee, Tiene MUCHOS logros deportivos, recorrió la pista de Kokoda, escaló el Himalaya y realizob triatlones y carreras de larga distancia. En 2017 se convirtió en la poseedora del récord mundial «Desafío de remo de 1 millón de metros», y entre 2018/2019 fue reconocida como la primera mujer australiana en remar sola un océano, con su travesía por el Océano Atlántico de 4,700 KM, desde La Gomera, Islas Canarias, y terminó en English Harbour, Antigua y Barbuda; recibiendo en 2019 el título de «Aventurera del año» otorgado por Australian Geographic.

Michellelee3

“Mis emociones están a flor de piel. Hay alegría, alivio, gratitud y aprecio. Con amigos y familiares volando y conduciendo grandes distancias, esperando mi llegada. Estoy ansiosa, emocionada por volver a tierra. Abrazos cálidos, amor, comida y bebidas son una realidad más cercana ahora que se siente como una tortura, tan cerca pero tan lejos…”.

Exploracion

AMÉRICA A CABALLO, ANA BEKER

marzo 8, 2023 — by Andar Extremo

anabeker7-960x674.jpg

Ana Beker, a lo largo de 4 años, logró unir Argentina con Canadá en 1954. Sola con sus caballos recorrió 25.000 km, viaje en el cual debió transitar por los caminos más difíciles, los climas másadversos, y las situaciones más peligrosas. Nota en Periódico Andares nº 4 2002

anabeker7

Ana Beker nació en Lobería, Prov. de B s . A s , desde pequeña dos emociones solicitaban su espíritu, la soledad de la pampa y los caballos en libertad. Tanto era su amor por los caballos que solía decir:»Los caballos son nobles y están desamparados, como los niños, ponen su fuerza valiosa a nuestros servicios, no tienen dobleces, ni ambiciones, ni hipocresía, como ocurre a veces en las personas».
Si bien Ana vivía en un contexto social donde la mujer estaba resignada a realizar ciertas tareas, se empecinaba en llevar a cabo actividades que eran consideradas para hombres. Luchadora incansable de los derechos de la mujer, decidió demostrar que podía ser capaz de muchas cosas y así concibió su primer aventura. Recorrió 1400 km. desde La Pampa hasta Luján, sola con su yegua «Clavel «, demostrando que una mujer puede realizar lo que se propone y que un buen caballo puede resistir jornadas sucesivas sin caer rendido. Este fue el comienzo de una de las aventuras hípicas más trascendentes de la historia.
Comenzó a planear su segunda excursión, recorrer Argentina a caballo, recurrió al Presidente de la Nación Ortíz, quien le brindó lo indispensable, dos caballos criollos con los cuales recorrió el país durante diez meses. Tal fue la diversidad de climas y paisajes que conoció que la animaron para otro ambicioso propósito, recorrer el Continente Americano. Trabajó diez años, y pudo obtener lo más importante, dos caballos alazanes, fuertes y de buena estampa, uno de ellos llamado » Príncipe » y el otro » Churrito «, a quienes entrenó durante meses.
Su meta era unir las dos capitales americanas más lejanas, Buenos Aires y Otawa (Canadá), y el 1 de Octubre de 1950 partió desde la Plaza del Congreso.

anabeker1

A pesar de haber partido con toda la buena fe, la suerte no le duró mucho. Al tomar la ruta 9 un error en la atadura de la montura provocó que se cayera y quedara inconsciente, tiempo después se despertó en el hospital de San Fernando; y a lo pocos días de recuperarse se lanzó hacia el norte. Ana había previsto las necesidades de los animales pero era difícil calcular la marcha para pasar la noche en los poblados, pudiendo así darles mejor alimento y resguardo. Ella solía pasar días con poco alimento pero los caballos necesitaban abundante agua y comida para poder avanzar.
Recorrió Rosario y Santiago del Estero a través de jornadas sedientas y calores sofocantes. El problema de la falta de agua y los extensos arenales le dieron horas de angustia sobre todo cuando veía entreabrir la boca seca a los caballos caminando bajo la llama del sol.
En el norte, se enfermó Príncipe, se revolcaba en medio de convulsiones por la fiebre, pero al recuperarse llegó a la Quiaca, donde demorada por los trámites aduaneros recibió un premio como huésped de honor. Antes de ingresar a Bolivia, hizo firmar su libro a las autoridades de los pueblos, libro que utilizaba para corroborar su paso por los lugares.
Una vez en Bolivia siguió bajo la lluvia, debió cruzar un río profundo que le llegaba al cuello a los caballos y por momentos debían nadar. El caudal y la corriente eran tan fuertes que tumbaron a Príncipe que llevaba 40 kilos de equipaje. Ana cayó y casi se ahogan los tres, por suerte uno de los caballos volvió hacia la orilla y la arrastró a Ana.
Continuó marcha sobre un cañadón en el momento que se desató una fuerte tormenta y perdida sin rumbo debió dar vueltas durante la noche para encontrar refugio. Soltó riendas a los caballos y la condujeron instintivamente a un poblado.
El frío fue uno de sus grandes enemigos a lo largo de Bolivia y el altiplano en donde llegó a estar a 4000 m. de altura. En una oportunidad hizo dormir a los caballos al lado de su cama para que no se enfermen por el frío intenso. El cuidado hacia ellos llevaba un montón de pormenores, vigilarle el lomo para que no se le hagan mataduras, cuidar y engrasar los cascos, bañarlos, taparlos para que no se refríen por las noches, aflojarle las cinchas en caminos poco accidentados.

anabeker2

Ana dormía en los sitios más improvisados, casetas de teléfonos, ruinas de piedra, chozas abandonadas y rancheríos de indios. Nunca le faltó quien la ayudase, en especial hombres, pero tanto hombres que se llaman civilizados, indios,
campesinos o pastores le pidieron incansablemente matrimonio y para eludir la propuesta ella les contestaba «cuando regrese hablaremos», sabiendo que nunca repetiría el itinerario.
En Río Mulato paso año nuevo de 1951, luego debió atravesar un gran desierto en donde por la homogeneidad del paisaje se desorientó completamente y se encontró perdida. Hizo como en otros casos: soltó rienda y le dijo al caballo: «tú sabrás hacia donde ir».
Llegó a un poblado encorvada sobre el cuello del animal, desfallecida de hambre y en lamentable estado. Mas tarde el alcalde reunió a los indios y uno de ellos se ofreció voluntariamente para guiarla.
En una ocasión buscando un paso, entre cornisas y precipicios, uno de los caballos atropelló al otro y los dos perdieron el equilibrio y cayeron. El guía asustado intentó marcharse, y al verse amenazado por la escopeta de Ana, se retracto.
Más tarde llegaron a La Paz y se alojaron en un cuartel de carabineros, quienes se ofrecieron a cuidar de los caballos. La recomendación de Ana fue clara primero el agua y después la comida, pero el cuidador hizo al revés, Príncipe fue víctima
de un cólico fulminante, y luego de la intervención del veterinario el estado del animal empeoró. Ana gritaba: «si se muere, es que me lo han matado». Minutos después y en medio de una tormenta de granizo, Príncipe moría. Ana lloró amargamente como nunca lo había hecho en su vida, ajena a la noción del tiempo permaneció toda la noche junto a él.
Desde Salta le enviaron un tordillo de buena estampa llamado «Luchador» , de 12 años de edad, de pelaje blanco. Si bien Ana estaba agradecida, no estaba muy satisfecha ya que éste era muy arisco.
Partió de La Paz y a los dos días, cuando iba por la ruta, sucedió otro horrible percance. En dirección contraria venía un camión conducido por indios, Churrito se asustó y dio contra el puente, el camión lo golpeo destrozándolo y lanzándolo al vacío. Ana corrió hacia él, y dando el último relincho, Churrito murió en sus brazos. Intentó hacer justicia, denuncias, abogados, intentos de arreglo, pero de nada sirvió. Días más tarde le enviaron una yegua zaina, llamada “Pobre India».
Estuvo dos meses varada en La Paz, y en Marzo de 1951 arribó a Perú después cruzar el Lago Titicaca, en balsa con sus caballos.

anabeker3

El paisaje cordillerano con sus altos picos se presentaba frente a ella, Ana estaba sentada en una cornisa y Luchador se encontraba apartado comiendo algunos yuyos. De pronto un cóndor de gran tamaño realizó un vuelo rasante sobre él, enseguida pasó otro y luego tres o cuatro más, describían un círculo en el aire y volvían a pasar sobre el caballo, golpeándolo tratando de desbarrancarlo, para que una vez muerto servirles de alimento. Ana intentó ayudarlo pero los cóndores seguían atacando hasta que logró evadirlos con la escopeta.
El altiplano fue camino difícil para Ana y sus caballos, por la falta de pastura y la nieve que caía copiosamente. Una noche que no paraba de nevar se vio obligada a refugiarse en una gruta, esa fue quizás una de las noches más duras que tubo que pasar pues creía que morirían congelados en las frías montañas. Al salir de la cordillera la temperatura subió, pero el alimento para los animales seguía siendo escaso. En oportunidades los caballos mordían desesperadamente los troncos de los árboles, agarraban con los dientes cualquier cosa verde, hasta han llegado a comer su propia bosta, y a veces agotados se arrodillaban en la tierra para no seguir.
En una oportunidad cazadores furtivos de vicuñas la intimaron con una escopeta al creerla miembro del gobierno, pero al presentarse como argentina pudo evadir la situación. No todo fue adverso en estas tierras, los aborígenes incas le proporcionaban su humilde ayuda ofreciéndoles comida y remedios caseros, que les fueron muy valiosos en algunas ocasiones.
Después de trayectos agotadores, aumentó su disconformidad con la yegua, ya que no servía de carguera tuvo que montar solo en ella, esto hizo más penosa su etapa hasta Lima, donde llegó en mayo de 1951. Aquí recibió varias atenciones y obtuvo ayuda para cambiar los caballos. Por ordenes del gobierno se dirigió hacia un cuartel donde eligió un hermoso alazán de 4 años, al cual bautizó «Chiquito Luchador», luego el director de policía le obsequio un animal zaino de siete años con una estrella blanca llamado «Furia».
Salió de Lima después de dos meses, tiempo indispensable para adiestrar y preparar a los tres caballos: Pobre India, Chiquito Luchador y Furia. En este tramo el excesivo calor y la insolación atacaba a los animales que marchaban por arena y montaña. Las jornadas se extendían a veces hasta 67 km, el máximo que podía someterse a los caballos.
En la frontera entre Perú y Ecuador se deshizo de la yegua porque le traía más inconvenientes que ventajas. Debido a una epidemia de fiebre aftosa debió hacer engorrosos trámites pues no le permitían cruzar los caballos, pero al fin logró embarcarlos hasta Guayaquil.

anabeker4

Si bien, Ana solía aparentar ser un hombre, tapándose el cabello, dejando visibles las botas y encendiendo un cigarrillo para evitar robos y agresiones, fue víctima de una persecución. Una vez se tiró a dormir en una estancia abandonada y en medio de la noche escuchó voces en la habitación contigua, eran unos maleantes que planeaban atacarla. Ana saltó de la cama y se vistió rápidamente, los cinco maleantes entraron en su habitación, pero con mucha astucia Ana de un salto les apagó la vela y salió por la ventana para esconderse en un matorral. Por fortuna unas horas después el administrador de un campo cercano acudió en su ayuda.
Luego del recibimiento del presidente en Quito marchó hacia el norte para introducirse en Colombia. El primer pueblo que visitó fue Pasto, en donde a pesar del nombre los caballos no tenían que comer tuvo que darles sopa y la comida de unas tropas que se alojaban por allí. Continuaron la marcha y una mula que pasaba pateo a Chiquito Luchador en su pata trasera, la herida comenzó a infectarse. Como no había veterinarios por la zona un médico le inyectó penicilina y curó la herida pero unos días mas tarde el caballo tenía el vientre inflamado, por suerte le efectuó unos cortes en el vientre y un
liquido purulento salió, Chiquito se recuperó al cabo de ocho días.
Para año nuevo de 1952 se encontraba en Colombia, la revuelta política en el país entre conservadores y liberales afecto a Ana. En una oportunidad le arrojaron verduras, pero comprendió más tarde que era por tener un pañuelo rojo en el cuello que representaba a los liberales.
Recorrió el país de Oeste a Este llegando a Bogotá donde realizó los trámites aduaneros para ingresar en Panamá.
De Bogotá fue a Medellín, para luego internarse en una zona de bandoleros, la temida selva. Ana sabía que todos los que se internaron en esa zona o no se hallaron o se hallaron muertos. Avanzaron 40 km. sin encontrar ninguna población y en un sendero muy estrecho se encontró con una mujer alta y delgada, quien la invitó a su rancho a pasar la noche. La mujer al verla triste, le preguntó que le sucedía, Ana contestó que tenía miedo de los bandoleros, y la mujer sin dudarlo dijo: «yo soy la jefa de los bandoleros» Más tarde le dio algunos consejos, que se saque el sombrero para que se viera su condición de mujer y descartar cualquier participación política.
Más tarde la selva se siguió cerrando, la maleza no la deja avanzar, las espinas desgarran las ropas, enormes helechos y árboles gigantes se encuentran en este lugar, en esta espesura uno no sabe cuando va a salir. Pero lo peor de todo son los millares de insectos de las más diversas clases que irritaban y mordían a los caballos.
Al continuar marcha debió disparar tiros al aire para salvarse de la amenaza de un jaguar y en un instante se vio rodeada de bandoleros que la tomaron prisionera. La primer noche fue vigilada pero la segunda ensilló los caballos a la madrugada y salió a toda marcha.
Sola en la jungla pasó dos meses, cuando se quedaba sin alimento comía flores y siempre, a pesar de las alimañas, dormía a la intemperie.

anabeker5

Para cruzar a Panamá debieron embarcarse en un velero y al tomar aguas abiertas, con mucho infortunio, comenzó un terrible temporal. Entre los gritos, Ana escuchó que los dueños del barco querían tirar los caballos al agua para alivianar el peso. Los navegantes estaban desorientados pero encontraron una bahía para fondear la embarcación, y al pasar el temporal continuaron hasta Colon, Panamá.
Después de varios días de andar atravesó el canal de Panamá por el puente nuevo y con mucho espíritu logró llegar a Costa Rica, atravesó la cordillera de Talamanca y colaboró con los aborígenes para extraer oro y cazar jabalíes.
Después de pasar Navidad de 1952, en la capital de Costa Rica, siguió por la ruta Panamericana que estaba a medio hacer, hasta Nicaragua. Un trayecto por montañas abruptas le hizo recordar otros momentos del viaje.
En Honduras la sequía le trajo muchos problemas con la comida de los caballos, atravesó El Salvador y llegó a Santa Ana cerca de la frontera con Guatemala. En este país aprendió mucho sobre la cultura aborigen Quiché, con un guía indio muy viejo. En San Pedro Necta asistió a una fiesta aborigen que duró varios días, y de allí fue hasta la frontera con México.
En México tuvo jornadas extenuantes, recorría monte tras monte y hubo una oportunidad donde pasó cuatro días en ayunas. Partió hacia el norte con un calor espantoso que la condujeron a tomar agua de charcos. Llegó a Puebla y conocióa los Charros, quienes le dieron una bienvenida con una jineteada.
Al meterse en una cañada fue asaltada por dos hombres armados, le robaron una cámara de fotos, dinero y una bandera argentina, pero por suerte la dejaron marchar con los dos caballos.

anabeker6

Más tarde se dirigió a la frontera con EEUU, en donde en un primer momento le negaron el visado pues no consideraban el raid como deportivo, ni dejaban ingresar a Ana por no tener dinero. Pasaron tres meses de trámites y Ana fue a buscar a sus caballos que los había dejado en una estancia al cuidado de Everardo Villareal. Cuando llegó a la estancia este hombre le dice que los caballos estaban en otro campo. Al encontrarlos, estaban famélicos, los huesos parecían descarnados, hasta los ojos estaban llenos de polvo y de lagañas, los trasladó a otro campo donde se recuperaron.
Al fin entró en EEUU, visitó Texas y pasó año nuevo de 1954. Pasó por Washington y al dirigiese a Nueva York tuvo muchos problemas con el tránsito. En estas tierras los peligros eran otros, tenía que tener mucho cuidado con los vehículos que transitaban los caminos.
Pasó unas cuantas jornadas, y se encontró en Champlan junto a la frontera Canandiense. El corazón de Ana latía estaba a punto de lograr su objetivo, no quedaba más que un simple paseo. A tres días de marcha llegó a Montreal en junio de 1954 y desde Montevelo se comunicó con la presidencia de la República Argentina. Se aproximaba a Otawa, al lugar donde ella consideraba que era el final, frente a la embajada Argentina, a la cual llegó el 6 de Julio de 1954 a las 16 horas. Una gran cantidad de público se reunió en ese lugar. Anita Beker se coronaba la Amazona de las Américas, Chiquito Luchador y Furia, como así también Príncipe, Churrito, Luchador y Pobre India quedan inscriptos en la historia como héroes de una gran hazaña hípica.

Nota extraída del libro Amazona de las Americas por el Periódico Andares

La Amazona de las Américas, un libro culto
La Amazona de las Américas inspiró a toda una generación de expedicionarios a caballo, fue editado en Argentina en el año 1957 con menos de 3000 ejemplares, nunca traducido, irremediablemente agotado.

AguaExploracionKayak

ANTONIO DE LA ROSA llegó remando, ayudado con una vela, a Georgias del Sur

febrero 4, 2023 — by Andar Extremo

antarticoantoniodelarosa5-960x640.jpg

Antonio de la Rosa realizó en 26 días un viaje en una embarcación a remo desde Cabo de Hornos a las Georgias del Sur, tras haber renunciado a la Antártida una semana antes por problemas en la barco.

antarticoantoniodelarosa5

ph:Posovisual
El aventurero Antonio de la Rosa partió el 7 de enero de la ciudad austral, Puerto Williams, con el ánimo de realizar remando en unos 40 días en solitario, en una embarcación de 7 metros, el recorrido de unos 3500 kilómetros aproximadamente que eternizo Shackleton hasta las Georgias del Sur.
Desde Cabo de Hornos Antonio comenzó esta aventura, intentará ser la primera persona que cruce a remo en solitario el Mar de Hoces o Estrecho de Drake hasta la Antártida, serán unos 1000 km en el peor lugar para navegar de la Tierra.
El “Ocean Defender”, así se llama la embarcación, tuvo su primer amanecer en Cabo de Hornos, luego de 22 horas de la partida, con una continua remada para aprovechar y anticiparse a futuros vientos que vendrían de unos 100 km por hora.
El segundo día el viento del sur comenzó a soplar y le hizo perder kilómetros ganados, tuvo que avanzar hacia el este con muchas horas de remo para no perder posicionamiento, pero parecía que la meteorología favorable con viento del norte u oeste le empujaría hacia la Antártida.
De entrada uno de los teléfonos se averió, aunque por suerte tenía otro que le alcanzo para conectarse solo media hora en estos primeros días. Desde que salió estuvo nublado o lloviendo, esto le incidió en la carga de las baterías lo que han bajado bastante, unos 40 amperios de los 180 que tienen. En estos casos de poca energía solo se maneja con el piloto automático y con el plotter, El próximo objetivo es la Isla Elefante así que va a tener que minimizar los gastos energéticos.

antarticoantoniodelarosa6

El cuarto día fue terrible por las condiciones del mar, con rachas de vientos de 75 km/h, por desgracia por la noche se giró el viento a Suroeste y lo tiró nuevamente hacia el Noreste, esto generaba que lo separe del sur de la Patagonia, llevándolo demasiado alto, si bien las condiciones fueron duras podía descansar unas 3 o 4 horas con el barco moviéndose mucho.
Comenzando el quinto día ninguna de las predicciones climáticas se habían cumplido en las últimas cien horas. Con mucho dolor en las manos, de remar unas 15 horas diarias, si bien lleva guantes y crema para cuidar futuras ampollas, los músculos le pedían tregua.
Mantener la atención hacia que duerma poco y nada, continuamente chequeando la dirección e intentando cambiar el rumbo. Incluso las corrientes y los vientos llegaron a tumbar dos veces el Ocean Defender, si bien no se llego a dar vuelta, el giro de 90º por el golpe de la ola, el barco en volver a su posición normal tardaba a dos o tres segundos, eran segundos dramáticos.
Estos primeros días la alimentación fue escasa, ya que todavía tiene las energías del continente, sólo tomó una comida diaria caliente y algo de frutos secos, con media ración diaria, 2000 calorías, le alcanzaba para el gasto cotidiano.

antarticoantoniodelarosa7

Con el paso de las horas las corrientes lo seguían afectando muchísimo en su sexto día, no contaba con ese enemigo, esas corrientes son como ríos indetectables y van en dirección contraria. Por estas condiciones de estar derivándolo demasiado al noreste y consideró adecuado poner el “ancla de capa” consiguiendo no alejarse tanto de la isla Elefante. Es desesperante, porque los kilómetros que ganaba, luego los perdía y así se pierden días enteros. La sexta noche pudo descansar un poco más que las anteriores, incluso con olas de cinco metros.
El séptimo día luego de muchos días malos, la meteorología llego con buenas previsiones Viento Noroeste con tendencia al Norte que le ha permitido navegar al Sur y ganar grados a la Antártida. Ha podido surfear olas y remar fuerte, el día había sido duro porla acumulación de días malos, pero cuando cambio volvió la energía al cuerpo
La parte negativa es que lleva un par de días muy oscuros, lloviendo, y sin sol, y eso afecta muchísimo a la energía de la embarcación para alimentar los equipos electrónicos. Tiene que empezar ya a racionar. Pese a que el piloto automático es de bajo consumo y con los ordenadores tiene un mínimo de 2,5 amperes la hora, lo que son unos 70 amperes al día. Si continúa el tiempo así solo tendría menos de dos días más de baterías. Otro tema negativo es la humedad dentro de la embarcación, todo el tiempo secando.
El octavo día fue durísimo, vientos constantes del Noroeste, con rachas de 80km/h, con muchas olas y con una fuerza y una potencia impresionante. Dio un tumbo completo de 360º pero el barco autodrizó muy rápido, en 2 segundos dio la vuelta completa. Con los golpes y los tumbos tiene que estar atento que no se le bloquee el piloto automático, la tensión hizo que no duerma prácticamente nada. Todo esto aparejado a que empezó a sentir olor a quemado y de repente humo negro donde almacenaba la comida, era el encendedor electrónico. Por suerte pudo arreglarlo rápido.
En el Antártico no hay tregua. el noveno día de repente la embarcación se giró hacia el noreste en dirección contraria a la que estaba llevando de sureste. El piloto automático se giró y no lo pudo re direccionar se quedó bloqueado. Así que tuvo que colocarse el traje de rescate con el arnés y los materiales de seguridad y asomarme a la popa para ver al piloto automático, que es un sistema hidráulico que guía la cruceta del timón. Lo tuvo que desmontar y dejarlo en sistema manual.
El salitre y la humedad también le trajeron problemas con el plotter exterior Hace un par de días se desprogramo la línea de marca 0 y quedo corrida no pudiendo manejarla con la computadora, así que doblemente pendiente con el rumbo.

antarticoantoniodelarosa8

Ir al baño es en el Ocean Defender es una tarea complicada, todas las mañanas después del desayuno con Galletas y un café tiene que ir al baño. Pero si o si tiene que estar con el arnés colocado y bajo este está el pantalón. Solucionado, sale desnudo con el arnés, con botas y abrigado arriba. Con bajo cero, 5 minutos son resistibles.
Si contamos en línea recta a recorrido unos 450 km, la mitad de distancia hacia la Isla Elefante. Las condiciones lo están empujando bastante, aunque deriva un poco al Este.
El decimo día de remo cruzando el Antártico en Solitario. Prácticamente toda la semana ha tenido que ir escorado hacia babor, esto es que la embarcación va tumbada hacia la izquierda porque las olas y el viento soplan del Oeste. Se hace durísimo, no solo cuando esta dentro de del Ocean porque va torcido, sino también cuando rema. A veces entra un remo, el otro se queda en el aire, se hace durísimo con el paso de las horas. Termina con la espalda cargada por ese empuje de piernas y brazos que no es longitudinal, pero lo bueno es que fortalece muchísimo los oblicuos.
Para mejorar esa estabilidad he cambiado pesos, se llama estibar las cargas, para conseguir que la embarcación no vaya tan escorada hacia babor. Se mueve mucho de un lado a otro, pero va un poco más recta.
El decimo primer día no comenzó bien, un temporal del noroeste, con olas muy grandes, y vientos de 80 km km/h con picos de 100 km/h, manejando con el piloto manual y pendiente de la dirección, necesitaba la máxima concentración.
Sobre las dos de la madrugada una ola rodillo lo hizo girar varias, con tanta mala suerte que había dejado una escotilla un poco abierta para ventilar, esto ocasionó que le entren como diez litros de agua. A pesar de llevar todo en bolsas estancas, en el suelo la colchoneta, las esterillas y el saco de dormir terminaron empapados. Demoró tres horas para achicar toda el agua. Por suerte lleva tres bolsas de dormir para recambio.
Por la mañana del día 12 llegó al meridiano 55. El mismo meridiano en el que se encuentra la Isla Elefante, pero por desgracia está en el paralelo 59, y la Isla Elefante está en el 61. Son unos 200 km al sur.
El problema ha sido que los tres primeros días, que supuestamente tenía buena ventana de tiempo, nunca se cumplió la dirección del viento y luego sopló del oeste con corrientes también muy fuertes. Remando muchísimas horas para apenas conseguir avanzar hacia el Este y no poder bajar, incluso subir en algunos casos, cuando ya consiguió rumbear hacia Elefante, ha tenido que ir completamente escorado una semana con mucho dolor de espalda.

antarticoantoniodelarosa9

La única manera de que pueda hacer una trayectoria Norte-Sur es cuando el viento este soplando del Oeste. Y por mas esfuerzo que haga se complica, la idea es llegar remando a Isla Elefante y luego ver la opción de ponerle la vela a la embarcación para ir directamente a las Gerogias que está a unos 1200 km.
En esta expedición viene un velero de apoyo con una productora de televisión, que está haciendo un documental. Este velero, además, a nivel de seguridad, es obligatorio para tener el permiso de la Armada de Chile para partir de Puerto Williams, y por parte del Comité Polar Español. No es una embarcación que vaya cerca del Ocean Defender, el lugar es complicado y el trabajo de navegar para el velero es muy difícil. Solo los ha visto las veces que se conectó en vivo, que han sido 3 en 8 días.
Para comer en la Antártida necesita 4000 calorías diarias, lleva más de 40 raciones. En cada paquete lleva 2 comidas calientes, deshidratadas , aproximadamente 600 calorías cada una y hay cosas muy variadas, arroz, carne, papas, guisos, etc.
Lleva también buenos desayunos, galletitas con mucha avena, un paquete por día (1000 calorías), junto con un café.
Come también cada día 100g de pistachos, que va utilizando como ración de marcha. También utiliza, jamón, galletitas y algún pan. Otra cosa que ingiere es un batido de proteínas de suero lácteo, sumado esto a unos 3 litros de líquido, más otros 2 que usa para hidratar las comidas.

antarticoantoniodelarosa2

En el decimo quinto día de expedición decidió poner la vela, que fue marcada fundamentalmente por todos los problemas que tiene la embarcación. Averías importantes tanto a nivel de electrónica como de otros componentes. Además debido a la acumulación tan importante de humedad que va teniendo la cabina, ha hecho que se estropeen varios fusibles. Y de las 3 cámaras de grabación que llevo solo funciona una y las baterías se han dañado y no quiere poner en riesgo la expedición.
.A vela podrá ir el doble o triple de rápido, y con mejor dirección y trayectoria. Si a remo hubiera tardado 3 semanas, a vela podrá llegar en menos de 10 días.
Con lo que respecta al agua, lleva 150 litros embotellados que, según va consumiendo, rellena las botellas de agua salada para no perder el lastre de la embarcación, para darle estabilidad. Si se llegara quedar sin agua dulce, lleva una desalinizadora.
La temperatura ronda los 3 grados de día, con variación de apenas un grado del día a la noche. Pero cuando hay viento la sensación térmica baja mucho, a varios grados bajo cero.
La humedad es del 90% y continuamente seca la cabina por dentro, por la condensación.
Fueron 24 horas con vientos muy cambiantes y complicados, teniendo que abrir y cerrar la vela continuamente. Si bien es pequeña, triangular que abierta al máximo son 7 m2, el peligro de volcar con vela es probable y sería más complicado, aunque tiene un sistema de enrolle y desenrolle prácticamente instantáneo en pocos segundos.
Es una vela que ayuda, pero no es la panacea, puede ir un poquito más rápido que a remo, pero no mucho más, en condiciones normales, un 20 y un 30% más de velocidad.

antarticoantoniodelarosa3

La velocidad máxima que lleva remando en agua plana son unos 5,5 km, con el movimiento del mal la actividad de la palada se reduce casi a la mitad. La velocidad en mar ronda unos 3 a 3,5 km por hora.
A vela, dependiendo de las condiciones se puede llegar a doblar esa velocidad o más, pero bajo condiciones óptimas. Esta es una embarcación de remo con una vela supletoria, no está pensado para navegar sólo a vela, sirve para ayuda.
La decimo sexta jornada fue durísima de día y noche de navegación a vela. Soplando viento del Noreste que lo ha hecho tener que navegar con un rumbo muy cruzado todo el tiempo la embarcación, completamente escorada a estribor ganando bastantes millas al Este en dirección a Georgia del Sur.
Prácticamente no pudo dormir en toda la noche entre la escora y los golpes del mar contra la embarcación, el viento roto al Norte con rachas de 60 km/h
Aunque hay muchísima humedad, lleva todo en bolsas estancas, mantiene toda la ropa seca, como así también la electrónica.
El decimo séptimo día fue el más complicado, después de la noche durísima, de viajar siempre escorado. Cuando bajó el viento la embarcación seguía muy escorada a estribor supuso que habría entrado agua. Hizo una comprobación y vio que a través de los tambuchos estancos que están en el exterior del barco, los que van en la parte de abajo de almacén, se habían llenado de agua. Precisamente en la proa el agua paso directamente a la zona de las baterías. Por suerte las secó, luego de cortar la corriente y comprobó con un amperímetro que aun tenían carga.
En la parte de atrás tuvo que sacar muchísima agua, en la parte de la popa habrían entrado unos 200 litros de agua. Luego de 4 horas de achique volvió todo a la normalidad.

antarticoantoniodelarosa4

El decimo octavo día fue un día de tregua luego de días tan duros sido los vientos portantes le han permitido navegar tranquilamente. Ha podido aprovechar, después de las reparaciones del día anterior, para secar ropa, e intentar eliminar la humedad de la cabina de la proa, Navegando a vela permanece muchas horas allí adentro, tiene un sistema de manejo de la vela en la escotilla de la entrada de la proa, que le permite pilotear desde dentro de la embarcación. Le quedan de 5 a7 días para llegar a Georgias.
A pesar de que parece que las condiciones son un poco más favorables camino a Georgia del Sur ha pasado días duros y difíciles. El decimo noveno día sopló un durísimo viento del noroeste, así que por seguridad tuvo quitar la vela toda la noche para garantizar no tener problemas. Y los mas increíble a la madrugada se asomó y estaba rodeado de témpanos de hielo, estaba pasando entre grandes icebergs que, sin duda, son desplazados por las corrientes desde el norte de la península Antártica, Estas gigantescas masas de hielo tienen dimensiones impresionantes, recientemente se ha desprendido una de estas grandes masas de hielo del tamaño de la ciudad Londres. Al moverse tan despacio no sería peligroso chocar, al medir más de 50 metros de altura las que cruzo, el peligro sería que se pudiera caer un trozo de esta masa de hielo encima de la embarcación.
Hay que recordar que estas grandes masas de hielo que se desplazan por las corrientes, 7 partes están debajo del agua y tan solo una parte de hielo aflora por fuera, con lo cual el viento apenas les afecta.
En el vigésimo día de navegación se hallaba a poco mas de 200 km, siguió sin tregua. Cuando todo parecía que tendría días con vientos no muy fuertes vino la peor noche desde el comienzo de la travesía, con vientos superiores a 100 km/h. Grandísimas olas impactando contra la embarcación, con vela cerrada.
El cambio climático aquí se nota muchísimo, las previsiones no son fiables. Generalmente se tienen previsiones cuatro días antes, ahora ni a medio día acierta. Es preocupante, sobre todo de cara a los años venideros.
El mar no da tregua en su vigésimo segundo día, sigue golpeándome durísimo, tuvo dos tumbadas con la vela abierta, tardó 3 segundos en recuperar la posición y se autodrizado rápido.
Una parte muy importante es el envío de crónicas diarias es gracias a las comunicaciones satelitales. Para conexión la satelital de Internet lleva un router, que tiene un teléfono móvil que se escucha muy bien, a pesar de estar a 2000 km de un punto con internet, gracias a este estupendo dispositivo puede subir las fotos y el parte diario.
Además, pueden ver la posición exacta con un dispositivo que está en la página web, que es un GPS con mapas integrados.

antarticoantoniodelarosamapa2

Solo le quedan unos 130km, ya veía la costa, pero el desgaste de los materiales sigue latente, en esta ocasión el soporte del mástil de la vela, le está pasando factura, en parte por estar mucho tiempo con ella cerrada y otra parte por el movimiento de la embarcación. Se le aflojaron los tornillos, hacia unos días lo había escuchado pero no le dio mucha importancia, por suerte no se había caído la pieza y ha podido apretarla en el último momento antes de que se separaran los tornillos.
Antonio estaba ya a un paso de Georgia del Sur, esperaba tocar tierra en poco. se dirigía al sur de la Isla cuando la ruta de Shackleton hizo el norte de la isla. Los dos motivos: uno porque la embarcación de apoyo no quiere ir a ese lugar de la isla, porque que es muy peligrosa la costa oeste y sería para ellos un suicidio, en la parte sur recogerán el barco para llevárselo de vuelta a Puerto Williams. Y el 2º motivo es que ha recibido contestación de la administración que da las autorizaciones para las travesías en Georgia del Sur, fuera de las rutas turísticas, y le han denegado la travesía a pie y con esquís por la ruta de Shackleton al ir en solitario. El desafío real era llegar hasta Georgias a remo y navegando que es lo que está haciendo.
El día 2 de febrero de 2023 luego de 26 días de navegación, Antonio de la Rosa llego en un embarcación en solitario a Georgias del Sur.

www.antoniodelarosa.net

AguaExploracion

A 50 AÑOS DE LA EXPEDICIÓN DEL RÍO COLORADO, LOS MISMOS INTEGRANTES REVIVIRÁN LA TRAVESÍA

enero 23, 2023 — by Andar Extremo

riocolorado1973-960x976.jpg

La expedición que originó el CADEI y más tarde la Balsa Atlantis, cumple 50 años. En 1973 cuatro estudiantes fueron los primeros en navegar en 27 días completamente el Río Colorado, un viaje de descubrimiento en pleno siglo XX. En gomones a remo recorrieron 1100 kilómetros.

riocolorado1973a

En 11 febrero de 2023 vuelven los cuatro integrantes que realizaron la travesía a repetir el tramo final en kayaks: Alfredo Barragán, José Luis Godoy, Jorge Iriberri y Rubén Tablar rememoran cincuenta años después una expedición icónica que fue lo que originó el Centro de Actividades Deportivas, Exploración e Investigación.
Aquellos muchachos sedientos de aventura que hoy rondan los 75 años volverán al Colorado para agradecerle al río y a sus pobladores ribereños que los apoyaron en aquel verano de 1973. En las tres ciudades que abarcará la nueva travesía simbólica, preparan una gran fiesta para ese día. Se crearán tres plazoletas alegóricas junto al río: en La Adela (La Pampa), Rio Colorado (Rio Negro) y Pedro Luro (Buenos Aires). Participarán la Armada, Prefectura, Instituto Geográfico Nacional, Servicio Hidrografía Naval, Academia Nacional de Geografía, etc.

«En el Río Colorado se cerró un capítulo determinante de nuestras vidas y se nos abrió una puerta infinita al mundo de la exploración” Alfredo Barragán

Hoy el Río Colorado tiene otro panorama, afectado por la sequía y la disputa por el agua, con un bajísimo caudal. Cuando llegaron a Fortín Mercedes el 11 de febrero de 1973, el Colorado tenía un ancho de 200 metros y dos de profundidad. cincuenta años después el mismo lugar está lleno de bancos de arena, el cauce es de 20 metros y el agua llega a la rodillas. La administración del agua y el impacto del cambio climático serán tema de debate durante la conmemoración.
Esta expedición les abrió la puerta del mundo infinito de la exploración, originó el CADEI con más de 30 expediciones, en 50 años, en 5 continentes. Sin dudas el resultado final de todo esto es un patrimonio cultural excepcional, único, que será el contenido inicial del Museo de la Exploración, con la historia de los descubrimientos geográficos, a crearse en Dolores.

riocolorado1973b

LA EXPEDICIÓN RIO COLORADO 1973

La idea surge un año antes de realizar el periplo, de la charla entre cuatro amigos. Se enteraron que el Río Colorado, que cruza por cinco provincias (Mendoza, Neuquén, Río Negro, La Pampa y Buenos Aires), nunca había sido navegado en su totalidad, luego de planificar, llegaron a la conclusión que utilizarían dos botes inflables, con un piso de lona y sobrepiso de madera. Eran muy lentos, con un bordo alto (mucho bote fuera del agua) y en un cauce quieto costaba moverlo.
La expedicionarios llegaron a la zona de la naciente en un Chevy, con toda la carga en un carro. Cuando se terminó el camino, en el paraje de Butacó, para llegar a la naciente del Colorado, tuvieron que hacer los últimos 7 kilómetros en caballos y mulas que les facilitó una familia mapuche, los cuales les indicaron el cauce de un arroyo para poder llegar.

riocolorado1973c

El 16 enero de 1973 comenzaron la travesía, se tiraron al agua en los dos gamones en la cordillera, en la confluencia de los ríos Grande y Barrancas, justo en el límite entre Mendoza y Neuquén. No sabían que iban a convertirse días más tarde en los primeros en navegarlo de punta a punta; terminando la travesía en Fortín Mercedes, unos kilómetros antes de llegar al mar, donde el cauce se desdibuja confusamente. En cada bote llevaban 150 kilos de equipamiento, más los dos integrantes y en el agua se sacudían mucho, sobre todo en los rápidos. El caudal del río se había acrecentado a fines de 1972, pues una nevada excepcional ensanchó en forma peligrosa los márgenes del río. Por este motivo los navegantes tenían que mantener la línea de avance con sus remos de madera. La crecidas creaban muchos brazos y a veces erraban el cauce y se encallaban. En otras, las piedras del lecho perforaban el bote y había que emparcharlo, esperar toda la noche a que secara y vuelta a remar al día siguiente. No tenían cartas náuticas pues en ese entonces no existía. Tampoco existía el GPS ni ningún medio de posicionamiento global.

«Fue un bautismo de fuego para las hazañas que siguieron como cruzar el Atlántico en balsa, el mar de las Antillas en kayaks, los Andes en globo, escalar el Aconcagua, etc, son más de 30 expediciones en 50 años y en cinco continentes» Alfredo Barragán

El viento sopló en contra 23 días de la travesía, que se dividió el tres etapas: desde la naciente hasta 25 de Mayo, desde 25 de Mayo a Río Colorado, y la última desde Río Colorado hasta Fortín Mercedes. Primero los acompañó a la vista el volcán Tromen, luego aparecieron las barrancas que con el correr de los días se convirtieron en bardas. El paisaje se fue achatando hasta terminar como un río manso de llanura.
Despertaban al amanecer. Desarmaban la carpa y cargaban todo y lo ataban en los botes, porque en los rápidos se sacudían mucho. Al mediodía comían algún salamín, un trozo de queso, o una lata de sardinas con pan. Cuando caía el sol, buscaban una zona playa y armaban la carpa canadiense. Comían fideos o arroz. Tuvieron suerte en alguna ocasión que cruzaron un puesto y asaron un trozo de cordero que les regalaron. Tomaban solo agua del Río Colorado, que la dejaban sedimentar en una olla para que no sea tan oscura.

riocolorado1973d

Al finalizar cada jornada instalaban la antena entre dos torres de 4,5 metros, hechas con caños de luz, conectaban la radio y pasaban el parte a sus familiares de Dolores.
Remaban de sol a sol para cumplir con el objetivo de 50 kilómetros diarios, trataban de mantener cerca los dos gomones para poder hablar de bote a bote, por si venían rápidos o una pequeña caída o algún salto. Remaban con remeras largas, gorra y anteojos para no quemarse con el sol. Al remar 10 horas diarias terminaban con las manos tan hinchadas que no podían cerrarlas. Las metían en el agua fría para deshincharlas. Se ubicaban en el bote montados como en un caballo, sobre cada tubo lateral. Una pierna dentro y la otra fuera en el agua.
Tuvieron que quedarse tres días en 25 de Mayo, La Pampa, por la rotura del oleoducto que cruza el río y transporta el petróleo desde la planta de Catriel. Les decían que el petróleo podía afectar la tela de los botes. Una vez que repararon la pérdida, siguieron con la travesía. Allí fue la primera vez que cruzaron una persona, luego de 5 días de travesia.

«Nosotros no somos aventureros, somos expedicionarios. Absolutamente serios para planificar y ejecutar» Alfredo Barragán

Una vez cada diez días un avión de la Fuerza Aérea los sobrevolaba para identificar su posición. El rumor de los “locos que venían por el río” se había expandido por toda la región. Una vez llegaron e hicieron noche cerca del puesto de una familia. A la mañana se despertaron con 20 personas alrededor. Se habían pasado el dato entre vecinos para ver a los locos del Colorado. Al llegar al Salto Andersen los operarios los ayudaron a cargar los botes y trasladarlos al otro lado de la represa para la etapa final. Cuando arribaron a Río Colorado los esperaban varios medios de prensa y firmaron los primeros autógrafos de su vida.
La llegada a Fortín Mercedes fue una fiesta, con una multitud en las costas, autoridades, aviones sobrevolándolos. La hazaña se había concretado.

DOCUMENTAL

Ruben Tablar filmó la travesía. Solo contaban con 30 minutos de película en Súper 8 y con eso se realizó el documental.

«Es que todo lo que encarábamos lo hacíamos de modo muy serio. Cero improvisación. Sin sponsor y con un profundo respeto por la naturaleza» Alfredo Barragán

 

MUSEO DE LA EXPLORACIÓN

El conocimiento geográfico es esencial, fundamental, para el hombre. Es importante rescatar el espíritu de los pioneros que descubrieron el mundo geográfico; su imaginación, atrevimiento, determinación, planificación y entrega.
Sus historias son cantos a la libertad. Sus empresas enseñan la alegría del intento, de la planificación, del esfuerzo y la perseverancia; valores que flaquean en estos tiempos.
Las más de 30 expediciones del CADEI en cinco continentes constituyen un patrimonio cultural extraordinario, único en el mundo (Río Colorado, Aconcagua, Atlantis, Andes en Globo, Kilimanjaro, Mar de las Antillas en Kayaks, Antártica Finis Terra, etc). Y planean la creación del Museo de la Exploración, a erigirse en Dolores. Este museo no será un galpón de cosas viejas. Se concibió como un medio de comunicación. Y tiene mucho para decir. Tiene valores para transmitir. Y será convincente porque no hablará desde la teoría sino desde los hechos, desde historias reales; desde la historia universal de las exploraciones.
Y hay que hacer ese museo porque no existe. No existe en el mundo.
Y por qué en Dolores? Por qué no? Porque tienen guardado un patrimonio cultural enorme, único en su conjunto, fruto de tantas expediciones en cinco continentes, con el cual empezar. Y estará dispuesto para cobijar las experiencias de otros exploradores del mundo. Porque Dolores tiene una ubicación geográfica excepcional, sobre el eje turístico más importante del país.
El proyecto ha sido aprobado por todos los gobiernos nacionales, provinciales y municipales de la última década, de todos los sectores políticos. Pero aún no se ha concretado. Es de esperar que la belleza y la trascendencia de la idea supere las mezquindades que lo demoran.

riocolorado1973mapa

Fuentes Río Negro RN y CADEI

AguaExploracionKayak

ANTONIO DE LA ROSA, en Solitario Remando tras los pasos de Sir Ernest Shackleton, primeros días de travesía

enero 14, 2023 — by Andar Extremo

antarticoantoniodelarosa1-960x640.jpg

Antonio de la rosa partió en una embarcación a remo de Cabo de Hornos a las Georgias del Sur, empieza una expedición increíble

PH: Posovisual
antarticoantoniodelarosa1

El aventurero Antonio de la Rosa partió el 7 de enero de la ciudad austral, Puerto Williams, con el ánimo de realizar remando en unos 40 días en solitario, en unaembarcación de 7 metros, el recorrido de unos 3500 kilómetros aproximadamente que eternizo Shackleton hasta las Georgias del Sur.
Desde Cabo de HornosAntonio comenzó esta aventura, intentará ser la primera persona que cruce a remoen solitario el Mar de Hoces o Estrecho de Drake hasta la Antártida,serán unos1000 km en el peor lugar para navegar de la Tierra.
El «OceanDefender»,así se llama la embarcación,tuvo su primer amanecer en Cabo de Hornos, luego de 22 horas de la partida,con una continua remada para aprovechar y anticiparse a futuros vientos que vendrían de unos 100 km por hora.
El segundodíael viento del sur comenzó a soplar y le hizo perder kilómetros ganados,tuvo que avanzar hacia el este con muchas horas de remo para no perder posicionamiento, pero parecía que la meteorología favorable con viento del norte u oeste le empujaría hacia la Antártida.

antarticoantoniodelarosa2

De entrada uno de los teléfonos se averió, aunque por suerte tenía otro que le alcanzo para conectarse solo media horaen estos primeros días. Desde que salió estuvo nublado o lloviendo, esto le incidió en la carga de las bateríaslo quehan bajado bastante, unos 40 amperios de los 180 que tienen. En estos casos de poca energía solo se maneja con el piloto automático y con el plotter, El próximo objetivo es la Isla Elefante así que va a tener que minimizar los gastos energéticos.
El cuarto día fue terrible por las condiciones del mar,con rachas de vientos de 75 km/h, por desgracia por la noche segiró el viento aSuroeste y lotiró nuevamente hacia el Noreste, esto generaba que lo separedel sur de la Patagonia, llevándolo demasiado alto, si bien las condiciones fueron duras podíadescansarunas 3 o 4 horas con el barcomovendose mucho.
Comenzando el quinto día ninguna de las predicciones climáticas se habían cumplido en las últimas cien horas.Con mucho dolor en las manos, de remar unas 15 horas diarias, si bien lleva guantes y crema para cuidar futuras ampollas, los músculos le pedían tregua.

antarticoantoniodelarosa3

Mantener la atención hacia que duerma poco y nada, continuamente chequeando la dirección e intentando cambiar el rumbo. Incluso las corrientes y los vientos llegaron a tumbar dos veces el Ocean Defender, si bien no se llego a dar vuelta, el giro de 90º por el golpe de la ola, el barco en volver a su posición normal tardabaa dos o tres segundos, eran segundos dramáticos.
Estos primeros días la alimentación fue escasa, ya que todavía tiene las energías del continente, sólo tomó una comida diaria caliente yalgo de frutos secos, con media ración diaria, 2000 calorías, le alcanzaba para el gasto cotidiano.
Con el paso de las horas las corrientes lo seguían afectando muchísimo en su sexto día, no contaba con ese enemigo, esas corrientes son como ríosindetectables y van en direccióncontraria. Por estas condiciones de estar derivándolo demasiado al norestey consideró adecuado poner el «ancla de capa» consiguiendo no alejarse tanto de la isla Elefante. Es desesperante, porque los kilómetros que ganaba, luego los perdía y así se pierden días enteros. La sexta noche pudo descansar un poco más que las anteriores, incluso con olas de cinco metros.

antarticoantoniodelarosa4

El séptimo día luego de muchos días malos, la meteorología llego con buenas previsiones Viento Noroeste con tendencia al Norte que le ha permitido navegar al Sur y ganar grados a la Antártida. Ha podido surfear olas y remar fuerte, el día había sido duro porla acumulación de días malos, pero cuando cambio volvió la energía al cuerpo

La parte negativa es que lleva un par de días muy oscuros, lloviendo, y sin sol, y eso afecta muchísimo a la energía de la embarcación para alimentar los equipos electrónicos. Tiene que empezar ya a racionar. Pese a que el piloto automático es de bajo consumo ycon los ordenadores tiene un mínimo de 2,5 amperes la hora, lo que son unos 70 amperes al día. Si continúa el tiempo así solo tendría menos de dos días más de baterías. Otro tema negativo es la humedad dentro de la embarcación, todo el tiempo secando.

Luego de siete días en el peor mar para navegar, Antonio pudo rumbear el Ocean Defender, esperemos que el sol brille y que la Antártida este minuto a minuto más cerca!!!

antarticoantoniodelarosamapa

www.antoniodelarosa.net

ConferenciasExploracionMontañismoVideos

Semana del Montañismo en Salta, Segunda Edición

julio 14, 2022 — by Andar Extremo

semanamontanismosalta1-960x640.jpg

Con invitados de lujo como Alfredo Barragán, Heber Orona y Lito Sánchez, el evento será una oportunidad para promocionar las actividades de montaña en la región. Se extenderá desde el 1 al 6 de agosto, con charlas en la Usina Cultural Salta, un brindis en el cerro San Bernardo y un ascenso recreativo al cerro Elefante, en la Reserva Municipal Yungas de San Lorenzo

semanamontanismosalta1

Entre el 1 y el 6 de agosto se desarrollará la segunda edición de la Semana del Montañismo en Salta. La sede principal será la Usina Cultural Salta, situada en la calle Juramento 180, aunque también habrá actividades en el cerro San Bernardo y en la Reserva Municipal Yungas de San Lorenzo. La primera edición, que se desarrolló en octubre de 2021 en el local de la cervecería Antares, fue un éxito total de público. “Eso nos animó a pensar una segunda edición mucho más ambiciosa, en un lugar más amplio, con actividades especiales e invitados de prestigio mundial”, explicó el fotoperiodista y documentalista Juan Martín Roldán, editor del sitio web Secretos de Salta, uno de los organizadores del evento.

semanamontanismosalta2

Las charlas y paneles se desarrollarán entre el 1 y el 4 de agosto a las 19 hs. en la Usina Cultural (Juramento 180, Salta), según programa adjunto. El viernes 5 a la misma hora se realizará un brindis por el Día del Montañista en la cima del cerro San Bernardo, mientras que el sábado 6 a las 14 hs. la cita será en la Reserva Municipal Yungas de San Lorenzo, donde los asistentes ascenderán hasta la cumbre del cerro Elefante (1900 msnm) para despedir allí a los cuatro salteños que un par de semanas más tarde partirán hacia el Himalaya para escalar nada menos que el monte Manaslú, uno de los 14 ochomiles del planeta.

semanamontanismosalta7

La lista de invitados especiales está encabezada por Alfredo Barragán, Heber Orona y Lito Sánchez. Barragán es el gran símbolo de las exploraciones de aventura en nuestro país. No solamente capitaneó la célebre Expedición Atlantis, sino que también cruzó los Andes en globo aerostático y cruzó el Mar de las Antillas en kayak, entre otras aventuras memorables.

semanamontanismosalta9

El mendocino Heber Orona, por su parte, es el primer argentino que llegó a la cumbre del Everest sin la ayuda de oxígeno extra, además de que completó el desafío Seven Summits, que consiste en trepar hasta la cima del pico más alto de cada continente.

semanamontanismosalta8

Lito Sánchez, por su parte, es el primer argentino que puso un pie en la cumbre de un ochomil. Y ostenta un récord impresionante: ha subido el Aconcagua más de 70 veces.

semanamontanismosalta3

También serán de la partida otros nombres notables del montañismo argentino y salteño, como Juan Pablo Sarjanovich, Jorge González, Christian Vitry, Emilio González Turu, Enrique Pantaleón, Julieta Balza y Griselda Moreno. “Juntar a toda esta gente es maravilloso, un sueño. Ayuda a cumplir nuestro objetivo: impulsar y difundir las actividades de montaña en la provincia. Salta tiene una diversidad de ambientes naturales increíble, única, y está casi totalmente relacionada con cerros, volcanes y quebradas.

semanamontanismosalta4

Estamos convencidos de que este potencial se puede aprovechar para generar trabajo y desarrollo, siempre con criterios de sustentabilidad y respeto por la naturaleza”, agrega Roldán. El evento cuenta con el apoyo del Ministerio de Turismo y Deportes de la Provincia de Salta y la Municipalidad de San Lorenzo. La entrada a las charlas será libre y gratuita, mientras que el ascenso al cerro Elefante (en San Lorenzo) tendrá un costo de $ 500 por persona, lo que incluye un refrigerio en la cumbre.

semanamontanismosalta5

semanamontanismosalta6

Instagram @semanamontanismosalta

AguaExploracionNieve

SHACKLETON, ATRAPADOS EN LA ANTÁRTIDA

marzo 16, 2022 — by Andar Extremo

1-960x709.jpg

En Agosto de 1914 el famoso explorador irlandés Ernest Shackleton partió con una tripulación de 27 hombres a bordo del Endurance hacia el Atlántico Sur para realizar la última meta de los exploradores, "Atravesar a pie el Continente Antártico". A 160 km de su meta, el hielo cambio de estado y la embarcación quedó atrapada en el congelado mar de Weddell. A partir de allí se desarrolló una de los casos de supervivencia más increíbles de la historia. Nota editada en el Periódico de Aventura Andares nº 5 en 2002 antecesor de la Revista Andar Extremo

1

A pesar de no haber llegado al polo, Shackleton ya había sido protagonista de dos expediciones polares, en la primera, partió en el Discovery hacia la Antártida con el Capitán Scott, en 1901. Juntos emprendieron un viaje de más de 2500 km con 5 trineos tirados por 19 perros por lugares que ni figuraban en los mapas. Pasaron hambre, padecieron escorbuto y llegaron a tirar ellos mismos de los trineos. En 1907 emprendió la segunda expedición a bordo del Nimrod con 10 caballos y 8 perros. Esta expedición tampoco tuvo éxito pues los caballos no eran apropiados para los terrenos y terminaron matándolos y comiéndoselos. Pese a esto lograron acercarse a tan solo 180 km del polo (puntos más meridional logrado hasta entonces), y regresaron luego de recorrer 3000 km a pie.
Tan grande era la lucha de los exploradores por ser los primeros en pisar el polo que en 1911, dos expediciones se encaminaron hacia el sur, la de Scott y la expedición noruega al mando de Amundsen. El logro de éste provocó desilusión en la expedición inglesa, que al regreso encontraron la muerte víctimas de abandono.
Al enterarse que ya no sería el primero en pisar el polo, Shackleton comenzó a organizar una nueva expedición, que no era solamente ir al polo y regresar, sino la propia travesía del continente, desde el mar de Weddell hasta el mar de Ross y la llamó «Expedición Imperial Transantártica».
Para esta ocasión, usaría una goleta de madera con tres palos, construida con planchas de roble y de pino noruego, recubiertas de ocote (madera muy dura). Poseía 48 m de slora y 300 toneladas de peso. El Endurance, como Shackleton la bautizó hacia referencia al lema de su familia, «venceremos gracias a la resistencia».

2

La tripulación que estaba compuesta por marineros, científicos y oficiales cuyas edades oscilaban entre los 25 y los 40 años, partió desde Londres en Agosto de 1914, a pocos dias de estallar la Primera Guerra Mundial. Navegaron hacia el sur y en Bs. As. cargaron provisiones entre ellas, 69 perros de trineos.
Shackleton se unió a la expedición en la ciudad de La Plasta a mediados de Octubre. Desde allí se dirigieron hacia la isla San Pedro al este de las Malvinas. Durante semanas el Endurance esquivó rodeó varias placas y témpanos, y a pesar de haber logado abrirse camino hacia la Bahia Vahsel, fue obligado a detenerse. Enormes témpanos de 50 km2 se presentaban frente a ellos y paulatinamente la superfície de mar abierto se fue estrechando.
El 31 de diciembre, el Endurance paso a través de una placa difícil de romper y cruzó el Circuito Polar Antártico, a los días quedo atrapado en el hielo, pero esta vez na saldría. Después de varios meses perdieron la única posibilidad de libeгarse, pues la presión que ejercia el viento sobre la placa de hielo terminó fracturandola a unos metros del barco. A pesar de haber puesto la caldera a todo vapor no pudieron llegar hasta la abertura, los tripulantes rompieron el hielo con picos para abrir camino, pero todo fue en vano.
Los días pasaron y las resonancias de profundidad indicaban que el barco se alejaba cada vez más de tierra firme, arrastrado por las placas de hielo en movimiento. A tan sólo un día de la Bahía Vahsel, el Endurance se convirtió en un puesto de invierno, pues deberian esperar 7 meses hasta Octubre donde en primavera se rompería el hielo. Debieron organizarse para vivir más cómodos, los perros fueron trasladados fuera del barco en Iglúes de hielo, los cerdos durmieron afuera hasta que se convirtieron en carne salada. A la luz del día los hombes ejercitaban a los perros, buscaban focas y pinguinos para alimentare o emprendian excursiones en el hielo, al anochecer cantaban, leían, se turnaban para hacer guardia, y jugaban al ajedrez.

3

Un buen día el sol desapareció por completo y no se lo vio hasta 4 meses después. En Abril, el hielo gruño en torno al buque haciéndolo vibrar ligeramente, fue es el primer indicio del potencial mortifero de la placa de hielo. Dos meses más tarde comenzó la parte más oscura del año, la temperatura descendió a 29° bajo cero y las masas de hielo crujían al chocar unas contra otras. la presión que provocaba que las placas se fracturen y se superpongan, amontonaba enormes bloques de hielo de hasta de 5 m. de altura. Hacia fines de Junio ya llevaban atrapados 158 días y el Endurance se había trasladado a la deriva más de 1000 km. A esta altura la presión que provocaba el hielo sobre el buque se torno amenazadora, los hierros de la sala de máquinas se doblaron, las vigas se arqueaban y las puertas se salían del marco.
Hasta fines de Octubre no hubo grandes inconvenientes y los hombres comenzaron a desarrollar más actividades ya que tenían 22 horas de luz, pero en un momento un terrible golpe hizo inclinar el buque unos 8º a estribor y comenzó a filtrar agua. Se encendieron las calderas y las bombas extractoras, los hombres cavaron trincheras en el hielo, las vigas gemían, entre tanto reunian vituallas, ropas, comida de los perros, aparejos de los trineos, raciones de emergencia, mapas, planos y hasta fotos de posibles recaladas preparándose para desembarcar en el hielo.
El 27 de Octubre amaneció claro y despejado, la presión del hielo aumento durante el día y a las 4 de la tarde llegó a su punto culminante, de un golpe se levantó la popa mientras un témpano en movimiento arrancó el timón y la cabina, las cubiertas comenzaron a romperse y al desprenderse la quilla el agua comenzó a entrar torrencialmente por todas partes. Shackleton ordenó que se bajaran a un lugar estable los botes y los trineos. Armaron un campamento en lo que parecía un témpano estable a 100 metros del barco destrozado.

4

Shackleton informó que en unos días empezarían a caminar hacia Cerro Nevado a unos 300 kilómetros al noroeste. Se despojaron de los elementos prescindibles, uniformes de gala, elementos científicos, libros, relojes, etc. Ese mismo día sacrificaron a tres cachorros, a la Sra. Chippy (el gato, considerado la mascota del buque) y a un perro adulto que no sabía tirar trineos.
Se pusieron en marcha pero habiendo recorrido apenas 1,5 km desde su partida la caravana armó campamento a la tarde. Resolvieron quedarse allí bautizando al lugar «Campamento Océano», establecieron una rutina, temprano desayunaban foca frita, masa de harina cocida y té, después algunos cazaban focas y pingüinos y otros realizaban quehaceres en el campamento. Por la tarde se dedicaban a leer, zurcir o pasear y a las 17:30 hs se servía estofado de pingüino con cacao. Por la noche algunos montaban guardia por si los perros se iban o por si el témpano se rompía. Las raciones que eran para la travesía continental se conservaron escrupulosamente para el viaje en los botes salvavidas que los hombres traian a la rastra.
Se resolvió continuar la travesía a pie, pero esta vez avanzarían de noche cuando el hielo se encontraba más duro, 18 hombres tiraban de los botes y luego regresaban a buscar las provisiones. Ante la imposibilidad de seguir escogieron un témpano que parecia sólido para el nuevo campamento llamándolo «Campamento Paciencia».

5

Era enero de 1916 y las placas no daban muestras de abrirse, la tensión era cada vez mayor y la alimentación se convertía en un problema realmente preocupante, las focas escaseaban y las reservas disminuían. Ese mes sacrificaron 27 perros, que luego serían parte en la dieta de los hombres….»se me encomendó esta tarea, y fue la peor que he tenido que hacer en mi vida (informó Wild en su diario). He conocido a muchos hombres a los que hubiese preferido matar antes que al peor de los perros»…
Con pocas reservas una bandada de pingüinos fue la salvación, comieron la carne de 300 de ellos, mientras que la piel y la grasa la usaron como combustible. En invierno lograron ver tierra al oeste, pero como la placa en donde se encontraban era demasiado frágil para atravesarla a pie y demasiado sólida para navegarla no pudieron acercarse, y debido al desplazamiento del hielo pronto dejarian de ver tierra firme.
En Abril el hielo se quebro, era el momento de botar los botes y comenzar a navegar. En el primer bote, el ballenero «James Caird» iban 11 tripulantes, en el segundo el.»Dudley Docker» 9 hombres y en la tercer embarcación la más pequeña «El Standcomb Wills» iban 8 personas.
Los hombres habian estado atrapados en el hielo pero su prueba más dura estaba por comenzar. La primer noche en el mar, acamparon en un témpano pequeño, la inestable masa de hielo se balanceaba y al anochecer el támpano se alzo sobre una ola y se abrió al medio justo debajo de la carpa de los marineros, tirándolos al agua Por fortuna fueron rescatados inmediatamente antes que el témpano vuelva a unirse.

6

Ala mañana siguiente continuaron remando hacia el noroeste y a tomar las mediciones de
orientación, el resultado fue nefasto, una fuerte coriente los habla arrastrado en dirección
contraria. Al dia sigueinte se dieron cuenta que los botes estaban congelados por fuera y por dentro, estimaron que la temperatura habla descandido por debajo de los 20º bajo cero.
La vida de los hombres corría paligro, por las condiciones climáticas y por el hecho de no tener agua, la salida con prisa del campamento anterior no permitó carger hielo y lo único a su alcance era agua salada. Atormentados por la espuma que los mojaba contiuamente hinchándole el rostro y haciendole sangrar los labios, encontraban alivio aplicándose carne de foca helada.
Se echaron las anclas flotantes hechas con lonas y remos atados y comenzó la tercera noche en los botes. En el alba se observó la Isla Elefante a solo unos 50 km. Con las manos ampolladas y ensangrentadas remaron hacia ella. Sir Erenest había estado de pie día y noche resistó su incesante vigilia al aire libre pues habí a dommido desde el “Campamento Paciencia”.

7

Une vez en tierra firme los homtres agotados daban traspiés a causa del congealamiento, muchos sufrían de desorientación transitoria, y otros temblaban como si sufrieran de parálisis, algunos estaban medios locos se revolcaban en
las piedras y uno agarró un hacha y no parohasta matar una docena de focas. Habían pasado 7 terribles días en botes abiertos en el Alántico Sur a comienzo del invierno Antártico y además de 170 días a la deriva ya hacian 497 días que ninguo pisaba tierra firme.
El 20 abril al ver que la situación se tornaba dificil Shackleton ordenó una expedición a la islaSan Pedro a 1500 km de distancia. Seis hombres formarían parte del grupo que iría en el «James Caird». Acondicionaron el barco, para la travesía, llevaban dos mástiles, 950 kilos de lastre para evitar que el barco zozobrase, cuatro remos y una bomba de agua. También cargaron sacos de aceite de grasa de ballena para derramarla en las aguas movidas e impedir que rompan las olas. Cargaron dos barriles de hielo fundido y las provisiones reservadas para la «Travesía del Continente»
A pesar de que Cabo de Hornos ara la tierra más cercana se dirigieron hacia la isla San Pedro porque los favorecia el viento. Durante las primeras noches y debido a las fuertes tormentas el agua se metía continuamente y debían dormir en turnos de 4 horas para cubrir guardias en sus sacos empapados y helados. Al caer el octavo día el barco estaba cubierto por una helada armadura de casi 40 cm de espesor convertido en un peso muerto que lo hundía. Se deshicieron de dos bolsas de dormir que se estaban pudriendo y se habían congelado durante la noche. Los hombres se encontraban con la ropas mojadas que no se habían quitado en 7 meses, les rozaba terriblemente la piel, los pies y las piernas se encontraban contínuamente pálidas e hinchadas Tenían las manos congeladas y negras de mugre. por la grasa, y las quemaduras provocadas por la cocina. Cada movimiento por mínimo que fuera, resultaba insoportable. Para evitar el frío bebian el aceite de la grasa, con el que pretendían calmar el agitado mar. Shackleton ordoeno cuatro comidas calientes que eran el único alivio. suministrándoselas cada 4 horas durante el día y leche caliente durante la noche.

8

El 7 de mayo al mediodía observaron un riscoo negro a unos 16 km como lo habían calculado. No pudieron desembarcar debido al fuerte viento y al oleaje, pasaron la noche a 30 km de la costa y la lluvia al mediodía se convirtió en un huracán. La tormenta los amenazaba con chocar contra los arrecifes y lucharon horas para alejarse del peligro. Exhaustos casi al anochecer dirigieron el barco por una estrecha entrada en el arrecife.
En los 17 días de duras pruebas, los hombres habían mantenido una rutina, una estructura de mando, un horario de guardias. Habían prestado atención a su experiencia náutica en las peores condiciones a las que puede enfrentarse un marinero. Una vez en la isla arrastraron a duras penas el «James Caird» a tierra firme, esa noche durmieron en una cueva resguardada del viento, en la cual lograron encender un fuego con maderas traidas por el mar. Prepararon un estofado de crías de albatros. A causa del tiempo y la debilitada tripulación Shackleton anunció que irían a pie a una de las estaciones balleneras «Stromness» a unos 35 km por tierra.
A la mañana del 19 de mayo Ernest y dos de sus hombres emprendieron la marcha. Llevaban raciones para tres días, que metieron en calcetines, la geografia no les permitía avanzar con facilidad y llegar a cada cima era una ardua tarea. Al llegar a un pico observaron una cadena montañosa que les pareció familiar, calculaban que estaban a unos 19 km de la civilización. A la mañana del día siguiente escucharon las sirenas de los balleneros, y al mediodía estaban sólo a una montaña de la bahía Stromness. A la tarde llegaron a la base, con el pelo hasta los hombros los rostros barbudos y las caras negras por el aceite quemado y con sus ropas echas harapos. Shackleton pidió hablar con el administrador, al encuentro con éste se presento: -Soy Sir Ernest Shackleton, capitán del Endurance desaparecido hace 20 meses.
Luego un de los hombres fue en el buque «Samson» a rescatar los que habían quedado del otro lado de la isla. Mientras Shackleton preparaba el rescate para la Isla Elefante. Días más tarde salieron con un ballenero, pero se enfrentaron con la placa de hielo y no pudieron avanzar. Intentaron con un pequeño barco uruguayo pero fracasaron nuevamente. Shackleton Busco frenéticamente ayuda pero sólo la obtuvo el 25 de agosto cuando el gobierno chileno les dio un remolcador de vapor.

9

Refugiados en los botes, los 22 hombres que aguardaban en la Isla Elefante comieron focas, pingüinos, algas y lapas. Había bastantes enfermos pero el más grave fue Blackborow que le tuvieron que amputar los dedos del pie izquierdo debido a la gangrena. Durante la mañana del 30 de Agosto estaban juntando lapas, de pronto observaron un barco, salieron corriendo. Enseguida encendieron una fogata para que los divisaran y emitieron gritos de alegria pero esto no importaba el buque se dirigia hacia ellos. Shackleton mirando con penosa intensidad a través de los binoculares contó las 22 figuras en la costa, con la expresión mas emocionada en el rostro, parecia que se le quitaban años de encima. En una hora estaban todos en el «Yelcho» la aventura habia terminado, se alejaron de la isla despidiendo la tierra que les habia dado sus bienes y había sido su salvación.
Shackleton tenía mucho que contar a sus hombres y al mundo en general pero la carta que le escribió a su esposa desde Punta Arenas sólo explicaba lo esencial: …»lo he conseguido no se ha perdido ni una vida y hemos pasado por el infierno»…
La expedición terminó el 8 de octubre de 1916 en Buenos Aires pero Shackleton tuvo otra tarea la de rescatar a la nave Aurora que iba a ser de apoyo en el mar de Ross, que también había sido victima del hielo.

Esta nota es un extracto del libro “Atrapados en el hielo” de Alexandre Caroline que fue hecho por un registro de los diarios íntimos de oficiales y científicos, pero no existen relatos de los marineros. Shackleton se aseguró que quienes llevaban un diario, no dejaran de escribir ni si quiera en los momentos más críticos y de que Hurley conservara las fotos, pues la expedición tenía como meta publicar la experiencia. El Fotógrafo de la expedición Hurley dedica un capítulo entero a los perros, en su libro «Argonauts of the south» Shackleton escribió un libro llamado «South» publicado en 1919, y la película que filmo Hurley se tituló «En las Garras de la Placa Polar» que se estreno en 1919.

La personalidad de Shackleton
Uno de los exploradores polares más famosos de la época, héroe nacional protagonista de dos expediciones polares
Contaba con 40 años. La grandeza de Shackleton como jefe del Endurance debe mucho a los sufrimientos casi demenciales de sus anteriores experiencias Antárticas. Poseía buen humor, era justo y por esto se obedecían sus ordenes. Prestaba atención a toda la tripulación, no hacia diferencia de rangos. Cuando la Situación lo exigía la personalidad impresionante de Shackleton podía enfrentarse a los individuos más dificiles. Miraba con aire desdeñoso que estremecía y podia ser muy cortante si lo deseaba. Era un romántico que soñaba con tesoros ocultos y viajes improbables, era un marino experto y hábil.
En momentos difíciles consolaba a todos y nunca se quedaba quieto. Shackleton sin hacer nada no es Shackleton, escribió un oficial en su diario. No era la clase de hombre que pudiera solamente hacer cosas grandes y espectaculares, cuando la ocasión lo precisaba se encargaba personalmente de los detalles más ínfimos. A veces se podía pensar que era quisquilloso y solo después se entendía la importancia de su incesante vigilancia. Detrás de cada palabra v cada gesto calculado, yacía la obsesiva y obstinada determinación de hacer lo mejor para sus hombres. Tenía la convicción de que los individuos más corrientes eran capaces de hazañas heroicas en circunstancias difíciles, la mística que adquirió como lider se debe en parte a que hacía aflorar en sus hombres una fuerza y una resistencia que nunca se imaginaron que poseían. Cabe recordar que ninguna de las expediciones de Shackleton terminaron con éxito pero fue gracias a esta que se lo recordaria por siempre.

ExploracionKayak

A REMO RUMBO A LA ANTÁRTIDA, Antonio De la Rosa

diciembre 5, 2021 — by Andar Extremo

antoniodelarosaaremoalaantartida1-960x641.jpg

antoniodelarosaaremoalaantartida1

El explorador y aventurero español, Antonio de la Rosa, se encuentra en Punta Arenas, Chile, está a punto de comenzar una de las mayores gestas de todos los tiempos: ser la primera persona en llegar a la Antártida desde el continente americano, a remo y en solitario. Para ello, De la Rosa cruzará el Estrecho de Drake, desde el sur de la Patagonia hasta la península antártica, en una embarcación a remo diseñada por él mismo, el Ocean Defender. A pesar de su extenso currículum y experiencia en aventuras y expediciones extremas, Antonio afirma enfrentarse “al reto más difícil de mi carrera, de una exigencia mental titánica”.

antoniodelarosaaremoalaantartida2

Este lunes 29 de noviembre ha conseguido finalmente rescatar su embarcación del contenedor que la ha llevado a Chile desde España, tras un complicado viaje de 2 meses con varios retrasos aduaneros y en medio del colapso marítimo mundial. Debido a estos motivos, la expedición, que en un principio estaba planteada para principios de noviembre, ha sufrido retraso y eso, sin duda, complica las posibilidades del madrileño de poder completar su objetivo.

antoniodelarosaaremoalaantartida3

“A pesar de todo, sigo con la motivación a 100% para intentar completar toda la expedición”, afirma el español, “haber superado tantos problemas, retrasos y obstáculos, solo me motiva para remar aun más fuerte y concentrado, con el objetivo de cumplir mi propósito de llegar a la Antártida por mis propios medios”.
Por estos motivos, el expedicionario podría verse obligado a dividir su odisea en dos partes: este año afrontar el reto de ser la primera persona que llega a la Antártida remando en solitario, y el año que viene emular la aventura de Shakelton: navegar a vela desde Isla Elefante hasta Georgia del Sur para, una vez allí, cruzar la isla de Oeste a Este, a pie y con esquís de travesía.

antoniodelarosaaremoalaantartida4

AguaExploracion

POLARWIND, una Familia Navegando a las Aguas del Fin del Mundo

julio 16, 2020 — by Andar Extremo

polarwind-1-960x643.jpg

Osvaldo Escobar Torres y Jutta Walter, junto con Theo sus hijo de tres años partieron hace un año desde Europa, cruzaron el Atlántico y se dirigen al Cabo de Hornos, lugar donde filmarán un documental con escaladores en el Monte Sarmiento en Chile. Una historia llena de sueños, anécdotas de vida, barcos, documentales y libros. Nota editada en la revista Andar Extremo n° 16 en 2011

por Marcos Ferrer fotos Osvaldo Escobar Torres

polarwind-1

¡¡¡Quieren un poco de fideos, son de ayer pero están buenísimos!!!, Osvaldo asiente con la cabeza. Sin querer decir que si, pero con hambre le contesto. -¡Les alcanza, mirá que sino yo como después!!!, Juta me responde: ¡¡¡No, no hay problema, alcanza para todos, corran las cosas que les llevo!!!.
La cámara de foto, la computadora y todo lo que había en la mesa era apartado, una charla cotidiana se entrelazo y la calidez del lugar y del momento reflejo a esta familia, la tripulación del Polarwind, tan simples y tan agradecidos, con una forma de vida que buscaron desde siempre.
Estábamos dentro del Polarwind, dentro de su casa móvil, de 17 m por no más de 4,5 metros de ancho, el comedor hacia 5 minutos había sido el lugar donde Osvaldo con tantas ganas nos contó la historia de su vida y de su familia.

Fiordo Pia Tierra del Fuego
Fiordo Pia Tierra del Fuego

Osvaldo nació en chile, mas precisamente en Santiago, pero se crió en la Patagonia, y Jutta Walter es de alemana de la ciudad de Münster, cerca de la Frontera con Holanda, ciudad famosa por la gran cantidad de bicicletas entre sus habitantes y también por sus quesos. Jutta trabajó tomando exámenes del idioma en el Colegio Alemán de Punta Arenas en Chile desde el 2001 al 2006. En Tierra del fuego conoció a Osvaldo por intermedio de un amigo alemán llamado Wolf con quien Osvaldo navegaba en el sur de Chile.
Desde los 9 años a Osvaldo le gustaba el mar y a los catorce vio una publicidad del Buque Esmeralda parecido a la Fragata Libertad, la propaganda terminaba diciendo “Ven… La Marina te espera”. El quedo alucinado con las imágenes de los marineros subiendo a los mástiles y viendo fotos del barco en todo el mundo. Con 15 años dijo: ¡¡Esto es lo mío yo quiero ser capitán de un barco!!!
Sin que estén muy contentos en su casa, unos meses después entró en la marina donde estuvo hasta los 23 años. Generalmente trabajando comunicaciones en diversos buques y posteriormente varios años en la región del Canal Beagle y Cabo de Hornos. De hecho Osvaldo fue uno de los últimos “fareros” en la isla Cabo de Hornos. Trabajo que le demandaba cambiarse cada dos meses a diferentes islas del sur. Lo dejaban en un helicóptero con calentadores, provisiones, diesel, y demás petates. Solo con 19 años tenía que resolver todo. En su misión como farero recorrió 8 o 9 faros, dos meses de farero y dos meses en Puerto Williams, época en que sus sueños por viajar crecían y es así que decide a los 23 años irse de la marina en el año 2000.

Piriapolis, Uruguay
Piriapolis, Uruguay

Por un año recorrió Sudamérica y estando en Brasil recibe la invitación de su amigo Wolf, donde en el velero “Santa María” le propone ir hasta la Antártida. No dudo en dejar su viaje de mochilero y se embarco como segundo capitán para filmar publicidades para Gore tex. Fue tan grato su viaje en el velero, que se quedo trabajando en embarcaciones con turismo en la zona de Punta Arenas a Cabo de Hornos.
Estuvo 3 años estudiando turismo gracias a un convenio con la Universidad que le permitió trabajar durante los veranos en el barco, luego en 2003 viaja a Inglaterra a realizar su “Skipper Yachtmaster off Shore”, que significa un master profesional de navegación y cuando vuelve a Chile filma un documental del Cabo de Hornos y la navegación con el velero Santa María para la cadena ZDF y Arte Kanal en Alemania.

En Camino a Porto Bello
En Camino a Porto Bello

La película mostraba como navegar en los tiempos actuales en el Cabo de Hornos, la ruta, la geografía de la región, la cultura local, el velero, como se vive en un barco, que se come, como se reparan los motores, todo lo que respecta la vida a bordo de dos tripulantes en esas zonas australes. El documental en alemán llevaba el nombre de “Seglerträume – Durch Feuerland zum Kap Hoorn” tuvo tanta trascendencia y éxito el proyecto de filmación que al finalizar la expedición en una celebración de la película en el poblado en Puerto Williams, Osvaldo conoció a Jutta y desde allí permanecieron juntos.
Luego de casarse en la isla de Pascua se fueron a vivir a Alemania, lugar en donde Osvaldo comienza a llevar barcos desde Mallorca a los países bajos. Navegaba también en diversas expediciones en las islas Spitzbergen al norte de Noruega. Luego forma la empresa Polarwind Segelreisen & Expeditions, en Alemania y se especializa en expediciones en velero en el Polo Norte, en el Mediterráneo y en Cabo de Hornos desde Punta Arenas. Pero faltaba lo mas importante que era tener su propio barco con Jutta, los dos se complementaban bien viajando ya que ella también era timonel. efectuó sus cursos y licencias de navegación en Alemania y la práctica de vela en Dinamarca.

Llegando a Río de Janeiro
Llegando a Río de Janeiro

En 2008 nace Theo y comenzaron a investigar cada historia de navegantes con niños en velero. Necesitaban un barco con casco de acero, fuerte, cómodo, de expedición, amplio y sobre todo seguro. Estuvieron dos años buscándolo por todo el mundo y finalmente lo encuentran en Grecia donde luego de 2 viajes fueron en febrero de 2010 a buscarlo.
Este tipo de barco Reinke (de contrucción Alemana) se hace famoso en la década del 70, en donde una pareja de alemanes, en el velero “Fraidys”, se convierten en los primeros alemanes en ir a la Antártida en velero. Ese barco tenía unos 12 metros, luego de esa primera experiencia los constructores modifican los planos y lo van mejorando, sacando varios modelos hasta llegar al actual modelo del “Polarwind”. Un velero totalmente expedicionario, calado de 1,80 metros, que le permite entrar en cualquier bahía a pesar de las 22 toneladas, tiene 1500 litros de combustible, 1500 litros de agua, tiene dos motores Volvo, siempre uno va a andar. Tiene 150 m2 de vela, una maniobra de cubierta relativamente despejada, buena comunicación, un barco espectacular para las pretensiones de esta familia viajera.

En Buenos Aires
En Buenos Aires

Cuando lo consiguieron en Europa fue increíble, ya que en aguas mediterráneas es difícil ver un barco así, generalmente se encuentran en aguas frías.
Una vez adquirido el velero trabajaron varias semanas en Grecia, para hacer las últimas modificaciones y prepararlo para este largo viaje en familia. Fueron de Grecia a Calabria, luego a Sicilia, Malta, Panteleria, Túnez, Cerdeña, Mallorca, Almería y cruzaron finalmente a Marruecos. Se metieron en Gibraltar por un fuertísimo temporal que venía desde las Azores. Además ya se acercaba la fecha en que deberíamos ir bajando al sur. Luego hicimos el primer tramo largo a la isla de Madera en Portugal, unos 1150 kilómetros de navegación en 6 días. Desde Canarias fueron a Cabo Verde donde hicieron unos 1400 kilómetros. Allí reaprovisionaron alimentos, se tiraron al agua para reconocer el fondo del barco, repararon velas y el 1 de diciembre de 2010 zarparon finalmente rumbo a Recife, Brasil. Cruzaron el Atlántico en 14 días a vela, unos 2300 km y festejaron en esa ciudad la navidad.

Antártida
Antártida

A fines de Marzo de este año luego de recorrer toda la costa brasilera llegaron a Buenos Aires, lugar optimo para esperar la primavera antes de dirigirse a Punta Arenas y luego a Cabo de Hornos, mientras Theo aprende en un jardín infantil de San Fernando bien español, ya que entre ellos en el velero hablan en alemán.
En octubre vuelven a navegar y en este tiempo aprovechan para escribir para una decena de revistas del mundo entero, entre ellas revista “Navegar” en España, escriben de 6 a 7 artículos por año en cada una, “Bolina” en Italia, “Ocean 7” en Austria, “Yacht” en Alemania “Viajes y Aventura” en Colombia, “Mundo Náutico” de Venezuela y revista “Veleros” en Chile, entre otras.
Este viaje a parte de cumplir un sueño familiar y la gran historia de cruzar el Atlántico tiene como fin la filmación de un documental de escaladores alemanes en el Monte Sarmiento, pero el sueño principal era volver con su barco a la zona de Cabo de Hornos, lugar donde se conocieron.

polarwind-8

Hace ya 15 largos años que Osvaldo estudia la historia náutica de Cabo de Hornos y da charlas sobre la navegación en club náuticos, de Alemania, Austria y España. Por ejemplo en Austria dio una charla en una empresa constructora, llamada Heffel, hacen casas en condiciones extremas en los Alpes. Luego de su charla de 40 minutos de lo que significa navegar en Cabo de Hornos dieron una charla de las construcciones de casas en zonas extremas. En septiembre saldrá su primer libro en Alemania llamado “Am Leuchtturm Von Kap Hoorn” (ver recuadro)
El tema de la filmación viene desde el 2005 donde ya habían filmado un documental en 40 días para la televisión alemana, en donde solo llegaron a 500 metros de altura por las malas condiciones. Dos años atrás hicieron cumbre en una expedición en donde también hicieron un cortometraje que fue seguido por Geo y Nathional Geografic y una serie de medios de expediciones.

Polo Norte
Polo Norte

Este nuevo documental lo van a realizar en 50 días en marzo de 2012, la temática principal es escalar el Monte Sarmiento, mostrar la historia del coloso, la historia de los aborígenes de la región, con un trasfondo cultural, pero la historia principal es la escalada y lo que significa llegar desde Punta Arenas, con toda la logística para llegar a la bahía de Escandallo y lo que significa estar esos 50 días y lograr por supuesto la ascensión.
Es un proyecto netamente alemán, en donde van a ir 7 personas: 3 escaladores, dos navegantes, y dos o tres personas de la tele (director, camarógrafo y sonido).
Una historia aparte y realmente audaz es navegar con un niño tan pequeño, cuando estaban en Alemania coordinando todo, aprendieron a que tenían que llevar de comida, el tema de los pañales a bordo y por suerte dos amigos doctores en Alemania antes de zarpar le dieron dos bolsones de medicamentos y poseen también a bordo un teléfono satelital para llamar en cualquier momento que sea necesario. Theo comenzó a navegar cuando tenía un año y medio, ya tiene tres años. Aprendieron mucho de familias francesas que viajan con niños. A diferencia de cualquier niño de ciudad se crían absolutamente diferente, con un concepto de amor a la naturaleza, a la vida del mar, a los animales, son más abiertos con el mundo, con los diferentes acentos, se acostumbran a las diferentes etnias humanas. A Theo en Italia, siempre cuando llegaban a un puerto le compraban un helado o una pizza, cada vez que toca cualquier puerto en el mundo Theo grita ¡¡¡pizza o gellatto!!!

polarwind-10

Luego de la Patagonia irán hacia Panamá o tal vez a la Polinesia, tienen 3 años más hasta que el pequeño empiece la primaria
La vida y sus vueltas nos depositaron nuevamente en el comedor del Polarwind, luego de la comida nos preparamos para marchar, teníamos que salir con Osvaldo para capital, Jutta mientras tanto limpiaba unos enganches de popa.
Despacio nos alejamos con Osvaldo con esa sensación indescriptible de paz que emanan las personas que hacen lo que les gusta en el mundo. Ah.. me olvidaba. ¡¡¡Jutta los fideos estaban buenísimos!!!

El Libro “Am Leuchtturm Von Kap Hoorn.”
Durante este mes de septiembre Osvaldo edita su primer libro, es específico de navegación sobre Cabo de Hornos. Contiene 144 paginas y mide unos 25 cm por 35 cm tiene muchas imágenes pero también mucha información de texto. Es netamente de una expedición de Punta Arenas a Cabo de Hornos que se realizó en 2009, navegaron en el Estrecho de Magallanes, hicieron Tierra del Fuego en vehiculo, llegaron a Ushuaia. Luego cruzaron a Puerto Williams, para navegar en Cabo de Hornos y la Cordillera Darwin, luego de varias semanas regresaron a Puerto Williams. El libro va a participar en la feria del libro de este año en Frankfurt – Alemania.

polarwind-11

Datos técnicos del Yate Polarwind
Eslora: 17 m
Manga: 4,50 metros
Calado: 1,80 metros
Motores: 2 Motores Volvo Penta de 55 hp cada uno.
Mastil: Aluminio de 21 metros
Peso: 22000 Kg
Velas: 150 m2

Comunicación y seguridad:
Equipo VHF
2 equipos VHF portatiles
Radar Furuno
GPS Furuno
GPS Magellan
GPS Garmin
Plotter Raymarine (cartas de navegación digitalizadas)
Navtex (informe meteorológico automatico)
Meteorologia automática vía internet
Telefono Satelital Iridium
Baliza automática Satelital EPIRB
Balsa Salvavidas Plastimo 8 personas
Visores nocturnos
Bote de expedición de 3,50 metros

Más que agradecer a cada uno de nuestros fieles sponsors en el extranjero queremos agradecer, especialmente a todos nuestros amigos en Buenos Aires, quienes nos han apoyado incondicionalmente desde nuestro arribo tanto a nosotros como en cada uno de los trabajos con nuestro Polarwind. Con un sincero agradecimiento a: Club de vela Barlovento: Sr. Contramaestre, Vicente, Marcelo y Ramón (marineros del club), Técnica Náutica: Sr. Daniel Gonzales www.tecnicanautica.com.ar, Naval Motors – Argentina: Sr. Horacio Huergo, Pinturas International: José, Susanna y Guillermo, SDK Kayaks: Ricardo Kruszewski y Federico www.sdk-kayaks.com, Instalación de motores: Sr. Claudio Hoyo, Colaborador : Sr. Mario Salas, tripulante del velero Fortuna II

www.polarwind-expeditions.com

AguaExploracion

TORROBA, NOMBRE DE MAR

mayo 6, 2020 — by Andar Extremo1

1-960x677.jpg

Alberto Torroba un experimentado navegante que entre los años 1982 y 1995 ha recorrido los mares del mundo en solitario y con embarcaciones construidas por sus propias manos. De bajo perfil, impulsivo y ambicioso llegó a los sitios más difíciles de navegar sólo por un simple hecho, poseer la fuerte convicción de querer ser libre y feliz. Esta nota fue editada en la revista Andares 23 antecesora de Andar Extremo en Noviembre de 2005.

1

Su vida bohemia y solitaria, y sus bajos recursos lo llevaron a construir y refaccionar embarcaciones, adaptándolas a su propio estilo, simple y práctico. Con estos “botes” como él los llama, recorrió el mundo entero convirtiéndose en uno de los más destacados navegantes.
Lejos de ser moderno y tecnológico Torroba prefirió navegar con métodos tan antiguos como eficaces: la navegación intuitiva y ciertas técnicas polinésicas que le han permitido recorrer y conocer el mundo entero, basadas en la estrella del cenit. Los polinesios sostenían que para cada isla había una estrella que la señalaba. Alberto llegó a memorizar 57 estrellas del almanaque náutico hasta el minuto.
Su navegación por el mundo comenzó de muy joven, apenas se encontraba en el secundario, cuando empezó a estudiar la forma de construir una balsa para bajar el río Paraná. Fue así, que guiado por un sueño y por un relato de William Willis un hombre que hizo tres cruces por los océanos con una tabla de fibra de vidrio de tres metros y medio, que empezó a asistir a la biblioteca de la Municipalidad de Santa Rosa, La pampa, para recabar toda la información que le sea de utilidad para construir la balsa. Si bien esta loca idea quedó en la nada, constituyó el motor y el punta pie inicial para que Torroba explorara el mundo.
Con dieciséis años abandonó el secundario y se fue de su casa. La difícil situación familiar y el ambiente tenso que vivía con sus padres lo condujeron a tomar una mochila y viajar al norte argentino.
Primeramente llegó a Buenos Aires donde estudió arte, ciencia, religión, y realizó diversas aventuras. Empezó a hacer toda una búsqueda interna, muy diversa, pero todo lo aburría porque no era lo que buscaba.
Siguió viajando y de un momento a otro se encontró en la India. Allí vivió algunos años, sin dinero, descalzo y con una especie de pareo que era todo lo que le cubría el cuerpo. Trabajó en la calle limpiando y lustrando zapatos. Pasó hambre y aprendió yoga.

3

Cuando salió de la India todo se volvió monótono en la vida de Alberto, estaba cansado de años de nada, de andar con un bolsito. Entonces, a los 28 años, retomó aquella vieja idea de navegar. Comenzó a soñar con comprar un velero, pero sus ingresos no lo permitieron.
Su aventurera vida continuó en Taiwán. Como la pretensión de tener un velero no estaba a la altura de su bolsillo pensó en un bote con una vela que posea un simple requisito, que no se hundiera.
Alberto no tenía conocimientos ni experiencia en navegación, así que su tarea fue doble, conseguir la embarcación y hacerla navegar. Comenzó a buscar en Japón y encontró un viejo y roto bote abandonado en un galpón de una marina. Su dueño debía dinero y el bote le traía problemas así que firmó todos los papeles y se lo regaló. El bote era un Watanabe japonés de 24 pies con timón afuera. Comenzó a repararlo con sus propias manos, le sacó el motor y el inodoro y tapó los agujeros al mismo tiempo que leía libros de navegación. Su primera lectura fue «El navegante completo» donde se indicaba como se utilizaba el compás, la vela, y mucho más.
Con su firme convicción de que podía hacer andar el bote continuó sin dejarse llevar por toda la gente que lo trataba de loco y que le decía que ese bote no iba a navegar nunca. Botó el barco y comenzó a navegar por la Bahía de Tokio al mismo tiempo que aprendía como se comportaban las velas.
Cuando se sintió seguro realizó su primer viaje, de Tokio a Nueva Guinea llegando hasta el norte de Australia y volviendo a Nueva Guinea. Este viaje no lo realizó solo, sino que fue con una japonesa que se bajo en el primer puerto. Ella puso todo el dinero para arreglar el barco y luego se fue con otro hombre dejándole el bote a Torroba.
Así llegó a la última isla de Japón, una isla llamada Chichíshima, un lugar al que acceden sólo los buenos navegantes dado que para llegar ahí hay que pasar zonas de tormentas. En Chichíshima aprendió a utilizar el sextante puesto que a esta isla llegó por intuición. Estaba cayendo el sol y no tenía idea de adonde se encontraba, tomó la posición con la brújula y fue para donde le parecía. Dio muchas vueltas y luego de navegar tres días llegó a la isla.

4

Regresó a Nueva Guinea en la parte que está junto a Indonesia, con poca plata y con otro bote.
En Nueva Guinea tuvo problemas con las autoridades por marihuana y debió vender el bote para pagar un abogado y salir en libertad. Casi sin dinero logró comprar una canoa, la mejoró y comenzó a navegar nuevamente. Su vida descontrolada se había convertido en una locura y terminó casado con una negra y viviendo en una choza. Acabó instalado en una tribu donde solía pescar haciendo una vida tribal.
Lo terminaron deportando. Un sacerdote que no le interesaba que haya un blanco en su tribu armó una revuelta y se lo llevaron los militares. A lo largo de siete días lo suben a una lancha, lo meten en un avión y llega a los Ángeles y de ahí lo mandan a Ezeiza. Su atuendo y su equipaje eran tan sólo un pasaporte y un taparrabos. A la semana terminó en Plaza de Mayo sentado en un banco con su pasaporte y su ropaje sin saber a donde ir ni que hacer.
Se quedó en Argentina ocho meses, tiempo que aprovechó para realizar un curso de piloto. Encuentra una embarcación y la compra, un Parodi que estaba mal de fondo. Lo bautiza con el nombre «Náufrago», haciendo alusión a la canción de Lito Nebia. Los náufragos era una banda comercial pero se decía también náufrago a los hipíes y él consideró que ese era el mejor nombre que podía ponerle a un bote.
Después de ocho meses de preparar el barco viaja con el “Náufrago” a Punta del Este, cinco días de navegación y una mala decisión provocan que el bote se hunda en Punta Brava.
“…por apurado lo pierdo por querer pasar en vez de aguantar a atrás de la isla Gorriti a que pase todo. Así que naufrago en Punta del Este y quedo a pie. Ahí conozco a Guillermo Rivas y al Vasco Erramuspe y me subo con ellos en su barco hasta Florianópolis donde se quedan, yo sigo hacia el norte por mis medios…”
En el norte de Brasil conoce a un personaje llamado Mono Milano propietario hoy del Mago del Sur, gran conocedor de la costa brasilera quien le indica a Alberto donde puede conseguir un barco. Así, llega a Caxaiba do Soul en el Estado de Bahía, donde hacían Saveiros en la Playa. Allí cortan los troncos entre dos con una inmensa sierra y construyen las cuadernas con un hacha, y sin planos. El dinero no le alcanzaba. Después de una intensa búsqueda encuentra un Saveiro abandonado que tenía el fondo podrido y con la ayuda de un carpintero lo repara.
Con este bote de cinco metros da la vuelta a Sudamérica y llega a Panamá. Consigue cruzar al Pacífico sin que le cobren porque logra subir, en una intrincada maniobra, el bote arriba de un camión.
Así decidió cruzar el Océano y sin querer, por culpa de las calmas chichas llega a Tumaco, Colombia. Ahí construye una embarcación de tipo prao de diecisiete metros de largo, pero lo abandona porque no le convence y se pone a construir el «Ave Marina II» porque el “Ave Marina I” era ese prao.

2

Para Alberto este barco fue el más lindo, el que más quiso, el más extremo, el más importante, el que mejor funcionó. Es el primer sueño que tuvo, un barco con una vela.
Con el “Ave Marina II” llegó a Filipinas donde se casó, hizo un catamarán con el que se fue a China con su mujer, luego a Macao, a Honk Kong, y regresa a Filipinas donde vende el catamarán a uno que hacia excursiones de turismo y se pone a construir una carabela. Consigue un tronco apropiado lo tablea y hace la carabela junto a un carpintero de muebles.
Había por fin encontrado lo que buscaba, entonces pensó que había dejado pendiente tener una familia y trabajar en un lugar que le gustara.
Con la carabela llegó a Kenia. En esa etapa de intentar la otra vida llegó a Brunei adonde el Sultán era un amante del polo. Y luego de años se encontró de vuelta con los caballos. Ahí empezó a pensar en la posibilidad de volver a Argentina..
Con la mujer embarazada, sintió más que nunca la necesidad de regresar, ya tenía 30 años.
Así viajó por todo el mundo, y fue cambiando de embarcaciones, fue ganando experiencia y conocimientos de la vida a bordo. En sus numerosas navegaciones se las ha visto difícil. En varias oportunidades sus embarcaciones dieron vuelta de campana, y le han hecho perder su poco pero tan necesario equipaje.
La primera vuelta fue en Punta del Este, Uruguay, por querer pasar en vez de quedarse al abrigo. Fue por hacer lo que no tenía que haber hecho. La segunda vuelta fue cuando navegaba saliendo de Panamá rumbo a Galápagos. Era de noche, iba en una canoa, pierde muchas cosas por tener el tambucho abierto; y la tercera en Nueva Guinea cuando una ola lo da vuelta. La canoa era liviana y flotaba alta porque le había adaptado una tabla así pudo quitar el agua de su interior fácilmente. En esta ocasión se acerca un bote de prefectura que fueron con la bandera de “rescate” pero le terminan robando lo poco que tenía, le quisieron sacar el bote y este se terminó estrellando con las rocas y desapareció en el mar.
Todos esos años de aventuras lo llevaron a ser uno navegantes mas reconocidos en el mundo, y fue así que Alberto Torroba, un tipo simple, impulsivo, agradable, con buen humor y energía positiva, logro cumplir todos sus sueños.
Actualmente vive en La Pampa con su esposa e hijas. Conoció a su mujer Rebecca en Filipinas, ella estaba con su familia, y se subió a su mundo, a su universo de agua y sal. Alberto tubo tres hijas, Luna de Mar, Denevola y Alma Ranquel.
“Tal vez ahora no preciso ir a ver que hay del otro lado del sol. Es lo mismo que acá”

6

Libro
Alberto publicó un libro llamado “Relato del naufrago y el Ave Marina”, de edición limitada donde habla de los viajes y los barcos, cuenta todo salvo las cosas que hace en tierra para constituir una especie de leyenda…
Los viajes que relata son: Bs As-Salvador, Salvador-Sao Luiz de Maranhao, Sao Luiz de Maranhao-Santa Marta, Santa Marta-Archipielago las Piedras, Archipielago las Piedras-Tumaco, Tumaco-Taboga, Taboga-Galapagos, Galapagos-Marquesas, Marquesas-Suwarrow y Suwarrow- Wallis

Descripción de un amigo
Así lo describe su amigo, Guillermo Rivas (navegante argentino), en su libro de bitácora del «Mulato». Un barco de 28 pies en el cual navegaron juntos desde Punta del Este a Florianópolis en 1986, luego del naufragio de Torroba en Punta Brava. Estos son algunos extractos.

5

“Curioso personaje llamado Alberto Torroba, de santa rosa, La Pampa, de contextura física fuerte, pero muy largo, que a los 18 años de edad vendió la moto para comprar un pasaje (ida solo) a Paris y trotó por Europa y parte de Asia, vivió dos años en la India y llegó al Japón, donde pudo armarse de un velero de madera de siete metros y navegó desde Japón hasta Nueva Guinea con una compañera.”
“Lo invitamos a almorzar al Mulato y charlando lo invitamos a incorporarse a la tripulación a lo que accedió inmediatamente. Así que tenemos el segundo Mono a bordo, el Vasco que come las naranjas con cáscaras! (Hay que ver para creer!) Y este otro que hace cuatro años que no se calza, anda en patas por todos lados (la misma costumbre de AmyrKlink el brasilero que cruzó en canoa a remo desde África a Brasil), tiene un callo en cada pata que parece una media suela”
“Así fue como el domingo dieciséis de febrero del 86, a las 19 horas partimos de Punta del Este, el Vasco, el Pampeano Tatu y yo con un sudoeste de 25 nudos”
“La tripulación se lleva muy bien, hay buena onda, el Pampeano fue un descubrimiento y se confirmo nuestra impresión inicial cuando lo conocimos”
“Antes de conocerlo nos habían llegado los comentarios del «loco” de pelo largo que naufragó en Playa Brava, con la onda de indeseable que se le hace a algunos personajes en los ambientes «caretas» como Punta del Este. Lo conocimos una noche y en la charla informal que tuvimos no nos pareció nada loco, al contrario, su paz interior y su equilibrio ayudó a que lo invitáramos a almorzar al día siguiente al «Mulato». A la noche conversamos con Tatu y el Vasco y coincidimos en llevarlos al Pampeano”
“El Pampeano con el transcurso de los días paso a llamarse «Polinesio» y finalmente por inspiración del Vasco: se paso a llamar “Mahoma” Apelativo que predominó. Mahoma instaló un timón de viento, que nos sirvió muchísimo. Navegamos cientos de millas sin tocar la caña. Después de regular el sistema unos minutos hasta equilibrarlo milagrosamente el timón iba corrigiendo los desvíos del rumbo lo que representa un importante ahorro de energía humana en la navegación. Gran cosa este sistema instalado por Mahoma”
“Nunca se me habría ocurrido que con una pequeña vela de proa y unos elásticos en la caña del timón se puede armar un timón de viento ¡Gande Mahoma!”
“Mahoma nos consultó si a nosotros nos molestaba si él navegaba totalmente desnudo, a lo cual le respondimos que no teníamos ningún problema, tras lo cual durante las horas diurnas estaba todo el tiempo en «traje de Adán».
“En las guardias nocturnas manteníamos interesantes charlas en las cuales me contaba de su viaje por tierra por Europa y Asia y luego su travesía en una pequeño velero de madera al que le saco el motor, desde Japón hasta Nueva guinea. También me hablaba de las religiones de oriente y de su forma muy especial de encara la vida. Me aconsejaba que le sacara el motor al barco y también la ecosonda etc. y todo aparato tecnológico que él consideraba innecesario.”
“Me dijo algo que yo luego en buena parte comprobé que era así: » con la tecnología que tenés a bordo, va a ser mayor el tiempo que vas a perder reparando lo que se rompe que el tiempo que vas a disfrutar de la vida navegando»
“Pienso que un navegante en la medida que depende de la tecnología, se debilitan los «censores» naturales que tenemos los humanos para llevar el barco con buen rumbo, como son la vista, el oído, el tacto, el olfato, la intuición, la capacidad de observación y la «corazonada».
“Todo esto a Mahoma le sobraba, por eso no necesitaba tecnología. Durante el día pasaba buen tiempo dibujando su próximo barco y charlando sobre eso. Siempre eran barcos muy pequeños y con aparejos bien simples”
“El viernes 21 de febrero de 1986 a las 22.00 horas llegamos a Florianópolis. Mahoma se desembarco para seguir hacia el norte. Su plan es llegar al norte brasileño, ahí construir su pequeño barco y navegar hasta el caribe, Panamá, Pacífico e intentar un cruce hacia la Polinesia.”
“Es un ser muy especial, con mucha «Polenta» y agradezco a la vida por haberme dado la oportunidad de conocerlo….”

“Mis navegaciones han sido en solitario casi siempre y en la magia de la soledad. Que es el encuentro con las partes del barco. Cuando cruce el Indico lo cruce con mi mujer y era más aburrido y le faltaba esa charla y conversación de vos y el mar, vos y vos de la manera que lo quieras decir. Vos y tu propia locura y es parte de la fuerza que encontrás” Alberto Torroba

 

ExploracionTrekking

América a Pie, MARTÍN ABORTA EL VIAJE EN CANADÁ POR EL CORONA VIRUS

marzo 25, 2020 — by Andar Extremo

martin2b-960x1402.jpg

martin2b

Martín Echegaray Davies tuvo que suspender la caminata por las 3 américas. El caminante con su carro de 180 kg llamado “Carricatre Pilchero”, un viejo catre con ruedas de moto que él mismo arrastra, por la pandemia mundial abortó su idea de llegar a Alaska. Además de tener que esperar a que le den los permisos al terminar la cuarentena, no le darían los meses por el clima, teniendo que esperar al año siguiente. Por el momento esta regresando a país en un vuelo con diferentes escalas. Seguramente cuando salgamos de esta situación, sin precedentes en los tiempos modernos, y volvamos a la normalidad la vida le dará una oportunidad para finalizar el raid.
Martín hacia todos los días una distancia que ronda entre los 30 y 40 km. Padre de tres hijas, abuelo de 5 nietos, vive en Trelew con su mujer, pero su deseo hizo que arme un carro de 2 metros de largo (llega a 3 metros con el arnés), y unos 60 cm de ancho, y que el 31 de octubre de 2017 comience a caminar su historia, yendo a dedo hasta Ushuaia.
Con 22860 km kilómetros en su andar, ya recorrió el país, atravesó Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Honduras, El Salvador, Guatemala, México y ahora está EEUU.
El 22 de septiembre de 2018 terminó su objetivo de llegar a las 23 capitales de provincias argentinas, con 9873 kilómetros caminados. El 7 de abril de 2019 logró culminar su segundo objetivo: América del Sur con 15850 km caminados.

ExploracionTrekking

Martín Davies EN DAKOTA DEL NORTE, 22606 km Y 14 países

febrero 11, 2020 — by Andar Extremo

martin-960x1245.jpg

América a Pie
Martín Echegaray Davies tiene 63 años, está en Dakota, realizando una travesía nunca vista. Es caminante, y con un carro de 180 kg llamado “Carricatre Pilchero”, un viejo catre con ruedas de moto que él mismo arrastra, piensa ir de Ushuaia a Alaska en 4 años para hacer el Récord Guinness.
Martín hace todos los días una distancia que ronda entre los 30 y 40 km. Padre de tres hijas, abuelo de 5 nietos, vive en Trelew con su mujer, pero su deseo hizo que arme un carro de 2 metros de largo (llega a 3 metros con el arnés), y unos 60 cm de ancho, y que el 31 de octubre de 2017 comience a caminar su historia, yendo a dedo hasta Ushuaia.
Con 22606 km kilómetros en su andar, ya recorrió el país, atravesó Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Honduras, El Salvador, Guatemala, México y ahora está EEUU.
El 22 de septiembre de 2018 terminó su objetivo de llegar a las 23 capitales de provincias argentinas, con 9873 kilómetros caminados. El 7 de abril de 2019 logró culminar su segundo objetivo: América del Sur con 15850 km caminados.

martin

AguaExploracion

Entrevista a DANIEL SÁNCHEZ MAGARIÑOS de la EXPEDICIÓN ATLANTIS

octubre 9, 2019 — by Andar Extremo

1-1-960x640.jpg

El 3 de octubre de 2014 se realizó un acto conmemorativo en Dolores por el trigésimo aniversario del cruce del océano en balsa. Se inauguró un monumento y se visitó la balsa en compañía de los tripulantes. En una cobertura especial de Andar Extremo una entrevista a Daniel Sánchez Magariños, navegante de la Atlantis. Esta nota salió editada en la revista n° 34 de Andar Extremo de Noviembre/Diciembre de 2014.

por Andar Extremo en el 30 Aniversario de la Expedición Atlantis fotos: CADEI, Marcos Ferrer y Daniel Sanchéz Magariños

1

Cómo vez a treinta años la experiencia de la balsa Atlantis?
Pasó mucho tiempo, la verdad es que estoy muy sorprendido que la gente cuando te ve se acuerde y te pregunte detalles, se organicen actos, inauguren monumentos, lo que hizo la armada con las dos esculturas en Dolores y en Mar del Plata va a quedar para siempre. En realidad nunca pensé de lo que hicimos iba a trascender. Nuestro móvil era puramente romántico, nunca pensamos en el día de mañana que iba a pasar. Fue una marca a fuego que nos quedó a los cinco y va a estar para siempre.

Imagen icono del expedición
Imagen icono del expedición

Cómo te metiste en la expedición?
Fue una cosa muy rara cómo integré la tripulación. Me había enterado dos años antes por un grupo de amigos que había un puñado de locos que quería cruzar el mar con una balsa. Yo en ese entonces vivía en Buenos Aires, en el 82 estaba haciendo una viaje de Mar del Plata a Ciudad del Cabo en velero, por el sur. Y uno de los chicos que estaba en el barco me comentó que había un grupo que quería cruzar el océano en balsa y me quedó rondando esa información. Llegamos y me olvidé.
Resulta que pasa más de un año, yo había terminado mi carrera de ingeniero agrónomo, pero quería viajar no quería ponerme a trabajar, no sabía bien qué hacer, tenía 29 años y estando en Mar del Plata veo tres camiones con acoplado llenos de troncos con un cartel que decía Expedición Atlantis. Entones ahí me acordé y fui.
Cuando llegó me dicen que ya estaba organizada la travesía que había una persona que dirigía todo. Me presento y le dije que sabía navegar y que me gustaría ser parte de la tripulación, me dijeron:- Noooooooo, venimos trabajando hace 4 años ya está todo organizado, la tripulación está completa y no te conocemos!!!.. Dije bueno, pero volví al día siguiente, es como el tren, si pasa y te subís estas arriba sino lo perdiste. Y la única forma de tratar de no perder el tren era estando, me quedé con ellos, renuncié a un trabajo en un barco pesquero y les dije que me gustaría trabajar en el armado de la balsa para sentirme parte de la expedición aunque no viaje.
Lo que me permitieron de entrada porque esto no era un emprendimiento solo de 4, participaba muchísima gente. Me enganché con eso y ayudé a construirla.

Preparando la balsa para zarpar
Preparando la balsa para zarpar

En qué momento te enteras que sos parte de la Atlantis?
Se dio de a poco, yo venía poniendo mucho, en que sentido, vivía a 400 km de allí y decidí quedarme a armar la Atlantis, no tenía plata, tampoco me interesaba, no tenía compromisos. Me sentía integrado pero era conciente que no había plazas, sin embargo había indicios que podía llegar a viajar. Estuve 3 meses armándola adentro del astillero, de lunes a lunes y llegó el 20 de enero del 84. Ese día estábamos metiendo los troncos en el agua uno por uno para ver cómo flotaban los troncos. Cada tronco tenía una ficha, lo tirábamos al agua y según la forma y el peso se giraba y se acomodaba. Entonces cuando estaba quieto lo marcábamos para cuando lo pusiéramos en el conjunto de la balsa no quisiera girar y así desestabilizar la balsa. Entonces cuando estábamos haciendo esta prueba Alfredo me dice: -acercate acá mirá este tronco!!!. Me acerco al agua ya que estábamos en la escollera en el puerto y cuando me agacho me empuja al agua. Cuando salgo enojado, me dice felicitaciones sos tripulante.

Esfinge Olmeca
Esfinge Olmeca

Cómo consiguieron esos troncos?
La idea de la Atlantis era probar que los africanos miles de años pudieron llegar a América, no ha colonizarla o hacer una migración poblacional pero si a dejar rasgos culturales. En México en la provincia de Yucatán en la selva hay 17 monumentos monolíticos que son hechos en una sola piedra tallada de 3 metros de altura, las cabezas Olmecas que datan de unos 3500 años y los rasgos de estas caras aparentan de ser africanos. Entonces Alfredo pensó si los Olmecas hicieron estas esculturas de estos supuestos “Dioses” venidos del mar. ¿Y cómo llegaron? El elemento más antiguo de navegación es la balsa. Se sabe que en África había estos tipos de balsa que realizaban comercios por la costa y existiendo la corriente de las canarias era posible que una balsa se aleje de la costa, lo suficiente para no poder regresar por sus propios medios y la corriente la transportara hasta América.
Entonces la concepción de la Atlantis tenía que ser basada en la construcción de esa época, sin plástico y sin hierros, eso en lo que respecta a la navegación. Nosotros somos habitantes del siglo XX teníamos una alimentación moderna y los alcances tecnológicos de los años 80.
Entonces necesitábamos troncos que floten, la madera óptima era la madera balsa, en África había unas similares pero por una cuestión de logística Alfredo tuvo el acceso para conseguirla en Ecuador, era mucho más fácil para traerlas a Argentina. Acordate que esta fue una expedición romántica y amateur, medios no había, nadie tenía dinero y nadie aceptó dinero. A medida que el proyecto avanzaba las empresas querían poner divisas a cambio de una bandera o una insignia pero esto se negó sistemáticamente.

Daniel Sánchez Magariños
Daniel Sánchez Magariños

Entonces nos situamos en el año 1983, en Ecuador, en ese momento no había, ni Internet ni celulares, ni computadoras. Se comunican con radio aficionados de Ecuador y en septiembre salen Alfredo Barragán, el vasco Iriberri y Félix Arrieta para esas tierras, les habían dicho que había troncos pero no fue tan fácil cuando llegaron. Los troncos que habían a mano eran de 20 cm y los que necesitábamos para la balsa tenían que ser de 90 cm, que no existían en las plantaciones, tenían que ir a la selva virgen. Encontró los medios, la gente que lo ayude, estuvieron en una expedición que les llevó un mes y medio, encontraron los troncos, los cortaron y los sacaron de la selva. Previamente los lugareños le explicaron qué tipo de árbol tenía que ser, eran troncos de madera balsa hembra, las hembras tienen el corazón del tronco libre de agua, esos troncos los usaban para pontones, la sabia tenía que permanecer en el tronco para que no se pudra.
Otro problema era la soga para armar la balsa, en ese momento ya casi todas las cuerdas eran sintéticas, y las sogas tenían que ser vegetales. Alfredo se entera que había una cordelería en Ecuador, que estaba media cerrada, entonces fue a verlos y ellos podían fabricar las cuerdas que necesitábamos. Construyeron cuerdas de una pulgada de ancho trenzadas con una planta que se llama “Abacá”, como un hilo sisal, habrán hecho unos mil metros, en varios rollos.
Juntó todo y previamente haciendo la logística con un buque de ELMA que venía de oriente por el Pacífico hacía una parada en Guayaquil y habían arreglado para que en la cubierta de ese barco vengan los 18 troncos a Argentina. Allí pasó algo que casi le da fin a la expedición, porque cuando estuvieron los troncos en el puerto, se encontraron que había una ley en Ecuador para proteger la industria maderera que le prohibía salir los troncos vírgenes. Podía salir en tablas pero no el tronco entero, no había manera, hasta que llegaron al vicepresidente de Ecuador que hizo un decreto para permitirle sacar los troncos.

Últimos preparativos
Últimos preparativos

Cómo fue el armado de la balsa?
En Mar del Plata Federico Contessi se entera del proyecto y nos da un lugar en el astillero, se suponía que íbamos a estar poco más de un mes y ocupando un lugar chico, estuvimos 6 meses abarcando mitad del astillero.
Una vez que clasificamos los troncos sabiendo la posición de cada uno, había que acomodarlos ya que había curvas y nudos que impedían el perfecto armado. Hicimos un ensamblaje y calamos las maderas donde irían los nudos y ataduras, para que los cabos queden embutidos y así evitar el movimiento de la cuerda sobre la madera.
Hubo 7 maderas transversales a los 9 troncos que conformaban la balsa, primero atamos un tronco con el otro, el primero con el segundo, el segundo con el tercero y así hasta el final. Estuvimos como 10 días para unir los 5 primeros troncos, cada vez que pasaba el tiempo los nudos salían mejor, al principio no sabíamos hacerlos, hacíamos palancas con palos, golpeábamos los nudos para achicarlos. Recién cuando llegamos a la mitad de la balsa quedaban los nudos bien. Entonces viene Alfredo diciendo desarmemos todo y arrancamos de nuevo pese a los 10 días de trabajo. El tema de las sogas fue otra historia, al ser vegetal la soga había que evitar que sea atacada por hongos, había que preservarlas. Había productos químicos pero la concepción no permitía que usemos cosas químicas. Sabíamos que en las curtiembres usaban “tanino” es de origen vegetal, se extrae y se coloca para preservar. Conseguimos en el Chaco, nos regalaron, pero había otro problema teníamos que hervirlas y no teníamos recipientes aptos.

Félix Arrieta
Félix Arrieta

Uno conocía una fábrica de jabón, fuimos y el dueño nos dice si entre el fin de semana lo hacen les doy la fábrica, pero el lunes la necesito impecable. Así que estuvimos dos días hirviendo sogas.
Una vez curada hubo que pre trenzarla, porque la fibra cuando uno la estira, con la humedad y la temperatura vuelve a estirarse de nuevo, entonces teníamos que tener la certeza que esté lo más tensada posible para que no se afloje la balsa. Entonces en el puerto donde están los amarres de los barcos hacíamos puntos fijos. Pasábamos las sogas por poleas y las estirábamos con un malacate, quedaba como un violín. La mojábamos, las dejábamos 24 horas y se estiraba, la tensábamos de nuevo y así fuimos llevándola. Una soga que medía 100 metros al prensarla, media luego 110, ya estaba estirada sabíamos que no iba a ceder más.
Arriba de los transversales iba una caseta, el habitáculo lo armamos con cañas que también eran de ecuador de unos 10 cm de ancho, se llama caña guadua, caña hueca que con un proceso llamado “caña picada” se abre y se estira quedando en un plano, así armábamos las paredes, de una altura de un metro, y con la misma caña cortada en semicírculo hicimos el techo con las cabreadas a dos aguas. El techo se tejió con espadaña como un quincho, fue un gaucho de dolores estuvo 4 o 5 días. Los mástiles también eran de ecuador de una madera que se llama mangle, madera dura, crecen en las costas salinas, muy recta, medían 11 metros cada uno eran dos y tenían dos apoyos laterales.
La vela fue otro problema, ya había velas sintéticas, podría ser una vela de algodón, pero, dónde la encontraríamos?, nos dan la data que la Fragata Libertad había cambiado hacía como unos años sus velas verdes y pesadas de lino por velas de Dacron. Un suboficial se recordó en donde estaban arrumbadas, nos regalaron las velas, las cortamos a medidas, le agregamos relingas y bordes, y refuerzos de cuero. Fabricamos tres velas, dos iguales que iba a utilizar la balsa y una más chica para el caso de tormenta. Le pintamos el símbolo de la expedición, el sol y la rosa de los vientos. La naturaleza y la libertad.

La foto emblema de la Atlantis, de izq. a der., Arrieta, Iriberri, Barragán, Giaccaglia y Sánchez Magariños
La foto emblema de la Atlantis, de izq. a der., Arrieta, Iriberri, Barragán, Giaccaglia y Sánchez Magariños

Qué sentís cuando te enteras que sos tripulante?
Una emoción bárbara, igual yo lo tenía masticado, lo deseaba tanto. Tenía confianza, teníamos todo tan pensado que decimos que no fuimos a una aventura, hicimos una expedición, si bien el fin era incierto, porque si no sería una salida de turismo, porque había variables que no manejábamos. Fuimos en el mejor momento, con la balsa construida de la mejor manera, conociendo el comportamiento de las corrientes, los vientos, estudiando el mar, todo muy bien pensado. Todo esto nos daba seguridad y confianza. Si bien el común de la gente pensaba “estos locos se van en una balsa a cruzar el océano” nosotros estábamos muy tranquilos.

Sistema de fijación de cuerdas con caladuras
Sistema de fijación de cuerdas con caladuras

Tenías definido tu rol como tripulante cuando Alfredo te involucra?
Yo inconscientemente me había preparado toda la vida para esto, yo no sabía literalmente que iba a viajar por el océano en balsa. Me preparé con tiempo, hice el curso de timonel, navegué y lo disfruté más allá del horizonte, no me conformaba con la vuelta del perro en velero. Entonces tenía que saber situarme en el mar y me anoto en un curso de piloto de yate que lo daba gratis la Prefectura Naval Argentina, requería esfuerzo pero durante un año me fui todas las semanas a Olivos mientras estudiaba en la universidad. Cuando llegó lo de la Atlantis, yo sabía navegación astronómica, sabía manejar un sextante, había cruzado el océano. Tenía la experiencia para estar allí, pasé los exámenes psíquicos y formé parte, pero la realidad es que fui tripulante por saber navegación astronómica. Cada uno tenía un rol.

Alfredo Barragán en el homenaje de los 30 años
Alfredo Barragán en el homenaje de los 30 años

Cómo trasladan la balsa hasta el punto de partida?
r del Plata teníamos que llevar la balsa hasta las Islas Canarias a Santa Cruz de Tenerife. Otra vez ELMA sería quien nos transportaría la balsa en un viaje que haría escala en Brasil. Alfredo consigue un lugar en la tapa de una bodega y salimos de Bs As el 6 de abril de 1984. Primero la tuvimos que llevar de Mar del Plata a Capital Federal armada, así que la transportamos en un camión. Los troncos de la balsa tenían que estar siempre húmedos, una vez que le quitas la corteza si se secan se rajan. Si se rajan tiene más superficie de absorción. Me designan para acompañar la balsa en el barco carguero que tardó 40 días en llegar desde el puerto de Bs As a Canarias. Todos los días con una manguera con agua de mar, la mojaba y la cubría con arpillera para mantener la humedad. Llegamos a Santa Cruz el primero de mayo, estuvimos unos 15 días antes de partir, montando los mástiles, terminando de forrar la caseta, instalando la antena de radio, armando la cocina y los víveres. Finalmente salimos un mes más tarde de la fecha óptima de salida porque en julio comenzaban los huracanes, teníamos que llegar antes de eso. Salimos el 22 de mayo del 84.

Despedida de Bs As
Despedida de Bs As

Cómo fue el día de la partida?
Ese día fue especial, habíamos hecho muchos amigos, gente del puerto. Mis compañeros habían llegado 15 días antes de la balsa, así que cuando llegué estaba todo listo para los últimos detalles. Fue un momento de despedida, mientras la balsa no zarpaba y estábamos allí en algún recóndito lugar de la mente decíamos: -y si no voy, mirá si se hunde en el mar. Una vez que la balsa salía, salía, no podía frenar, no podía dar la vuelta, si te caías nadie te podía ir a buscar. Era un punto sin retorno y eso daba miedo y ansiedad. Ni dormimos, había autoridades, hicieron una despedida y un barcos nos sacó con remolque hasta el archipiélago de las Canarias donde izamos la vela por primera vez.

12

Qué fue lo mejor que te paso en esos 52 días de navegación?
Todos tuvimos una buena adaptación, al movimiento, al mareo, el lugar, la convivencia. Los momentos más lindos que recuerdo es cuando hacía las guardias, ver las estrellas, los atardeceres, amanecer, las nubes, las olas, las noctilucas hay miles de cosas buenas. Fue muy linda la convivencia momentos únicos de charlas sobre el universo.

El monumento a la balsa, Dolores, 2014 De izq. a der., Giaccaglia, Iriberri, Barragán, Arrieta, y Sánchez Magariños
El monumento a la balsa, Dolores, 2014 De izq. a der., Giaccaglia, Iriberri, Barragán, Arrieta, y Sánchez Magariños

Tenían bien dividido los quehaceres?
Yo cocinaba a la noche, al mediodía Horacio, Alfredo se ocupaba de la radio, el Vasco y Horacio controlaban las cuerdas y buceaban por debajo para chequear los troncos. Yo monitoreaba la trayectoria, sacaba el rumbo y posiciones a los atardeceres y amaneceres, sacaba día a día con el sextante la posición, ayudado por una carta astronómica y con cálculos náuticos de trigonometría sabía exactamente dónde estábamos y dónde estaba el rumbo sobre el océano.

La caceta 30 años después
La caceta 30 años después

Cuándo se sintieron que estaban en el medio de la nada?
Después de varios días, al principio uno tiene muchas ocupaciones. Aprendimos a medida que pasaron los días a manejar la balsa, en teoría sabíamos, pero teníamos que ver como se comportaba la balsa, fue un intercambio de opiniones de todos. Y la balsa en realidad no hacía lo que nosotros pensamos que iba a hacer. Tardamos varios días en darnos cuenta que estábamos en el medio del mar, el horizonte era igual para todos lados, si pasaba algo nadie iba a venir a buscarnos. Y allí empezamos disfrutar.

Monumento a la Balsa Atlantis, Dolores
Monumento a la Balsa Atlantis, Dolores

Que contacto con animales tuvieron?
Había peces voladores, cardúmenes de atunes que van haciendo un alboroto bárbaro pasan y siguen. Lo más lindo son los delfines, juegan se comunican con vos, cuando nos cruzaban se quedaban un rato parecía que se querían comunicar. Una vez me pasó, estando en el agua con Horacio (él se tiraba todos los días para ver las ataduras, cuando el iba yo me tiraba porque es buzo y nadador me daba confianza) que miré hacia abajo, la sensación de bucear en esas aguas cristalinas es como volar en un abismo. Llevaba un cabo de 30 metros con un peso, lo tiraba y miraba la transparencia con el reflejo del sol con el movimiento, tenía una luneta con un snorkel y ese día vi unos peces enormes con una aleta dorsal, y enseguida pensé que eran tiburones. Horacio me dijo quédate que son delfines, daban vuelta y casi nos tocaban las manos, eran como 50 que jugueteaban saltaban sin ni siquiera golpearnos. Estuvieron jugando como 15 minutos y se fueron.

Entrevista de Andar Extremo a Daniel Sánchez Magariños
Entrevista de Andar Extremo a Daniel Sánchez Magariños

Cómo fueron las tormentas?
Las tormentas que tuvimos se fueron preparando de a poco, en las corriente de las Canarias con los vientos alisios las condiciones son muy estables, sabíamos que no íbamos a tener grandes tormentas. Los vientos eran más constantes al mediodía y bajaban la intensidad al atardecer. El clima también fue cambiando salimos con frío y a medida que nos acercamos al ecuador fue subiendo la temperatura. A los 30 días de navegar vino la primera lluvia, no había viento pero si lluvia que fue una bendición sirvió para bañarnos y lavar ropa. Hasta ese momento imagináte que la caseta era la jaula de los osos en el zoo, eran todos los cuerpos mojados, porque la sal es hidroscópica, a la noche se iba el sol y todo estaba mojado. La ropa sucia la lavabas con agua de mar y lo que al mediodía estaba seco a la noche estaba todo mojado.
Tuvimos una tormenta grande en una noche, del lado izquierdo entro una ola en la caseta pegó en la balsa y quedamos sumergidos como 40 cm hasta que se escurrió el agua. Se mojo todo y nos asustamos mucho, Alfredo que estaba de guardia arriba de la caseta, movía la linterna con las manos para ver que pasaba. Cuando me despierto veo una luz que giraba y abajo del agua pensé que nos habíamos dado vuelta. Me agarré del vasco que lo tenía al lado y el me pegaba para que lo suelte. El chango chapoteba como en una pelopincho. Por suerte no pasó nada.
Al día siguiente se rompió la vela pero fue como un fusible, no se rompió el mástil. Muchas veces las olas rompían en la parte de atrás de la balsa y pegaban en el habitáculo, daba la sensación que se iba a destruir todo.

Daniel Sánchez Magariños calculando la posición
Daniel Sánchez Magariños calculando la posición

Se dan cuenta en algún momento que iban a llegar a buen puerto?
Siempre lo supe, sabía que íbamos a llegar, no íbamos contra el mar, tarde o temprano íbamos a llegar. Llevábamos provisiones para 100 días. Podría ser que no lleguemos a América, pero sabía que eso (por la balsa) no se iba a desarmar y tarde o temprano una corriente nos llevaría a algún lado. No teníamos timón. De un rumbo determinado podíamos hacer 15 grados a la derecha o a la izquierda, es la maniobra que teníamos por las características de la vela.
Nosotros probamos con un spinnakers y la balsa avanzaba a 90 grados a través con el viento, la balsa se puso de costado pero en realidad la trayectoria sobre el agua era la misma porque en la popa de la balsa el cavo de vida no iba derecho hacia la estela el cabo iba inclinado en realidad estábamos avanzando de costado estábamos derivando. Porque la balsa al no tener como un barco quilla que le podés dar dirección. Al otro día tomando el rumbo nos dimos cuenta que había avanzado de costado.

La llegada a América
La llegada a América

Cuándo te das cuenta que estabas cerca de tierra?
Es lo mismo que me preguntaban los tripulantes, yo siempre sabía donde estaba por los cálculos matemáticos y astronómicos, yo sabía con certeza el lugar y a qué ritmo de millas me acercaba. Cuando pasábamos cerca de Trinidad Tobago, sabía que estaba allí pero no se veía porque estábamos a unas 50 millas, no la vez. El mundo es redondo no se ve. Igualmente cuando nos acercamos al Amazonas cambió el color del mar y además empezamos a ver manchas de petróleo y otra fauna.
Vimos dos barcos en los 52 días, cuando estábamos entrando al Caribe vimos un barco de bandera vasca al cual nos comunicamos por VHF, y lo primero que nos dijeron: -Ustedes son los de Atlantis???, le pedimos que nos certifiquen la posición y era lo misma que teníamos nosotros. Es el momento de la película que de la alegría nos tiramos al agua. De ese barco tardamos una semana más.

mapa

Cómo fue la llegada?
Fue el momento más emocionante porque culmina allí el hecho, de alguna manera estás guardando adrenalina, es como cuando llegás a la cima de una montaña, te preparás, la pensás, pero cuando llegamos fue el momento más emocionante. Primero ver la recepción que era de una magnitud impensada, segundo que se dieron las condiciones meteorológicas para entrar a vela, solos. Nos habían remolcado el día anterior unos kilómetros porque había una recepción, sino hubiésemos llegado un día después. Nos dan remolque y nos dejan a las 5 de la mañana a 6 millas del puerto, ni lo veíamos. A las 8 de la mañana se levanta una brisa en dirección al puerto, la vela se infló y entramos a la boca del puerto con la vela inflada, todos saludando. Increíble! Cientos de personas, la banda de la marina. Y todo eso aparejado que se terminaba allí. Queríamos hacer un motín y le dijimos a Alfredo: -deciles que nos vayan a buscar a Yucatán!!! Si esto camina!!!.

Paso el tiempo de esa llegada, cómo influyó en tu vida?
Me cambio fundamentalmente, sin la Atlantis yo hubiera sido otra persona. Creo que me dio mucha seguridad, de haber justificado una lucha, un proyecto, de que el trabajo en equipo existe, que el esfuerzo te da premios, que el estudio, la voluntad y la preparación sirven para afrontar cualquier meta que te pongas en tu vida.
Fuimos 5 personas que tuvimos un sueño a través del trabajo, de la organización, de prever cosas y eso nos marcó para toda la vida. Todas las cosas que emprendí en la vida las encaré sistemáticamente de la misma manera que aprendí con Alfredo. La enseñanza para un joven, es que no hacen falta medios económicos, para los sueños hay que tener convicción. Volvería a vivir la misma vida.

El Documental
En mayo de 1988 se estrenó la película documental de la expedición Atlantis, un largometraje de 83 minutos, gravado íntegramente en la balsa por Félix Arrieta, se estima que casi un millón de personas vieron la película.

doc

ExploracionTrekking

América A Pie, MARTÍN DAVIES ENTRA EN EEUU

septiembre 26, 2019 — by Andar Extremo

mapa2-960x1073.jpg

Martín Echegaray Davies tiene 62 años, ya está entrando en EEUU, realizando una travesía nunca vista. Es caminante, y con un carro de 180 kg llamado “Carricatre Pilchero”, un viejo catre con ruedas de moto que él mismo arrastra, piensa ir de Ushuaia a Alaska

mapa2
Martín hace todos los días una distancia que ronda entre los 30 y 40 km. Padre de tres hijas, abuelo de 5 nietos, vive en Trelew con su mujer, pero su deseo hizo que arme un carro de 2 metros de largo (llega a 3 metros con el arnés), y unos 60 cm de ancho, y que el 31 de octubre de 2017 comience a caminar su historia, yendo a dedo hasta Ushuaia.
Con 19917 km kilómetros en su andar, ya recorrió el país, atravesó Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica, Honduras, El Salvador, Guatemala y México. En estos momentos está entrando en Estados Unidos.
El 22 de septiembre de 2018 terminó su objetivo de llegar a las 23 capitales de provincias argentinas, con 9873 kilómetros caminados. El 7 de abril logró culminar su segundo objetivo: América del Sur con 15850 km caminados.

2

1

BuceoEscaladaExploracionKayakMontañismoTrekking

FINIS TERRA, OTRO MUNDO LLAMADO ANTÁRTIDA

agosto 20, 2019 — by Andar Extremo

finis-terra-7-960x643.jpg

El proyecto Finis Terra fue llevado a cabo en enero de 2007, durante 43 días una expedición del Centro de Actividades Deportivas, Exploración e Investigación de la mano de Alfredo Barragán, documentó por aire, mar y tierra la vida del continente blanco. En noviembre de 2008 y luego de 7 años de ediciones del Periódico de Aventura Andares surgía con el mismo legado la primer Revista Andar Extremo, esta fue su nota principal.

Por Daniel Ferrer Fotos Alfredo Barragán

finis-terra-(7)

Hasta hace poco tiempo se pensaba que Marco Polo, Cristóbal Colon y Neil Amstrong eran aventureros. También se pensaba que el polo sur era el fin de la tierra. El CADEI cambia estos conceptos y se afirma en otros valores relativizando lo material como motor para la acción. Alfredo Barragán y sus compañeros del Centro de actividades deportivas, exploración e investigación (CADEI) así lo sostienen.

finis-terra-(22)

El propio Alfredo Barragán afirma: “Yo no soy aventurero, soy expedicionario, voy después de años de planificación, de previsión de equipamiento y de entrenamiento. Ejecuto las expediciones como una operación deportivo-científica, con un grupo sumamente capacitado y con absoluta responsabilidad. Siempre nos ajustamos a pautas deportivas, científicas y éticas, a límites que nosotros mismos nos ponemos, donde la aventura queda de lado y predomina la expedición”.

finis-terra-(23)

Con esta idea podemos concluir que Marco Polo fue bastante aventurero, Colón mucho menos y el primer hombre en pisar la luna nada aventurero.
Otra idea de Barragán es que “el fin del mundo es Ushuaia. El nombre de Finis terra fue un error. En la Antártida tengo la sensación de haber estado en otro planeta. La Antártida es mucho más allá del fin del mundo”

finis-terra-(25)

A nivel de valores Barragán dice:”Me voy a jugar la vida por una gesta romántica pero no por una comercial. El deporte es bonito como una expresión de libertad, de romanticismo y no entra allí el signo pesos o un contrato publicitario. Nuestras expediciones empiezan y terminan cargada de valores, de principios de ideas”.

finis-terra-(4)

Barragán nació en Dolores (Pcia. Bs. As.) en 1949. En sus múltiples expediciones y especialmente en la Antártida combinó su formación y la de sus compañeros en navegación, buceo deportivo, montañismo, piloto de planeador, kayakista y su gran capacidad para prever y planificar. Por sus antecedentes, capacidad y la importancia del proyecto para el conocimiento del continente helado, Finis Terra fue aprobado por la Dirección Nacional del Antártico.

finis-terra-(24)

El recorrido geográfico se lo puede apreciar en el mapa en recuadro aparte. Es si interesante, describir algunas de sus experiencias cotidianas para comprender su afirmación “La Antártida es otro planeta, no es comparable a nada del mundo conocido”
El 18 de enero de 2007 partieron de la Base Aérea de El Palomar en un Hércules de la Fuerza Aérea rumbo a Ushuaia, Alfredo Barragán, Jorge Iriberri, el arquitecto Rubén Tablar, Jorge Serda, el ingeniero agrónomo Santiago Roncoroni, y Pablo Tórtora director de KHP como productor y realizador del documental sobre la Expedición. Todos ellos hombres con experiencia que rondan entre los 40 y 60 años de edad.
En Ushuaia practicaron kayakismo en el mismísimo canal de Beagle, puerta Argentina de la Antártida. Cuatro días más tarde zarparon a bordo del rompehielos Irizar de la Armada, en el viaje que todos los años realiza para el reaprovisionamiento de las bases argentinas, hacia el continente más alto del planeta, la Antártida, que tiene un espesor de hielo que lo cubre de casi 2000 metros y donde las temperaturas alcanzan los 78 grados bajo cero.

finis-terra-(13)

Durante 43 días navegaron 6200 millas (11.000 kilómetros), visitaron doce bases antárticas argentinas y extranjeras, estuvieron dos semanas dentro del círculo polar antártico, bucearon entre icebergs, exploraron grietas y escalaron témpanos flotantes. Todo ello quedó documentado y registrado en 15.000 fotografías digitales y 25 horas de filmación de alta resolución. Luego de la expedición se realizaron audiovisuales con las fotografías.

finis-terra-(30)

Las experiencias vividas fueron únicas, y lo más anecdótico fu, haber buceado durante una hora y cuarto en aguas con temperaturas de 1,3° bajo cero y escalado un témpano flotante que se había desprendido del territorio argentino, en el Mar de Weddel. Esta fue la experiencia más significativa de la expedición, ya que tuvimos que caminar un kilómetro sobre el mar congelado hasta llegar al inmenso témpano, de unos 40 metros de alto, que escalamos con técnica de montaña. Y una vez arriba de éste, desplegamos la bandera Argentina sobre una de sus paredes.

finis-terra-(28)

Los exploradores de Finis Terra pudieron advertir, con preocupación, evidencias irrefutables de los efectos del calentamiento global en la Antártida: «En las islas Shetland, por ejemplo, navegaron en zonas que en las cartas náuticas aún figuran como frente de glaciar. Y en la Base Naval Jubany, en la isla 25 de Mayo, donde antes sólo nevaba, fuimos testigos de una lluvia que era algo impensable décadas atrás.
«El propósito de Finis Terra era realizar un trabajo documental en la Antártida para luego difundir el material y así concientizar y sensibilizar a la población mundial sobre esa situación y su importancia para el ecosistema global».

finis-terra-(19)

El viaje a bordo dista mucho de ser un viaje de placer. El trabajo es intensísimo. El reabastecimiento de las bases extenuante en medio de un clima totalmente inhóspito. La investigación de los hombres de CADEI permanente. Las primeras constataciones preocupantes. Las barreras de hielo habían retrocedido 500 metros en los últimos años por el calentamiento global. Después de las Shetland, Decepción y las Orcadas del Sur, llegaron a la primer base permanente. Allí los científicos les afirmaron que la base corre peligro porque la bahía en la que se encuentra se congela cada vez menos.

finis-terra-(10)

Al pasar por el paralelo 77º e ingresar al círculo polar antártico, todos aquellos que lo hacían por primera vez fueron bautizados con un helado chorro de agua sobre la cubierta. Cuando llegaron al paralelo 78º (A doce grados del polo sur) se encontraron con la Base Belgrano II. Entre otras cosas aprendieron a “leer” el horizonte. Si en él, el cielo esta blanco en la superficie hay hielo, si se ven nubes oscuras abajo hay agua. Una de sus mayores experiencias comienza en ese momento. Cargaron carpas, bolsas de dormir, piquetas, cuerdas, alimentos, cámaras y salieron a explorar.

finis-terra-(12)

Dice Barragán:”Se siente en la piel el aislamiento y la soledad”. Luego de caminar una hora encontraron una roca sobre la que montaron las carpas, cortaron bloques de hielo e hicieron una pared semicircular para protegerse de los vientos. Al día siguiente experimentaron el “blanqueo”, fenómeno óptico por el cual se ve todo blanco, no se distinguen formas y se pierde toda referencia, lo cual torna difícil salir a caminar. Para ese día estaba planificado bajar en una grieta. La intención era bajar en una de las grietas, por eso, leyendo el terreno, buscamos y buscamos, hasta que dimos con una. «El flaco» Serdá me daba seguro y a su vez, otro aseguraba al Flaco. Comencé a pinchar el piso con una especie de jabalina hasta que encontré el hueco. En vez de sentir el `toc toc’ del hielo duro debajo de la nieve, la lanza se fue toda hacia abajo. Le di con la pala hasta que cayó el puente y se abrió una boca de un metro y medio de ancho, por tres metros de largo; la grieta debería ser gigante, pero sólo se abrió eso. Con crampones, dos piquetas técnicas y asegurado, descendí en la grieta. La recorrí por debajo del puente de hielo. Hacia abajo se veía rocío azul y, mas allá, negro. Filmamos, fotografiamos, la exploramos… Fue una buena experiencia.»

finis-terra-(14)

La práctica de CADEI en el paralelo 73° fue intensa. Además de las exploraciones, las fotos y la filmación documental, soportaron vientos de 110 km/h y temperaturas de -35° C. Pero no fue todo; también caminaron por el congelado Mar de Weddell has¬ta un gigantesco témpano de hielo y lo escalaron. Una vez arriba, desplegaron una bandera argentina; la misma que, días atrás, el personal de Belgrano II le habían entregado a CADEI en reconocimiento por los 10 años de expediciones. Y allá arriba, en lo alto del témpano, estaba la bandera desplegada con sus hombres saludando: una imagen importante, fotografiada y filmada desde un helicóptero de la Fuerza Aérea Argentina. Era el comienzo de la despedida, ya que el rompehielos ARA Almirante Irízar regresaba a la península antártica, para luego volver al continente americano.

finis-terra-(26)

El buceo entre témpanos de hielo fue otra gran experiencia. «La DNA nos recomendó bucear en las cercanías de la Base Jubany, y nosotros no desaprovechamos la oportunidad de documentar la Antártida desde abajo del agua -cuenta Barragán-. Salimos en dos gomónes y nos sumergimos en una caleta ignota, y en un sector llama¬do Los Pinitos. Junto al «Vasco» Iriberri, al » Flaco » Serdá, a Santiago Roncoroni y a mi hermano Federico, bajé. La temperatura del agua era de -1° C. Allí encontré una flora variadísima, con vegetales de diferentes texturas y variedad de anchos de hoja: algas, estrellas de mar, pingüinos Adelia y de barbijo por todos lados… Te aseguro que fue otra experiencia intensa. Al finalizar, subimos a los botes y nos preparamos para regresar a Jubany. En eso estábamos cuando aparecieron ¡dos focas leopardo! Las tuvimos muy cerca y te confieso que asusta: un maxilar triangular fortísimo. Es una mezcla de víbora, con tortuga de mar, y dinosaurio… Por suerte, ya habíamos buceado… «
Por eso se comprende que después de 43 días don Alfredo haya dicho “Tengo la sensación de haber venido de otro planeta“.

finis-terra-(17)

Exploraciones del CADEI
Barragán sostenía que los africanos pudieron haber llegado a América 3000 años antes que Colón, aunque los científicos consideraban imposible el cruce del Atlántico hace 35 siglos. Para confirmar su teoría, creo y dirigió un equipo compuesto por el comerciante Oscar Horacio Giaccaglia, el camarógrafo Félix Arrieta, el abogado Jorge Manuel lriberri y ingeniero agrónomo Daniel Sánchez Magariños. Juntos a este grupo Barragán se propuso cruzar el océano en una réplica de las antiguas embarcaciones africanas: una balsa de troncos, sin motor ni timón.

finis-terra-(29)

Para construirla viajaron en 1983 a Guayaquil, Ecuador, en donde se metieron en medio de la selva, acompañados por indígenas, para dar con unos árboles iguales a los que en épocas pasadas crecían en la selva africana. Seleccionaron 20 troncos de 18 metros de largo y los llevaron a un astillero de Mar del Plata. Utilizando 9 de esos troncos, fibra vegetal y caña de bambú, crearon una balsa sin timón y con una vela en la que cargaron dos garrafas de gas, alimentos deshidratados, agua mineral, destiladores de agua, e instrumentos de navegación que solo utilizarían para confirmar su posición.

finis-terra-(11)

El 22 de mayo la expedición Atlantis partió del puerto de Santa Cruz de Tenerife, en la Islas Canarias, y todo el viaje quedó documentado, ya que además del camarógrafo Arrieta el resto de la tripulación oficiaría como fotógrafos.
Durante el viaje la balsa debió soportar dos tormentas con olas de más de 8 metros y vientos de 70 kilómetros por hora. La primera fue a los 15 días de salir y duró 48 horas, mientras que la segunda fue casi al final e hizo que se soltaran varias ligaduras. Ante esta situación debieron anular la vela y todos se ataron a la nave. Un momento realmente picante.Igualmente tras 52 días de viaje y recorridos 5.500 kilómetros de mar llegaron al puerto de La Guayra, Venezuela, en donde fueron recibidos por miles de personas. A poco de llegar el capitán de la Atlantis pronunció una frase que quedaría en la historia: «Que el hombre sepa que el hombre puede.»

finis-terra-(5)

Cuatro años después se estrenaría la película «Expedición Atlantis», escrita y dirigida por el mismísimo Barragán. En ella se pueden ver las distintas peripecias que debió soportar la tripulación, como la fractura de la pierna que sufrió Arrieta en pleno viaje. Este film, quizás movilizado por un sentimiento patriótico, fue visto casi obligatoriamente por toda una generación de niños que concurrió al cine en excursión escolar o, en menor medida, debió verla en el colegio mismo.

finis-terra-(3)

Para culminar, nada mejor que repasar los increíbles logros de Alfredo Barragán. En el 84 dirigió la Expedición Atlantis, en 1991 hizo cumbre en el Aconcagua, realizó el cruce de la Cordillera en Globo en 1993, ascendió en 1995 a la cumbre del Kilimanjaro en África, realizó el cruce del caribe en kayac desde Venezuela a Puerto Rico en 1999 y el año pasado realizó la expedición Finis Terra
Después de todo esto le preguntaron si alguna vez la había pasado mal en sus expediciones, su respuesta fue una declaración de principios. «He tenido momentos de zozobra como cualquiera que viaja a Mar del Plata. Siempre digo que si Barragán puede, cualquiera puede, porque las cosas no son imposibles, sino sólo difíciles». Y entre tantas frases queda claro que Barragán tiene un ego enorme, aunque hay que reconocerlo: tiene con que respaldarlo.

finis-terra-(1)

finis-terra-(2)

finis-terra-(6)

finis-terra-(8)

finis-terra-(9)

finis-terra-(16)

finis-terra-(18)

finis-terra-(21)

rae-tapa-1

Exploracion

Los Zapp, Mapa de los 19 años de viaje

julio 22, 2019 — by Andar Extremo

mapa-1-960x605.jpg

19 años viajando en un automóvil Graham Paige modelo 1928, Herman y Candelaria con sus cuatro hijos nacidos en el viaje, 360.000 km, 96 países.

mapa

Mítica, mágica y soñada, podemos decir que la historia de la familia Zapp sigue escribiendo páginas increíbles. Con 4 hijos nacidos en cuatro países distintos, se han convertido en la familia más viajera del planeta.
Candela y Herman Zapp comenzaron su travesía hace 19 años, con el objetivo de hacer un recorrido desde Argentina hasta Alaska de una forma peculiar y poco vista: en un automóvil Graham Paige de 1928. Tardaron tres años en atravesar de sur a norte el continente americano y fue tiempo suficiente para ampliar la familia con Pampa, Tehue y Paloma, a los que se añadió después Wallaby.
Transitaron América, visitaron Oceanía, Asia, África, y luego de hacer Europa, cruzaron el Océano Atlántico en un barco a vela, desde Tenerife a Guyanas. En estos momentos están en Brasil.
Su libro “Atrapa tu sueño”, con 13 ediciones en español y 6 en inglés, les permite financiar el viaje. Arriba, el mapa de los Zapp, con el trazo de estos 19 años recorriendo el mundo.

ExploracionMontañismo

1600 KM, DEL MAR AL ACONCAGUA

julio 5, 2019 — by Andar Extremo1

1-2-960x515.jpg

EXPEDICIÓN HOMENAJE AL SUBMARINO SAN JUAN Y SUS 44 TRIPULANTES

“Desde su muelle a lo más alto de la Patria”, desde Andar Extremo estamos más que contentos porque nuestro amigo Guillermo Tibaldi, quien fue comandante del Submarino ARA “San Juan”, llevará el logo que diseñamos desde nuestra revista.
Al cumplirse dos años de la última salida desde la Base Naval Mar del Plata del ARA San Juan, Guillermo intentará el sábado 26 de octubre, correr desde el muelle hasta lo más alto de nuestro país. Junto a una bandera argentina con los nombres de los 44 tripulantes, buscará llegar hasta la cumbre del Cerro Aconcagua en Mendoza. Serán 1600 km trotando, caminando o corriendo, para luego ascender los 6962 msn6m que tiene el techo de América.
Durante el periplo, dará charlas en las escuelas y otros lugares con fines educativos, hablando sobre la vida a bordo de un submarino, las particularidades de su navegación y su uso, la historia del San Juan y el cuidado de las tumbas de los marinos del mundo, a través del respeto del medio ambiente oceánico.
Asimismo, se plantea como objetivo, realizar la construcción de un Memorial en la Escollera Norte al finalizar la Expedición.

2

3

ExploracionTrekking

AMÉRICA A PIE, MARTÍN DAVIES SIGUE AVANZANDO

julio 1, 2019 — by Andar Extremo

mapa-960x1000.jpg

Martín Echegaray Davies tiene 63 años, es de Trelew, y está realizando una travesía nunca vista. Es caminante, y con un carro de 180 kg llamado “Carricatre Pilchero”, un viejo catre con ruedas de moto que él mismo arrastra, piensa ir de Ushuaia a Alaska en 4 años para hacer el Récord Guinness de caminata, pero previamente recorrió las 23 capitales provinciales. Ya se encuentra en Guatemala con 17765 kilómetros caminados.

mapa

Martín hace todos los días una distancia que ronda entre los 30 y 40 km. A Kuky, como le dicen los amigos, le gusta caminar. Padre de tres hijas, abuelo de 5 nietos, vive en Trelew con su mujer, pero su deseo hizo que arme un carro que mide 2 metros de largo (llega a 3 metros con el arnés), y unos 60 cm de ancho, y que el 31 de octubre de 2017 comenzara a caminar su historia, yendo a dedo hasta Ushuaia.
Con 17765 km kilómetros recorridos en su raid, ya recorrió nuestro país, también atravesó Bolivia, Perú, Ecuador, Colombia, Panamá, Costa Rica , Honduras y El Salvador. Al termino de esta edición estaba tocando suelo en Guatemala.El 22 de septiembre de 2018 termino su objetivo de tocar las 23 capitales de provincias argentinas con con 9873 kilómetors caminados y el 7 de abril de 2019 culminaba su segundo obejtivo, América del Sur con 15 850 km caminados.

12

ExploracionKayak

A 20 AÑOS DE UNA HAZAÑA NÁUTICA ARGENTINA

mayo 31, 2019 — by Andar Extremo

1-960x606.jpg

HACE 20 AÑOS CRUZARON EL MAR DE LAS ANTILLAS EN KAYAK REALIZANDO UNA VERDADERA HAZAÑA , DONDE LOS VALORES Y EL ESFUERZO SE CONJUGARON PARA ALCANZAR LA META.

Difusión Revista Andar Extremo y CADEI

1

“Volver, que 20 años no es nada…», dice el tango, y más si viene de la mano del Capitán Barragán, un romántico emprendedor que ha llevado a la exploración y al deporte argentino a lo más alto del reconocimiento mundial. Cada expedición tiene una historia y, a su vez, un mensaje educativo que hace reflexionar a la humanidad.
Esta expedición fue quizás la más dura, por la planificación y por el esfuerzo que tuvieron que hacer los integrantes del CADEI. Alfredo Barragán (50), Horacio Giaccaglia (54) y Jorge Iriberri (52). Partieron el 1 de abril de 1999 y recorrieron 1600 km en 61 días, cruzando el mar en las embarcaciones más pequeñas que jamás lo hayan hecho.
El CADEI quedará en la historia por ésta y por otras tantas expediciones, entre las cuales se destacan: La Expedición Atlantis, El Cruce de los Andes en Globo, Aconcagua, Kilimanjaro y Antártica Finis Terra.

2

“Cuando creamos CADEI, en el año 1975, el articulo 1 decía que sus objetivos eran: organizar y realizar expediciones deportivas especiales en ambientes naturales rigurosos, explorar dichos ambientes y difundir sus experiencias en beneficio del deporte, la ciencia y la cultura. Hace 45 años que eso es lo que hacemos. Esta expedición en las Antillas nos enamora porque la conocemos íntimamente, porque la conocemos desnuda y sabemos de su pureza. El cruce del Mar de las Antillas rechazó sponsors comerciales y hasta decidimos no filmar, porque para hacerlo correctamente había que tener un barco cerca o algún helicóptero y eso hacía desaparecer «la expedición» como tal. Una expedición no es turismo aventura. Por definición, tiene un desarrollo y un resultado incierto; un riesgo real, como esencial, que obliga a resolverlo y superarlo. Decidimos no hacer un contrato de miles de dólares con ATC, a cambio de la primicia. Recuerdo que viajé a Buenos Aires y le dije al presidente de ATC, que además era mi amigo: – No puedo hacer este contrato. Yo soy esencialmente expedicionario. Y en segundo término soy documentalista. Si tengo cerca un equipo de filmación, habrá desaparecido el riesgo y con él la expedición. No puedo hacerlo. Él abrió grandes los ojos, respiró hondo y me dijo muy pausadamente: – No lo habíamos visto, tenés razón. De ese modo, libre y solo, me fui a cruzar el mar”, relató el capitán.

3

En tres kayaks de travesía individuales, de 5,10 metros, sin embarcaciones de apoyo, con vientos y corrientes trasversales, unieron 23 islas de 12 países. Partieron del puerto de Macuro de Venezuela y llegaron a San Juan de Puerto Rico el 31 de mayo de 1999. A diferencia de otras grandes expediciones en kayak ésta no recorrió la costa, sino que cruzó el mar
“Esta expedición fue pura. Hoy es enorme a nuestros ojos. Es bellísima a los ojos del alma. Fue la expedición deportiva más grande que hicimos con CADEI y tiene una connotación histórica: demostró la factibilidad de que antes del descubrimiento de América, los «caribes» (nativos que ocupaban el Golfo de Paria, entre Venezuela y Trinidad), hayan navegado el arco de las Antillas y llegado hasta Puerto Rico en sus botes a remo. Esto lo había afirmado Colón en sus escritos luego del primer viaje y desde entonces los expertos sentenciaron que eso era imposible, que era materialmente imposible hacerlo a remo dado que no había ni corrientes ni vientos favorables. Sostenían que los vientos alisios -del este / noreste- y la corriente norecuatorial – del este – arrastrarían a los botes hacia el oeste-sudoeste y se perderían en el sur del Caribe. Eso fue lo que despertó mi curiosidad y mi natural rebelión ante los imposibles. Entonces, decidí estudiarlo a fondo y encontrar cómo hacerlo”, señaló Alfredo.

4

Remaban llevando el equipamiento mínimo necesario. Hacían entre 50 y 150 km en cada travesía, Los trayectos cortos les insumían unas 14 horas de remo. Dormían en playas desiertas al llegar a tierra firme. Al zarpar de Tobago un gran temporal los hizo derivar demasiado y estuvieron 40 horas remando al límite de su capacidad física y psíquica. Luego de dos jornadas dramáticas, lograron encontrar y arribar a Grenada, la meta salvadora; escribiendo una página gloriosa en la historia del deporte y la navegación.

5

“Nuestra esencia es deportiva y el deporte es nuestra escuela de vida. Fíjense que no digo deporte amateur, pues sería una redundancia; así como deporte profesional sería una incongruencia. Si es profesional no es deporte. Por eso no aceptamos sponsors. Cuando la pureza es absoluta es más fácil enamorarse de lo que estás haciendo. Cuando encaro una expedición no me alcanza con que me guste. Sólo me la juego por algo que me enamore y sólo me puede enamorar una expedición cuando es así, absolutamente pura”. Y agregó “Creo que estas experiencias dejan ejemplos y sirven al objetivo de CADEI, de difundirlos cuando son útiles. Somos conscientes de que nuestro grupo ha tomado notoriedad y hay gente que nos sigue, se pregunta cómo lo hacemos y seguro que alguno quiere hacer algo similar. Entiendo que tenemos que hacernos responsables de esa situación, tenemos que asumir la responsabilidad ya que nos miran, nos escuchan. Es necesario dar un buen ejemplo, cuidar el discurso, ser tan buenos como para sentir que estamos honrando eso que creen los demás de nosotros. Me da profunda pena y muchas veces bronca cuando veo a figuras del deporte, arte, periodismo o de la política, figuras rutilantes del espectro social, no honrar el lugar que ocupan; pseudo deportistas, estrellas mundiales, que son pésimos ejemplos como seres humanos, que no han respetado el lugar que les dio la vida, desde donde pudieron ser extremadamente útiles y, sin embargo, están dejando una influencia negativa. Es increíble que se festeje un gol hecho con la mano, lo cual es una de las vergüenzas más grandes de la historia del deporte argentino.
Ante esta situación y una vida hecha que nos ha permitido reflexionar sobre estas cosas, en CADEI tenemos claro que, si encontramos elementos valiosos en lo que hacemos, tenemos la obligación de trasmitirlos. Ahora que se cumplen 20 años del Cruce del Mar en Kayaks, tenemos la oportunidad de contar cómo lo hicimos. Hoy sabemos dónde anida la fuerza y la alegría que le permiten al hombre común atreverse a lo extraordinario y ser un digno contendiente contra lo imposible. Estamos convencidos de que hay que compartirlo, con la esperanza de ser útiles.

6

En estos momentos en que flaquea la cultura del trabajo, de la planificación y la perseverancia, nosotros seguimos creyendo en el orgullo del esfuerzo genuino, de la lucha sostenida con convicción.
Los que hicimos esta expedición por las Antillas tenemos una deuda con ella. Fue tan grande como Atlantis, pero Atlantis fue tan luminosa, exótica y carismática que les hace sombra a todas nuestras otras expediciones. Es la hermana bonita. Siempre que me junto con algún periodista a hablar del Mar de las Antillas en Kayaks o de otra de nuestras aventuras, como Cordillera de Los Andes en Globo, Aconcagua o Antártica Finis Terra, me hacen una o dos preguntas de lo que nos convocó e involuntaria pero invariablemente, volvemos a Atlantis y el foco se queda en ella.
Desde el punto de vista deportivo, cruzar el Mar de las Antillas fue mucho más exigente que Atlantis. Necesitó más preparación; requirió determinación, coraje y riesgo absoluto, con una concentración física y psíquica descomunal para llegar a la próxima isla.
Cada vez que me encuentro con el Vasco Iriberri y Horacio Giacaglia, compañeros también de la Atlantis y otras 10 expediciones, la imagen de la Travesía de las Antillas nos asalta, nos quedamos mirándonos y, luego de un silencio, nos decimos: -Estábamos locos! ¿No? Asentimos con la cabeza, nos damos un abrazo y recién después empezamos a hablar del motivo del encuentro. Sentimos la necesidad de reivindicarla siempre.
Si un hijo me dijera que quiere hacer una Atlantis lo alentaría y ayudaría, pero si me dijera que quiere hacer el Mar de las Antillas en Kayak, le pediría por favor que no la haga.
Cruzar el mar en kayak: tres años de preparación, mil seiscientos kilómetros de recorrido, veintitrés islas de doce países, un millón de remadas por persona, en definitiva… sólo estelas en la mar… “, relató.

mapa

ExploracionTrekking

MARTÍN ECHEGARAY DAVIES 23 CAPITALES PROVINCIALES

septiembre 25, 2018 — by Andar Extremo

martiene-1-960x1542.jpg

23 Capitales Provinciales en 327 días, del 31 de octubre de 2017 al 22 de septiembre de 2018 recorriendo 9783 km.

martiene

Martín Echegaray Davies de 62 años, de Trelew, ya cumplió la primera etapa del viaje que era pasar caminando por todas las capitales provinciales. Con su carro de 180 kg llamado “Carricatre Pilchero”, un viejo catre con ruedas de moto que él arrastra, piensa ir de Ushuaia a Alaska en 4 años para hacer el Récord Guinness de caminata.

1

ExploracionTrekking

CAMINANDO de Ushuaia a Alaska, Martín Echegaray Davies

agosto 1, 2018 — by Andar Extremo

1-1-960x640.jpg

Martín Echegaray Davies tiene 62 años, es de Trelew, y está realizando una travesía nunca vista. Es caminante, y con un carro de 180 kg llamado “Carricatre Pilchero”, un viejo catre con ruedas de moto que él mismo arrastra, piensa ir de Ushuaia a Alaska en 4 años para hacer el Récord Guinness de caminata, pero previamente piensa tocar las 23 capitales provinciales. En su paso por Buenos Aires, Martín nos cuenta su historia. Nota de la revista Andar Extremo 50, actualmente está en San Juan, recorriendo 17 de las 23 capitales.

por Marcos Ferrer, Entrevista a Martín Echegaray Davies, fotos Marcos Ferrer

1

Martín hace todos los días una distancia que ronda entre los 30 y 40 km. A Kuky, como le dicen los amigos, le gusta caminar. Padre de tres hijas, abuelo de 5 nietos, vive en Trelew con su mujer, pero su deseo hizo que arme un carro que mide 2 metros de largo (llega a 3 metros con el arnés), y unos 60 cm de ancho, y que el 31 de octubre de 2017 comenzara a caminar su historia, yendo a dedo hasta Ushuaia.
No piensen que tienen dinero o que usa tecnología. Kuky, se pone vaqueros, camisa, corbata y boina y, bien prolijo y con la fuerza de un percherón, se calza el carro a la cintura y sale a darle batalla a cada kilómetro que avanza. La gente lo ayuda en cada lugar que visita, dándole alojamiento y comida. Como hobbie, le saca fotos a todas las personas que comparten su camino.
Con 4207 kilómetros en su humanidad, mates de por medio, en una mañana soleada, Martín en un viaje por el tiempo, nos contó de dónde viene esta hermosa historia.

Trabajaste en el campo toda tu vida?
Comencé trabajando de jagüelero con mi viejo, pero tuve un accidente y comencé a hacer albañilería, electricidad, mecánica, computación. Hacía planos de obra civil, mecánica de motores nafteros, gasista plomero. En el tiempo que era jagüelero, arreglaba molinos y pozos muy profundos de unos 130 metros. Con el trabajo del campo uno va aprendiendo. En una época fui alambrador, y caminaba unos 40 kilómetros: limpiaba la zona, hacía los pozos, repartía los postes, alineaba varillas y luego les pasaba el alambre…estaba todo el tiempo caminando. De ahí fue un poco el gusto de caminar. Estuve toda mi vida trabajando a la intemperie, eso me fortaleció para hacer este raid, ya que si hay sol, lluvia, viento, o lo que sea, para mí, es lo mismo.

2

Cuál fue tu primera caminata?
Fue un hobby de toda la vida. Estuve un año haciendo la casa de mi hija, y el lugar quedaba a 3 kilómetros y pico de mi casa. El recorrido lo hacía dos veces por día entre ida y vuelta a la mañana, comía, y hacía ida y vuelta a la tarde. Si me remonto en el tiempo, cuando mi hija chica tenía 10 años, dábamos una vuelta de 17 kilómetros en Trelew, todos los días.

El primer gran recorrido cuándo fue?
La primera vuelta la hice en 2015, de Punta Cuevas, Puerto Madryn, allí llegaron los galeses. Yo soy descendiente de galeses, de los primeros que llegaron en 1865 a las costas de la provincia de Chubut, por eso llevo en mi carro la bandera. Ese era un lugar donde existían seis refugios de madera metidos en la piedra, de ahí los primeros moradores fueron hasta Rawson vadeando el rio por unos 70,5 kilómetros. Este recorrido lo hice solo, con una mochila con comida y agua, en un día. Salí a las 5 de la mañana y terminé a las 12 de la noche. Luego, años más tarde quise repetir una travesía parecida de unos 150 kilómetros pero como tenía una mochila que pesaba 45 kilos, me hizo mal, me sentí débil y tuve que abandonar la travesía.

3

Ahí decidiste hacer el carro para viajar?
Sí, hice un carro que era parecido al que llevo ahora pero con ruedas muchos más chiquitas. Así decidí hacer la travesía: «Tras las huellas de Fontana y sus Rifleros». Fontana fue el primer gobernador que tuvo la provincia de Chubut, luego de 20 años de establecimiento de la colonia galesa. Cuando llegó Fontana, enviado por gobierno argentino, decidió salir a recorrer la provincia y buscar tierras para nuevos asentamientos porque el valle de Chubut quedaba chico. El recorrido lo realizó dando la vuelta al lugar, que no es por el camino actual, sino por uno que iba bordeando un río porque necesitaban tener agua para los caballos y para la gente. Llevaba 260 caballos y 30 hombres, 15 eran del gobierno. Llevaba investigadores, gente que sabía de topografía, fotógrafos militares, y los otros 15 eran galeses y no le daban fusiles sino rifles, de allí el nombre. Esto lo realizó entre el año 1885 y 1886. Este hombre caminó hasta llegar a Trevelin, pasó para Chile, volvió a entrar en terreno argentino y pasó por Futaleufú. Él lo recorrió por lugares inhóspitos y a campo traviesa. Se estima que recorrió 5000 kilómetros. Yo como fui por ruta, hice unos 2150 km.

Cómo fue el recorrido?
Rawson, Trelew, Gaiman, Dolavon, Veintiocho de Julio, Villegas, Paso de Indios, Las Plumas, Cerro del Cóndor, Paso del Sapo, Piedra Parada, Gualjaina, todo eso es costeando Río Chubut. Fontana continuó hacia otros lugares que no pude entrar, por eso yo volví para atrás por la antigua ruta 25 a la ruta 40 y fui hacia Tecka, pero antes pase por Trevelín. Él recorrió los lagos de Futaleufú y llegó hasta tierra chilena, pero en ese entonces no había división porque no había chilenos. Recién en el año 1985 empiezan a ir chilenos porque empiezan a hacer rutas. La vuelta la hice por Corcovado, Tecka, Gobernador Costa, allí se encuentra el Valle del Génova, mucho más grande que el Valle del Río Chubut. Todo este lugar se pobló con los galeses que luego llevó Fontana. En ese momento no existían los aborígenes, mucha gente se piensan que los galeses se mezclaron con ellos, pero no había. Sólo en la provincia de Chubut había 120 tehuelches porque a los demás los habían matado. Cuando pasó, encontró uno escondido con su familia: Martín Platero, que es muy famoso porque cuenta la historia que lo echaron por delante, lo utilizaron para que guíe al resto de la gente. Este aborigen conocía bien los lugares donde podían descansar, donde podían los animales tomar agua, etc. Martín los guió hasta el río Senguer. En realidad no se llama así el lugar, era una palabra aborigen que significaba atravesar, pero cuando le preguntaba al aborigen qué era ese lugar, él le decía senguer, que significaba atravesar el río. De allí fui al lago Fontana, lugar donde se hizo la bandera argentina el 1° de enero de 1886. Pasé por el río Mayo y los pantanos A Ayones, luego Sarmiento, al lado del lago Musters y el Lago Colhué Huapi, el río Chico, el río Senger y luego llegué al valle. Todo me demandó a mí, 26 días. Fontana, al hacer más recorrido, lo hizo en casi 4 meses.

4

Era el mismo carro de ahora?
En vez de 4 ruedas tenía 3, un poco más chicas, y una era loca, y en vez de pesar 180 kilos pesaba 110 kilos. El carro de ahora, cuando salí de Lapataia, Ushuaia, tenía ruedas de bicicleta. Cuando llegué a Trelew tenía muchos problemas con las llantas, así que tuve que adaptarles unas ruedas de moto para que sea más fuerte.

Cómo surge el viaje Ushuaia- Alaska?
Cuando llegué del viaje de “Fontana y sus Rifleros”, mi idea era realizar un libro, pero averiguando en Guiness World Récords, para ver si me daban un reconocimiento, me explicaron que no podían hacerlo con alguien que hace la gesta de otra persona, que en realidad eso es un seguimiento. Me me puse a averiguar y leí «Memorias de un pobre diablo» qué es la historia de un tucumano que va caminando hasta Buenos Aires. Luego escuché la historia de «Gato y Mancha», la de un hombre que se fue con un rifle y un perro caminando hasta Estados Unidos. Descubrí también un caminante, un tal George, que en el año 1985 con una mochila y un pequeño carrito, realizó la travesía de Ushuaia hasta Alaska. Este hombre había hecho unos 18000 kilómetros. Entonces me dije: voy a caminar de Ushuaia a Alaska, pero previamente voy a visitar las 23 capitales provinciales del país, una travesía que me estaría dando unos 25.000 km.

Cuánto llevás en el carro?
Todo lo que puede llevar una persona para vivir: bolsa de dormir, carpa, platos, jarros, pavas. Anafe no llevo porque estoy acostumbrado a hacer fuego. Luego me compré un calentador a gas, por las dudas que no pueda hacer fuego. Infladores, herramientas, alambre y goma, colchoneta y frazadas. En total, llevo tres mudas de ropa, guantes, mameluco térmico, un botiquín.

5

Cuántas capitales provinciales ya visitaste?
Llevo recorridas 7 capitales de provincias. Arranqué en Lapataia, pasé por Ushuaia, Tolhuin (donde existe una panadería que te da asistencia completa: te dan de comer y alojamiento), Río Grande. Entré a Chile, pasé con el ferry boat, regresé a nuestro país, llegué a Río Gallegos, segunda capital. En Trelew cambié las ruedas, hice Rawson, la tercera. Volví a Trelew para seguir subiendo. Pasé por Madryn, Viedma, la cuarta capital. Hice Neuquén, quinta capital, luego la Pampa, sexta capital, y así llegue a La Plata, luego de cuatro meses y medio. En cada capital voy a Deporte, Turismo o Cultura, y me firman el cuaderno de bitácora.

Cuánto tiempo tenés pensado viajar para cumplir tu objetivo?
Por Argentina viajaré alrededor de 1 año y serán unos 3 años para llegar a Alaska.

Cómo es la relación con la gente en la ruta?
La gente pasa en los autos y toca bocina. Paran a saludarte, te dan agua, comida, es realmente muy cálida. Una vez me pasó que una señora me paró a las 10 de la mañana para invitarme a comer a su restaurante, estaba a 2 kilómetros. Formalmente le dije que no, porque era muy cerca y era muy temprano. Empecé a caminar esos kilómetros hasta el pueblo, y fue tanta la cantidad de gente que se paró a saludar que al final terminé llegando a las 13 h al restaurante. Había periodistas, televisión, sacaban fotos… fue increíble. Al final me quedé comiendo.

Cómo te manejas con la difusión?
Tengo un fan page en Facebook, a la que voy subiendo las fotos de las personas que me cruzo y pongo información del recorrido, videos. Martín E. Echegaray Davies o caminata a las 3 Américas.

mapa
Mapa con el recorrido actual

El Velero Mimosa
Fue un barco en el que viajaron desde Liverpool en 1865 un grupo de 153 colonos galeses (56 adultos en pareja, 33 hombres solteros, 12 mujeres solteras, y 52 niños) a la Patagonia Argentina, en donde hasta entonces no había asentamientos poblacionales permanentes. El desembarco se produjo en el golfo Nuevo (en la zona de Puerto Madryn) y debido a la falta de agua, la colonia se fundó 50 kilómetros al sur, junto al Valle inferior del río Chubut dando origen a los primeros poblados de dicha provincia. Martín E Echegaray Davies es descendiente de Ivan Davies y Ann James tripulantes de este viaje.

6

Exploracion

A 34 Años de la Expedición Atlantis

julio 13, 2018 — by Andar Extremo

ATLANTIS-TRIPULACION-JPG-960x668.jpg

A 34 años de la “Expedición Atlantis 84”, una emblemática proeza argentina.

ATLANTIS---TRIPULACION---JPG

El 12 de julio de 1984, cinco argentinos al mando de Alfredo Barragán concretaban la hazaña de cruzar el Océano Atlántico en una primitiva balsa de troncos a vela, sin timón. Habían partido el 22 de mayo, 52 días antes, del puerto de Santa Cruz de Tenerife, en las Islas Canarias, ante la mirada incrédula de autoridades e isleños. Junto a Barragán protagonizaban esta travesía marítima sin parangón Jorge Iriberri, Horacio Giaccaglia, Daniel Sánchez Magariños y Félix Arrieta.
Con el emocionado arribo al puerto de La Guayra, en Venezuela, culminaba una proeza ejemplar que había sorteado múltiples obstáculos en los cuatro años de preparación. Pero al fin, esa epopeya plagada de peligros colocaba a Barragán y sus hombres al nivel de exploradores legendarios como el capitán Richard Burton, descubridor en el siglo XIX de las fuentes del Nilo y de Thor Heyerdhal, el navegante de la Kon Tiki, quien atravesó el Pacífico desde las costas de América hasta la Polinesia.
No era este emprendimiento una mera obstinación de deportistas amantes de peligrosos desafíos a la naturaleza. Era la concreción épica de un objetivo que desafiaba también a la Historia y la Antropología; porque la embarcación utilizada para recorrer las 3.200 millas marinas, era una réplica de las utilizadas hace 3500 años por los africanos, que bien pudieron haber utilizado la Corriente de las Canarias para arribar a las costas del Golfo de México, 3.000 años antes que Colón descubriese América. Atlantis demostró la factibilidad de su hipótesis.
La hazaña de Expedición Atlantis se reflejó en todo el planeta. Su documental, estrenado en 1988 y doblada en seis idiomas, es la película argentina más vista en el mundo.
La expedición contó con el auspicio y avales de la Presidencia de la Nación; del Congreso Nacional; de la Cancillería, de la Armada y la Fuerza Aérea Argentina; de la Gobernación del Guayas, Ecuador; del Cabildo y Gobierno Autónomo de las Islas Canarias; de la Presidencia de Venezuela y del Comité Olímpico, entre muchos otros.
Alfredo Barragán, un abogado y deportista nacido y residente en la ciudad de Dolores, en la provincia de Buenos Aires, fundador y actual presidente del Centro de Actividades Deportivas, Exploración e Investigación (CADEI), que impulsó ésta y otras muchas expediciones coronadas por el éxito, resumió el logro de Atlantis de la siguiente manera: “Habíamos alcanzado un sueño. Pero durante esos 52 días estuvimos solos, nunca estuvimos tan desnudos y jamás fuimos tan poderosos. No había fuerza en la tierra que nos disuadiera de este sueño. Atlantis fue y es una invitación al hombre en creer en sí mismo. Es la prueba de que no hay imposibles si se lucha con convicción, planificación y perseverancia, en pos de un objetivo noble y bello”. Toda una definición de la emblemática proeza de Atlantis, la expedición deportivo científica argentina más trascendente; calificada como “una de las más bellas hazañas de todos los tiempos”.
La Expedición Atlantis está instalada en la historia y es tema de estudio en todo el mundo. Se ha bautizado con su nombre a plazas y colegios; y la balsa Atlantis es el elemento fundacional del “Museo de la Aventura”, ha crearse próximamente en la Ciudad de Dolores, donde nació el proyecto.
Alfredo Barragán (a. El Capitán) sigue viviendo en Dolores. Fiel al más puro amateurismo, rechaza toda oferta de sponsorización comercial. Continúa realizando expediciones tales como Aconcagua, Andes en Globo, Kilimanjaro, Mar de las Antillas en Kayaks y Antártica Finis Terra. Recientemente publicó su libro “Expedición Atlantis” y sigue brindando conferencias por el mundo, respaldado por los hechos, y enseñando su lema: “Que el hombre sepa que el hombre puede”.

ATLANTIS

Exploracion

LA FAMILIA ZAPP, VIAJEROS DE UN SUEÑO

mayo 21, 2018 — by Andar Extremo

1-2-960x1280.jpg

Mítica, mágica y soñadora, podemos decir que la historia de la familia Zapp sigue escribiendo increíbles páginas. Con 4 hijos a bordo, nacidos en cuatro países distintos, Candelaria y Herman Zapp nos recibieron en su casa de Argentina, mientras tomaban un breve descanso. Una amena entrevista donde relatan una vida de aventuras, los proyectos que vendrán y el libro inacabable: “Atrapa tu sueño”. Nota en revista Andar Extremo n° 49

por Marcos Ferrer, fotos familia Zapp

18 años, 350.000 km y 85 países recorridos

1

Los Zapp son la familia más viajera del planeta. Candela y Herman Zapp comenzaron su travesía hace 18 años, con el objetivo de hacer un recorrido desde Argentina hasta Alaska de una forma peculiar y poco vista: en un automóvil Graham Paige de 1928.
Tardaron tres años en atravesar de Sur a Norte el continente americano, y fue tiempo suficiente para ampliar la familia con Pampa, Tehue y Paloma, a los que se añadió después Wallaby.
Luego de recorrer América, viajaron por Oceanía, Asia, África, y actualmente están recorriendo Europa por partes. En estos momentos, en un breve descanso, ésto nos cuentan…

2

En qué etapa están del viaje?
Estamos en la última, terminando de recorrer Europa. Nos faltan ya muy poquitos países. Después venimos para Guyana y de allí para casa, a terminar la vuelta al mundo. Al viejo continente entramos por Turquía, veníamos de África. Fuimos hasta lo más alto posible, que es el Mar Ártico, fuimos por Noruega hasta Tenerife (que fue lo más sur de España), luego Inglaterra, Escocia y ahora hicimos Bruselas y Bélgica. Falta casi nada para terminar.

Cuánto tiempo calculan que les queda para finalizar, y cómo evalúan luego de 18 años, esta aventura?
En un año y unos meses estamos de vuelta. Creo que es lo mejor que nos pasó en nuestras vidas. Nos arrepentimos de no haber empezado antes. Cuando nos casamos pospusimos el viaje como 4 años. La idea era salir a los dos años, pero estábamos con la casa, con miedos, y lo fuimos retrasando. Uno siempre piensa que no está preparado pero lo que sí está listo es el mundo para que uno lo viva. Lo descubrís luego. Uno no tiene que estar listo, te tenés que ir haciendo.

Están preparados para terminar con esta forma de vida?
Eso se verá cuando terminemos la vuelta al mundo. Hay que finalizar este sueño en el mejor momento, no hay que esperar a que no tengamos ganas de viajar o estemos cansados. La idea es terminar con ganas de seguir.

3
“Les digo a mi hijos en cuanto a su futuro: hagan lo que yo menos quiero”

Sus cuatros hijos nacieron durante el recorrido y vivieron toda su vida así. Qué piensan de ésto?
La gente se piensa que por viajar continuamente son muy diferentes. Que se hayan criado de una manera distinta puede ser, pero son como cualquier niño. Ellos ven el mundo como un gran vecindario. No sienten algo lejano y peligroso, ven como barrios que van conociendo. Son muy libres. Son más humanistas que nacionalistas. Uno como padre se preocupa más que ellos, sin embargo nacieron y vivieron todas sus vidas así. Es como una gran casa el mundo. Cuando llegamos a África o a China, no nos preguntaron por qué la gente era de diferente color, lo vivieron como lo tendría que vivir el mundo entero. Por otra parte, se acostumbraron a tener lo indispensable. Imagináte que en cualquier cocina de cualquier casa entra dos veces más cosas de lo que podemos llevar en el auto. Nuestras cosas entran en una caja de plástico. Llevamos dos valijas para los 6 y ellos se dan cuenta que pueden vivir así o en una casa grande. Se adaptan a todo. Lo bueno es que les gustan ambas cosas, no es que ven a una como sacrificada y la otra no. Lo importante es saber que aunque somos viajeros y es lindo lo básico y simple, también nos gustan la comodidades pero podemos prescindir de ellas. Uno puede dejarlas y vivir muy bien igual.

Cómo es el vínculo con su familia en Argentina?
Extrañamos mucho la familia, más que la casa. Nuestro lugar es el auto, es donde nos sentimos más cómodos, pero en Argentina cuando nos tomamos vacaciones del viaje, nos sentimos como en un club. Siempre hay chicos en casa, familiares y muchos amigos. Se extraña pero uno tiene que elegir el camino. Nuestro destino es el camino. Cada 3 o 4 años nos damos un gusto dando una vueltita muy corta por casa, pero sabemos que hay que ir detrás de nuestro destino aunque nos separemos un poco de nuestra familia.

4

Sin duda, son referentes en el mundo de los viajeros
Recibimos todos los días unos 20 emails de futuros viajeros, de viajeros y de personas que ya terminaron su viaje. Mucha gente inspirada por nuestro libro “Atrapa tu Sueño”. Ahí no mostramos lo que hacemos sino lo que se puede hacer. Explicamos que teníamos miedo, que no nos animábamos, que nos costó. La gente siente lo mismo. Hablar con nosotros les da esperanza, fe y confianza en sus propio proyectos. Ahora en Argentina, tenemos una familia de sevillanos con tres niños que en el paso por España nos alojaron y están por emprender un itinerario largo por Latinoamérica con una biblioteca móvil.

Se imaginan cómo van a ser sus hijos en el futuro?
Cuando era chiquito odiaba que me preguntaran qué iba a hacer de grande. Yo les diría: “hacé lo que yo menos quiero”. Deseo que sean soñadores, que vayan por su amor. Queremos que sepan no de lo que van a vivir, eso es fácil, sino para qué van a vivir. Si están convencidos que quieren hacer marcos de cuadros o viajar en bicicleta por el mundo, está bien. Lo importante es que sus vidas tengan un sentido y no tener que llegar a fin de mes con el sólo objetivo de pagar cuentas.

5

Cómo siguen financiando el viaje?
Sólo con la venta del libro. Ya van 13 ediciones en español y 6 en inglés. Pensá que somos nosotros mismo los editores. Las charlas las damos sin costo. Con cada libro que vendemos avanzamos 5 km. Generalmente hacemos como hicimos siempre en el viaje: llegamos a una ciudad, al centro o a un lugar público, y nos ponemos a contar el viaje y a ofrecer el libro. A veces vendemos 5, otras diez y otras nada. En ocasiones nos corre la policía y otras se sacan fotos con nosotros…a veces las dos cosas…El día que llegamos a Amsterdam pusimos el auto arriba de la plaza. La gente se sacaba fotos, y de repente aparecieron dos policías en bicicleta y nos preguntaron si teníamos permiso para estar ahí. Les dijimos que no y dijeron que no podíamos hacerlo, y acto seguido pidieron sacarse una foto!

6

Cómo se ven en un futuro?
Generando cosas y haciendo generar. Charlas y conferencias vamos a hacer siempre. Mucha gente nos conoce por internet o por el libro, pero la mayoría nos quiere ver. Vernos cara a cara es importante. Está bueno para mostrarles que no somos nada raro ni nada especial, que somos gente de barrio como cualquier hijo de vecino. Cuando arrancamos no pensamos en todo lo que surgió, como tener niños en el viaje, hacer un libro… todo fluyó. Acordáte que arrancamos los dos solos y se fue dando. No llegamos a ver la dimensión de nuestro viaje, a veces cuando vemos los videos sí. Nos llama la atención la gente que sigue la historia desde el principio. Nosotros, como lo vivimos de adentro, no nos damos cuenta de lo que vamos logrando. Cuando te dicen que empezaron por nosotros es muy gratificante. La idea es dar conferencias y habíamos pensado en tener un lugar para recibir gente de todo el mundo, pero falta… aún estamos en viaje.

mapa

Exploracion

LOS ZAPP y UN NUEVO DESAFÍO: CRUZAR EL ATLÁNTICO

mayo 7, 2018 — by Andar Extremo

apertura2-960x640.jpg

apertura2

Como ya sabemos los Zapp, son quizás, la familia mas viajera de todos los tiempos, que viajan con un automóvil Graham Paige de 1928. Están recorriendo hace 18 años el mundo y durante el viaje tuvieron a sus 4 hijos en diferentes partes del mundo, hoy se proponen un nuevo desafío. Luego de visitar 85 países y recorrer 350.000 km en los 5 continentes. Los problemas de los viajeros siempre fueron cruzar los grandes océanos, y que mejor forma de hacerlo en un barco a vela antiguo que transporte a toda la familia y el auto. El barco de madera a vela elegido es el «Tres Hombres» construido por Andrea, Jorne y Arjen que lo hicieron para demostrar que podían transportar carga de una manera más ecologíca. «Los sueños no tienen que tener razón» Acompañalos!!!

Proyecto CRUZANDO EL ATLÁNTICO

2

Exploracion

SOÑAR OIR VIVIR, el comienzo de un viaje interminable

diciembre 4, 2017 — by Andar Extremo

1-1-960x640.jpg

El destino de una familia que se animó a vivir en un Motorhome de 1978, en donde la idea primaria es recorrer desde Ushuaia hasta Alaska.

1

Nacho es un tipo alegre, siempre positive vibrations, montañista, y ex dueño de una pequeña tienda de montaña llamada “Matna” en Capital federal, pero un sueño desde siempre le rondo por la cabeza, otro tipo de vida era posible. Sus ídolos la “Familia Zapp” fueron el motor de su propia historia. Y porque no vivir viajando!!!???. Y si!!!, son una familia que decidió cumplir su sueño!! El sueño de andar por el tiempo que el universo lo desee!!!
Pero en el medio de idealizar ese sueño, Nacho y Gisela tuvieron a Jazmín, una hermosa beba que para que pueda tener todos los sentidos que esta vida nos da y pueda disfrutar al máximo, tenían que hacerle un implante coclear.
Años y años de idas y vueltas, notas en los medios y la lucha de dos padres guerreros que querían lo mejor para su hija. Y al fin, luego de varios años Jazmín tuvo sus implantes y pudo escuchar.
Esto profundizo más el proyecto Soñar Oír Vivir. «Soñar y Vivir» depende de ellos y Oír de la tecnología de implantes cocleares con la cual Jazmín puede escuchar.
El miércoles 6 de diciembre parte esta nave de energía positiva hacia el mundo, repasemos los integrantes: «Jazmín» su hija de 3 añitos y medio, el hijo cuadrúpedo «Marley», Mamá «Gisela» y Papá «Nacho»!!!
Pura Vidaaaaaaa! , chicos como dice Nacho, el universo conspirará a su favor, esperemos pronto noticias de ese viaje alucinante que seguramente ustedes van a ser el motor de futuras historias.

9

4

2

5

6

8

Exploracion

LA ATLANTIS Y SU LIBRO, Entrevista a Alfredo Barragán

septiembre 21, 2017 — by Andar Extremo

1-3-960x648.jpg

La expedición argentina más famosa del siglo XX, ya tiene su libro. El capitán Alfredo Barragán se encargó de llevar el proyecto editorial, denotando un gran profesionalismo en un proyecto por demás ambicioso que dio como resultado la alta calidad de su edición. Con ustedes, una interesante y emotiva entrevista que inicia con el enunciado del primer capítulo: “Serás lo quieras ser o no serás nada”. Nota en Revista Andar Extremo n° 46.

por Andar Extremo, entrevista a Alfredo Barragán
fotos Alfredo Barragán y Marcos Ferrer

Alfredo, hace 33 años de la Expedición Atlantis, qué fenómeno la hace inagotable?
Con ella pasa algo excepcional, sigue navegando, sigue viva… como dice en alguna parte del libro “no hay ni hubo un día desde aquel ´84, desde la travesía, que no aparezca alguien que no la sitúe en el centro de la mesa”. Hoy lo hace Andar Extremo, mañana es otro. Siempre es tema de conversación, reconocimientos, homenaje, comentario o nota periodística. También está presente en inauguraciones de colegios que llevan el nombre Atlantis o agrupaciones scout. Nos ha pasado que le han puesto así a un Gimnasio o plaza… no lo podemos creer, han pasado más de treinta años y no se duerme.

2

La finalización del libro la escribiste antes de hacer la expedición, sólo le cambiaste la conjugación de un verbo…es como si cuando ideaste Atlantis en los ´80 ya hubieras sabidos que ibas a editar un libro…
No sé si fue en ese instante, pero en los primeros días de Atlantis, quedó conformada. Cuando decidí cruzar el océano en balsa le di el esquema que habitualmente le doy a las expediciones: había un objetivo deportivo, que era nuestra esencia, nuestra base, nuestro ser deportivo, y un objetivo científico, demostrar la factibilidad de migración africana precolombina, una migración de 1500 años antes de Cristo que explicaría indicios de su influencia en las culturas americanas de ese entonces como la cultura olmeca. También había un objetivo cultural: difundir la experiencia en beneficio del deporte, la ciencia y la cultura, como reza el artículo 1 de nuestro grupo del CADEI. Eso explica que desde el primer día que nos juntamos en Mar del Plata todo lo que pasaba era fotografiado y filmado. Y la gente dice: “-¿y ésto cuándo lo filmaron?”, y contestamos :-“Cuando ocurrió”. No entendían por qué fotografiábamos y filmábamos 4 años antes de la expedición. Por qué? porque iba a haber una película y un libro.

3

Me imagino que a veces se te debe ir de la cabeza la balsa Atlantis luego de tantos años.
Nunca se me va de la cabeza, vivo con ella continuamente. En algún momento me distraigo con alguna otra cosa…pero el teléfono, la radio o en el mismo timbre de casa, siempre están sonando reclamándome por Atlantis, y me vuelven a la expedición. Primero decidí hacer la película, que era más urgente y más difícil que el libro. Me llevó 4 años y la estrené en el ´88. Fue muy exitosa aquí y en el mundo. Viajé con ella, la apoyé, la trabajé, la promocioné y la terminé en el ´89. En el ´90 tuve la propuesta para el hacer el libro con una importante editorial suiza. Escribí, lo envié por capítulos, lo aprobaron y lo ponderaron. Me sentí un escritor en serio porque era una editorial de primer nivel mundial. Le pusieron fecha de salida al público en cinco idiomas con cientos de miles de ejemplares en el ´93. Era principios del ´90 y llegaron malas noticias: quiebra la editorial que tenía los derechos y quedan atrapados en un juzgado en Suiza. Me recomendaron tomar contacto con el consulado así que lo hice y los derechos permanecieron atrapados allí por 14 años. No habían pagado por ellos, era un arreglo formal pero había que tener paciencia y así pasaron los años. En el 2005 me devolvieron los derechos y me llegó un paquete con los originales del contrato, las fotos y los croquis de los mapas. En ese año yo estaba organizando el viaje a la Antártida para la “Expedición Finisterra”, que finalmente hicimos en el 2007 y fue la primera tapa de Andar Extremo Revista. Fuimos 6 hombres equipados para realizar buceo, montañismo y kayakismo, y documentar todo en HD. Me demandó mucha elaboración, trabajo e inversión, y cuando volvimos había planes pendientes. En febrero de 2007 volvimos de la Antártida, y en diciembre de ese mismo año, fuimos al Domuyo. En 2009 dimos la vuelta al campo de hielo continental patagónico, en 2010 dimos la vuelta al Aconcagua por los 6000 msnm, entramos por Vacas, subimos y luego bajamos por Horcones, y teníamos sesenta y dos años de promedio. En el 2011 fuimos al paso superior del Fitz Roy, 2012 fuimos al campamento base del Everest con 65 años de promedio. En el 2013 subimos al Mont Blanc…me distraje…yo podía encontrar argumentos para decir por qué no hice el libro antes, pero la realidad es que me distraje, porque si me concentraba lo hacía. Pero bueno, hay clavos que son más difíciles de clavar que otros…el problema es cuando estás disperso con varios a la vez. Si yo me concentro en un clavo, lo clavo cualquiera que sea. En agosto de 2015, me arrancaron la venda dos almirantes amigos de la Armada, amigos de toda la vida. Ellos me invitaron a almorzar porque tenían una pregunta para hacerme, que era por qué no estaba hecho el libro de la balsa. La respuesta fue muy fácil, me distraje. A partir de ese momento, no hice otro cosa que el libro. Me retiré de la abogacía, ya no hice desarrollo turístico, y me metí de lleno en septiembre de 2015.

Monumento a la Expedición Atlantis, ubicado en Dolores .
Monumento a la Expedición Atlantis, ubicado en Dolores .

“Serás lo quieras ser o no serás nada”

Realmente es una edición muy lujosa y no se merecía otra presentación que no fuera en la Feria del Libro…
La Feria del Libro comenzó el 27 de abril, y estuve hasta el 14 de mayo en el estand de Instituto de Publicaciones Navales y en el estand de La Nación, a los que les agradecí públicamente. En el estand de Publicaciones Navales teníamos una pantalla Led donde pasábamos la película en alta definición. Es importante decir, que ella también va en el libro, dado que la han digitalizado con técnicas modernas. Es la película Argentina más vista de la televisión mundial. Estaba expuesto el libro y atrás tenías la película. La presentación se hizo el último día a última hora, 19:30, en el estand de La Nación, y se juntó muchísima gente. Estábamos los 5 tripulantes, la Armada, el resto de la gente del CADEI, familiares, kayakistas, montañistas, amigos, agrupaciones scout, colegios. Fue emotivo… el Almirante Recalde leyó el prólogo… fue muy emotivo. Todo se prolongó y terminó la feria a las diez de la noche. Eran once menos cuarto, había una cola de 70 personas esperando para que firmáramos el libro, y nosotros pedíamos por favor que no apaguen las luces porque había gente de Rosario, Bariloche y Mendoza esperando para llevarse el ejemplar.

Homenaje en Dolores en 2014 al cumplirse 30 años del cruce del océano en balsa.
Homenaje en Dolores en 2014 al cumplirse 30 años del cruce del océano en balsa.

Qué sensaciones tenés de cuando le dabas el libro firmado a la gente?
El primer asombrado fui yo, porque no sólo me quedé satisfecho. Para hacerlo, armé un equipo impresionante: una diseñadora de lujo, Verónica Álvarez Pesce, una mapista increíble, Soledad Rodríguez, y ni hablar de Triñanes, una imprenta excepcional. A la imprenta le plantee el desafío, ¡este es el libro que quiero!, les dije. Ahora es fácil decir eso cuando lo tenés en la mano…el asunto en ese momento era describirlo con palabras, no había una imagen que lo demostrase. Quería que la tapa dura tenga la tela de la vela de la Atlantis, que era la misma de la Fragata Libertad, y no tenían suficiente para toda la cantidad de libros que se imprimieron. Había que recrear la imagen, la textura y la sensualidad que ésto tiene… la toco sin mirar y estoy tocando la tela de la balsa. Ese desafío fue para la imprenta, me dijeron: -cómo vamos a hacer eso? y les dije:-cómo no se, pero estoy con la mejor imprenta del país, resuélvanlo. Tomaron el desafío y lo lograron. También quería que tenga la carta que me escribió Thor Heyerdahl, un noruego que en el año 1947 cruzó el Pacífico en la balsa Kon Tiki, la más famosa y legendaria a nivel mundial, que me inspiró desde chico. Las vueltas de la vida hicieron que un año después de la expedición, reciba una carta de Thor Heyerdahl que me llenó de orgullo y me hizo llorar como un niño. Se lo señalé a la imprenta, y le dije que quería la carta en el libro tal cual, así que hicieron una copia del sobre, de la carta, y le hice un bosquejo de cómo la quería. Así lo hicieron, impecable.

6

Qué decía esa carta…
La carta felicitaba a la Expedición Atlantis por la legitimidad de la travesía que habíamos hecho… el asombro de él era que habíamos arribado sin timón a un puerto predeterminado, y nos felicitaba de una manera descomunal. También nos remarcaba ya en 1985, la importancia de que la balsa tenga su museo.

Qué más podés adelantar del libro..
Este libro lo escribí desde las tripas. Me encerré a contar la balsa, no sé si se la contaba a los demás o me la contaba a mí. Escribí cómo nacía la idea, cómo crecía, cuáles eran los problemas, los sentimientos, qué temores tenía, cómo se iban involucrando los personajes… Lo hice en el ´91, con diarios de viaje como ayuda. El que lea el libro va ir viviendo conmigo cómo nace todo, cuáles son los problemas que aparecen, cómo los encaro y cómo fracaso mil veces y al final lo consigo. Cuando digo todo en primera persona me confundo, porque la mayoría de cosas está hecha en equipo. No hago las cosas solo, no tengo intención de hacer cosas solo… no me interesa una cumbre solo. A veces digo en las conferencias: “pobre el que llega a una cumbre y no tiene con quien abrazarse”. Entonces, la mayoría está en plural, pero inevitablemente como escritor del libro y como Capitán de la Expedición, muchas veces escribí solo… está en primera persona pero siempre desde la intimidad. Lo que me tranquiliza es que di un examen tremendo y aprobé, porque no consulté a mis compañeros para hacerlo. Sí sabían que lo iba a hacer, siempre me dijeron:-”vos le dedicaste la vida a esto hacélo vos”. Hace un mes fui a Mar del Plata, nos juntamos a comer y les dije: acá está el libro… si les contara los comentarios de mis compañeros se darían cuenta por qué estamos tan hermanados. Nos conocemos tanto que de alguna manera, inconscientemente he podido interpretar lo que cada uno piensa y, seguramente, en el libro ha salido un balance de lo que todos piensan. Está en español y en inglés. Seleccionamos 170 fotos de 6500 de cámaras análogas con diapositivas, por suerte Pedro Bonta, con el mayor cuidado y amor, hizo personalmente el trabajo y cuidó cada detalle. La gente que participó lo hizo en forma muy profesional y se subió a su forma a la balsa porque fue más allá que su responsabilidad. Fue una emoción para ellos haber participado en esta nueva travesía. Está bueno, estoy muy asombrado y contento.

Carta de Thor Heyerdahl reproducida en el libro de la Atlantis.
Carta de Thor Heyerdahl reproducida en el libro de la Atlantis.

“Que el hombre sepa que el hombre puede”

Cuál es tu imagen preferida de libro?
Mi foto preferida es una que se ve una enorme onda de mar y atrás, la punta de la vela y la parte de arriba del mástil (página 264). Si bien no está muy en foco, lo bueno es que para sacarla, me dejaba ir tomado de la cuerda de vida hasta el final (unos 70 metros). Me enroscaba la cuerda en la mano, y tiraba todo el rollo con la otra mano…había que confiar en que cuando volviéramos a la civilización y reveláramos, haya alguna imagen como la gente. Otra que me gusta mucho es la de tierra a la vista en el amanecer del 12 de julio de 1984 (página 278). Uno de los gráficos espectaculares de Soledad, muestra la línea anunciada antes de partir y la línea de navegación. Nunca nos alejamos a más de 35 millas de la ruta elegida y arribamos exactamente al puerto anunciado de la Guaira. El libro termina con una foto en blanco y negro de la tripulación cuando tocamos tierra, y todo lo que queda de allí en más, hasta terminar el libro, lo cuento ahora 2017, montándose hoy con la vieja balsa, mostrando las 28 expediciones de CADEI, entre agradecimientos, y el monumento a la balsa en Mar del Plata.

Imagen preferida del Capitán Barragán
Imagen preferida del Capitán Barragán

Cómo está la balsa hoy y cómo es tu relación con ella?
Está en un galpón en Dolores, cerca de casa. Voy cada dos o tres meses a ver cómo está de salud: veo que no haya problemas de hongos o bacterias o algún bicharraco, y también para constatar que ningún chico malo se haya robado algo. Ir es muy emocionante. Está en un tinglado muy grande, un buen depósito. Cuando llego, abro la puerta y la veo allí, se me viene encima y la toco, la beso…es una “anciana venerable… le doy besos en la frente permanentemente”. No está para navegar, obviamente, pero tiene una belleza que va mucho más allá del físico.

Hoy la vieja Atlantis en Dolores.
Hoy la vieja Atlantis en Dolores.

Qué te queda de acá en más?
Para mí, seguir explorando deportivamente este lindo mundo y para la balsa, seguir generando cosas. Está pendiente el museo que tuvo un traspié hace 4 años, cuando un grupo supuestamente ambientalista, se opuso al proyecto. Estaban los fondos, el proyecto aprobado y licitado por la Provincia de Buenos Aires, y sólo había que reemplazar unos árboles que en realidad estaban muy enfermos. No habían razones. Creo que estaban fogoneados políticamente por grupos opositores a ese momento, pero la balsa nunca tuvo que ver con política. Se frustró ese proyecto, los fondos volvieron al Estado, sigue aprobado por Provincia y Nación, y por la Municipalidad de Dolores y se va hacer… en algún momentos se va hacer, porque es un proyecto felicísimo. No es sólo el museo de la balsa, también están las expediciones de CADEI, ella es el elemento fundacional. Se busca crear un ámbito de exploración, la historia universal de las exploraciones, rescatando el espíritu de los pioneros, corajudos, los emprendedores, que subieron montañas, cruzaron los mares, descubrieron los polos o fueron al espacio. Esa es la temática, un museo que no existe en el mundo. Existe el museo de la aeronáutica, el museo de la montaña, uno submarino… No existe de la exploración como concepto, esa es la idea, y nos hicimos esa idea para Argentina. No soy de abandonar mis objetivos, necesitamos que se alineen los planetas y el Estado esté en condiciones económicas de abordar el proyecto.

Reposa La Atlantis a la espera de su museo
Reposa La Atlantis a la espera de su museo

Qué dicen las nietas, cuando con la pipa les contás las aventuras de Atlantis?
Tengo dos nietas. La mayor, Anita, mi primer nieta, hasta ahora no había logrado ver toda la película, algo hacía que se levantara y se fuera… no era desinterés, no sé si era miedo o qué. Tengo una excelente relación con ella, la veo más de una vez por día, es extrañarla e ir a buscarla y compartir cosas. Ahora con 10 años, se empezó a interesar… claro, en la escuela estudian la balsa y entonces como es la nieta, le piden material. Ahora me pidió que vaya a contar la historia a la escuela. Y ni te digo en la presentación de la feria del libro que me veían firmando libros… sentían un orgullo terrible. La más chiquita, Lola, la más desfachatada, se ponía al lado mío y miraba la cámara. No me olvido, le estaba firmando el libro a un amigo kayakista y le digo :- has estado esperando mucho que te firme, no te molesta que además del Capitán te firmen las dos nietas del Capitán?. El tipo se largó a llorar y las dos nenas firmaron el libro con mi amigo abrazándolas.

Dónde se puede conseguir el libro?
El libro es muy bonito, pero tiene una consecuencia lamentable: es muy caro. Hacerlo fue carísimo y encontramos una forma de abaratarlo: en las librerías tiene un costo de 3000$ (te retienen un 50% del valor), pero si lo compran por la página está a mitad de precio. Acuérdense que viene de regalo con la película en formato full screen, tiene coloración toma por toma, el sonido filtrado y para ésto, le llevé los rollos de 35 mm de cine a Cinecolor. Ellos lo revisaron, estaba sano, se lo lavó, se digitalizó, y únicamente nos faltaba el sonido. Un día me llamó un señor y me dijo:-soy Ángel Guitelman, ingeniero jefe de sonido del Gran Rex, conozco la historia de toda la vida y siempre me quise involucrar con la Atlantis. Me dejás que te haga el sonido? y allí, este señor que le había hecho el sonido hasta a Paul McCarney, me hizo el sonido nuevo. En definitiva, hay un arreglo hecho con mercado pago y en la página www.expedicionatlantis.com, envían el correo y en días les habilitan la compra.

mapa

www.expedicionatlantis.com

ExploracionMontañismo

Kilian Jornet, Animal del Everest

septiembre 18, 2017 — by Andar Extremo

1-2-960x553.jpg

En el término de 6 días, realizó dos ascensos a la cumbre, en 26 y 17 horas respectivamente desde el campo Base Avanzado, sin cuerdas ni oxígeno adicional. Nota en revista Andar Extremo n° 46

por Soledad Navarro, fotos Summits of my life

Qué somos capaces de hacer en 26 horas? Pensamos en subir al Everest alguna vez? y si nos proponemos hacerlo en ese tiempo y en una semana redoblar la apuesta y bajar a 17 horas? Para casi todos nosotros es una locura, pero para Kilian Jornet, es una realidad. El 21 y 27 de mayo, quedarán en otra página de la historia mundial del montañismo, cuyo protagonista es un aventurero de 29 años que ama el desafío extremo y no le teme a la altura y al reloj.

1

Kilian volvió a sorprender al mundo con una hazaña increíble que lo puso en el centro de todas las miradas: el ascenso a 8848m, dos veces, en menos de 10 días con una disminución de 9 horas. El Everest fue testigo otra vez, de la animalidad del deportista de Cerdanya quien, insatisfecho con su visita a la montaña más alta del planeta, decidió repetirlo para cumplir su deseo y, sin proponérselo, silenciar polémicas.
Como tiene acostumbrados a sus seguidores, en soledad y sin oxígeno, coronó un proyecto que había comenzado hacía seis años: establecer récords de ascenso en las montañas icónicas. Todo comenzó en la cordillera del Mont Blanc y desde entonces ha escalado montañas en Europa, en América del Norte y América del Sur. De todas sus metas, sólo el intento al Elbrus quedó pendiente, por malas condiciones climáticas que lo ponían en un riesgo complejo.
“Cada uno tiene su locura y la ha de vivir. Se había de probar, tenía ganas, fue interesante para ver cómo recuperaba el cuerpo”, declaró a El món a RAC1. El ultranfondista explicó que con su doble ascensión demostró “las posibilidades de hacer montaña como hacemos en los Alpes, ascensos más cortos, y de no estar tanto tiempo en la montaña”.

Kilian Jornet llega a los 6800 msnm en su camino de ascenso al Everest
Kilian Jornet llega a los 6800 msnm en su camino de ascenso al Everest

Aclimatarse en buena compañía
En sus planificaciones, Jornet había decidido salir desde Rongbuk, a 6.500 metros del campo base avanzado, que sería su centro de operaciones. La idea desde allí, era explorar, evaluar las condiciones climáticas, y elegir la ruta ideal para su objetivo entre las que se encontraban el Corredor Hornbein o el Norton.
En abril viajó con su pareja Emelie Forsberg hacia el Himalaya, donde realizaron el ascenso exprés al Cho Oyu de 8.201 metros, sexta montaña más alta del mundo, como parte de la aclimatación para el Everest. Para la sueca, esquiadora y corredora de montaña, éste fue su primer ochomil, para Kilian la cota había sido alcanzada (pero no terminada por los riesgos de aludes) el verano anterior.
Más allá de que haya sido su segunda visita a Oyu, es importante destacar que salió a la una de la madrugada del campo 1 a 6.400 metros, alcanzó la cima a 8.201 metros a las 3 de la tarde, regresó a las 6 de la tarde, volviendo sin casi descanso al campo base. Carlos Suárez, escalador, alpinista, saltador base madrileño, y autor entre otros libros de “Morir por la cima”, señaló: «Son casi dos mil metros de desnivel desde el campo 1 hasta la cima para desde ella regresar al campo base que -creo recordar- dista 11 kilómetros del pie de la montaña… es una barbaridad. Es un máquina»
Kilian, convencido de su estrategia señaló: “ Este tipo de aclimatación exprés parece funcionar y el cuerpo se fatiga menos y por tanto llegamos más fuertes el día del reto». Llegó el pasado día 10 de mayo al Campo Base del Everest, situado a 5.100 m. y escogió la cara Norte de la montaña, que es la menos habitual. Al día siguiente, subió hasta el campo base avanzado (6.400 m) para continuar con su adaptación.
El 14 de mayo, descansó antes de su último entrenamiento, donde subió y bajó desde 6.400 m hasta 8.400 m en un poco más de 9h. Su evaluación del terreno, le hizo darse cuenta la imposibilidad del ascenso por los corredores Norton o Holbeirn. El 17 de mayo, terminó el periodo de aclimatación y aguardó una ventana de buen tiempo para poder iniciar.

Kilian Jornet vuelve al Campamento tras su segunda cumbre al Everest
Kilian Jornet vuelve al Campamento tras su segunda cumbre al Everest

“Hay gente que se piensa que es un reto de locos, pero para mí la montaña es un espacio de libertad”
Kilian Jornet

Primer ascenso: los héroes también son humanos
El 21 de mayo comenzó su travesía y, si bien su planificación no pudo concretarse a la perfección en primera instancia porque no completó el descenso hasta el Campo Base del Everest, su ascenso se trató del más rápido… hasta ese momento.
A las 10 de la noche hora local (+5:45 GMT), inició su primer ascenso, desde allí hizo 15,2 km por la morrena del glaciar hasta llegar al Campo Base Avanzado (ABC, 6.400m). Tardó 4h35 en unir los dos puntos y llegó al ABC a las 2:35 de la madrugada. Descansó dos horas, y continuó la ascensión.
Salió del ABC, y realizó una subida de 8 horas para cruzar el campo 1 a 7.000m., y de allí ascendió al campo 2, distribuido entre 7.600 m y 7.800 m. Luego de una breve parada, intentó continuar a su ritmo normal pero un factor imprevisible lo demoró. Decidió entonces detenerse durante 15 minutos en el campo 3 (8.300 m) para descansar.»No me encontraba muy bien y avanzaba muy lentamente. A pesar de todo, me encontraba bien en altura y decidí continuar «, señaló.

Kilian hace una parada a los 7500 msnm en su camino hacia la cumbre
Kilian hace una parada a los 7500 msnm en su camino hacia la cumbre

El joven montañista hizo cumbre en el Everest a la medianoche, estableciendo un nuevo Fastest Known Time (FKT): 26 horas desde el Campo Base, en el antiguo monasterio de Rongbuk, por la vertiente Norte siguiendo la ruta tradicional. No fue un alud, falta de oxígeno o un problema climático el que detuvo al animal de montaña, sino un hecho que permite romper el mito de que nada lo detiene.
“Kilian tuvo problemas estomacales. Tenía que parar cada 10 minutos. Pasó 12 horas en la oscuridad sin oxígeno y bajo unas condiciones meteorológicas muy malas. No sabíamos dónde estaba y no lo podía ver desde el campamento base….” señaló su acompañante Sébastien Montaz, revelando la heroicidad de Jornet quien, a pesar de ello, no claudicó.
«Hasta 7.700 m me he encontrado muy bien y avanzaba según el planning previsto, pero a partir de ese punto me he empezado a encontrar mal, supongo que por un virus estomacal. Desde allí he avanzado muy lentamente y tenía que ir parando cada poco para irme recuperando. Finalmente, he hecho cumbre a medianoche», dijo Jornet que debió finalizar en el campo base avanzado y no en el Campo Base del Everest.
Posteriormente, y disconforme con su brillante performance, una semana le bastó para recuperarse e intentarlo nuevamente cumpliendo su deseo. La preparación mental y física no alcanzó al principio para cumplir el objetivo del modo elegido, pero eso en lugar de bajar su espíritu aventurero, lo impulsó para redoblar la apuesta de la suerte. Indudablemente, y con más coraje que racionalidad, el montañista decidió volver a intentarlo.

mapa

Fin de la envidia a las ovejas y a la polémica: segundo ascenso certificado
Sólo 6 días más tarde, el 27 de mayo, repetía la ascensión en 17 horas desde el CBA (6.500 m) sumando puntos a su propia leyenda.
“Tiene una genética espectacular, técnicamente domina todas las disciplinas. Cuando era niño le daba la cartera a algún compañero e intentaba llegar al instituto antes que el autobús. Esos juegos le han dotado de una gran adaptabilidad al medio. Creo que sentía envidia de las cabras. La montaña le ha elegido a él”, señaló César Canales, médico referente de la élite alpinista y corredor de montaña que realizó un artículo ¿Sistemas energéticos: Cómo consiguió Kilian hacer la Innominata con tan poca comida?. En su análisis, Canales afirmó que la clave era su fuerza mental.’. En ese momento, al igual que ahora, en algunos círculos de montaña se lo acusó de mentir. El doctor se puso en contacto con él, “le dije que si podía hacerle algunas preguntas y disponer de los datos de su Suunto, que recoge información de frecuencia cardíaca, altitud y velocidad”, y , de ese modo, perdió cualquier dejo de duda.

Partiendo en su segunda ascensión
Partiendo en su segunda ascensión

En esta ocasión, la Himalayan Database, organización con sede en Katmandú (Nepal) ha certificado oficialmente que Kilian Jornet hizo cima en el Everest. De esta forma se disipan todas las maliciosas habladurías que medios, sponsors y montañistas intentaron instalar.
«¡Estoy muy emocionado de haber podido hacer cumbre otra vez! Hoy me he encontrado bien aunque hacía mucho viento y me ha costado bastante avanzar. Hacer dos veces cumbre en el Everest en una semana y sin oxígeno creo que establece una nueva línea de posibilidades en alpinismo y estoy muy contento de haberlo podido llevar a cabo», señalaba Jornet, lejos de las habladurías, sabiendo que desde el campo base avanzado (6.500 metros) hasta la cumbre por la cara norte, logró esta vez dos horas menos (19h15’) a la que consiguió en su primera ascensión.

La indumentaria usada por Kilian
La indumentaria usada por Kilian

Confíen en Kilian Jornet porque es a las montañas lo que la nieve, la roca y el hielo, parte fundamental del concepto”
Jorge Jiménez Ríos

Fast & Light…pero con dron
Bajo el lema: “Rápido y ligero”, el intrépido desafío fue realizado sin equipos pesados ni sherpas, pero con la confianza ciega brindada por una crianza en las montañas. Provisto por Salomon y Arc´teryx, con una lámpara frontal de sólo 300 lumens (seguro elegida por pesar nada más que 92 grs y su polivalencia en cuanto a baterías), una crema solar, y un reloj Suunto (con el que filmó su ascenso), se olvidó intencionalmente de cuerdas y tiendas, aceptando la compañía en el ascenso de Sébastien Montaz, famoso cámara y director de cine con quien está finalizando el proyecto Summits Of My Life (Cumbres de mi vida), relato audiovisual que comenzó hace 5 años, sobre su conquista del Everest.
“En ambos intentos la climatología fue realmente difícil. No esperábamos que hiciese viento pero la previsión falló. Había muchas nubes y un viento de cara de 60 km/h. Por esta razón le llevó a Kilian más tiempo del que habíamos planeado para alcanzar la cumbre”, señaló Montaz.

8

El cineasta acompañó a Jornet por tercera vez en el año y ésta fue la primera ocasión en la que Kilian alcanzó la cima. “Llevé un dron que en teoría no podía volar a más de 5.000 m de altura, ¡pero lo hizo por encima de 7.000!”, señaló Montaz convencido que nada es azaroso.
“No lo sigo, nadie sigue a Kilian (risas)”, señaló el cámara cuando le consultaron si podía seguir a Killian a la altura y velocidad del deportista. “Siempre iba por delante suyo. Salía antes y calculaba un lugar donde pensaba que podría ser muy interesante para el reportaje. Intento no molestarle y él nunca se para a esperarme…”.
Con esta proeza realizó el último de los retos de Summits of my life, su proyecto personal en el que intentó establecer los récords de ascenso y descenso de algunas de las montañas más emblemáticas, y que culminó con el Everest. El trabajo de recopilación audiovisual va ligado a sus valores y cosmovisión de cómo entender la montaña purista y minimalista.
“Nuestra fuerza son nuestros pies, nuestras piernas, nuestro cuerpo y nuestra mente”, reza Jornet como filosofía de vida…Cuál será su próximo desafío?

7

http://www.summitsofmylife.com

Exploracion

Península Mitre, Patagonia Perdida

junio 22, 2017 — by Andar Extremo

1-2-960x541.jpg

30 días. 400 km. Tres amigos a pie, sin ayuda. En 30 días, Gabriel Wapinski, Germán Heigel Sunkowsky y Marcos Luvini recorrieron 400 kilómetros a pie, hacia el verdadero Confín de la Patagonia. Sin ayuda externa, cargando 35 kilos en cada mochila, y con todo lo necesario, realizaron una extravagante aventura. Nota en la Revista Andar Extremo n° 45

Por Matías Gabriel Wapinski, Germán Heigel Sunkowsky y Marcos Luvini

2

La expedición
«Se buscan hombres para viaje peligroso. Sueldo escaso. Frío extremo. Largos meses de completa oscuridad. Peligro constante. No se asegura el regreso. Honor y reconocimiento en caso de éxito». ¿Quién no conoce este texto de Shackleton? Twain, Salgari, Perito Moreno, Defoe, Verne… todo huele más o menos a ese algo que nos circula por las venas cuando vemos un mapa. Aunque hacemos una excepción, nunca esperamos honor y reconocimiento.
La Península, el extremo sureste de la Patagonia, es una tierra prácticamente deshabitada. El lugar, es un recuerdo nostálgico de viejas y enormes estancias como Policarpo o Aguirre tanto, como de los verdaderos primeros pobladores, los “indios a canoa”, quienes recorrían cada palmo de su territorio. Costa plagada de naufragios…
La expedición comenzaría con el final de la Ruta A en la Estancia María Luisa, para terminar el recorrido integral de la Costa de la Península, en el destacamento de Prefectura de Moat donde comienza la Ruta J con destino a Ushuaia.

¿Cómo surgió?
No vamos a mentir. Si bien la idea ya había circulado entre amigos, los planes iban direccionados a la Alta Montaña en Catamarca y San Juan. Sin embargo, una serie de eventos que se dieron en diciembre sirvieron como empuje para preparar en un mes y medio todo lo necesario para afrontar el desafío que se había calado muy fuerte dentro: recorrer todo el perímetro de la Península sin ayuda externa, por nuestra cuenta, sin sponsors, sin GPS… a nuestra manera. El viaje nos revitalizaría. Sentíamos los tres, que nos estábamos estancando un poco en la ciudad. La falta de teléfono satelital, si bien no fue lo pensado, nos dio siempre la pauta de que la única forma de salir era cumpliendo con el desafío. No somos los primeros en recorrerla, hay grandes caminantes de la Península. Seguramente lo nuestro no tenga el típico mérito medido en números, puestos o estadísticas, sino en cómo realizamos nuestro proyecto.

¿Que requirió?
Ser tres personas y renunciar a cuatro trabajos. Invertir, soñar, activar en poco tiempo, cada uno cumpliendo una función determinada para hacer las cosas bien. Amigos desde los seis años, forjamos nuestra relación y el amor por la naturaleza en los scouts, escuela de vida para nosotros, de la cual ya nos despedimos dejándoles con esta expedición lo importante de animarse a seguir lo que llamamos el Woodcraft, el arte de vivir lo natural en toda su plenitud.

3

¿Por qué “a nuestra manera”?
Hoy en día, la aventura, las expediciones, la naturaleza, se viven con un montón de visiones y filosofías. La nuestra es una mezcla del gran juego que significa la vida con el espíritu de servicio que requiere estar atento al plano social, y entender a la naturaleza como una forma “alpina” de vivirla. Así nos educaron. A los once años acampábamos diez días en el monte, cocinándonos y jugando. Con catorce años caminábamos quince días en las montañas de Lanín, Nahuel Huapí, Bolsón, El Turbio, cargando todo en nuestras mochilas y arreglándonos con lo que podíamos conseguir de equipo sin descuidar los principios más básicos de la montaña y el “Leave no Trace”. A los 18, llegábamos a Plaza de Mulas y al Cerro Bonete de la misma forma, cargando todo, acompañados por dirigentes que esperaban que rompamos los paradigmas de la sociedad cambiante o, quizás descubriendo los parajes más escondidos de la Puna Salteña. A los 20, ya pudimos planificar prácticamente solos el Cruce de los Andes para veinticinco jóvenes por Portillo de Piuquenes, de Chile a Argentina, consiguiendo hasta las mulas del ejército y otras cosas por medio de personas que nos brindaron su ayuda para cumplir esos sueños. Desde luego, todo esto, sin perder de vista que cada uno viajaba con su búsqueda personal. Cuando decimos a nuestra manera, nos referimos a que fuimos por nuestros medios, consiguiendo todo nosotros, sin GPS, teniendo en la dieta el pescado que deberíamos sacar y sumando a la expedición varios recorridos de los que no teníamos más referencia que un mapa. Reparamos en nuestros descansos, los puestos a los que arribábamos, anotamos la experiencia, consejos, observaciones sobre ese lugar tan especia… acertamos al creer que así se viviría de otra forma.

Qué necesitamos durante el viaje?
Unos 35 kilos en cada mochila, con comida adecuada para 35 días. De almuerzo: granola o arroz cocinado con arvejas deshidratadas. Sin meriendas salvo días contados. Kit de cocina, bote inflable para cruzar las mochilas en los ríos complicados, cuerda de 35m, botiquín con todo lo necesario (incluido hilo para coser heridas, inyectables, etc.), handies para comunicación, imágenes satelitales, brújula, tabla de mareas y kit de supervivencia y pesca.

4

El recorrido
El inicio se dio el 22 de enero de 2017, luego de estar dos días en Ushuaia comprando las provisiones y consiguiendo transporte hasta María Luisa. Podemos dividir el recorrido en cuatro grandes etapas de siete días cada una aproximadamente.

1° ETAPA- Estancia María Luisa/ Estancia Policarpo
Primer día muy corto pero con espaldas acostumbrándose al peso. Clima complicado: mucho viento y lluvia todos los días. La primera semana se trató de eso, de adaptarse a las mareas, al viento, al horario de las lluvias, al peso, a las distancias. Todo era grande. Aunque esos siete primeros días tenían todavía algo: gente, gauchos que aún pueblan la península trabajando con el ganado, algún grupo a caballo, otros en cuatriciclo. Hasta la Estancia Policarpo, sería así.
Vivimos sin frenar demasiado, conociendo hermosas personas, playas y paisajes, teniendo noches de mucho cansancio, yéndonos a dormir cuando aún había luz… Tuvimos una primera pesca de trucha gracias a los consejos de Martín Imbert, Pacheco, el Chepan, en Río Bueno. Ellos sí son verdaderos gauchos de la Península.
Llegar a Policarpo fue hermoso. La turba era complicada, agotaba el tener que dar pasos largos. Cansó también evitar charcos y pozos inútilmente…al final del día siempre hay uno en el que caes. La península tiene una historia misteriosa y magnífica. Enormes estancias con cientos de empleados, producción lanar, factoría de lobos (siempre hay algo muy negativo en todo, es este caso ver las cifras bestiales de matanza de lobos), aserraderos, dragas de oro…
Estar en lugares como la Estancia, es realmente impactante y siempre deja en uno una nota de angustia. Recomendamos a quien lea este artículo que averigüe más de nuestra Tierra del Fuego y la Península Mitre. Parte de la historia de la Patria está en esos lugares tan alejados, quizás con unas páginas de los libros de Thomas Bridge…
Hasta acá la primera parte de la expedición. Camino marcado, personas, puestos en su mayoría en condiciones, si bien duro, no lo más difícil. Los ríos no fueron de gran dificultad. La dinámica se basaba en que uno probara los mejores cruces, en general cercanos a la desembocadura y en bajamar. El único gran reto lo tuvimos por un error al no chequear bien hasta el final en el Policarpo… terminó con alguien nadando con mochila los últimos metros, pero nada grave.

mapa

2° ETAPA- Estancia Policarpo/ Bahía Buen Suceso
El 29 de enero comenzamos esta etapa luego de un día de descanso. No volveríamos a ver gente hasta llegar al puesto de la Armada, en Bahía Buen Suceso. Si algo podemos decir, es que alguna vez en la vida vale la pena conocer Bahía Thetis. El paisaje, el silencio, el mar, atrapan como muy pocos lugares que conocimos. La pesca de un róbalo dio la magia justa para un atardecer con arco iris y la panza más llena de lo que acostumbrábamos. Un descubrimiento de herraje de naufragio cerca del Cabo San Vicente, sumó a la mística propia de estos paros.
El rodeo de la Bahía era un poco extenso y decidimos cruzar el río en alta, por los horarios. Eso demandó por primera vez el uso del bote y nadar cada uno llevando su mochila. Agua fría, granizo y viento no ayudaban para seguir caminando. De allí al Faro San Diego y algo inolvidable: la Isla de los Estados envuelta en una neblina. Se agitaron nuestros corazones teniendo esa vista para nosotros.
La llegada a Buen Suceso, punto icónico en la expedición, se hizo desear. El deseo de abrir un nuevo camino no terminó bien por un bosque espesísimo, turba y castoreras que inundaban todo. Más allá de eso, llegamos al puesto antes de lo pensado. Caminamos a muy buen ritmo, ganando días que usábamos para descanso. Nunca nos levantamos más tarde de las 7 am y no frenábamos más de 20 minutos al mediodía. La anécdota de esa jornada fue que en Caleta Mauricio, una playa hermosísima en la que pescar fue un fracaso por el ataque de lobos marinos a las cucharitas que nos dejó sin alimento.
Una vez en el puesto de la armada, los ánimos volvieron a subir. Luego de quince días teníamos ducha caliente, la posibilidad de avisar a los familiares que estábamos bien, pan casero y calidez de parte de una guardia que no paró de agasajarnos por ese lapso de descanso… por suerte pudimos darles en retribución buenas historias y otro róbalo fresco para la cena.

5

3° ETAPA- Bahía Buen Suceso/ Bahía Aguirre
A partir del 5 de febrero podríamos decir que comenzó la parte verdaderamente dura de la expedición. No más gente, caminos trajinados apenas por guanacos y baguales obstinados, mucha montaña, cansancio de quince días y 200 km de camino. Si bien parece poco recorrido para la cantidad de días, les aseguramos que para la geografía, el clima y las circunstancias de la Península, es mucho.
Nuestro primer gran desafío fueron los Montes Negros. Para comenzar con la seguidilla de innovación y según la información que teníamos, decidimos buscar sus filos e intentar en un día lo que se realiza en dos por la costa. Las primeras cuatro horas avanzamos 4 km por un bosque podrido, impenetrable y excesivamente empinado, y con el lema “persevera y triunfarás” , transitamos la quinta llegando a las lengas achaparradas y a los primeros caminos de guanacos en filos que veríamos. Les aseguramos a los interesados, que los guanacos son los grandes arquitectos y montañistas, exploradores y pioneros trazando líneas estéticas y perfectas filando entre cumbres, ladeando piedras complicadas, cubriéndose del viento… Luego de doce horas de pelearla, llegamos a Bahía Valentín no sin dejar de mojarnos los borcegos en la turba. Ahí supimos que los castores distorsionan el paisaje e inundan y cambian el recorrido de los arroyos produciendo desastres…

6

El segundo desafío fue la naciente del río el 21 de febrero que, como la victoria de la travesía anterior, nos dio ánimos. Luego de un día de descanso y reparaciones en el puesto “Primer Valentino”, encaramos un filo secundario que corría por detrás del cordón de los conocidos Pirámide, Atocha y Campana. Otra vez luchando un par de horas contra el pastizal, la turba y la lenga, llegamos a los filos donde nos envolvió una tormenta pasajera con un viento tremendo y visibilidad de par de metros. Acampamos en la naciente del río después de caminar casi a ciegas. Al día siguiente pudimos bajar el valle caminando más de cinco kilómetros por el lecho del río en calzas y zapatillas de neoprene. El agua era fría, pero mucho más transitable que la turba, el barro y el bosque. En dos días logramos lo que tarda normalmente tres.
Realizamos en un día sumamente largo, el recorrido que nos llevó hasta la renombrada Estancia Aguirre en Puerto Español. Fue una jornada muy exigente por la presión psicológica de querer llegar ahí sanos y salvos, cumpliendo todo lo que nos habíamos propuesto, y así fue. Vale la pena decir que en nuestros días en Aguirre, conocimos las cuevas de Gardiner, el casco de la Estancia, y pudimos realmente vivir de la pesca.
La última tarde, fuimos con nuestra cañita a 200 m de la desembocadura y después de estar media hora sin ningún pique, con algo más de actitud, nos arremangamos los pantalones y con el agua por las rodillas, en veinte minutos sacamos dos róbalos de tres kilos y uno de kilo y medio. Se imaginará el lector la dicha y orgullo que nos daba el lograr la pesca…tenía un puro sentido de supervivencia. Si hay algo que se siente en la Península, es el hambre.

7

4° ETAPA- Estancia Aguirre/ Destacamento de Moat
Creemos que definitivamente fue la etapa más dura de la expedición. Vale la pena quizás explicar que para los tres este viaje se trató de algo más que lo deportivo, el amor al arte, o la exploración inédita…. Se trató de tener un espacio y un medio para poder abordar tantos temas personales y cuestiones familiares, tantas preguntas y dudas que acechan a los jóvenes como nosotros, que con 24 años debemos saber qué queremos de nuestras vidas. Es complicado, y más cuando nos enseñan en la sociedad que la naturaleza es algo distinto a lo cotidiano.
Así que en esta clave se entiende lo duro del final, ya que todas las noches trataban mucho de charlas del… “cuando vuelva”, los proyectos, las conversaciones que le debemos a algún conocido y de querer avisarle a nuestras familias una cosa: el logro. Y así fue, aunque se hizo desear…
El tercer gran desafío fue el Filo de los Lucio López. Esta extensión de la cordillera de los Andes fue trajinada en algunas partes por los gauchos de la península y algunos exploradores, aunque en lo práctico teníamos referencia únicamente de un grupo de tres jóvenes (a dos conocimos en Río Bueno, Imbert y EL Chepan, nombrados anteriormente) quienes habían recorrido gran parte de sus filos. No teníamos ninguna certeza de poder realizarla completamente.

8

Una vez más a fuerza de hacerse camino, entre canelo, michay, lengas y pastizales, llegamos a los filos. Durante dos días muy duros, recorrimos una cumbre tras otra. El cansancio, el viento excesivo, y la nube que nos cubrió totalmente el segundo día, hicieron muy dura la travesía pero no por eso dejamos de concretarla. Al instante estábamos cruzando en cinco minutos con el bote y a nado, la desembocadura del río López para llegar a un rancho viejo en la Bahía Sloguett.
Teniendo más de 300 kilómetros recorridos, el día 17 de febrero, estábamos dispuestos a realizar en un solo día el tramo de casi treinta kilómetros que une Bahía Sloguett con Moat. A la mañana nos esperaba una tormenta durísima, pero no nos achicamos. Nos pusimos todo lo impermeable que teníamos y salimos a caminar sin parar cinco horas y media hasta llegar a un lugar cerca del Faro San Pío. Empapados y a mitad de camino de Moat, encontramos un rancho perteneciente a un conocido gaucho de la península, y en él nos cobijamos de un viento que nos tiraba al piso. Tortas fritas y mate subieron el ánimo, pero la cosa empeoró hasta la noche.
Al día siguiente salimos “a cara de perro” a caminar bajo la lluvia, pero a la hora y media nos encontramos en la desembocadura de un río del que nadie advierte ni nombra por lo chico y fácil de cruzar, el río Vaca. El agua subida hasta el pecho, iba arrastrando troncos, árboles, piedras de la tormenta que castigaba hacía dos días. Algo extraordinario, a pesar de haber caminado sin parar, de haber superado todo, de haber salido bajo la lluvia y viento, un río inexistente nos estancaba a cinco horas. Nos reímos, lo entendimos luego de intentar cruzarlo y darnos cuenta el riesgo, y volvimos al rancho. Así tenía que ser. Aseguramos no achicarnos, simplemente reconocer los límites.
El último día de la península estuvo lleno de emociones. Cruzar el río que ya había cedido, caminar rapidísimo una distancia que en teoría llevaba tres horas entre Rancho Viejo y el Tambo en dos, llegar a la noche luego de una mala experiencia con un poblador ebrio de la zona…y eso que era la primera persona que veíamos luego de quince días… Al mal tiempo, buena cara. A las 20:00 hs estábamos siendo recibidos por la guardia de turno del Destacamento de Moat que nos abrió sus puertas con mate y galletitas, calefacción y ducha.

9

El resto, fue sensación de un cansancio tremendo por la tensión de los últimos días pero la convicción y satisfacción de haber logrado las cosas a nuestra forma y en su totalidad. Ahora nos esperaba hacer dedo hasta la ciudad, ya que no teníamos transporte auspiciante de la expedición. Eeso sí, también nos esperaba recuperar los seis kilos promedio que cada uno había bajado…
Para amar algo debemos conocerlo, la península necesita amor y personas amantes de sus paisajes y biodiversidad, de su historia, dispuestas a recuperar sus puestos, mantener su pureza, velar por su seguridad. Quedamos a disposición de quienes estén interesados en saber más de este lugar tan especial y único de nuestra república. Recorrer Patria para nosotros, es una forma de hacer Patria.
No somos reconocidos deportistas de alto rendimiento, ni grandes competidores o locos de la guerra que buscan reconocimiento constantemente. Somos personas normales con el anhelo de pisar fuerte en lo que hacemos, rompiendo los paradigmas que día a día nos ofrecen en la cotidianeidad de estos tiempos. La expedición fue una forma de dar testimonio, de poder transmitir un poco a nuestro entorno, a nuestra querido Grupo Scout 137, a nuestra Tropa Araucanos, a nuestras familias, que lo que más se necesita es voluntad para lograr lo que queremos.

10

Agradecimientos.
Queremos agradecer primero y antes que nada a Ignacio Amalvy Degreef, amante y caminante de la península, pionero del documental Latitud 55º Sur, quien sin esperar recompensa alguna, siempre estuvo a disposición para sacarnos las dudas en tan poco tiempo. A Sergio Anselmino, quien nos incentivó enseguida a descubrir los rincones menos visitados de estas tierras.
A la Familia Ercole Zapana, nuestros Anfitriones y colaboradores en una Ushuaia que se hizo hogar. A Daniel de MDA Ootdoor, que con sus consejos, mates y descuentos, nos dio el empuje para poder ir equipados de la mejor manera. A nuestras familias que tanta paciencia nos tienen.

11

Tareas de Cada Integrante
Matías, nadador de rescate y técnico en emergencias médicas, encargado de las tablas de mareas y ser el primero en cruzar los ríos.
Germán, encargado de la Planificación por imágenes satelitales de los recorridos y del itinerario. Durante la expedición, el Chef Oficial.
Marcos, el que más experiencia tenía en larga distancia por haber hecho a los 20 años 900 km del camino de Santiago en invierno en solitario, y haber vivido en un Paraje de la Puna a 3500 msnm caminando mucho los cerros. Fue quien en general guiaba y manejaba la marcha.

12

Exploracion

Alejandra Broglia, Cruce de Las Malvinas Nadando

junio 19, 2017 — by Andar Extremo

1-1-960x640.jpg

Alejandra Broglia vive actualmente en Río Gallegos, Santa Cruz. Tiene 49 años y desde que tiene uso de razón aprendió a nadar en su ciudad natal, Córdoba. Su vida está ligada al agua por completo: trabaja en la Secretaría de Deportes de Santa Cruz en el área de natación, da clases en la pileta municipal, actualmente trabaja en dos clubes y enseña natación. Los invitamos a conocerla a través de una entrevista realizada luego de su proeza de cruzar Las Malvinas nadando. Nota en la revista Andar Extremo n° 45

por Andar Extremo
Fotos Alejandra Broglia

7

Cuándo comienza en tu vida el amor por el agua?
Nado desde los 5 años y a los 6 ya me federaron. Nade once años en la Federación Cordobesa de Natación en pileta y estuve en la selección nacional también. Luego le dediqué mi vida al agua y a la familia. Empecé a dar clases hace mucho, y 4 años atrás unos alumnos me tentaron para hacerlo en aguas abiertas. En realidad me convocaron para que los ayude a entrenar para cruzar a nado el estuario de Río Gallegos. Estuvimos un mes para cruzarlo y cuando terminó el entrenamiento, me terminé enganchando para cruzarlo yo. Me encantó pasar de la pileta al mar, al río.

Cómo fueron los primeros pasos en aguas abiertas?
Acá en Rio Gallegos tengo el rio a dos cuadras, pero no me gusta mucho nadar allí, dado que termina en estuarios. Es medio complicado porque tiene muchas corrientes y la influencia directa del mar, con 4 mareas diarias es básicamente un ingreso del mar en la desembocadura del rio. Mis amigos/alumnos querían eso y terminé nadando y probando cosas diferentes. Lo primero que hice fue ir a una laguna llamada “Laguna Azul”, del cráter de un volcán que queda a 50 km de Río Gallegos. Fuimos a probar un neopreno, porque por supuesto acá todas las aguas son frías, y me encantó… realmente me encantó. Habiendo hecho esa laguna y el estuario, elegí mi próximo paso que fue el Lago del Desierto. Hicimos todos los permisos y fue el primer cruce oficial que hice, en realidad, cruzamos por primera vez en la historia el Lago del Desierto que tiene 10 km de largo por anchos variables. El cruce que hicimos fue aproximadamente de un kilómetro de costa a costa.

Qué tipo de indumentaria usas para estas travesías?
Para el agua trajes húmedos, tienen una medida de 4 mm en la espalda y pecho, 3 mm en los brazos y piernas y 2 en las articulaciones. Sobrecargan mucho los hombros, por eso es necesario que te quede bien porque la carga es grande aunque sean livianos. Quedan al cuerpo, al nadar mucho tiempo se va complicado y tampoco podes usar uno muy finito porque te agarraría frío. Imagináte que en verano la temperatura es de 14° y en invierno unos 5° la misma temperatura que el agua del mar. Luego el equipo se completa con guantes y medias también de neoprene, doble gorro, tapones de silicona y antiparras.
Para afuera del agua ropa, la mayoría de abrigo porque siempre hace frío en estas latitudes. Camperas de abrigo, interiores térmicos y medias térmicas.

Cómo siguió la historia con las travesías en aguas abiertas?
El estrecho de Magallanes lo hice en enero de 2015, el 26 de enero exactamente y me costó muchísimo porque el mar estuvo muy bravo ese día. Éramos 5 desconocidos y tuvimos que hacer papeleríos y tratativas bastantes extensas para que permitieran cruzar el estrecho con la armada de Chile. Cuando nos dejaron, el mar estaba en condiciones estables y a los 10 minutos se puso muy bravo y las corrientes estaban en 28/2. Las embarcaciones que nos acompañaban se daban vuelta y tuvieron que dejarnos e irse al buque de la armada a dejar gente. Cuando nos fueron a buscar nos reconocieron por el torpedo naranja que llevaba. Un cruce que iba a tener 4,3 km termino siendo de 9,1 km en 2 horas 10 minutos. Había olas de un metro y medio, nos dividió a los 5… fue lo más difícil que hice.

Nadabas hasta allí en mar abierto?
Las veces que podía nadar era en la laguna del volcán o en el estuario, pero tampoco habían sido muchas porque prefectura para nadar ahí te piden las mismas cosas casi que para hacer un cruce: una embarcación de apoyo, certificado médico y demás cosas. En abril de 2015 hice el doble cruce de Canal de Beagle desde Isla Gable hasta Isla Navarino. En la segunda isla, el que estaba encargado de la embarcación hizo migraciones y nos estaban esperando dos oficiales Chilenos. Yo estaba en el agua pero previamente le dije que si el papelerío se hacía rápido volvía a Isla Gable y si tardaban mucho, cortábamos y vuelvía en barco. Por suerte, fueron rápidos y volví nadando a Argentina. Pensá que en este cruce tuve que hacer todos los papeles en Ushuaia de allí una hora y media en auto, luego la embarcación me siguió por otra hora y tuvimos que coordinar con los oficiales de Chile porque allí no hay población. Donde llegué, estaba a varios kilómetros, y los militares chilenos tuvieron que coordinar para ir hasta la costa y esperar. Estuvo muy ordenado. A comparación de Magallanes, este mar estuvo muy tranquilo, fue una caricia.

Vas comiendo e hidratándote mientras nadas?
Como mis travesías no son muy largas me acostumbré a no ingerir nada. Mi cuerpo se amolda a eso. No tardo más de dos horas, ni tampoco tomo agua más allá de lo que trago en el mar o en el rio sin querer, por supuesto. En Malvinas suponíamos que podíamos estar más de dos horas pero yo sabía que no iba a comer ni a tomar nada. Voy tan concentrada que no necesito ni líquido ni sólido que me ayude. Lo he hablado con mi nadador de rescate y mi guía, pero lo único que hago es comer una naranja antes de entrenar. A lo sumo en las travesías, desayuno un café con leche o unas galletas con dulce y nada más. En Malvinas antes del cruce, me desperté 5:30 y desayune eso.

2

Ya eras reconocida por tus proezas?
Tengo una realidad que vivo en Santa Cruz, las noticias de aquí no llegan a Buenos Aires. Si bien cuando hice el cruce del Estrecho de Magallanes lo habían realizado sólo 20 personas, en el doble cruce del canal de Beagle fui la primera mujer, el cruce del lago del desierto fuimos los primeros, el año pasado hice dos lagos de la cordillera, uno era el Pueyrredón que lo crucé por la línea imaginaria de división de países (es un lago compartido con Chile). Me tire con el GPS donde cruza la línea imaginaria y se veía bien arriba el hito. La verdad es que estas cosas aquí se dan a conocer pero no tienen repercusión nacional, no llegan porque no tengo una estructura armada. Acá sí me reconocen y saben todo lo que hago, porque también hace 21 años que vivo y toda mi vida estuvo ligada a la natación. Pero ahora con Malvinas cambió todo, porque tuvo una repercusión exterior que no me la esperaba. La planifiqué como una travesía más, me llevó 10 meses, pero Malvinas tuvo ese extra que es el lugar, y a nivel nacional mi nombre comenzó a sonar.


La familia siempre te apoya?

Yo estoy en pareja y mis hijos ya son grandes: Santiago tiene 21 años y Carolina 25- Mi hijo vive en México y mi hija en Córdoba. Desde el principio de las travesías ellos ya estaban afuera y me decían:- “…qué locura vas a hacer ahora?…” Con el tiempo se dieron cuenta que estas locuras estaban muy bien planificadas, entonces las preguntas hoy en día son:- “…de dónde a dónde vas a ir?, cuánto tiempo vas a tardar?, cuánta temperatura va a tener el agua?…” Por suerte están al lado mío. Santiago me acompaño al Beagle y Carolina fue a Malvinas. Deseaba que por lo menos una vez cada uno vieran a su madre nadar y al llegar a la costa tenga esa felicitación de un ser cercano que es como el cierre de haber hecho un buen trabajo.

Aparte de los permisos habituales, tuviste que pedir permiso en Malvinas a los dueños de los campos que vos tocabas en el periplo?
Si, fue lo más complicado. Mis travesías son cruces, generalmente de una costa con la otra y lo común que te piden son seguros de vida que por lo general son caros, autorizaciones, permisos, deslindes de responsabilidades, medidas de seguridad, tenés que llevar embarcación que te acompañe un gomón de rescate, muchas cosas… En Malvinas había elegido cruzar el Estrecho San Carlos que queda bien al norte. Una vez que cumplí con todo, el 26 de diciembre me llegó un mensaje del gobierno de las islas que me decía que además de todo necesitaba por escrito la autorización de los de las tierras que yo iba a tocar de Gran Malvina y de Soledad. Imagináte la situación, una nadadora argentina teniendo que ponerse en contacto con dos desconocidos. Lo primero que hice fue pedirle el contacto al funcionario que era el jefe de seguridad y a los dos días me mandó los teléfonos de los dueños. Tuve que rebuscarme para conseguir el mail de estas personas para enviarle la historia y una carta formal pidiendo el permiso. Luego de las fiestas, el 8 de enero me contestaron de Soledad y me pidieron que les explique cómo iba a ser todo. Entre las exigencias no podía llevar ninguna bandera, ni yo ni la embarcación, ni podía hacer publicidad de ningún tipo. Me comprometí a lo que me pidieron y les expliqué que solamente iba a tocar tierra.

3
“Intento abrir caminos y mentes me gusta innovar”

Cómo fue el momento en el que empezaste el cruce?
Un par de horas antes, comencé a concentrarme, empecé a pensar en el traje, en mis cosas. En el gomón, antes de tirarme, si me miras la cara parezco ida. Me concentro tanto que antes de tirarme ya estoy hace rato con la cabeza dentro del agua. No escucho indicaciones ni nada. Me concentro en que el equipo esté bien, en que las antiparras y tapones estén bien puestos. Media hora antes soy un ente, ya me fui del mundo y estoy pensando en otra cosa. Igual Malvinas fue diferente, porque en la mayoría de los cruces acostumbro a tirarme desde la costa y aquí tenía que empezar a nadar tirándome de un gomón. Desde la costa, me meto y empiezo de a poco a sentir el agua, me preparo… estoy unos segundos. Siempre le pido permiso a la naturaleza, tengo un pequeño ritual interior. Después me meto y nado. Esta vez fue tirarme en la profundidad, a un mar desconocido. Fue raro. En este caso, quedé a 200 metros de la piedra del acantilado que tenía que tocar porque no había costa, y me dejaron a esa distancia porque estaba lleno de algas que se llaman cachiyuyo y llegan a medir hasta 15 metros de longitud. Si se metían debajo de la hélices de los barcos, las rompían. En las imágenes satelitales las habíamos visto, sabíamos que estaban, entonces mi guía me dijo:- te tirás, las sorteás como puedas, llegás a la piedra, levantás la mano, esperás unos segundos y cuando toque el silbato empezás a nadar. Fueron doscientos metros rarísimos, medio gatear y andar entre las algas. Desde arriba se veían muy profundas, danzaban entre las aguas. Pasaba por arriba y no me distraje porque había pingüinos. Fui hasta la piedra, escuché la señal y de nuevo los 200 que encima con el neoprene se te enredan. Una vez que salí de allí agarre la “estoa”, que es una calma entre una marea alta y una baja que duró 20 minutos. Fue un lujo, volaba en el agua.

4

Cómo fue la travesía en sí?
Me sentí cómoda desde el principio, no sabía con qué me iba a encontrar luego de esa estoa. Ese día el mar tuvo una temperatura más elevada de la que esperábamos, pensábamos que iba a tener 8° y tuvo 11,8°. No tuve que concentrarme con el frío, ya que no los sentía. Me concentre en mi guía, que desde el bote me iba dirigiendo. Él es como mis ojos, lo llevo porque desde allí abajo yo no veo la costa, me tiro y nado. No sé si me lleva una corriente, si voy para un lado o al otro, lo único que veo es una línea en el horizonte. Entonces, para enderezarme me grita. El nado fue tranquilo, aunque tuve momentos con escarcea y olas, y alguna corriente que me llevó. Vi cada vez más cerca el acantilado. Tenía que llegar a una playita llamada Fanning Head y sacarme una foto, pero la corriente me derivó 1300 metros más abajo. Lo único que hice fue tocar la piedra y apoyarme, ya que la corriente estaba fuerte y bamboleaba mucho. Atrás escuchaba los gritos de felicidad de Carolina y Cristian. Fueron muy emotivos esos últimos metros.

Qué hiciste cuando llegaste?
Sonreí, metí la cabeza debajo del agua, miré el fondo, di gracias y levanté la mano para indicar que terminé. Me sentí súper feliz, quería llegar a la embarcación y abrazarme con los chicos. Lo hice. Generalmente dimensiono el logro días después.

5

Te sentís parte de un todo cuando realizas estas travesías?
Siempre digo que pido permiso porque ese no es mi ámbito, es un medio que tiene otro ecosistema. Soy muy respetuosa y por eso pido permiso, a pesar de que el agua es mi mundo. Mi ritual interior augura respeto mutuo y soy muy agradecida a la naturaleza. Antes de cada travesía, me interiorizo de los lugares que voy a tocar, su flora, su fauna, qué tipo de costa tiene… por eso cuando toco la piedra y llego a Malvinas lo primero que hago es agradecer.

Qué pensás en el agua?
La mayoría del tiempo voy concentrada en las brazadas y la respiración, el ritmo que llevo sin importar las condiciones del mar. Pienso en mis hijos en mi familia, en la gente que me dice que va a estar pensando en mí, o voy a estar rezando. Pienso mucho en los que me dan su energía, y también en Dios.

Por qué elegiste Malvinas?
Fue como un proceso natural. Después de hacer Magallanes y Canal de Beagle, en los mares australes no quedaba mucho por hacer. A mí me gusta a hacer cruces. Malvinas era lo que venía, encima no lo había hecho nadie, una vez había intentado María Inés Mato pero no lo pudo conseguir porque la agarro una corriente y no pudo.

Qué energía tiene Malvinas como lugar?
Me sorprendido mirarlas desde el aire, se ven completas, es increíble. Desde tierra es muy parecido a Santa Cruz. La vegetación es similar, la gente te trata muy bien, como un turista más. Me sentí muy cómoda desde el primer momento y más luego del segundo día de hacer la travesía con éxito, desde allí tuvo otro color el viaje y me relaje.

Que proyecto hay a futuro?
Tengo planes, pero necesito sponsor para seguir. Hago todo a pulmón y quiero hacer cosas distintas. Me gusta innovar, no necesito estar nadando 24 hs. No hago cosas épicas sino travesías posibles, pero le encuentro la vuelta para que sean en lugares increíbles donde nunca nadie estuvo o pocos han tenido la posibilidad de estar. Voy por ese rumbo. Malvinas se llevó todo mi esfuerzo en lo físico, mental y económico, y estaría bueno contar con un apoyo. En Argentina hay para hacer cosas muy buenas.

6
“No hago cosas épicas sino travesías posibles pero
le encuentro la vuelta para que sean en lugares increíbles
donde nunca nadie estuvo o pocos han tenido la posibilidad de estar”

mapa

Exploracion

DE USHUAIA A LA QUIACA CORRIENDO

enero 30, 2017 — by Andar Extremo

1-7-960x640.jpg

Martín Rodríguez, Desafío Solidario, 5729 kilómetros en 276 Días. Nota en la revista Andar Extremo n° 43

Entrevista A Martín Rodríguez por Andar Extremo
Fotos Jorge Amaya

2

Martín Rodríguez es de Tandil, luego de un pico de stress, decidió correr la Argentina de punta a punta. Un sueño, la solidaridad y las ganas de generar lo imposible lo llevaron a una experiencia que lo marcó de por vida. En una entrevista llena de sentimientos nos cuenta como un proyecto sin apoyo ni sponsor puede cambiar de un día para otro, siendo el motor del viaje, la gente.

Martín Rodríguez es profesor de Educación Física tiene 25 años y durante 9 meses recorrió desde Ushuaia hasta La Quiaca. Lo hizo empujando un carrito en donde llevaba su carpa, bolsa de dormir, ropa, comida y demás cosas. Corrió entre 25 y 30 km diarios dependiendo de las condiciones climáticas y geográficas.
Comenzó su travesía solidaria (los más de 5700 km recorridos fueron transformados en litros de leche y alimentos no perecederos recolectados por Red Solidaria Tandil para 12 instituciones de esta localidad) el 19 de octubre de 2015 y la terminó el 21 de Julio de 2016 en la Quiaca.

Cómo surgió la idea de hacer corriendo, Ushuaia-La Quiaca?
En agosto de 2014 tuve un pico de stress, caminé 10 km en seis horas de forma inconsciente. En ese momento tenía tres empleos, trabajaba 13 horas. Un día, en un hueco de una hora, fui a ducharme a la casa de mi hermana y me quedé dormido. Cuando me desperté estaba sentado en una piedra atrás de las Sierras de las Ánimas en Tandil, donde vivo… ese lugar estaba tan alto como inaccesible, así que comencé a gritar y me tuvieron que rescatar. Esa misma noche quedé internado en el hospital y tuve un extraño sueño: me veía corriendo en una ruta llegando a un paraje, y luego corría nuevamente. Una vez que salí de allí, estuve asistido con psicólogos y neurólogos, tuve un mes sin trabajar donde tenía que si o si bajar un cambio. Cuando quise entra en la misma rutina de siempre, me encontré con que en uno de los trabajos me habían despedido, en otro me mantuvieron y en el tercero me redujeron las horas. Allí empecé a tener tiempo libre, y ese sueño que había quedado dando vueltas en la cabeza me empujó a correr una carrera muy conocida acá que se llama “La Tandilia”. Cuando crucé la meta mi cabeza automáticamente me dijo: -ésto es lo que tenés que hacer!!! Primero le busque a la travesía el lado solidario: cada kilómetro un alimento, contactándome con Red Solidaria de Tandil, y a los pocos días estaba hablando con mi entrenador Diego Simón, para planificar el gran viaje.

Entonces el viaje fue por cansancio social o búsqueda personal?
Me recibí a los 21 años y a los 23 me pasó esta situación… trabajaba en un ámbito social con realidades muy crudas, niños insertos en familias con problemas económicos… eso me hacía muy mal, y en vez de ayudar me terminaba amargando con el agregado de que no tenía tiempo libre para descargar haciendo deporte. Creo que fui llenándome de eso hasta que la cabeza dijo basta.

3

Por qué correr desde Ushuaia hasta la Quiaca?
Cuando empecé a planificar el viaje hasta ese momento nadie había hecho corriendo Argentina de punta a punta. Hacer de Ushuaia a La Quiaca me podía ayudar con la magnitud del proyecto a conseguir sponsor, a difundir con facilidad ya que no había antecedentes de algo así. En realidad pensé que iba a ser más grande de lo que fue en lo que respecta a logística, porque paralelamente surgió otro chico con el mismo proyecto y estuvo apoyado por varias empresas. Rodolfo Rossi es el nombre de este atleta que salió en todos lados.

Lo hizo antes que vos el viaje?
En realidad yo lo organicé antes y un mes después apareció Rodolfo con su idea pero comenzó el viaje en agosto de 2015 y yo lo empecé en Octubre. Desde enero estaba difundiéndolo para conseguir apoyo y se superpusieron los proyectos, pero él lo hizo mucho más rápido porque no iba con carro, tenía tres vehículos de apoyo… Rossi era el Barza y yo Deportivo Riestra… lo más loco es que nos cruzamos, él había hecho 5000 kilómetros con todo su equipo y yo solamente 700 kilómetros con el carrito. A pesar de que él venía muy asistido y yo sólo con el carro, fue muy lindo el encuentro. Rodolfo venía haciendo al revés, de La Quiaca a Ushuaia.

4

Técnicamente, es lo mismo de norte a sur o de sur a norte?
Como lo hice yo es más difícil, porque arrancás desde cero metros y llegás a los 5000 msnm y también los vientos en la Patagonia siempre los tenés en contra. Al no tener tanto apoyo me motivó más hacerla de esta manera que era más osada, aunque al final me repetía: por qué no lo hiciste al revés.

Cuando estabas organizando todo, pensaste de entrada en empujar un carro o la autonomía del viaje te llevó a eso?
Conocía la leyenda del vasco de la carretilla, y hubo un pehuajense que hizo varios viajes así, el Cacique Uruzuna. La idea original era hacerlo con un vehículo de apoyo y correr libre de peso. Al no conseguirlo dije: cómo hago para llevar las cosas?. Probé con una mochila de Mar del Plata a Tandil fueron 172 kilómetros en cuatro días, una maratón diaria y terminé con las rodillas complicadas, eso fue dos meses antes de empezar la travesía. A raíz de eso empecé a pensar en el carrito: primero pensé en uno de bebé pero como iba a llevar peso, andar por ripio, cruzar ríos, necesitaba algo más resistente. Decidí descartar eso y hacerlo con un herrero. El carro sólo pesaba 40 kilos y con la comida la ropa, carpa, etc. llegó a pesar 70 kilos.

Planificaste el día a día o arrancaste viendo lo que pasaba?
Estaba todo sumamente planificado, yo sabía los kilómetros que podía realizar, de dónde hasta dónde iba a cubrir en el día, entonces me abastecía según las distancias que iba a hacer. Al principio corría de 20 a 25 kilómetros diarios, ya que del viaje de Mar del Plata a Tandil me había quedado una tendinitis rotuliana bilateral, así que no había podido ni probar el carro. Imagináte que dos semanas antes de empezar no podía correr más de 20 minutos porque me dolían las rodillas. En Ushuaia no tenía apoyo económico, ni logístico y además no podía correr. Pero lo increíble siempre es cuando uno pasa del dicho al hecho, cómo cambia la cabeza y la mirada de los demás simplemente por estar haciendo terrible travesía… era el super atleta que iba a correr todo el país pero paradójicamente el mismo que hacía una semana atrás en Tandil no era nada. De esos 20 kilómetros diarios al principio, cuando llegué a los 1000 kilómetros me curé: se me fue el dolor, estaba sumamente motivado y cuando quise acordarme ya estaba manteniendo unos 30 kilómetros diarios. Cuando llegué a Chubut, a Gobernador Costa, me senté a planificar desde allí al final. Eso fue 5 meses antes, empecé a calcular y me daba que llegaba el día del amigo a la Quiaca y hasta ese momento era muy significativo porque la gente en el trayecto me había cuidado mucho, había hecho muchísimos amigos. No había ningún récord por cumplir, era un cierre simbólico llegar el día del amigo a las 12 del mediodía. Me adelante y llegué doce menos cinco.

5

Cómo fue el arranque?
Organizarlo fue muy frustrante porque eran todos “no” y de golpe en Ushuaia eran todos “Sí”. Por ejemplo en Ushuaia paré en la casa de un hombre que tenía su hija en Tandil y de allí surgió el contacto. El señor tenía una camioneta y como nevaba y la ruta estaba congelada, yo corría, me iba a buscar, y me llevaba a dormir a la ciudad y al otro día me dejaba en el punto hasta donde había llegado el día anterior. Entonces empecé a tener el apoyo logístico que no había conseguido antes. Mi sponsor fue la gente, lo entendí de esa manera a medida que fui avanzando. Todo Tierra del Fuego me apoyó, así que no usé el carrito. Esto me ayudo a no exigir las rodillas desde el comienzo. No conocía nada así que era todo deslumbrante: la adrenalina de correr, los paisajes, andar en el medio de la cordillera con la nieve… increíble. A partir de ahí se fue difundiendo y en Tierra del Fuego ya me empezaron a ayudar mucho. En Tolhuin la primera población luego de Ushuaia, llegué acompañado con cuatro autos… vivir eso a 3000 km de mi casa era algo alucinante. En Río Grande, llegué con 6 autos y una persona que me acompañaba corriendo. Eso que sucedió allí se contagió en todo el país, cuando arribaba a algún pueblo siempre había alguien para apoyarme que hacía de combustible para seguir corriendo.

Cuándo empezás a usar el carro?
Cuando salí de Tierra del Fuego, allí fueron 15 etapas y solamente lo usé dos. Desde allí a Santa Cruz tenía que pasar por Chile, puntualmente por Punta Arenas y ahí fue otro viaje porque tuve que empezar a correr solo. Hacían 10 grados bajo cero por ripio con el carro… los primeros trayectos fueron muy crudos. Estaba en otro país y si bien los chilenos me trataron muy bien, tenía en la cabeza que estaba en otro lado. El viento comenzó a soplar fuerte y en un momento me voló el colchón; estuve tres noches durmiendo sobre las piedras. Esos días me levantaba todo dolorido. Allí realmente entré en conciencia de lo que iba a ser el recorrido. Llegué a Santa Cruz acompañado de 17 personas, muchos autos, y empalmé la 40 en Río Gallegos… fue muy motivador pero complicado porque no tenía logística. Fueron 130 km que no hice de la 40, pero los reemplacé con los 207 kilómetros que hice de Chile.

5b

Cómo era la rutina del día a día?
Acampaba, luego me levantaba bien temprano miraba el amanecer, en La Patagonia lo hacía más temprano así evitaba los vientos en contra y podía. Desayunaba bien fuerte y tipo 9 o 10 empezaba a correr dependiendo del viento. En una ruta normal los 30 km me llevaban 6 horas. Cada una hora ingería alimentos y si tenía mucha hambre a las 3 horas hacía una buena comida. Iba mirando paisajes, sacando fotos, parando, elongando, descansando. No hacía los 30 km contínuos porque con el carro se ponía difícil. Alrededor de las 6 de la tarde si la ruta estaba buena y tenía el día hecho, merendaba, y sobre todo en Patagonia, aprovechaba para leer un libro o escribir algo porque el día duraba hasta las diez de la noche. En el norte la tierra era muy complicada así que corría de sol a sol, a veces completaba los 30 km, pero otras hacía 20 km en 10 horas… era duro, llegaba, comía y me acostaba. Cuando entraba a las ciudades dependiendo de quién me recibía, ya sea hospedaje o casa de familia, quería aprovechar para conocer la gente que se ofrecía llevarme a pasear. En las ciudades por lo general, terminaba más cansado pero era el momento para compartir y llenarme de energía.

Te alcanzaba la comida?

Comía un montón, tenía dos tipos de comidas: la sana que me hacía bien al físico que la hacía durante la ruta, y la que me hacía bien a la cabeza. Llegaba a un pueblo y comerme una milanesa napolitana con papas fritas era mi mejor trofeo. Imagináte, una vez en un pueblito éramos tres para comer, los otros dos comieron dos porciones de pizza cada uno y yo comí una pizza y media, de hecho nunca perdí kilos sino que gané músculo. La grasa se mantenía normal, y la masa muscular me aumentó por empujar tantos kilos.

Qué decía la gente cuando te recibía?

Primero me decían que estaba loco y después, que era muy emocionante… lo que se generó es uno de los ítems más importante que tuvo el desafío. Llegaba a un lugar y la gente que no conocía, se emocionaba cuando contaba la historia. Tuve entrevistas con periodistas que lagrimeaban en medio de la nota. Me crucé con un veterano de guerra y cuando le conté lo que estaba haciendo, se largó a llorar desconsoladamente, es fuerte que alguien que estuvo en situaciones tan difíciles se emocione con esto. La gente no me conocía y se relacionaba muy rápidamente, gracias a ellos llegué a cumplir el objetivo.

6

A partir del viaje te cambió la visión de la vida?
Creo que es un Martín el que arrancó y otro el que llegó, gracias a la experiencia que viví. La rutina del día a día que tenía en Tandil no me dejaba ver un montón de cosas qué hoy sí veo. Con el tema por ejemplo del colchón, cuando se me voló algo tan simple empecé a valorar otras cosas. Capaz que estaba 9 días sin bañarme, algo tan normal en el día a día, entonces valorás una ducha como nunca. En las charlas que daba en las escuelas y les contaba que en nueve meses vi a mi papá una sola vez y a mi mamá no la vi…uno describe que los intereses son unos y no otros. Yo quiero llegar a viejo y llenarme de momentos, hoy no me interesa el auto ni el mejor teléfono. Quiero que los capitales estén cuando tenga una familia y sean necesarios para mis hijos, mientras tanto no quiero cinco autos, quiero momentos que son los que uno se va a llevar. La vida pasa por otro lado, por valorar lo simple… También es cierto que tampoco puedo vivir haciendo esto porque es puramente satisfactorio, no gané económicamente nada haciendo este viaje. Quiero estirarlo lo más que pueda para poder llegar a viejo lleno de esos momentos.

Cuándo fue el click en el que empezaste a ver orgulloso ese “Martín imparable”?
Fue cuando llegué a al Perito Moreno, la última localidad Santa Cruz. Esta provincia me llevó dos meses correrla. Era un tirón de 350 kilómetros, unos doce días de los cuáles los últimos 100 km los hice con una rueda rota…imagináte los 70 kilos desbalanceados en una zona de mesetas y cerro, con muchísimas subidas y bajadas. El tramo me puso esta prueba y cuando llegué al pueblo Perito Moreno dije: -después de esto, qué puede llegar a pasar? También al final tuve una tormenta de 12 horas en Jujuy, con ráfagas de viento de 130 a 140 km/h con -22 grados y nieve. En el campamento se me rompían las varillas y se me tajeaba la carpa. Fueron 12 horas en cuclillas teniendo la carpa para que no se vuele. Al otro día cuando salí pensé qué me puede llegar a molestar después de pasar por esto. A los dos días me agarró una tormenta de arena y después, ya ni me mosqueé. Estas experiencias límites me fortalecieron.

7

Cómo hacías con la indumentaria?

Te cuento un ejemplo: usé 9 pares de zapatillas en todo el recorrido de las cuales 4 o 5 compré yo y las demás me las regalaron empresas o gente particular. Yo me fui con el dinero de un cuarto de la vida que llevé, en algunos lugares que me invitaron a dormir, a comer y también me ofrecieron indumentaria. Si hubiera sido por lo que tenía hubiera tardado más, o se habría puesto difícil. El sponsor fue la gente.

Cuándo te diste cuenta de que tenías la travesía hecha?
En Patagonia y Cuyo estuve muy acompañado y si bien fue duro, la gente estaba constantemente. En la Rioja, antes de subir la Cuesta de Miranda, había pasado la mitad perfecto (que era Mendoza) y pensé: -ya está, ya tengo el viaje. Inconscientemente comenzaron a aparecer los dolores, porque me empecé a relajar. Un día me resbalé y lastimé. Entonces hablando con Diego Simón me dijo:- vos estás pensando que llegaste y todavía no lo hiciste. Entonces nuevamente me concentré en el viaje. Nada de lo que hice los primeros 5000 km hasta San Carlos, Salta, sirvió hasta que empecé a correr en el ripio los últimos 700 km… fue un desafío aparte. Estos últimos 700 km fueron duros: correr en altura, empujar el carro en un ripio muy blando arenosos donde se encajaban las ruedas y se me resbalaban las zapatillas vencidas haciéndome golpear las rodillas, se me congelaban los dedos, a veces pisaba y me hundía en el hielo y cuando salía tenía un pedazo de hielo incrustado en el tobillo…. Esto realmente fue un desafío aparte. Llegaba al límite con el agua, me tiraba al suelo en el medio de la ruta porque no daba más, y no pasaba ni un auto…la verdad que el final fue muy duro y uno nunca debe dar nada por hecho hasta llegar a cumplir el objetivo, pero cada pasito que daba era un avance que me acercaba a mi casa.

10

Cómo fue la relación con tu familia durante el viaje?
El viaje nos unió más, esperaba la llamada después de días y era un momento muy lindo. Mi papá, mi hermana, su hijo y mi cuñado fueron a mitad del viaje y después Rocío, mi novia, viajó tres o cuatro veces y se encargaba de la difusión contactándome con las municipalidades…. gracias a ella se me simplificaron las cosas. Mi mamá sufrió mucho, bajó como 9 kilos, mi papá estaba tranquilo. Yo también me encargaba de transmitirles seguridad para que se queden bien. No me olvido más, el día que subí el Abra del Acay, 4895 msnm, que eran 105 km de subida (la ruta nacional más alta del mundo), sabía que iba a ser duro y entonces compartí eso en las redes sociales. Antes llamé a mi mamá y le dije:- voy a publicar que va ser duro pero quedáte tranquila que es para que la gente sepa del lugar. Se lo aclaré, pero cuando lo hice y se lo conté, casi se muere, fue terrible.

Cómo fueron los últimos días?
Cuando subí el Abra del Acay tuve un problema en la rodilla, se me congelaron los ligamentos y se me cargaron muchos las piernas, me tuvieron que infiltrar dos veces en el día. En el hospital me decían que tenía dos opciones: -“te faltan unos 300 km, o seguís corriendo y te rompés y con 25 años no corrés nunca más, o mezclás trote con caminata”. Entonces me dije:- superé todo esto… camino y troto. Estaba a 150 km de La Quiaca y no me podía relajar. Fue muy difícil llegar, si bien estaba cerca me sentía lejos por los temores de las tormentas de la nieve. Recién una vez que pase en Jujuy la última localidad, Sucres, a unos 60 km de llegar, volvió la adrenalina y la tranquilidad. En ese momento, la gente que viajaba a recibirme se empezó a acercar y ya no estaba sólo para disfrutar el final.

11

Cómo fue la llegada a la Quiaca?

La llegada a la Quiaca y a Tandil fue lo que más me imaginaba. En la Quiaca fueron muy emocionantes los últimos kilómetros, no paré de llorar…cuando pasé el cartel que decía “La Quiaca” fue increíble. Viajaron casi 30 personas de diferentes partes del país, la recibida fue increíble y la llegada a Tandil fue multitudinaria, me recibieron en la rotonda de la ciudad y corrimos 4 kilómetros hasta el centro de la Municipalidad… fue mucho más lindo de lo que soñé.

Te sentiste extraño al parar luego de hacer tanto ejercicio diario?
Al principio no, porque estaba cansado y me llevaban para todos lados, luego entré como en un duelo porque sentía que todos los días me alejaba de la mejor experiencia de mi vida, pero después el pensamiento fue que eso me iba a marcar para siempre. Cuando en el viaje no sabía dónde iba a dormir, extrañaba la paz de mi casa y ahora extraño la adrenalina de cuando estaba en el viaje. Por suerte ahora estoy haciendo el libro del desafío y me vienen todas esas vivencias a la cabeza. Fue una experiencia muy fuerte. Los primeros días tuve que seguir corriendo y recién a las seis semanas de llegar me acomodé un poco.

Qué proyecto tenés a futuro?

En enero de 2018, deseo hacer el Aconcagua corriendo, quiero entrenar fuerte para estar cerca del record de Karl Egloff con una marca de 11 horas 52 minutos, o cerca del de Killian Jonet de 12 horas 49 minutos… con 13 o 14 horas estoy mas que contento. Este verano voy a entrenar a Neuquén, Mendoza y, si puedo, San Juan para ganar experiencia.

Agradecimientos
A mi familia, a Diego Simón, Silvia, a red solidaria Tandil, a Rocío y a la gente que fue la hacedora de la travesía.

13

RED SOLIDARIA
Los 5279 km recorridos fueron transformados en litros de leche y alimentos no perecederos recolectados mediante eventos que realizó Red Solidaria Tandil para 12 instituciones de esa localidad. Se entregó lo recolectado en instituciones representaban simbólicamente las provincias recorridas. Tierra del Fuego: La Casita de la Unión, Santa Cruz: Comedor Los Nietos, Chubut: Centro Maria Auxiliadora, Río Negro: Reinventar Tandil, Neuquén: Granja Los Pibes, Mendoza: Centro María de la Paz, San Juan: Taller Protegido, La Rioja: Comunidad Vecinal Barrio Las Tunitas, Catamarca: Asociación Redes Tandilenses, Tucumán: Mailen, Salta: Pajaritos de la Calle y Jujuy: Pachacamac.
9

EL VASCO DE LA CARETILLA
Guillermo Isidoro Larregui Ugarte, conocido como El vasco de la carretilla también denominado «El Quijote de una sola rueda», recorrió más de 22.300 km a pie empujando una carretilla de 130 kg.
Hizo cuatro travesías: La primera inició en 1935 cuando tenía 50 años, partiendo del paraje Cerro Bagual, a 120 km de Comandante Luis Piedrabuena (Santa Cruz), llegando a Buenos Aires 14 meses después. La segunda la comenzó en 1943, desde Coronel Pringles (Pcia. De Bs. As.) y la finalizó en La Paz (Bolivia). La tercera la realizó desde Villa María (Córdoba) hasta Santiago de Chile. Su cuarta y última caminata la efectuó desde Trenque Lauquen (Buenos Aires), hasta el Parque Nacional Iguazú, en Misiones.
La carretilla tenía la base de 70 cm x 110 cm y 30 cm de alto y dentro llevaba una carpa de 2,5 metros de largo por 2 de ancho; una cama plegadiza, colchón, colcha, herramientas, utensilios de cocina, calentador, cepillos, brocha, navaja y provisiones. La primera carretilla del vasco Larregui Ugarte quedó en el Museo de Luján.
Guillermo Isidoro Larregui Ugarte había nacido en Pamplona el 27 de noviembre de 1885. Murió el 9 de junio de 1964, cuando aún no había llegado a cumplir los 79 años, en Puerto Iguazú. Lo enterraron en el cementerio de esa ciudad y en ese momento, se había convertido en un personaje de leyenda.

8

EL PATAMOVIL DEL CACIQUE URUZUNA
Adrián, “El Cacique” Uruzuna, entre 1996 y el año 2000 realizó una serie de viajes con un carro que lo apodó el patamóvil.
Actualmente Adrián tiene 53 años, es de Pehuajó y vive en Mar del Plata, es profesor de Educación Física, guardavidas y estuvo 4 años de su vida viajando con un carro: el “Patamóvil”. Realizó cerca de 15000 km, cruzó toda la Argentina desde La Quiaca a Ushuaia en solitario en dos etapas, recorrió todo Canadá también en solitario y recorrió Noruega y Bélgica.
El primer “patamóvil” tenía una estructura de aluminio con una caja plástica, dos ruedas de mountain bike a los costados y dos varas largas de 2,5 m. curvadas, sujetos a la persona por un doble arnés de cintura y pecho, diseñado por Pablo Pilota. Las varas continuaban 20 cm por delante con forma de cuernos para darle el tercer punto de tracción, ya que llevaba al carro de tiro. Ya en la segunda etapa Argentina, de Ushuaia a Mar del Plata, cambió la caja por baúles de camioneta tipo Waterprof, más resistentes y de mayor capacidad, por ende: más comida, equipos de acampe, herramientas y repuestos.
Cuando llegó a Mar del Plata construyó el segundo “patamóvil” más cómodo para correr y podía soltar los brazos ya que tenía tres ruedas, a diferencia del anterior. Era de hierro estructural y tenía un peso sin carga de 28 kg., y con carga de 100 kg.
Calculaba en la media de sus viajes una distancia entre 40 y 45 km por día, haciendo unos 1000 km por mes, contando unos 20 días de trote y el resto de descanso. Viajando con el “patamóvil”, el día que más kilómetros recorrió fueron 72 pero dentro de las 24 horas fueron 81 km.

12

mapa

Exploracion

720 KM EN STAND UP PADDLE POR EL ÁRTICO

enero 24, 2017 — by Andar Extremo

1-4-960x376.jpg

Antonio de La Rosa, de Madrid, es un aventurero conocido por sus innumerables proezas. Realizó 720 km por el Círculo Polar Ártico en Groenlandia, en una tabla SUP inflable, comenzando la travesía el 3 de julio en Ilulissat y finalizándola el 29 de julio en Upernavik. Aquí, una nota de su autoría y una entrevista exclusiva de Andar Extremo en la revista n° 43.

Mi experiencia deportiva junto con mi espíritu inquieto me han llevado en los últimos 7 años a realizar diferentes retos personales, como atravesar en kayak o canoa y en bicicleta las Islas Canarias o las Baleares, cruzar el Lago Baikal en Siberia con esquís, atravesar el Atlántico a remo en 64 días o realizar la Iditarod de Alaska, más de 1600 kilómetros con esquís y condiciones invernales desde Anchorage a Nome.
Hablando con mi buen amigo Javi Gálvez sobre la posibilidad de recorrer la parte Norte de la costa Oeste de esta gigantesca Isla con una longitud de casi 4000 kilómetros, e investigando un poco, vi que había 3-4 personas que habían realizado alguna ruta similar en Kayak, pero nada de SUP por encima del paralelo 70, tan sólo una breve navegación de 1 semana en el paralelo 68 del conocido Bart de Zwart, de la que apenas encontré información ya que realizó muy pocos kilómetros por el viento.
Sobre el mapa, donde uno siempre cree que es sencillo diseñar rutas imposibles, me propuse inicialmente salir de Illulissat y tras llegar a Thule (el pueblo habitado de Groenlandia más cercano al Polo Norte), remar otros 800 kilómetros por la Bahía Baffin que separa a ésta de Canadá y llegar a Alert, asentamiento militar canadiense situado a menos de 500 km del Polo Norte, por este motivo el lugar más poblado cercano al 90 N.

2

Después de hablar y analizar con grandes especialistas y exploradores como el conocido Ramón Larramendi o Javi Gálvez de Artic Yeti, me dijeron que les parecía demasiado ambicioso hacerlo en un solo verano y decidí que mejor llegaba hasta Thule, aunque pensando siempre hacer esos 800 kilómetros al Norte…
Salí del Aeropuerto de Alicante con 7 bultos oversize y 160 kilos de peso acompañado por mi amigo y fotógrafo Luis Martínez, el 22 de junio hacia Islandia donde hice escala durante 2 días. En la Isla me esperaban mis amigos de Artic Yeti, los cuales me ayudaron con la logística del viaje. Todos disfrutamos de dos días muy intensos y divertidos en los que pude tener mis primeras sensaciones en agua helada con la tabla SPS, diseñada exclusivamente 100% por esta marca española para la expedición. Un prototipo muy complejo y difícil de fabricar, ya que su longitud es de 6 metros y su sistema de timón trasero es algo único y completamente novedoso.
El lugar elegido fue el glaciar Jökulsárlón, el más impresionante de Islandia y que merecía la pena conocer. También aquí pude probar mis trajes secos de SUP Skin. Los días antes del inicio de mi reto, ya en Ilulissat (Groenlandia), los destiné a ultimar preparativos: algunos ajustes en la tabla, organizar todo el material que necesitaba para la travesía, preparar comida energética de Victory Endurance, alimentación liofilizada, los trajes secos, el pastor eléctrico para evitar el ataque de los osos polares, comprar un rifle para lo mismo, la tienda de campaña y saco Trangoworld, y resto el material necesario. Aproveché también para hacer otras compras de última hora.
El jueves 30 de junio pronosticaban vientos favorables y decidí que sería el día del inicio del reto. Me sentía muy bien física y psicológicamente para enfrentarme a este desafío Polar. Iba a tener que estar en alerta constante. Es la expedición más peligrosa y arriesgada de todas las que me he enfrentado.

3

Llevaba mucho peso sobre la tabla, más del que hubiera querido, 110 kilos que costaba mucho desplazar y ocupaban un volumen importante y cualquier mal movimiento me podía hacer caer de ella a aguas a 4ºC. También existían osos polares, orcas, narvales o abruptas costas rocosas que te podían pinchar la tabla. En cuanto me alejé de Ilulissat fui testigo del rápido deshielo de los glaciares. Me encontraba muchos bloques o Iceberg de diversos tamaños flotando en el agua… una odisea navegar en esas circunstancias. Se me ponían los pelos de punta con el estruendo que se oía al romperse los bloques, aunque me iba acostumbrando, era como un trueno de tormenta muy cercano. Suerte que no estaba nunca debajo, jejeje… Fuera de broma, debíamos tomarnos en serio ese tema.
Fui aprendiendo muchas cosas a medida que pasaban los días, dado que me encontraba con problemas con los que no contaba. Las paradas a descansar y dormir las intentaba hacer en la costa, pero no contaba con que para ello necesitaba descargar todo el material de la tabla, y ésta dejarla fondeando o sacarla, teniendo en cuenta que antes tenía que comprobar la marea para evitar rotura en la tabla. Perdía en el proceso de 2 a 3 horas… un suplicio. Para que os hagáis una idea, uno de los días me desperté en mitad de la noche y, al salir de la tienda me encontré con que la marea había subido de carácter excepcional y el material estaba flotando en el agua. Tuve que ponerme el traje seco y recoger todo durante una hora, perdiendo algo de comida. Este reto se ha caracterizado por las condiciones meteorológicas anormales. Estuve preparando todo muchos meses antes, preguntando a unos y otros, estudiando el entorno y nada se ha correspondido con lo que me he encontrado. Todos los habitantes me comentaban que estaba siendo un verano inusual, pero lo preocupante también era que los inviernos también estaban siendo más suaves. Los Inuit utilizaban la gran cantidad de perros que había en cada aldea para desplazarse sobre el hielo en invierno, pero llevaban ya 10 años apenas atreviéndose a realizar travesías con los trineos.

4

Después de 10 días de navegación llegué a Niagornat, un sitio de unas 20 casas, donde pude convivir con sus habitantes y comparar su forma de vida con la de los Inuit de Alaska (Groenlandia pertenece a Dinamarca). En Groenlandia no tienen internet o TV parabólica en las casa, están peor comunicados con el exterior, sólo existe un internet comunitario con muy mala señal. No tiene vehículos a motor, salvo un par de lanchas de pescadores y hay muchos perros para la tracción de trineos, y lo más sorprendente: no hay agua corriente en las casas, en Alaska sí. Estuve un par de días parado por el mal tiempo, en los que pude iniciar a los primeros Superos groenlandeses. No se les dio nada mal, ellos podían caerse al agua helada y sobrevivir, llegando a aguantar hasta un 1 minuto en el agua…a mí me pareció impresionante. Yo sin mi traje seco no era nadie.
Conseguí salir del pueblo pero a los pocos días, la constante inestabilidad meteorológica con fuertes vientos y lluvias me obligaron a permanecer otros dos días en una playa con nieve. En estas condiciones fue imposible salir a remar. Tras amainar el temporal pude conseguir bordear la isla donde me encontraba por su orilla derecha, que era más largo pero más seguro. Tenía especial cuidado con estos detalles. En el margen derecho discurría con una costa paralela. En caso de vientos nunca acabaría a la deriva en medio del mar…eso hubiera sido mi perdición.

5

Durante semanas no me crucé con nadie. Esperaba llegar en varios días al siguiente pueblo, pero el tiempo me volvió a jugar una mala pasada. Las predicciones que me enviaba mi hermana por el teléfono satelital cambiaban a las pocas horas. Estaba remando con el mar como un plato y de repente, empezaba un fuerte viento en contra o un oleaje insufrible y tenía que buscar la seguridad de las costas. Las cosas se complicaban casi a diario. Un día saliendo de la costa una ola fortuita me dio un revolcón contra las rocas que me costó un buen susto y varios golpes en una pierna que por suerte no me dieron más problemas que el dolor. Conseguí continuar con un viento leve que se complicó al paso del Cabo Sigguk. Un pescador en una aldea me había avisado que esta punta era muy peligrosa y se había cobrado alguna vida. Son unos acantilados altísimos directos al mar que, mirándolos de lejos, hacían que me pasaran mil peligros por la cabeza: que me tirara una ola, que el viento me llevara a las rocas o que me cayera un desprendimiento de cornisa de hielo sobre la cabeza. Llevaba unos estabilizadores para la tabla, uno lo había perdido, pero ideé otro con un bastón de trekking y el Restube de mis amigos de Poipoi (un sistema de flotación personal). De esta forma conseguí pasar esa zona.
En los días siguientes, antes de llegar a Upernavik (el asentamiento humano más grande en 700 kilómetros a la redonda con casi 1000 habitantes), a los viento en contra se sumaron corrientes y una niebla espesa. Nuevas paradas. Así era imposible seguir. Al llegar a este pueblo me dijeron que estaba siendo un verano muy extraño, como si estuviera a punto de entrar el invierno. En ese momento fue cuando vi difícil llegar a Thule. Llevaba mucho retraso, el invierno iba a llegar en breve y así se haría imposible continuar con mis intenciones iniciales de pasar por Thule y desde allí llegar hasta Alert en Canadá, el pueblo más cercano al Polo Norte.
Aunque parecía que estaba muy loco, siempre evaluaba los riesgos. El único aeropuerto antes de Thule estaba a 800 kilómetros más al Norte, por lo que decidí tras mucha reflexión que este reto por el momento pararía aquí, después de remar 730,7 kilómetros en 26 días, 14 horas, 27 minutos y 30 segundos. No era un final, era un continuará, que pretendo completar en los próximos años.

Entrevista

Antonio como ya lo hemos visto, venís hace años innovando en diferentes deportes incluso has hecho de Madrid a Lisboa en SUP. Mucha gente está experimentando con este deporte. qué te atrapó a vos del Stand Up Paddle?
Es un deporte muy nuevo, siempre me gusto innovar y eso me ha permitido desde el primer momento remar a buen nivel nacional. Sin duda es el deporte más completo de los que he practicado, similar al esquí de fondo donde trabaja prácticamente todo el cuerpo: espalda, brazos y piernas. Además no es nada lesivo y te obliga a ejercitar con alta intensidad para llevar un buen ritmo de paleo. Se lo recomiendo a todo el mundo, tanto para entrenar como para mejorar el balance y core.

6

Qué tuviste en cuenta para remar en el Círculo Polar Ártico?
Sobre todo la seguridad. Llevé muchísimo equipaje, tal vez de más, desde un sistema de cerco eléctrico para evitar el ataque de osos polares cuando estaba en la tienda de campaña durmiendo, hasta dos pequeñas embarcaciones inflables por si acaso se rompía la mía. También valoré las condiciones meteorológicas, índice fundamental para poder cumplir con éxito cualquier expedición en lugares remotos.

Cómo preparaste la tabla para llevar tanto peso?
Diseñé un prototipo de tabla de SUP con la marca SPS española, más grande de lo normal, buscando una buena estabilidad y longitud pero que a la vez fuera rápida. En la parte superior le pusimos varias anillas para atar todo el material, llevaba 4 grandes bultos con un peso total de 110 kilos. La tabla tenía un peso de 20 kilos.

Por la postura es imposible remar muchos kilómetros diariamente?
La postura para hacer kilómetros no es un handicap, al contrario, es más cómodo remar en una tabla de SUP que en un kayak. Un día llegué a hacer hasta 50 kilómetros en unas 10 horas. He llegado a remar con una tabla normal en España hasta 100 kilómetros en 24 horas.

Con qué temperatura remabas?
La temperatura exterior rondaba entre los 5 y los 12 grados, la verdad, muy buena para remar, el problema era que el agua estaba a unos 4 grados centígrados con lo que siempre tenía que remar con un traje seco para evitar la hipotermia si me caía. El gran tema fueron los vientos cambiantes que me obligaron a permanecer en la costa algunos días e incluso a arriesgar más de la cuenta.
Qué animales pudiste observar?
La verdad es que vi menos animales de los que pensé, muchos pájaros de todo tipo, algunas ballenas y focas pero poco más.

Comías lo que habías llevado o pudiste pescar en algún momento?
Pude pescar en alguna ocasión bacalao, aunque es difícil cerca de la orilla en estas latitudes. Lo que sí comí en algunas ocasiones fueron exquisitos mejillones que había por todos los sitios donde paraba. El resto de alimentación fueron liofilizados, barritas y geles energéticos de Victory Endurance.

7

Cómo reaccionaba la gente cuando te veía?
Muy sorprendidos, nadie había navegado en estas latitudes con una tabla de SUP, los Inuits inventaron la navegación en kayak pero les sorprendía que se pueda remar de pie sobre una embarcación, era todo un espectáculo cuando llegaba a algún pueblo. Algún Inuit quiso probar la tabla, no se les daba nada mal la verdad.

Qué complicaciones tuviste que no te permitieron cumplir el objetivo?
El clima, porque estuvo mucho más cambiante de lo que a priori decían las previsiones. Ha sido el peor año, y eso me obligó a retrasarme más de la cuenta. Al final me vi en Upernavik, con más de 700 kilómetros realizados y con otros tantos hasta el siguiente punto de posible evacuación con la duda de si podría llegar a Thule antes de que entrara el invierno. Al final hemos visto que tomé una buena decisión ya que las primeras nevadas en el norte y el cambio de tiempo grande fue a finales de agosto.

Qué nuevo reto estás preparando?

Quiero realizar el próximo febrero una expedición a Laponia de 900 kilómetros con esquís, trineo y en completa autonomía. En verano voy a intentar ser la primera persona en circunnavegar la Península Ibérica con una tabla de Paddle Surf, son más de 3400 kilómetros que pretendo realizar en 3-4 meses, de mayo a septiembre.

Agradecimientos
Quiero agradecer a todas las marcas que me están apoyando, en especial a la Comunidad de Madrid, de la que soy Embajador de Turismo activo y de Naturaleza, a Meridianoraid, Trangoworld, SPS, Victory Endurance, Sierra Norte Madrid, Macario, Shimano, Stevens, Rocroi y Erzia. Familia y amigos, siempre están ahí!!!!!! Graciassssssss!!!!!

mapa

www.antoniodelarosa.net

EditorialExploracionPromociones

EL LIBRO de la Expedición Atlantis

diciembre 20, 2016 — by Andar Extremo23

epopeya3-960x648.jpg

Ya pueden conseguir el libro de la Expedición Atlantis en el stand 149 del salón Azul del Instituto de Publicaciones Navales en la Feria del Libro y el 14 de mayo no falten 19:30 a la presentación en el Stand del diario La Nación en la misma Feria

Libro de lujo para una expedición eterna. Una edición limitada que no da para perder la oportunidad. Reserva un ejemplar en el sitio www.expedicionatlantis.com

libro

EL LIBRO
Un libro para atesorar. Para obsequiar.
Una epopeya para celebrar.
A tres décadas de la expedición deportiva
argentina más importante de todos
los tiempos un excepcional libro
la recuerda y rinde homenaje.
“El romance del deporte y la naturaleza”
Su autor, Alfredo Barragán, relata en
primera persona su experiencia como
jefe de la Expedición Atlantis.
El cruce del Atlántico, desde África
hasta América en la embarcación
más antigua y precaria que
jamás haya usado el hombre:
Una balsa de troncos, sin motor ni timón.
¡Un desafío a los imposibles!

Un libro excepcional que relata esta epopeya romántica con fotos únicas.

“¡Una invitación al hombre a creer en sí mismo!”

CARACTERÍSTICAS DEL LIBRO

Presentación: Tapa dura con sobrecubierta.
Medidas: 33 cm x 26 cm.
Cantidad de páginas: 304.
Papel: ilustración de 150 grs.
Fotos: 170 fotos originales. Mapas. Infografía.
Bilingüe: Español / Inglés .
Incluye:
DVD remasterizado del largometraje original de la expedición.
Facsímil del sobre y la carta de felicitación enviada por el célebre antropólogo y explorador noruego Thor Heyerdahl, capitán de la balsa Kon Tiki que cruzó el Pacífico.”
Autor y Editor: Alfredo Barragán.
Auspicia: CADEI (Centro de Actividades Deportivas, Exploración e Investigación).

ExploracionNieve

CRUCE DE GROENLANDIA, PRIMER ARGENTINO

diciembre 1, 2016 — by Andar Extremo

1-960x720.jpg

Mariano Curiel nació en Hurlingham hace 35 años y por casualidades de la vida se metió en el mundo de las expediciones polares. En mayo se convirtió en el primer Argentino en cruzar Groenlandia a pie en una expedición que le llevó 26 días en esquí y trineos, recorriendo 564 kilómetros con vientos de 140 km/h y temperaturas inferiores a -35 grados, junto a 5 expedicionarios de otras partes del mundo. Nota de la Revista Andar Extremo n° 42.

por Andar Extremo entrevista a Mariano Curiel (fotos Mariano Curiel)

2

Junto a su amigo sueco David Berg, la guía noruega Moa Hundred, el inglés Chris Lambert y las alemanas Adelinde Trixly Christine Huber, emprendieron el 14 de mayo pasado desde el fiordo de Kangerlussuaq, 318 km al norte de la capital Nuuk , el cruce de Groenlandia. El grupo, de entre 23 y 55 años, llegó a su meta en el pueblo de Isortoq, a orillas del estrecho de Dinamarca -unos 100 km al sur del círculo polar, el 8 de junio, en plena primavera boreal. En 1888 el aventurero noruego Fridtjof Nansen, en 42 días, fue el primero en abrir esa ruta en la latitud del círculo polar.

Cómo surge tu relación con las actividades en zonas frías?
Fue de casualidad, a los 23 años trabajaba en una empresa de marketing deportivo y estaba cansado de ese mundo, quería viajar… de rebote terminé en una embarcación rusa que buscaba gente para la parte de hotelería y salía de Ushuaia, sin saber que iba a llevarme con destino a la Antártida. Cuando llegué a esa masa de hielo me enamoré. El barco manejaba expediciones, cuando vi ese mundo dije:- “listo esto es lo que buscaba”. Sabía manejar veleros, siempre estuve relacionado a la náutica, entonces fue fácil comenzar a trabajar con expediciones. Cruzábamos el pasaje de Drake y allí tuve los primeros contactos con ballenas, pingüinos, y quedé fascinado. Eso fue un verano y ya en junio me habían contratado para trabajar en el Ártico. Pasó de ser una aventura a ser parte de mi vida.

Cuándo surgió la idea de hacer travesías en estas zonas?

En realidad fue desde que me mudé a Bariloche que data de unos cinco años que me introduje en la montaña y comencé a caminar por esos lugares. En La Antártida había hecho cosas en hielo pero de un día, salía y volvía al barco.
Así fue que en uno de los viajes al norte hice una caminata de tres semanas por la Costa Este de Groenlandia cerca de Kulusuk. Fue en 2014, realizamos esa travesía implementando el mismo sistema de expedición con esquíes, trineos, carpas y la misma rutina diaria entre arroyos, fiordos y glaciares, pero con un nivel de exigencia menor en lo que respecta a lo físico. Habíamos hecho 250 km y la idea era entrenar para el cruce total. Hasta ese momento era difícil una expedición de ese tipo, dado que tiene costos muy elevados y los permisos son imposibles, así que teníamos que ver cómo hacíamos para engancharnos en alguna expedición. Desde el 2015, por el hecho que hubo accidentes y dos muertes, necesitás un permiso especial que se lo dan a gente que ya haya realizado un cruce. Aunque seas guía profesional, no te dejan, y ahí fue que contactamos a Moa, una chica noruega que podía sacar el permiso. Este año, en enero en Antártida, mi amigo David Berg me comentó la posibilidad de participar en esa expedición. En febrero confirmé. En marzo volví a Antártida y luego tuve un mes para entrenar.

3

Te adaptás al frío, aparte de usar la ropa adecuada?
Sí, me adapto, aparte la ropa que se utiliza hoy es muy técnica, de muy buena calidad. Hoy en día tengo más tolerancia al frío y también mentalmente aguanto más sin ponerme nervioso, porque una cosa es el frío que te molesta y otro cosa es el que causa hipotermia o congelamientos…uno va aprendiendo a darse cuenta antes de que pase algo peor. Esto requiere de entrenamiento para el reconocimiento del peligro. Lo que uso desde siempre para andar, es primera capa merino Lepau que es muy buena, de muy buena calidad….es de nuestra oveja patagónica, no te mojás, no larga olor al no ser sintético. Después, goretex tricapa respira muy bien, si tenés calor te abrís, es ideal para viento, lluvia o si nieva mucho. Lo que se buscás es estar seco. Estas dos prendas son, para mí, lo mejor para este tipo de expediciones. Cuando la temperatura es menor a -15º también me pongo un chaleco, como los de plumas pero de material sintético. Por último, me pongo la campera de plumas cuando se frena a comer, y me cambio los guantes por unos más gruesos para descansar o armar el campamento. Para las piernas uso lo mismo. En los pies, primera capa medias de compresión para facilitar la presión en las piernas, después unas bolsas plásticas para evitar la transpiración y mojar la bota y arriba medias de merino gruesas. Los borcegos son especiales para expediciones nórdicas, son de cuero forrados con goretex que incluye polaina hasta casi la rodilla y se une a la suela.
Para las manos, 5 pares de guantes que los iba cambiando según la situación del viento. Primero, una capa de lana merino o sintético bien fino. Luego manoplas de polar que se le quitan los dedos por si quiero hacer algo. Guantes de cuero, los comunes de obrero, que los engraso para impermeabilizar. Los días que hace más frío, guantes de montaña o manoplas de pluma que arriba les pongo las de goretex.

Cuáles fueron las situaciones más peligrosas?

Al principio tuvimos mucha agua y zona de ríos que formaban grietas. Fue peligroso por el terreno, no por el clima. También en el kilómetro 4, el segundo día me esguince la rodilla pero no pasó a mayores en ese momento. Cuando estuvimos en la parte más alta, a mitad de camino, superando los 2000 msnm el frío se sentía mucho, era el campo de hielo. Allí las temperaturas eran de -35º y menos también. Los días de viento eran peligrosos por la poca visibilidad que complicaba las cosas y aumentaba el nivel de estrés de todos… al frenar te abrigabas y seguías, en el viento te ponías de espalda al mismo y descansabas o armabas la carpa. Hubo un día que íbamos caminando, frenando, andando… Lo más peligroso fue que íbamos a muy baja temperatura y viento de frente, y empezamos a tener principio de congelamiento en la cara y dedos porque estábamos muy expuestos. Después de tres horas tuvimos que frenar. Armamos el campamento y esperamos que pare el viento. Ahí, cuando te detenés, podés cubrirte y mover las manos, pasabas el frío de otra forma.

4

Tenés determinado tiempo para estar expuesto?
Sí, con otra tormenta cerca de una base abandonada, nuestra carpa colapsó y, mientras estábamos ahí vimos que flameaba. Estaba toda llena de nieve pero tuvimos mucha suerte que no se voló ni rompió a pesar de los vientos de más de 140 km/h. Tuvimos que armar la carpa con mucho viento y mucho frío y una vez que armamos la base, estuvimos una hora más para asegurarla fuerte. En esa hora salíamos entre tres y cinco minutos, no más de eso… generalmente eran tres y sentíamos el congelamiento. Con David, salíamos esos minutos porque conocíamos lo que era el congelamiento, era el tiempo estimado en donde sentías que los dedos se congelaban. Entrábamos a calentarnos 5 minutos y salíamos nuevamente a armarla porque sabíamos que si no, se nos podía caer otra vez.

Qué entrenamiento hiciste?
Como ya conocía lo que iba a hacer, no hice el entrenamiento adecuado para expediciones con trineo (salir a caminar tirando dos ruedas que simula el peso del trineo). Mi entrenamiento se basó en caminar en las montañas: Cerro López, el Catedral. Trataba de llegar a hacer caminatas de seis horas para acostumbrar al cuerpo. Ya conocía a qué iba y sabía de este tipo de cosas. Me enfoqué en estar bien alimentado y fuerte para aguantar los primeros 5 días. Después el cuerpo se va acostumbrando a andar en la montaña, y estas físicamente bien. Primero viene el período de adaptación luego de debilitamiento y más tarde el final donde tenés que llegar bien mentalmente.

Cuánto marchaban por día?
En promedio era de 25km por día. Hubo jornadas que hicimos muy poco. La primera salida, por ejemplo, avanzamos sólo 4 km. Fue en la subida al glaciar. En total de los 26 días hubo tres q no avanzamos, dividido en distintas etapas. El día que más avanzamos fueron 36 km. Cerca del final fue más rápido, a pesar de que no te dabas cuenta, ibas bajando 5 metros por kilómetro y eso te hacía acelerar.

5
Cómo es un día de marcha?
Nos levantábamos, y demorábamos una hora y media o dos antes de arrancar con el desarmado. Desayunábamos con un suculento vaso de avena, pasas de uva y manteca o chocolate para ganar calorías. Desarmábamos y de ahí salíamos a hacer marchas de una hora con pausas de 10 minutos, donde comíamos papas fritas, caramelos, pasas de uva o chocolate. Carne, salame, mantecol, alimentos con muchas calorías. Había días que después de la cuarta hora de avance, frenábamos media hora para comer un poco más o descansar y ahí armábamos una carpa. Después seguíamos otras 5 horas. La clave es esa, caminar una hora, 10 minutos de descanso por 4 horas, un descanso prolongado donde hacíamos nuestras necesidades y después seguíamos 5 horas. La clave es recomponer la energía todo tiempo. De no hacerlo en esos 10 minutos a la hora siguiente llegabas muy cansado. Te afecta. Te quedás sin nafta, te cuesta mucho seguir… Al principio tenés que comer a la fuerza porque el cuerpo no está acostumbrado al gasto y aprovisionamiento de tanta energía. Pero al cabo de los días te pide más y más alimento. Comíamos 5000 calorías por día. Fui con sobrepeso de 10 kg y bajé 11kg.

Cómo se hidrataban?
Tomábamos 4 litros por de agua por día. Así como comíamos si o si teníamos que tomar agua. Los primeros días costaban más también, el cuerpo no estaba acostumbrado. Al tener que hacer agua, lo ideal era llegar al campamento con agua líquida y guardarla. Cuando la temperatura era menor a -30º tardábamos entre 2 horas y media y 3 en derretir y calentar unos 4 litros, y así y todo no alcanzaba el hervor.

Cómo hacían para el armado de campamento?
Era el momento más complicado, estábamos muy cansados luego de caminar 14 horas. Doloridos, con hambre y sed, tardábamos 10 minutos en armar la carpa. Nuestro sistema era: mientras yo armaba, había que derretir nieve y calentar el agua casi hasta hervir para hacer la cena, y guardarla para el desayuno del día siguiente. Era un trabajo de hora y media a dos hasta que podíamos comer y después dormir. Armabas la carpa, preparabas los trineos, dejabas todo bien asegurado y una vez que te metías, no salís más. Te quedabas ahí adentro tranquilo esperando que se caliente el agua. Es muy importante en ese momento hacer un chequeo físico, revisarte la cara que no tengas quemadura, los pies, las manos, que esté todo el cuerpo bien. Nos poníamos crema en las heridas y hacíamos una curación de lo que estuviera mal y no dejábamos ninguna herida que se pudiera complicar luego. Cenar, el mejor momento del día! Llevábamos comida deshidratada para la cena que era carne a la cacerola o pescado al curry, era sólo echarle el agua hirviendo y listo. Al minuto, luego de acabarse la comida, era el peor momento del día. Después, meternos en la bolsa y dormir.

6
Corrió peligro la expedición en esos 26 días?
Al principio sí, pero estábamos muy decididos a seguir. Salimos de la ruta segura, la que conocíamos, porque había muchos lagos y ríos y encontramos otro camino alternativo. Después, no en la expedición en sí, pero hubo peligros para algunos. Por ejemplo, cuando nuestra carpa se voló, para nosotros hubiera sido el fin si se hubiera roto. En otro momento de los seis, una de las integrantes (una chica alemana), no comía bien, estaba muy débil, a las dos semanas casi no podía caminar. Ahí nos reunimos y debíamos analizar si la evacuábamos o, lo que hicimos, sentarla a comer y asistirla yendo más lento… un día le hicimos comer una manteca entera!. Se empezaba a retrasar, y por ende nosotros también. Los debatimos en dos situaciones y decidimos asistirla, y así llegamos los seis.

Qué pensás allí en el día a día?

De todo. Primero vas acomodándote, escuchás música, unos radio-libros. Vas con la mente en blanco, navegando… vas con la brújula, tratando de seguir el camino. Cuando estás atrás, es seguir al de adelante. Pensás de todo, lo que te imagines, mil proyectos, ideas de expediciones nuevas, la familia, amigos, en todo el mundo, qué hacer cuando frenás… Llegó un momento que era elegir qué pensar. Te empezás a volver loco porque te caen muchas ideas y no querés caer en un bajón. Así todos los días. La parte mental es la más dura en este tipo de expediciones. Las expediciones polares son: 60% mental y 40% físico.

7
Cómo es el equipo de avance?
Dos trineos chicos plástico, cada uno soportaba hasta 50kg de peso por lo que llevábamos de 80 a 90km cada uno. Repartimos el equipo por pareja. Estaba conformado por: 3 carpas, 4 cocinas, unos MSR modelos nuevos para baja temperatura (calentador de montaña) y 20 lts de combustible. Más esquíes y crampones. El equipo de esquí estaba compuesto por esquíes de fondo con cantos de metal bastante largos y finos, de 2 metros en mi caso, que alivianaba mucho el avance en nieve. Las botas de esquí son modelos especiales con la bota de cuero con una polaina de Gore-Tex incorporada que protege del frío y la humedad. La fijación de esquí de fondo se pone en la bota, sólo en la puntera dejando el talón libre permitiendo el caminar. Y para poder avanzar con los esquíes en pendiente o condiciones planas tirando el peso de los trineos utilizamos lo que se conoce como “pieles de foca”, que es una especie de tela que simula una piel y permite deslizar hacia delante y se frena cuando el esquí se mueve hacia atrás al quedar a contra pelo.

Qué sentiste al aproximarte?

Una sensación muy buena. El día anterior empezamos a ver montañas en el medio de la nada, pero en realidad estábamos a 70 km. Al final de ese día empezábamos a ver el mar. En realidad tres días antes, pero no estábamos seguros, dudábamos que fueran nubes. Parecía que estabas ahí nomás y empezás a pensar en la ducha caliente y en todo lo que vas a comer, pero faltaban como 70km. Esa noche llegamos al último campamento, es donde teníamos que estar más tranquilos porque empezaba el descenso glaciar, las grietas y ríos nuevamente, y el peligro exponencial. Estás llegando y si te apurás tomando decisiones sin pensar tanto, es muy peligroso. Es donde más seguridad tenés que tener. Como trabajo en expediciones desde hace mucho, sé que el 10% al principio y el 10% del final son los momentos más peligrosos, de mayor cantidad de accidentes. Al principio por desconocimiento y al final, por exceso de confianza. Sabiéndolo y todo, nos mandamos por un campo de grietas por el que no debíamos hacerlo, no estaba contento por la situación pero en ese momento donde íbamos rotando el liderazgo, yo quedé atrás del grupo. Por suerte no pasó nada. Veíamos el mar que se unía con el cielo, los iceberg como puntitos blancos, las montañas y el atardecer. Ese día arrancamos a las doce de la noche para llegar a la mañana ya que había luz las 24 horas. Salimos a esa hora que es el horario más frío para que los cauces estuvieran congelados. El último día como el primero, nos juntamos todos en una carpa para la cena de festejo. Todos queríamos llegar pero era una mezcla de sentimientos…se estaba acabando y era una lástima. Desarmar el campamento por última vez fue raro, nos gustaría haber seguido pero en realidad queríamos llegar. Ya estábamos mentalizados en terminarlo. Si en ese momento la expedición se alargaba dos días más, capaz nos caíamos del bocho. Estábamos con la mente en la meta.

8
Sos el primer argentino en cruzar Groenlandia, ¿Cómo pensás seguir?
Lo de ser el primer argentino es anecdótico, no sabía que era el primero, allí me enteré. Lo hice porque tengo pasión en este tipo de expediciones. Está bueno ser el primero, no es conocida esta aventura. A futuro, Groenlandia es la tercera en expediciones polares, primero están polo Norte y polo Sur, que son los desafíos más grandes. Polo Norte es más larga, haciéndola desde la tierra que son más de 800 km. Con el calentamiento global es cada vez más difícil y arriesgada. El Polo Sur es una extensión de lo que hice en Groenlandia pero con temperaturas más bajas, lo mismo pero en 3 meses. Una de las cosas que me gustaría y quiero hacer son los hielos continentales “Campo de Hielo Sur”.

Agradecimientos:
A Lola, mi mujer quien me motivó a hacerlo. Justo estamos construyendo y a pesar de estar ajustados me dijo:- “andá a hacerlo ahora”.
A la gente de Noruega que me pasaba el parte diario meteorológico e informaba a Lola cómo íbamos. A mi familia y amigos, y gente que nos siguió. A Lepau y Antártica XXI que me dieron empuje.
Al pul Club Social de Amigos que me consiguen conexiones

9

ExploracionNieve

POLO NORTE, PRIMERA EXPEDICIÓN ARGENTINA

septiembre 13, 2016 — by Andar Extremo

9-960x640.jpg

Los ocho expedicionarios argentinos que coronaron el Polo Norte el 22 de abril, recorrieron en sólo 10 días 120 km sobre el casco polar con temperaturas que llegaron a los -30 grados. En una entrevista exclusiva Santiago Tito, de la fundación Criterio, y Tomas Heinrich, primer argentino en hacer cumbre en el Everest, fotógrafo y documentalista, nos contaron los pormenores de esta increíble hazaña que quedará en la historia de nuestro país. Nota de la Revista Andar Extremo n° 41

por Andar Extremo
entrevista a Santiago Tito y Tommy Heinrich
fotos Tommy Heinrich

5

La última base en la que estuvieron los nueve expedicionarios argentinos fue Longyearbyen, en el archipiélago noruego de Svalbard, situado 1100 kilómetros de Polo. Se aclimataron al frío ártico practicando maniobras de rescate en el hielo, y ensayaron pruebas de riesgo sobre grietas y ríos congelados para poder conquistar el Polo Norte.
Los expedicionarios Víctor Figueroa, líder, Gustavo Curti, segundo jefe, Ignacio Carro, Juan Pablo de La Rua, navegantes, Emiliano Curti, Santiago Martín Tito, comunicaciones, Luis Armando Cataldo, guía, Tomas Heinrich, documentalista y Mauricio Fernández Funes, el día 22 de abril hicieron flamear la bandera argentina en el Polo Norte por primera vez en la historia.
Caminaron 120 km de Barneo al Polo, lo que les demandó 10 días en jornadas de 8 horas, parando para hidratarse y alimentarse cada una hora. Diariamente recorrieron de 6 a 15 km en esquíes y arrastrándose en trineos de fibra de vidrio con un peso aproximado de 70 kg.
Tuvieron 24 hs de luz diarias y la temperatura promedio rondaba en -25 grados centígrados. Tomaban de 3 a 4 litros de agua para hidratarse. Al finalizar el día armaban el campamento, muestreaban agua y se comunicaban con el mundo
La ONG impulsora de la empresa polar fue la Fundación Criteria. El grupo se propuso alertar al mundo sobre la urgencia medioambiental como una de las amenazas que determinan la seguridad humana. Se trató de la primera misión de carácter nacional, luego de que el 10 de abril de 2013 otro argentino, el andinista Juan Benegas, completara la misma hazaña en siete días junto a cinco expedicionarios rusos.
Más allá de la épica extrema y del mensaje ambiental, el grupo colaboró con el Instituto Antártico Argentino (IAA) en la recolección de muestras de agua a cinco metros de profundidad.

11

Qué sintieron cuando llegaron al Polo Norte?
Santiago: una mezcla de sentimientos… felicidad y orgullo de representar a todos los argentinos al llegar, plantar la bandera y verla flamear… increíble. El Polo Norte es el único punto del mundo en el que todos los caminos conducen al sur. Fue el postre de diez días de trabajo y esfuerzo que se coronaron en ese momento.
Tommy: mucha satisfacción, porque más allá de llegar al Polo Norte, implícitamente la idea y el objetivo era que llegáramos todos, no uno o dos, y lo logramos. Eso significó desde un comienzo trabajar juntos en todo momento, desde los entrenamientos a los viajes de integración del grupo. Estuvimos casi tres semanas en ruta hacia el Ártico y siempre se sostuvo una buena interacción y una buena relación entre los integrantes, eso hizo que se viva con más intensidad. Cuando había un inconveniente, todos salían a ayudar. Jamás dudamos de lo que podíamos hacer juntos y bien.

Cuándo surgió la idea de ir?
Santiago: en realidad el jefe de la expedición Víctor Figueroa coronó el Polo Sur en el 2001 y hace un año y medio se acercó a la fundación porque creía que Argentina debía tener los dos Polos. Nosotros, dentro de la Fundación Criteria, podíamos introducir esta expedición en el marco de nuestra aérea de cambio climático. Empezamos a trabajar en conjunto, y luego de algunas planificaciones y evaluaciones, preparamos el proyecto que comenzó en 2015. Mi rol en la expedición era en comunicaciones, tenía un teléfono satelital para informar a la prensa, dar apoyo logístico, dar la posición por si teníamos algún problema…Cada uno cumplía una función, y era más importante el otro que uno mismo, eso hizo que el objetivo se alcanzara más rápido.

3


Cómo fue el entrenamiento?

Tommy: durante el último mes entrenamos juntos en el Monte Tronador. Ejercitamos lo físico y técnico, con esquíes y bastones recreábamos la caminata sin los trineos. Antes de eso el entrenamiento lo hacía cada uno en su lugar: Emiliano Curti en Mendoza, Ignacio Carra en Santa Fe y la otra parte de la expedición acá en Palermo en el campo argentino de polo, en esquíes por el pasto.
Santiago: lo que me gustaría destacar es que si bien hubo un entrenamiento específico, todos los integrantes ya teníamos una buena preparación física. Todos los militares son instructores de esquí y andinismo. Eran tropa de operaciones especiales en montaña y obviamente Tommy, al ser el primer argentino en el Everest, era la estrella y el gurú, así que había un trabajo de años en actividades de riesgo en montaña. Dentro del grupo había personas que habían estado en Antártida y tenían rescates en el Polo Sur. El último año fue de entrenamiento y además de lo físico, la idea también fue juntarnos, conocernos y entrenar técnicas especiales: arrastre de trineo, rescate en hielo y turismo. El aporte de Juan Benegas, que conocía el lugar, nos dio mucha información. Cuando estábamos allá funcionamos como un reloj, cada uno sabía lo que tenía que hacer y así logramos ser un grupo parejo para caminar en la nieve. Seguíamos el ritmo del equipo, eso fue muy importante porque los tiempos con el frío extremo son muy metódicos. Cuando terminaba una jornada teníamos que armar todo, pero tenía que quedar un resto, y eso debía hacerse en poco tiempo, para no congelarse. Hacía de -25 a -30 grados, era muy difícil trabajar con tanto frío. Armábamos las carpas lo más rápido posible para prender el calentador y meternos.

Cómo fue la bienvenida del frío?
Santiago: el 28 de marzo salimos de Buenos Aires y arribamos a Longyearbyen, en el archipiélago noruego de Svalbard, situada a 1100 kilómetros del Polo. Queda en la altitud 78° N, que es la misma latitud de la Base Belgrano, en el sur. Cuando salimos del avión ya estábamos a -20°, para mí fue chocante porque si bien estuve en temperaturas bajas, no con tiempo tan prolongado. Imaginate estar continuamente a esa temperatura.

2

Qué indumentaria llevaron?
Santiago: ropa técnica, tuvimos camperas e indumentaria Duke y también nos proveyó la dirección antártica y completamos con ropa propia. Teníamos de primera a quinta piel. A esa temperatura aunque te pongas 15 capas el frío se siente. Lo bueno es que tuvimos 10 días de adaptación. Lo que nos sirvió mucho es la piel que se le pone a las camperas en la capucha. Acá en la ciudad uno se cree que es estético y en realidad genera una cámara de aire caliente que protege la piel de la cara. El problema allí era que al caminar transpiraba, entonces la problemática era cuánta ropa íbamos a usar en la marcha. Es impresionante todo lo que uno transpiraba y mojaba, se congelaba. Cuando terminábamos el día, dejábamos dos minutos la campera que habíamos usado para ponernos las de plumas e instantáneamente adentro, tenía todo hielo, entonces había que descongelarla con los calentadores.
Tommy: en esta expedición llevamos los MSR whipperlite. Teníamos dos opciones para marchar: usar la campera de Gorotex pero no la de tres capas sino un poco más fina donde la idea era evitar transpirar pero protegerse del viento. El Ártico a diferencia de la Antártida, no es un continente, es una masa de hielo que se formó sobre el agua, tiene movimiento y un alto contenido de humedad en el aire. Era muy difícil que las cosas sequen, entonces allí entraba el apuro por ir a la carpa lo antes posible. Así se lograba levantar la temperatura y se podía secar la ropa que estaba inevitablemente mojada. Otra cosa que utilizamos son los “Vapor Barriers”, barreras de vapor para las medias, y evitar que mojen las botas en la parte interna. Es como una membrana en forma de saco plásticas, diseñadas con la forma del pie. Con eso evitás que el sudor llegue a mojar la bota. La humedad es progresiva, nunca se llegaba a secar nada al 100%.

7

Cuál era el paso luego de Longyearbyen?
Tommy: en este pueblito de 1500 a 2000 habitantes permanentes, el inconveniente que tuvimos es que debíamos entrar al Ártico en una base rusa que es temporaria. Habitualmente se fabrica a fines de marzo y se desmonta a fines de abril y tiene como propósito: servir de base para científicos y expedicionarios.
Santiago: para que te imagines, la base son tres carpas calentadas, una pista sobre hielo y dos helicópteros. Eso es la base, en el medio de la nada. Tiene carpas estructurales para todo tipo de evacuación, una pista gigante y también un tractor que mantiene la pista y los helicópteros para llevar las expediciones. Está arriba del mar y se mueve. A veces se le forman cráteres y cuando pasa eso no se puede usar, entonces tienen que armar otra pista y mover la base. Estos problemas nos retrasaron 5 o 6 días pero fuimos adaptándonos de a poco al clima y los horarios.
Tommy: en Longyearbyen, cuando llegamos, sólo había de una a dos horas de oscuridad, cuando regresamos de la expedición ya tenían casi 8 horas de oscuridad.
Santiago: uno se acostumbraba a eso, eran las diez de la noche pero parecían las tres de la tarde. Veíamos que estaba el sol pero no calentaba nada, y nos dábamos cuenta cuando era tarde. Adaptamos el cuerpo a la luz de la diferencia horaria, así que estos diez días no vino bien para acomodarnos. Como hicimos esa adaptación, la marcha a las 9 de la noche con sol nos dormíamos, así descansábamos bien para tomar fuerzas para el otro día.

4

Cuánto duro la expedición?

Santiago: La expedición duró 10 pero calculábamos de 8 a 12 días, dependía mucho de la deriva, como es hielo flotando a veces te acercás y otras te alejás. También dependía de las tormentas. Los primeros tres días avanzamos muy poco porque cuando se movía el hielo se formaban lomos de burro de hielo que se partían y se formaban ríos que hacían dificultoso el paso. En ese momento tenías que sacarte los esquíes y pasar los trineos que pesaban 70 kilos. Avanzamos sólo 6 o 7 kilómetros. También nos tocaron playas con un terreno liso donde sorteamos algunos vamps. Esos días hacíamos 15 kilómetros. Por suerte no nos tocó atravesar un río de mar, donde tenías que vestirte con el traje especial, pasar nadando, devolverlo para que se lo ponga otro… eso hubiera traído el peligro de parar y enfriarse.
Tommy:la gran diferencia entre los -20 y los – 30 grados es la rapidez con la que uno pierde el calor corporal, te afecta las extremidades en primer lugar y luego anímicamente te demuele. Ese era el gran desafío: mantenerse emocionalmente entero para sostener esto en el tiempo. El tema del Ártico es que no te da descanso, eso lo tenés en la carpa.

8

Con estos tiempos tan finitos, cómo hacías para documentar?
Tommy: el tema de fotografiar y filmar es lo que me tuvo más nervioso en los días previos. Estuve organizándolo mucho, a diferencia de otras expediciones dado que el factor temperatura iba a incidir porque estaría insistentemente frío. Sabía que los equipos se congelarían, había que lograr que se recuperaran y no perder las baterías. La gran diferencia es que las cámaras de ahora no tienen las pilas doble A de antes, donde podías llevarte 200 o 300. Al llevar baterías específicas para la cámara hay que cuidarlas mucho. Así entendí que la baterías se descargan rápido cuando trabajan frías y cuando la cámara esta fría. Por lo cual el truco era tener siempre una cámara pegada a mi espalda, no podría dejarla en el trineo porque se iba a congelar. Los primeros días metía la cámara adentro en la mochila pero me daba cuenta que se enfriaba mucho. Así que opté por meterle calentadores de mano además de mi temperatura corporal, eso ayudaba a mantener no tan baja la temperatura. La rutina era sacar la cámara de la mochila (previa elección del lugar). Iba siempre segundo en el grupo, me adelantaba un poco, buscaba el ángulo y los hacía pasar. Yo llevaba 10 kg en la mochila de equipo y 15 en el trineo. Lo que hicimos fue distribuir todo ese peso entre los 8 integrantes así podía moverme más ágilmente. La carpa donde estaba era la única de tres personas, porque la idea era que ellos me ayudaran encargándose de la carpa y me diesen la posibilidad de documentar ese momento del día. El gran inconveniente era el congelamiento de mis dedos que lo empecé a sufrir desde el segundo día. Tenía guantes muy finos y se me rompieron de inmediato, llevé tres pares, y se rompieron porque estábamos siempre utilizando bastones. Si bien tenía mitones arriba, se rompían. En las montañas uno puede usar guantes gruesos pero lo ideal en el caso de estar bastoneando es que estén los cuatro dedos juntos para que irradien calor entre ellos y así mantener la mano caliente. El tema es que me los sacaba continuamente y exponía las manos al frío. El tiempo que tenés para tener las manos desnudas es progresivamente menor, quedan muy sensibles. Después del primer congelamiento las probabilidades de congelarte son extremadamente altas.

Se enfermó alguno?
Santiago: algunos con tos común, algo leve, Nos cuidábamos mucho, sabíamos que no podíamos estar más de 10 o 15 segundos sin guantes y con los guantes finos no podíamos estar más de un minuto.
Tommy: algo que parece sonso son las ampollas, en pies y manos, es un tema que teníamos que cuidar y mucho. El dolor que causan las ampollas es terrible, una vez que empezó no lo parás. Estos son detalles que se suman en condiciones extremas. Un integrante se empezó a deshidratar y éramos 7 ayudándolo, le hacíamos mate, vaciábamos la botella para que orine más y asegurarnos que se recupere rápido…era por el bien de la persona y del grupo.

1

Qué día comenzaron la marcha para conquistar el polo?

Santiago: fue el 13 de abril y una casualidad que el 22, día de la tierra, pisáramos el Polo. Tres días antes de llegar, recibimos una carta del Papa que nos agradecía la expedición por ser una causa común.

Cómo fue el comienzo de la tan ansiada marcha?

Santiago: el primer día cuando nos dejó el helicóptero, estábamos en el medio de la nada, tomando conciencia del peligro que asumíamos. Imagináte que dos días atrás teníamos una carpa calentita para movernos, ahora era un desierto blanco y tomábamos conciencia de que si teníamos algún inconveniente, era peligroso.
Tommy: ése fue un momento fuerte para todos, mirabas alrededor y decías:- y ahora qué?. Faltaban 120 km, venías de la comodidad de una serie de situaciones a la que te ibas acostumbrando y de pronto nos teníamos que valer por nosotros, autonomía absoluta. Lo grandioso fue el espíritu del grupo. Cuando uno flaqueaba estaba el otro lado haciendo chistes o ayudándolos.

12

Corrió peligro la expedición en esos 10 días?

Santiago: nosotros no sabíamos cómo iba a ser el terreno al día siguiente, veníamos bien pero al avanzar los primeros tres días 6 km por jornada, decíamos que en esta progresión íbamos a tardar 25 días en llegar y después avanzamos 15 kilómetros por día. Los últimos días se complicaron un poco, pero ya estábamos cerca…tampoco cantábamos victoria pero la realidad es que tuvimos mucha suerte porque si bien afrontamos cosas duras podría haber sido peor. Cuando nos fue a buscar el helicóptero al Polo nos dimos cuenta que si desviábamos la marcha hacia alguno de ambos lados hubiésemos cruzado infinidades de ríos de mar y eso hubiese significado más tiempo, más frío… Pasamos por hielos finos pero no pasó nada. Hasta que no llegáramos no sabíamos, capaz que estábamos a 6 o 7 kilómetros de la meta pero podían ser los 6 kilómetros más largos de la vida. Cruzar un río de mar te podía demorar una hora y media en ubicar la cuerda fija y ponerse el traje. Te tocaban 4 ríos de mar y avanzabas 500 metros. La progresión no la sabías nunca, como así tampoco el logro de la expedición.

Cómo manejaban los tiempos de armado y desarmado con el frío?
Santiago: al principio costaba, pero con el correr de los días teníamos ajustado todo. En una hora desarmábamos el campamento y al llegar, luego del día de marcha, en 30 minutos estábamos adentro de las carpas. Por ejemplo en mi carpa éramos dos y yo estaba encargado de limpiar los MSR, entonces con el correr de los días me volví experto en limpieza de calentadores. Para hacer agua y no pasar frío, hacíamos bloquecitos para que entren dentro de la pava y los dejábamos a mano, afuera. La campera, al principio, la queríamos secar de una forma y a lo último ya sabíamos en que ángulo ponerla y cómo, para que se seque más rápido. Por ejemplo, para obtener las muestras para el Instituto Antártico Argentino, al principio nos costaba manejar y al final lo hacíamos con suma ligereza. Son pequeños detalles que ya en los últimos días ajustamos para sufrir menos.

6

Cómo hacían con la comida?
Santiago:la comida era muy importante, teníamos que ingerir 6500 calorías diarias. Nos comíamos un pan de manteca por día por persona. Cada uno tenía su forma de ingerirlo, yo metía la mitad en una taza de té y la otra mitad con pan. Otros la comían como chocolate.
Tommy: en general avanzábamos una hora en el hielo con los esquíes y los trineos y después era importante hacer una parada de 10 minutos para comer y calentarnos. Hacíamos un té o un poco de sopa y teníamos comidas de marcha, desayuno y cena. Había barras energéticas o proteicas, chocolates y manteca, teníamos fiambres, quesos. Al principio mirabas la comida liofilizada y decías: – esto va a hacer imposible de comer!!, y después lo devorabas.
Santiago:las paradas no podían durar más de diez minutos, porque después de ese tiempo te empezaban a doler las manos. Pasado ese tiempo cuando rehacías la marcha, demorabas 15 minutos para calentarte de nuevo.

10

Cuando estaban llegando al objetivo, cuál era la sensación?
Tommy: después de 9 días de marcha uno tenía sensaciones encontradas, por un lado deseabas que se termine para cambiar la monotonía, pero por otro lado se terminaba un ciclo que uno quería estirar. En lo personal fue una experiencia excelente no sé si tenía ganas de que termine, pero llegar al Polo fue grandioso.
Santiago: de hecho cuando llegabas estabas en el Polo Norte, ponías la carpa esperando que venga el helicóptero y cuando chequeabas al rato el Polo se había corrido 300 metros, y se iba moviendo… estábamos a la deriva.
Tommy: la noche anterior al llegar al Ártico habíamos decidido parar a 4 kilómetros del polo. Teníamos una distancia cómoda para hacer la última jornada y podíamos coordinar con la base la hora de llegada del helicóptero. De pronto, cuando nos levantamos habíamos avanzado 1,7 km, dentro de la carpa estábamos a 2 kilómetros y poco más, el último día. Lo grave y lo más intimidante era que uno de los ríos de mar estaba más grande y a unos 200 metros del Polo. Empezamos a caminar de un lado a otro y pensamos que posiblemente tendríamos que sacarnos el traje. No hubo un momento para relajarse, eso sucedió cuando ya estábamos de vuelta en Longyearbyen.
Santiago: fue el postre que coronó la expedición, el orgullo de llegar de ver la bandera, de cumplir un objetivo. Lo más importante que traje de allá aparte de los miles de mensajes de chicos, de la gente y la carta del Papa, fue poder traer las muestras para el Instituto Antártico Argentino. Fui testigo de los mejores valores, de saber que los argentinos, si nos proponemos las cosas, llegamos. Todo el mundo estaba preocupado por el otro, no por uno mismo y esto, que no se ve todos los días, es un ejemplo para nuestro país. La humildad y el trabajo en equipo, tuvo como consecuencia la llegada al Polo.

AireExploracion

SOLAR IMPULSE

abril 14, 2016 — by Andar Extremo

1-1-960x640.jpg

El avión propulsado por energiza solar, listo para reanudar su vuelo alrededor del mundo

1

El avión Solar Impulse 2 (Si2), propulsado por energía solar y capaz de volar día y noche sin parar a repostar, está listo para reanudar su viaje alrededor del mundo, desde la isla de Hawái. Los pioneros suizos Bertrand Piccard y André Borschberg, se alternarán a los mandos de este innovador aeroplano. Tras pasar 8 meses en tierra, en los que han reemplazado las baterías que se sobrecalentaron en la travesía del Pacífico desde Japón, y de realizar diversos vuelos de prueba, el S2 está listo para despegar. El equipo está estudiando los datos climáticos para identificar cuál será la próxima ventana climática favorable, entre el 15 de abril y el 15 de mayo, que permita a Piccard volar hasta la costa oeste de los Estados Unidos. El objetivo de esta empresa es demostrar cómo las energías limpias pueden conseguir lo que se creía que era imposible.

André Borschberg aterrizó en Hawái a bordo del Si2, tras un vuelo récord de 117 horas y 52 minutos -un total de 8.900 kilómetros- a través del Océano Pacífico, desde Japón, que empezó el 3 de julio de 2015 nunca realizado con anterioridad. Con este tipo de máquina. Borschberg estaba cansado, aunque en buena forma, tras mantenerse despierto la práctica totalidad de los 5 días y 5 noches que duró este vuelo en solitario. No obstante, las baterías del avión sufrieron daños irreversibles debido al sobrecalentamiento, lo que provocó un parón en este proyecto de vuelo alrededor del mundo de 8 meses. El equipo no pudo repararlas lo suficientemente rápido como para reanudar la marcha antes del final del verano, en condiciones aún favorables. Ahora, el avión está listo para reanudar su marcha alrededor del mundo.
“Como nos pasó en distintas ocasiones con la primera versión del Solar Impulse, a menudo los obstáculos se han convertido en oportunidades para mejorar las cosas”, explicó André Borschberg, director y cofundador de este proyecto. “Al final, este tiempo que hemos pasado en tierra nos ha llevado a replantear ciertas cosas, y ahora afrontamos una nueva etapa de este proyecto con mayor fuerza. A veces cuesta un poco más de tiempo encontrar el camino adecuado para desarrollar nuevas tecnologías”.
Entre final de febrero y mitad de abril de 2016, el Si2 completó un total de 13 vuelos de prueba. Tres fueron de mantenimiento, llevados a cabo por el piloto de pruebas del equipo, que confirmaron las prestaciones del avión y el funcionamiento correcto del nuevo sistema de refrigeración. A esos tres vuelos siguieron una serie de salidas de entrenamiento, realizadas por ambos pilotos: 3 a cargo de Borschberg, y 7 a cargo de Piccard, que incluyeron un vuelo de gran altitud, de preparación para la segunda y, asimismo, larga manga a través del Océano Pacífico hasta Estados Unidos.

2

“Un aeroplano de vuelo perpetuo, sin gasolina, como el Solar Impulse, no es sólo pionero en la historia de la aviación, sino también la historia de la energía”, enfatizó Piccard, iniciador y también responsable del proyecto. “El propósito principal de esta aventura es demostrar que la tecnología actual centrada en las energías renovables puede conseguir lo imposible, y animar a la gente a que use el mismo tipo de soluciones de energía eficiente, aplicables en tierra y en la vida diaria en apartados como la movilidad, la construcción, la iluminación, la calefacción, la refrigeración, entre muchísimas otras”.
Tan pronto como las condiciones para volar sean las adecuadas, el Si2 reanudará sus pueblos alrededor del mundo y despegará hacia la costa oeste de los Estados Unidos con Piccard al mando. El equipo está estudiando cuatro destinos potenciales: Phoenix, el área de San Francisco, Los Ángeles o Vancouver. A partir de lo aprendido en 2015, la decisión se tomará dejando un mínimo de flexibilidad para cambiar la ruta. El destino final se escogerá un par de días antes de despegar, dependiendo del clima la misión. Entonces, la máquina continuará su ruta hacia Nueva York, Europa o Norte de África, y Abu Dabi, donde terminará, y donde precisamente empezó esta aventura.
Fotografías gratuitas solo para uso editorial: Solar Impulse
Datos sobre El Solar Impulse
Los pioneros suizos Bertrand Piccard -iniciador y presidente- y André Borschberg -director y cofundador- son los pilotos y los instigadores detrás de este proyecto, El Solar Impulse, el primer avión capaz de volar día y noche sin necesidad de repostar, propulsado única y exclusivamente por la energía solar.
El Si2 concentra diversos tipos de energías limpias, como si se tratase de un laboratorio volante. Es una nave monoplaza hecha de fibra de carbono, que tiene 72 metros de envergadura -más que un Boeing 747- para un peso de 2.300kg, el equivalente de un coche familiar. Las 17.248 células solares dispuestas sobre el ala, cargan cuatro baterías de 38,5 kilovatios cada una, que a su vez propulsan 4 motores eléctricos (de unos 17,5 caballos cada uno) y las hélices, todo ello con energía renovable. El avión es por tanto, capaz de acumular y ahorrar energía durante el día y utilizarla durante la noche. El Si2 no necesita combustible y virtualmente, tiene autonomía ilimitada. Teóricamente, el Si2 podría volar sin parar y solo está limitado por la capacidad de resistencia del piloto.

3

fuente Global Newsroom

Exploracion

Desafío Solidario: De Ushuaia hasta La Quiaca

abril 8, 2016 — by Andar Extremo

12670551_560105180814477_6719356525904242101_n.jpg

Martín Rodríguez, está uniendo todo el país corriendo solo con un carrito, transformando los kilómetros recorridos en donaciones para instituciones de Tandil. Ya lleva 174 días se encuntra en la Provincia de Mendoza, unos 3300 kilómetros corridos y podes saber más de el en el face: Desafío Solidario: De Ushuaia hasta la Quiaca.

11825891_575593349265660_9196740942293525662_n

Martín Rodríguez tiene 25 años, es profesor de Educación Física y es oriundo de Tandil.
En el carrito lleva su carpa, bolsa de dormir, ropa, comida y demás cosas que necesita. Acampa en los lugares linderos a la ruta y cuando llega a las ciudades descansa de mejor manera en algún hotel o en alguna casa de familia que se ofrecen a hospedarlo. Corre entre 25 y 30km por día dependiendo de las condiciones climáticas y físicas. Estima que le llevara entre 9 y 10 meses.

Comenzó su travesía solidaria de unir toda la Argentina el 19 de octubre de 2015. Su sueño de poder ayudar a los que menos tienen haciendo lo que más le gusta se está haciendo realidad. Lleva 3300 km corriendo desde su inicio en Ushuaia.

Los más de 5200 km recorridos serán transformados en litros de leche y alimentos no perecederos recolectados mediante eventos que realiza Red Solidaria Tandil para 12 instituciones de esta localidad. Cada una de ellas representa una provincia por las que atraviesa. Ya se hizo una primer entrega en “La Casita de La Unión”, Comedor “Los Nietos” y Centro “Maria Auxiliadora”. Corresponden a las provincias de Tierras del Fuego, Santa Cruz y Chubut. De regreso a Tandil Martin va a donar la segunda parte.

Verdaderamente no se consiguió los sponsors que se deseaban y un vehículo que lo acompañe, es por eso que lo está haciendo a todo pulmón a pesar de que se le pusieron trabas. Si se quiere, se puede.
Invita a todas aquellas personas que lo deseen acompañar o acercarse, dialogar y ofrecerle ayuda tanto en ruta como en las ciudades. Pasar tiempo con gente lo fortalece.

Fue declarado de Interés Social y Deportivo por el Honorable Concejo Deliberante de la Municipalidad de Tandil

Desde que arrancó recibió mucha ayuda de todo tipo. En Ushuaia lo recibió Pedro, quien lo ayudó a prepararse los primeros días, lo alojó sin conocerlo y además lo acompañó por 40km. En Tolhuin lo recibió la Dirección de Turismo, junto con la Dirección de Deporte y Defensa Civil que lo acompañó 20 km antes de Tolhuin hasta Rio Grande. Lo llevaban y traían para que no acampe en la ruta. También lo recibió la Municipalidad de Tolhuin y en Rio Grande también junto con la Dirección Provincial de Tránsito y Transporte quien lo acompañó por más de 100km. El Transito del Municipio le cortaba las calles mientras avanzaba. La Dirección de Deporte lo hospedó unos días y la cooperativa eléctrica de la ciudad también. En Río Grande participó de la maratón “Corremos por Malvinas”.
Por otra lado, en Rio Gallegos, desde el momento que cruzó la frontera recibió muchísima ayuda. Se han acercado familias y grupos de entrenamiento para acompañarlo esos 65 km que une la frontera y Rio Gallegos. Lorena y Alejando fueron quienes lo hospedaron en su casa toda la semana y lo llevaron al punto donde terminó el día anterior, además de que consiguió muchísimos contactos más que a la distancias se complica, médicos para que lo vieron y personas que lo aconsejaron. Por otro lado, Running Santa Cruz se dedicó a organizar un arco y terminar de gestionar la recibida de Martin por parte del Concejal. Recargó pilas para los largos y duros kilómetros de la Patagonia.
En los puestos fijos también le ofrecieron alojamiento. En 28 de Noviembre lo recibió Nestor Parada y la Municipalidad.
En El Calafate lo recibió Alejandro Borquez, la secretaria de deporte y turismo, tránsito y un arco de llegada.
En Tres Lagos pasó Navidad, rodeado de una familia que lo invitó a pasarlo con ellos, y Año Nuevo estuvo rodeado de una familia amiga de Rio Gallegos que viajó a visitarlo. Además, en su llegada a Gobernador Gregores, fue muy emotiva ya que lo acompañaron cuatriciclos, motos, gente corriendo y en bici. Se quedó 3 noches, por lo que no acampó, ya que el director de deporte lo llevaba y traía a los kilómetros que dejaba el dia anterior.
En el trayecto hacia Perito Moreno tuvo varios inconvenientes, como la rotura de la carpa por las fuertes ráfagas de viento, la rotura de una cubierta de las ruedas del carrito y no avanzar los kilómetros previstos del día por lo que al día siguiente tenía que avanzar más. La gente que se encontraba viajando muy solidaria lo ayudo, tuvo ayuda continua de diferentes personas que se iban acercando.
En Perito Moreno lo acompaño corriendo Verena y lo recibió el secretario de deporte, el Sr. Intendente y personal del gabinete. Se hospedó en la casa de Pablo, el subsecretario de deporte y compartieron los días de descanso recorriendo la zona. Luego siguió para Rio Mayo y Facundo, donde saliendo de ésta última unos chicos de Comodoro Rivadavia que se había hecho amigo lo invitaron a correr la carrera del diario Crónica, lo fueron a buscar dejando unas piedras que señalicen donde había dejado y compartió 5 dias con el grupo Patagonia Team. Fueron a la playa, comieron asado, se hospedó en lo de uno de los chicos y luego de 5 dias lo vuelven a dejar en el km que dejó, el kmm 1998 de su desafío!!!!! Con las rodillas que ya le cuesta caminar intentó visitar a algún kinesiólogo. Pero dolorido él sigue, estuvo con mucha gente rodeada que le fortaleció para seguir avanzando.
A su llegada Gobernador Costa fue muy bien recibido, lo esperaban muy contentos una familia, lo asistieron el dia anterior y aprovecharon a vaciarle un poco el carro. Lorena y Alejandro, los amigos de Rio Gallegos viajaron a Costa para darle una sorpresa. Todos fuimos cómplices. Le habían avisado que provincia le había reservado una cabaña por dos días. Luego de estar 24 horas varados en Gobernador Gregores por falta de nafta pudieron llegar y darle una sorpresa muy linda. Lo acompañaron hasta Tecka, quien en esta ciudad también lo recibieron muy bien.

12439442_581981088626886_5408939626028132910_n

¿ Por qué estoy acá?

“ Muchas veces me preguntan por que inicie esto. Y las veces que respondí , respondí dos respuestas diferentes. Cuando hay mucha gente alrededor, cuando no entre en clima, cuando no estoy seguro, o cuando me da vergüenza , respondí que era por el amor al deporte y por trabajar en una institución que me genero este cambio producto de las cosas que se viven ahí. Y realmente siento esas cosas, pero no es el motor que origino esto.
Otras veces me anime a contar algo de lo que realmente paso, pero nunca tal cual fue.
Entonces siento que no estoy siendo sincero conmigo mismo, al decir las cosas a medias. Pero tampoco me convenía contarlo ya que esto me podía frenar conseguir el gran apoyo que tenía ilusión de conseguir. Pero como no lo conseguí y con el apoyo que tengo soy muy feliz. Llego el momento de largar lo que tengo guardado.
El 28 de Agosto de 2014, fue el peor día de todos. Yo en ese momento trabajaba en tres lugares distintos de 8 a 21 prácticamente todos los días. Buscando ese capital que haga que mi vida económica se acomode un poco. Un laburo que me cansaba físicamente el cual no era relacionado a mis estudios, y los dos otros dos relacionados a la Docencia.
Nunca conseguí acomodarme como quería, y sinceramente me auto exigía por demás. Hasta que un día mi cuerpo habló.
Ese día me quede sin nafta ni bien salí, y con la moto a cuesta fui a cargar, llegando tarde al primer laburo, pero había paro. Por ende no pude cargar, así que otra vez a tiro a casa, donde comencé a sentirme raro , como por ejemplo cuando los autos me tocaban bocina y yo iba sin darme cuanta por medio de la calle.
Llegue tarde, labure y me fui a duchar a lo de mi hermana. Para luego ir a mi Pajaritos de la calle.
Pero estaba tan cansado que me senté dos segundos en el sillón para bajar un cambio. Y creo que me dormí..
Cuando abro los ojos no estaba en lo de mi hermana, aparecí en medio de las sierras tandilenses, para ser exacto detrás de Las Ánimas.
Aparecí en un lugar que no permitía bajar por su altura, y tampoco escalar por la misma razón.
Intente bajar por la cantera pero casi me caigo a una altura de 30 metros. Pero me sostuve de una rama.
No solo estaba aterrado por no saber que hacia ahí, si no aun peor, era que no podía salir.
Comencé a gritar, por que además comenzaba a atardecer.
Grite, pero nadie me prestaba atención. Hasta que , un hombre volando en parapente, se puso a volar arriba mio y a los gritos nos pusimos a hablar.
El vio que venian tres hombres en bicicletas, y los llamo. Y me fueron a buscar.
Sebastián fue quien salvo mi vida. El hizo un tirante con una toalla y me levanto hacia donde estaba el.
Al hablarme no recordaba nada, y ahí me di cuenta de los cortes en las manos rodillas y cara.
Yo insistía en buscar a un amigo. Y en buscar esas plantas de moras que estaban en las canteras. Luego comprendería que eso lo soñé.
Me llevaron a casa , preocupados por mis 6 horas ausentes. Ya que mis compañeras de Pajaritos me comenzaron a buscar.
Fui al hospital, y mucho no recuerdo, pero se hablo de un pico de stress.
Esa noche quede internado, junto a una mujer que se quebró la cadera y un niño que algún problema en la sangre tenia.
Así que entre gritos, llantos y mis nervios me dormí.
Y soñé… Soñé que corría, por una ciudad, luego la ruta , y luego por otra ciudad.
Estuve un mes sin laburar, y quise volver a lo mismo. Pero el trabajo disminuyó.
Y ese sueño, me hacia ruido. Hasta que me decidí por primera vez correr la Tandilia. Le pregunte a mi amigo Fede. Y la preparamos en poco tiempo. Corrí los 11111 metros que dura, en 1h 3 m. Y al cruzar la meta me decidí.
Y ese sueño, se volvió un año de lucha. Donde me costó muchísimo. Pero gracias a mi familia, a Silvia, A Diego, a mis amigos y compañeros. Pero sobre todo , gracias a que el 11 de enero conocí a Rocío. Hoy estoy acá.
No tuve el gran apoyo que se necesitaba. Pero al bajar del avión en Ushuaia. El viaje cambio para siempre.
Hoy llevo 573 kilómetros qué demuestran que los sueños se pueden hacer realidad.
Martín Rodriguez” Publicado el 18 de noviembre 2015 en su página de Facebook.

Es por esto que surge su gran sueño que se está haciendo realidad. El sueño de Martin es unir solidariamente la Argentina corriendo por la Ruta Nacional N°3 en Tierra del Fuego y la Ruta Nacional N°40.

desafiosolidario

Instituciones Tandilenses
Estas Instituciones representa simbólicamente las provincias recorridas. Una vez comenzado el viaje, se harán las entregas a las mismas.
•Tierra del Fuego: La Casita de la Unión.
•Santa Cruz: Comedor Los Nietos.
•Chubut: Centro Maria Auxiliadora.
•Rio Negro: Reinventar Tandil.
•Neuquén: Granja Los Pibes.
•Mendoza: Centro María de la Paz.
•San Juan: Taller Protegido.
•La Rioja: Comunidad Vecinal Barrio Las Tunitas.
•Catamarca: Asociación Redes Tandilenses.
•Tucumán: Mailen.
•Salta: Pajaritos de la Calle.
•Jujuy: Pachacamac.

ExploracionNieve

La Primera Expedición Argentina al Polo Norte

abril 4, 2016 — by Andar Extremo

12472422_1093404610724263_8346033188704645918_n-960x720.jpg

La primera travesía argentina al Polo Norte partirá de la base rusa de Barneo el 5 de abril y recorrerá 120 kilómetros sobre el casco polar.

12472422_1093404610724263_8346033188704645918_n

La última base que arribaron los nueve expedicionarios fue Longyearbyen hace unos días en el archipiélago noruego de Svalbard, situada a 1100 kilómetros de polo. Los argentinos se aclimatan al frío ártico, practican maniobras de rescate en el hielo y ensayan pruebas de riesgo sobre grietas y ríos congelados para poder conquistar el Polo Norte.
Los expedicionarios Víctor Figueroa, líder de la expedición, Gustavo Curti, segundo jefe, Ignacio Carro, Juan Pablo de La Rua, navegante, Emiliano Curti, Santiago Martín Tito, comunicaciones, Luis Armando Cataldo, guía, Tomas Heinrich, documentalista y Mauricio Fernández Funes, este ultimo hará comunicaciones desde la base Barneo se encuentran en la localidad de Longyearbyen y desde allí el 5 de abril por la mañana tomarán un vuelo a la base rusa Barneo donde 8 de ellos caminarán 120 km para hacer flamear la bandera argentina en el Polo Norte por primera vez en la historia.

12472723_1094882983909759_4368529031858653497_n

El 29 de marzo viajaron de Londres a Oslo (Noruega) y al día siguiente ya se instalaron en Longyearbyen.
Calculan que los 120 km de Barneo al Polo les demandará de 7 a 10 días en donde habrá jornadas de descanso ya que caminarán dependiendo de las condiciones unas 8 horas por jornada, parando para hidratarse y alimentarse cada una hora. Cada jornada recorrerán de 10 a 15 km en esquíes y arrastrarán trineos de fibra de vidrio con un peso aproximado de 50 kg.
Tendrán 24 hs de luz diarias y la temperatura promedio rondará en -20 grados centígrados. Cada mañana calculan unas 3 o 4 horas para derretir hielo, cocinar y desarmar los campamentos. Ya l finalizar el día tienen unas 3 horas en armar el campamento, muestrear agua y comunicarse con el mundo
La ONG impulsora de la empresa polar, es la Fundación Criteria, el grupo se propone alertar al mundo por lar urgencia medioambiental como una de las amenazas que determinan la seguridad humana.
Se trata de la primera misión de carácter nacional, luego de que el 10 de abril de 2013 otro argentino, el andinista Juan Benegas, completó la misma hazaña en siete días junto a cinco expedicionarios rusos.

12524137_1093445910720133_1374349731081350496_n

El grupo está bien preparado, luego de un año de entrenamiento intensivo, que incluyó desplazamientos por glaciares en el Tronador y en Caviahue. La mayoría está acostumbrada a esas condiciones extremas: todos son experimentados andinistas. Y, en su mayoría, integrantes de las fuerzas con adiestramiento especial del Ejército. Entre ellos, hay tres «antárticos», dos de los cuales llegaron en 2000 al Polo Sur tras recorrer durante dos meses y medio más de 5000 kilómetros en motos de nieve desde una de las 13 bases argentinas, y soportando temperaturas de -70°C. También se sumó a la misión como fotógrafo y documentalista Tommy Heinrich, el primer argentino en hacer cumbre en el Everest, quien atesora más de siete expediciones a los montes del Himalaya y otras cinco cumbres en el Aconcagua.

12932690_1094882977243093_3230538690334878070_n

Pero más allá de la épica extrema y del mensaje ambiental, el grupo colaborará con el Instituto Antártico Argentino (IAA) en la recolección de muestras de agua a cinco metros de profundidad y en la perforación del pack de hielo en diferentes latitudes para que los científicos locales puedan realizar comparaciones entre las condiciones en ambos polos. La misión, que se lleva adelante durante la primavera boreal y está signada por noches blancas (días de 24 horas de luz solar), aprovecha la ventana climática para la transitabilidad sobre el océano Glaciar Ártico.

Fuente: La Nación y face de la expedición: Expedición Argentina Polo Norte 2016

ExploracionMountain Bike

DEL POLO SUR EN SOLITARIO AL DESIERTO DE ATACAMA

marzo 23, 2016 — by Andar Extremo

cid_38185887-384E-4811-949A-E88D662CE6ED-960x686.jpg

EXPEDICIÓN ATACAMA 2016

Mapa-Atacama

Juan va a atravesarlo de norte a sur, completando más de 1.700 kilómetros. A veces tendrá que soportar diferencias de 30 grados entre el día y la noche. Conducirá su bicicleta a 5.000 metros de altura, remolcando 60 litros de agua para poder sobrevivir a durísimas jornadas. Las temperaturas pueden alcanzar los 50 grados a la sombra.
Como en todas sus anteriores expediciones, Juan la llevará a cabo en solitario y sin asistencia técnica. Se tendrá que enfrentar durante un mes a la sequía y a temperaturas extremas. Como tantas otras veces, surgirán las enfermedades, el mal de altura, fauna salvaje… los miedos. Sus grandes aliados.

IMG_1151

bici-antartica

EXPLICADO POR EL MISMO

¿Qué tal, cómo estáis?
Por regla elemental de cortesía, si me estás leyendo, lo primero que debo hacer es presentarme: Soy Juan Menéndez Granados, tengo 33 años y soy asturiano. Me resulta un poco complicado definir mi profesión, así que casi mejor te digo a lo que me dedico: voy en bici en solitario a los sitios más inhóspitos del mundo. En 2014, tras 46 días pedaleando en solitario, alcancé el Polo Sur. Fui la primera persona en lograrlo sin asistencia… en una expedición en la que tuve el honor de ser embajador de MARCA, el medio que hizo un seguimiento muy especial de esta aventura, y gracias al cual os pude contar mis experiencias.

Tal vez esto te suene… sí, efectivamente, soy «Juan Sin Miedo», soy el de la bici con ruedas gordas que al llegar a la base del Polo Sur escanció sidra. Si eres fiel lector del periódico, tanto en la edición impresa como la electrónica, es posible que mi historia te suene. Por cierto, espero que en su momento te gustase y si no lo hice entonces, te doy las gracias por haberme leído, por los mensajes de apoyo recibidos en las redes sociales… ¡todo suma!

El apodo que tengo no es porque no tenga miedo a las cosas, que lo tengo, por supuesto. Pero digamos que lo que intento con estas expediciones es conocer mis miedos y tratar de superarlos. De eso se trata el deporte, ¿no? De superar unos límites. Los atletas africanos quieren bajar de las dos horas en maratón, los regatistas sueñan con cruzar océanos en el menor tiempo… y yo, pedaleando, trato de estar en sitios imposibles.
ste año voy a cruzar uno de los paisajes más áridos del mundo: el desierto de Atacama. Si hace dos años llegué a estar a más de 40 grados bajo cero en el Polo Sur, esta vez superaré los 40 pero de calor. Me tengo que enfrentar al mal de altura en los Andes, porque atravesaré pasos a más de 5.000 metros, tendré que remolcar hasta 60 litros de agua en la bicicleta… y hay zonas en las que lleva 200 años sin llover.

Calculo que tardaré un mes en completar la travesía del desierto. Unos 1.700 kilómetros. Aún no tengo las fechas exactas de la expedición, pero en apenas dos semanas, estaré tomando un avión para volar hasta Santiago de Chile y desde ahí, a Arica, punto de inicio. Este tiempo antes de cruzar el charco me dedico a la preparación física y mental, a dar las últimas conferencias a empresarios que aplican mis experiencias en la gestión de sus compañías, perfilar los acuerdos de patrocinio, cerrar hasta el último detalle de todas las cosas que me tengo que llevar…

!cid_D2878BD1-6130-4224-A496-63E212ED61A7

ExploracionMontañismo

Fernanda Maciel Récord de ascenso y descenso al Aconcagua

marzo 21, 2016 — by Andar Extremo

fernanda-maciel-hd-59-960x640.jpg

10371717_965000883589614_1065787275421096794_n
Récord de ascenso y descenso al Aconcagua
22 horas y 52 minutos
El sábado 20 de febrero a atleta de Brasil cubrió el trayecto Horcones-cumbre-Horcones en 22 horas y 52 minutos. Siendo el mejor tiempo femenino oficial de ascenso y descenso al Aconcagua desde Horcones en una sola jornada.
La brasileña había logrado la cima semanas atrás, exactamente el 3 de febrero, pero solamente desde y hasta el campo base de Plaza de Mulas, en un record que muchos cuestionaron por tratarse de una prueba normal para quienes habitualmente desafían al Aconcagua en 14 horas 20 minutos .
Esta vez la atleta se propuso cumplir el récord “completo” es decir Horcones-cumbre-Horcones, un trayecto de 80 kilómetros de extensión y 3,5 de desnivel y lo logró con un tiempo total de 22 horas 52 minutos, exactamente a las 23:10 del sábado 20 de febrero.
12743991_964285473661155_1913393901482553660_n
Cabe recordar las impresionantes marcas logradas el año pasado por el español Kilian Jornet (12 horas 49 minutos) y el ecuatoriano Karl Egloff (11 horas 52 minutos) en igual trayecto al logrado por Maciel.
La corredora registró un tiempo de ascenso apenas por debajo de las 15 horas. De Horcones a la cima demoró 14 horas 53 minutos, en tanto que el descenso lo hizo en 7 horas y 59 minutos.El propio equipo de Fernanda Maciel informó que de tal forma también logró el récord femenino de ascenso al Aconcagua, que estaba 17 horas 30 minutos.

Exploracion

Juan Maggi – En lo mas alto del Himalaya

marzo 3, 2016 — by Andar Extremo

juan maggi43
juan maggi6
juan maggi5
juan maggi3
12074868_512560548915284_8821831578271138597_n
IMG_3106

A los 52 años este gran hombre llegó a la mayor altura en donde se puede acceder con una bicicleta de brazos: 5400 ms sobre el nivel del mar. Nota Andar Extremo n° 39

A los 52 años este gran hombre llegó a la mayor altura en donde se puede acceder con una bicicleta de brazos: 5400 ms sobre el nivel del mar

Juan Ignacio Maggi nació en Córdoba y tiene 52 años. Cuando tenía 1 año tuvo poliomielitis y esa secuela lo hizo pasar fronteras. Es uno de los cinco primeros minusválidos en Estados Unidos en utilizar la prótesis biónica C-Brace, un dispositivo tecnológico ortopédico que ayuda a estar de pie. Hace menos de 1 mes llegó a los 5400 ms en el Himalaya. Una historia que desafía límites físicos y mentales, un relato digno de leer.

Cómo ingresás al mundo de la aventura?

 Históricamente yo no soy deportista de montaña, corría maratón. He corrido el Iroman como deporte de largo entrenamiento, pero entré en esto para transmitir un mensaje: con mi incapacidad he podido llegar a esta altura. Justamente elegimos ese lugar para poder gritar que se puede.

Comenzaste de chico?

En realidad yo fui anti deportista. Hasta los 37 años vivía en una oficina trabajando, y con mucha vida social. Mucho cigarrillo, en una vida social donde por ahí tomás una copa de más…y terminó donde tenía que terminar: un infarto. Empecé a vivir como un enfermo cardíaco hasta que una vez le dije a mi mujer que estaba haciendo vida de una persona grande. Yo no quería eso para mí. Incursioné con esto de la actividad física y me puse como meta la maratón de New York. Ahí arranqué carreras deportivas. Hace un par de años las “piernas biónicas” me han dado estado público y esa situación me permitió poder salir a contarle a la gente mi mensaje y poder llegar a la comunidad de personas con discapacidad, a personas que están pasando un momento y no se animan a arrancar. Hay que tratar de animar a la gente; creo que estamos en una sociedad llena de mala onda y agresión y yo estoy con mi historia intentando contener a la gente.

Imagino que tu mujer y tus cinco hijos cuando arrancaste con el deporte habrán dicho:-“qué le pasó a papá…”

Nosotros almorzamos todos los domingos con mis hermanos, sus familias, mi viejo y mi vieja. Yo era de caminar 3 metros y tener que sentarme, agotado por el físico, la discapacidad, porque estaba gordo y no me movía y… me senté un domingo  y les dije: voy a correr la maratón de New York!. Recuerdo que se dieron vuelta, me miraron y deben haber pensado: “éste anoche tomó de más” (risas). Nadie me creía nada porque era una cosa super lejana.

Y seguramente no tenía ni bicicleta ni nada…

Nada, nada…no tenía ni pantalón corto ni zapatillas! Salió esto de empezar a buscar la bicicleta para la maratón, y  me crucé con un amigo de la vida, que era un deportista reconocido en Córdoba, en el mundo del rugby y le pedí que me entrenara. Estuve al principio moviéndome poco porque no tenía ni bicicleta así que me metí en internet, la compré y me llegó en junio. Corrí mi primer maratón desde Rosario, como primer entrenamiento para New York. Ahí arranqué hasta que llegué al Himalaya. Me apasioné en el deporte, me apasioné al ver que mi cuerpo ya no era una rastra, sino que era el motivo por el cual entraba mi satisfacción, mi felicidad…entonces me dediqué mucho a esto.

Siempre tuviste esta incapacidad, pero más allá de eso, cuando eras chiquito, al menos soñabas algo así? Pensabas en cruzar la cordillera, ir a la montaña, como hiciste Pircas Negras…

Hice Pircas Negras, hice Champaquí… caminando, todavía no entiendo cómo llegué arriba caminando con el bastón. Yo digo que estoy haciendo hoy cosas de chicos, aprender a caminar, ir a Los Gigantes de Córdoba como van un día los estudiantes, ir a Champaquí… estoy como chico con juguete nuevo con todo.

El entrenamiento debe ser todo un aprendizaje…

Y si… hace 15 años que vengo entrenando. Para ir al Himalaya ( lo tengo contado) tuve un entrenamiento de 109 días desde el día que deseé ir hasta que salimos para allá. Durmiendo en carpa! Yo nunca había dormido ni en bolsa de dormir …toda una experiencia nueva.

Cómo fue el entrenamiento que hiciste en el día a día?

Entrenaba entre 4 y 5 horas por día, he llegado a hacer picos de 130  en 2 días, en menos de 24 hrs. El fin de semana iba a Champaquí, arriba de los 1000 para poder estar un poquito más alto y el entrenamiento más largo de montaña y de ripio, todo lo que tenía que ver con descensos rápidos, caminos rotos.

Qué es lo más exigido, las subidas o las bajadas?

Las subidas se sienten mucho, porque un ciclista profesional  tiene una masa muscular que tracciona los pedales y es muy distinta a la que tienen los brazos. Es un casi 60 % inferior. Las pendientes se sientes muchísimo.

Cuando te decidiste ir al Himalaya también venía la historia de un documental?

Cuando nosotros fuimos a Pircas Negras nos encontramos con un chico que se dedica a la montaña en cuatriciclo, al que le pedí que me hiciese de guía, de soporte. Cuando bajábamos me preguntó si no me animaba a filmar un documental para presentar al Banff y me ofreció ir a Coronel Díaz a hacer el video, y cuando volvimos le conté la idea a un amigo que hace filmaciones sobre mi historia, para mostrar que se puede, y me dijo que sí… entonces ya que vamos a hacer tanto quilombo, vamos más lejos y más alto! (risas) Lo contacté a él con Mariano Lorefice. Yo había ido a los volcanes de Costa Rica a inaugurar la bici y me había dado su dato del guía allá porque él no podía y me empezó a mandar emails sobre el Himalaya… es como que se alinearon los astros. El chico del documental, mi amigo y el Himalaya que me insistía, y bueno, allá partimos.  La verdad que la dedicación, la pasión y la paciencia que puse, que pusimos, en esto, dio sus frutos. Cunando vinimos, empezamos a editar y a contar la historia, de pronto explotó. Y nos propusimos ir a un abanico más grande de personas para que esto llegue a todo el mundo. Cuando yo era chico me hubiese gustado tener un camino a seguir, y como para mí fue tan mágico el cambio que mi vida hizo con el deporte, creo que poder transmitir es fundamental.

Te habrán asombrado no sólo los caminos y las geografías, sino también la respuesta de la gente…

Creo que la gente se asombró más con nosotros (risas)… veían una bicicleta de tres ruedas, naranja, con un tipo arriba que pedaleaba con las manos, con ropa fosforescente…yo creo que se han sorprendido mucho más ellos que nosotros. Nos tocó hacer un pueblito al que estábamos entrando y la gente empezó a sumarse, los chicos me empujaban la silla…me pasó que iba un militar, se paró delante, bajó y me hizo la venia y me dijo que era un honor para él verme a mí e hizo bajar a sus colaboradores para que me saludaran. Sorpresa por ambas partes. Una grata sorpresa. Ahí al norte de la India, la gente muy particular espiritualmente, vive en la extrema pobreza y nunca vimos una cara que no estuviese transmitiendo paz o alegría. La verdad que fue una experiencia que sufrimos muchísimo…

Desde qué situaciones la sufriste?

Porque yo no soy de este rubro, soy nuevo, y de pronto pasé a dormir 10 días en carpa. El primer día la comida te parece folclórica y después ya no te entra por temas de altura…. Comer en altura es difícil, tomar agua es difícil, mi discapacidad suma una problemática especial

Quiénes te acompañaron?

Marcos Gorban fue quien asistió en las cosas personales, el resto lo hacía solo. Yo fui a hacer el Himalaya yo, me entrené para eso y básicamente la asistencia que he recibido fue en las cosas personales, pero en lo que fue propiamente el ciclismo, lo hice solo.

Cuál era tu meta?

Mi meta era el Karakorum, el paso más alto que tiene el mundo a 5600 ms a nivel del mar. Allí llegamos a un lugar a 5460 según mi altímetro. Después hicimos el segundo que era Tantalia que estaba a 5350. Mi objetivo era llegar a Karakorum

Sentiste en algún momento que no podías hacerlo?

El día 8 la pasé pésimo porque hicimos una transición en el jeep con mucho movimiento y llegué descompuesto. Ahí la pasé mal pero estaba dispuesto a hacerlo. Soy medio cabeza dura y muy metódico. Nunca me sentí en riesgo físico….era más difícil volverme (señala entre risas)

Cómo era la bicicleta? La elegiste? Qué cambios tenía?

La bici es mía, yo me la compré. Tiene suspensión independiente de la silla de ruedas, equipamiento top para las montañas. Había mucho de esto de bicicletas en el mercado de calle, hacía como dos años que quería incursionar en la montaña. Compré una bici de descenso, e hice un par en EEUU. Mi otra experiencia en la montaña es en los Paraolímipcos de esquí, fui a Canadá a competir. Compré una bicicleta pero no me gustó porque gran parte de este deporte tiene como objetivo conservar mi salud. La parte aeróbica es fundamental así que ésta no me gustó mucho, la vendí y compré la que tengo ahora. Pesa como 25 kilos.

Qué sentiste cuando llegaste ahí a cumplir ese sueño que tenías de chico?

Llegué tan cansado que yo digo que la cima la estoy viviendo estos días que se alejaron los malos olores, los malos sabores… los dolores. Recién hoy estoy disfrutando. En ese momento lo que quería era volver a mi casa, abrazar a mi familia, estar con mis amigos. Disfruto los recuerdos de lo que iba pensando, reconstruyendo cada momento… los últimos 20 km. Recuerdo cómo iba funcionando mi cabeza, imaginando todo lo que me podía llegar a pasar después de eso.

Y el futuro?

Hasta hace 24 hrs sólo pensaba en comer asados… (risas) pero ayer me llamó Mariano (Galván) para contarme que le habían pedido que escribiera algo y le pregunté si había algún punto del Aconcagua adonde yo pudiera llegar. (risas) Le consulté si a plaza Piura yo podía subir de alguna forma, y me dijo que no. Por eso le pregunté por la salina que está en Bolivia, el salado Uyuni. Es mi impronta, mientras que el físico me dé y haya lugares… También quiero dedicarme a algo que hace mucho deseo al igual que mi gente allegada: tratar de hacer una fundación, que supongo me llevará un poco de tiempo. La idea es moverse y seguir haciendo cosas.