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ANTONIO DE LA ROSA llegó remando, ayudado con una vela, a Georgias del Sur

febrero 4, 2023 — by Andar Extremo

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ANTONIO DE LA ROSA llegó remando, ayudado con una vela, a Georgias del Sur

febrero 4, 2023 — by Andar Extremo

Antonio de la Rosa realizó en 26 días un viaje en una embarcación a remo desde Cabo de Hornos a las Georgias del Sur, tras haber renunciado a la Antártida una semana antes por problemas en la barco.

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ph:Posovisual
El aventurero Antonio de la Rosa partió el 7 de enero de la ciudad austral, Puerto Williams, con el ánimo de realizar remando en unos 40 días en solitario, en una embarcación de 7 metros, el recorrido de unos 3500 kilómetros aproximadamente que eternizo Shackleton hasta las Georgias del Sur.
Desde Cabo de Hornos Antonio comenzó esta aventura, intentará ser la primera persona que cruce a remo en solitario el Mar de Hoces o Estrecho de Drake hasta la Antártida, serán unos 1000 km en el peor lugar para navegar de la Tierra.
El “Ocean Defender”, así se llama la embarcación, tuvo su primer amanecer en Cabo de Hornos, luego de 22 horas de la partida, con una continua remada para aprovechar y anticiparse a futuros vientos que vendrían de unos 100 km por hora.
El segundo día el viento del sur comenzó a soplar y le hizo perder kilómetros ganados, tuvo que avanzar hacia el este con muchas horas de remo para no perder posicionamiento, pero parecía que la meteorología favorable con viento del norte u oeste le empujaría hacia la Antártida.
De entrada uno de los teléfonos se averió, aunque por suerte tenía otro que le alcanzo para conectarse solo media hora en estos primeros días. Desde que salió estuvo nublado o lloviendo, esto le incidió en la carga de las baterías lo que han bajado bastante, unos 40 amperios de los 180 que tienen. En estos casos de poca energía solo se maneja con el piloto automático y con el plotter, El próximo objetivo es la Isla Elefante así que va a tener que minimizar los gastos energéticos.

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El cuarto día fue terrible por las condiciones del mar, con rachas de vientos de 75 km/h, por desgracia por la noche se giró el viento a Suroeste y lo tiró nuevamente hacia el Noreste, esto generaba que lo separe del sur de la Patagonia, llevándolo demasiado alto, si bien las condiciones fueron duras podía descansar unas 3 o 4 horas con el barco moviéndose mucho.
Comenzando el quinto día ninguna de las predicciones climáticas se habían cumplido en las últimas cien horas. Con mucho dolor en las manos, de remar unas 15 horas diarias, si bien lleva guantes y crema para cuidar futuras ampollas, los músculos le pedían tregua.
Mantener la atención hacia que duerma poco y nada, continuamente chequeando la dirección e intentando cambiar el rumbo. Incluso las corrientes y los vientos llegaron a tumbar dos veces el Ocean Defender, si bien no se llego a dar vuelta, el giro de 90º por el golpe de la ola, el barco en volver a su posición normal tardaba a dos o tres segundos, eran segundos dramáticos.
Estos primeros días la alimentación fue escasa, ya que todavía tiene las energías del continente, sólo tomó una comida diaria caliente y algo de frutos secos, con media ración diaria, 2000 calorías, le alcanzaba para el gasto cotidiano.

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Con el paso de las horas las corrientes lo seguían afectando muchísimo en su sexto día, no contaba con ese enemigo, esas corrientes son como ríos indetectables y van en dirección contraria. Por estas condiciones de estar derivándolo demasiado al noreste y consideró adecuado poner el “ancla de capa” consiguiendo no alejarse tanto de la isla Elefante. Es desesperante, porque los kilómetros que ganaba, luego los perdía y así se pierden días enteros. La sexta noche pudo descansar un poco más que las anteriores, incluso con olas de cinco metros.
El séptimo día luego de muchos días malos, la meteorología llego con buenas previsiones Viento Noroeste con tendencia al Norte que le ha permitido navegar al Sur y ganar grados a la Antártida. Ha podido surfear olas y remar fuerte, el día había sido duro porla acumulación de días malos, pero cuando cambio volvió la energía al cuerpo
La parte negativa es que lleva un par de días muy oscuros, lloviendo, y sin sol, y eso afecta muchísimo a la energía de la embarcación para alimentar los equipos electrónicos. Tiene que empezar ya a racionar. Pese a que el piloto automático es de bajo consumo y con los ordenadores tiene un mínimo de 2,5 amperes la hora, lo que son unos 70 amperes al día. Si continúa el tiempo así solo tendría menos de dos días más de baterías. Otro tema negativo es la humedad dentro de la embarcación, todo el tiempo secando.
El octavo día fue durísimo, vientos constantes del Noroeste, con rachas de 80km/h, con muchas olas y con una fuerza y una potencia impresionante. Dio un tumbo completo de 360º pero el barco autodrizó muy rápido, en 2 segundos dio la vuelta completa. Con los golpes y los tumbos tiene que estar atento que no se le bloquee el piloto automático, la tensión hizo que no duerma prácticamente nada. Todo esto aparejado a que empezó a sentir olor a quemado y de repente humo negro donde almacenaba la comida, era el encendedor electrónico. Por suerte pudo arreglarlo rápido.
En el Antártico no hay tregua. el noveno día de repente la embarcación se giró hacia el noreste en dirección contraria a la que estaba llevando de sureste. El piloto automático se giró y no lo pudo re direccionar se quedó bloqueado. Así que tuvo que colocarse el traje de rescate con el arnés y los materiales de seguridad y asomarme a la popa para ver al piloto automático, que es un sistema hidráulico que guía la cruceta del timón. Lo tuvo que desmontar y dejarlo en sistema manual.
El salitre y la humedad también le trajeron problemas con el plotter exterior Hace un par de días se desprogramo la línea de marca 0 y quedo corrida no pudiendo manejarla con la computadora, así que doblemente pendiente con el rumbo.

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Ir al baño es en el Ocean Defender es una tarea complicada, todas las mañanas después del desayuno con Galletas y un café tiene que ir al baño. Pero si o si tiene que estar con el arnés colocado y bajo este está el pantalón. Solucionado, sale desnudo con el arnés, con botas y abrigado arriba. Con bajo cero, 5 minutos son resistibles.
Si contamos en línea recta a recorrido unos 450 km, la mitad de distancia hacia la Isla Elefante. Las condiciones lo están empujando bastante, aunque deriva un poco al Este.
El decimo día de remo cruzando el Antártico en Solitario. Prácticamente toda la semana ha tenido que ir escorado hacia babor, esto es que la embarcación va tumbada hacia la izquierda porque las olas y el viento soplan del Oeste. Se hace durísimo, no solo cuando esta dentro de del Ocean porque va torcido, sino también cuando rema. A veces entra un remo, el otro se queda en el aire, se hace durísimo con el paso de las horas. Termina con la espalda cargada por ese empuje de piernas y brazos que no es longitudinal, pero lo bueno es que fortalece muchísimo los oblicuos.
Para mejorar esa estabilidad he cambiado pesos, se llama estibar las cargas, para conseguir que la embarcación no vaya tan escorada hacia babor. Se mueve mucho de un lado a otro, pero va un poco más recta.
El decimo primer día no comenzó bien, un temporal del noroeste, con olas muy grandes, y vientos de 80 km km/h con picos de 100 km/h, manejando con el piloto manual y pendiente de la dirección, necesitaba la máxima concentración.
Sobre las dos de la madrugada una ola rodillo lo hizo girar varias, con tanta mala suerte que había dejado una escotilla un poco abierta para ventilar, esto ocasionó que le entren como diez litros de agua. A pesar de llevar todo en bolsas estancas, en el suelo la colchoneta, las esterillas y el saco de dormir terminaron empapados. Demoró tres horas para achicar toda el agua. Por suerte lleva tres bolsas de dormir para recambio.
Por la mañana del día 12 llegó al meridiano 55. El mismo meridiano en el que se encuentra la Isla Elefante, pero por desgracia está en el paralelo 59, y la Isla Elefante está en el 61. Son unos 200 km al sur.
El problema ha sido que los tres primeros días, que supuestamente tenía buena ventana de tiempo, nunca se cumplió la dirección del viento y luego sopló del oeste con corrientes también muy fuertes. Remando muchísimas horas para apenas conseguir avanzar hacia el Este y no poder bajar, incluso subir en algunos casos, cuando ya consiguió rumbear hacia Elefante, ha tenido que ir completamente escorado una semana con mucho dolor de espalda.

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La única manera de que pueda hacer una trayectoria Norte-Sur es cuando el viento este soplando del Oeste. Y por mas esfuerzo que haga se complica, la idea es llegar remando a Isla Elefante y luego ver la opción de ponerle la vela a la embarcación para ir directamente a las Gerogias que está a unos 1200 km.
En esta expedición viene un velero de apoyo con una productora de televisión, que está haciendo un documental. Este velero, además, a nivel de seguridad, es obligatorio para tener el permiso de la Armada de Chile para partir de Puerto Williams, y por parte del Comité Polar Español. No es una embarcación que vaya cerca del Ocean Defender, el lugar es complicado y el trabajo de navegar para el velero es muy difícil. Solo los ha visto las veces que se conectó en vivo, que han sido 3 en 8 días.
Para comer en la Antártida necesita 4000 calorías diarias, lleva más de 40 raciones. En cada paquete lleva 2 comidas calientes, deshidratadas , aproximadamente 600 calorías cada una y hay cosas muy variadas, arroz, carne, papas, guisos, etc.
Lleva también buenos desayunos, galletitas con mucha avena, un paquete por día (1000 calorías), junto con un café.
Come también cada día 100g de pistachos, que va utilizando como ración de marcha. También utiliza, jamón, galletitas y algún pan. Otra cosa que ingiere es un batido de proteínas de suero lácteo, sumado esto a unos 3 litros de líquido, más otros 2 que usa para hidratar las comidas.

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En el decimo quinto día de expedición decidió poner la vela, que fue marcada fundamentalmente por todos los problemas que tiene la embarcación. Averías importantes tanto a nivel de electrónica como de otros componentes. Además debido a la acumulación tan importante de humedad que va teniendo la cabina, ha hecho que se estropeen varios fusibles. Y de las 3 cámaras de grabación que llevo solo funciona una y las baterías se han dañado y no quiere poner en riesgo la expedición.
.A vela podrá ir el doble o triple de rápido, y con mejor dirección y trayectoria. Si a remo hubiera tardado 3 semanas, a vela podrá llegar en menos de 10 días.
Con lo que respecta al agua, lleva 150 litros embotellados que, según va consumiendo, rellena las botellas de agua salada para no perder el lastre de la embarcación, para darle estabilidad. Si se llegara quedar sin agua dulce, lleva una desalinizadora.
La temperatura ronda los 3 grados de día, con variación de apenas un grado del día a la noche. Pero cuando hay viento la sensación térmica baja mucho, a varios grados bajo cero.
La humedad es del 90% y continuamente seca la cabina por dentro, por la condensación.
Fueron 24 horas con vientos muy cambiantes y complicados, teniendo que abrir y cerrar la vela continuamente. Si bien es pequeña, triangular que abierta al máximo son 7 m2, el peligro de volcar con vela es probable y sería más complicado, aunque tiene un sistema de enrolle y desenrolle prácticamente instantáneo en pocos segundos.
Es una vela que ayuda, pero no es la panacea, puede ir un poquito más rápido que a remo, pero no mucho más, en condiciones normales, un 20 y un 30% más de velocidad.

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La velocidad máxima que lleva remando en agua plana son unos 5,5 km, con el movimiento del mal la actividad de la palada se reduce casi a la mitad. La velocidad en mar ronda unos 3 a 3,5 km por hora.
A vela, dependiendo de las condiciones se puede llegar a doblar esa velocidad o más, pero bajo condiciones óptimas. Esta es una embarcación de remo con una vela supletoria, no está pensado para navegar sólo a vela, sirve para ayuda.
La decimo sexta jornada fue durísima de día y noche de navegación a vela. Soplando viento del Noreste que lo ha hecho tener que navegar con un rumbo muy cruzado todo el tiempo la embarcación, completamente escorada a estribor ganando bastantes millas al Este en dirección a Georgia del Sur.
Prácticamente no pudo dormir en toda la noche entre la escora y los golpes del mar contra la embarcación, el viento roto al Norte con rachas de 60 km/h
Aunque hay muchísima humedad, lleva todo en bolsas estancas, mantiene toda la ropa seca, como así también la electrónica.
El decimo séptimo día fue el más complicado, después de la noche durísima, de viajar siempre escorado. Cuando bajó el viento la embarcación seguía muy escorada a estribor supuso que habría entrado agua. Hizo una comprobación y vio que a través de los tambuchos estancos que están en el exterior del barco, los que van en la parte de abajo de almacén, se habían llenado de agua. Precisamente en la proa el agua paso directamente a la zona de las baterías. Por suerte las secó, luego de cortar la corriente y comprobó con un amperímetro que aun tenían carga.
En la parte de atrás tuvo que sacar muchísima agua, en la parte de la popa habrían entrado unos 200 litros de agua. Luego de 4 horas de achique volvió todo a la normalidad.

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El decimo octavo día fue un día de tregua luego de días tan duros sido los vientos portantes le han permitido navegar tranquilamente. Ha podido aprovechar, después de las reparaciones del día anterior, para secar ropa, e intentar eliminar la humedad de la cabina de la proa, Navegando a vela permanece muchas horas allí adentro, tiene un sistema de manejo de la vela en la escotilla de la entrada de la proa, que le permite pilotear desde dentro de la embarcación. Le quedan de 5 a7 días para llegar a Georgias.
A pesar de que parece que las condiciones son un poco más favorables camino a Georgia del Sur ha pasado días duros y difíciles. El decimo noveno día sopló un durísimo viento del noroeste, así que por seguridad tuvo quitar la vela toda la noche para garantizar no tener problemas. Y los mas increíble a la madrugada se asomó y estaba rodeado de témpanos de hielo, estaba pasando entre grandes icebergs que, sin duda, son desplazados por las corrientes desde el norte de la península Antártica, Estas gigantescas masas de hielo tienen dimensiones impresionantes, recientemente se ha desprendido una de estas grandes masas de hielo del tamaño de la ciudad Londres. Al moverse tan despacio no sería peligroso chocar, al medir más de 50 metros de altura las que cruzo, el peligro sería que se pudiera caer un trozo de esta masa de hielo encima de la embarcación.
Hay que recordar que estas grandes masas de hielo que se desplazan por las corrientes, 7 partes están debajo del agua y tan solo una parte de hielo aflora por fuera, con lo cual el viento apenas les afecta.
En el vigésimo día de navegación se hallaba a poco mas de 200 km, siguió sin tregua. Cuando todo parecía que tendría días con vientos no muy fuertes vino la peor noche desde el comienzo de la travesía, con vientos superiores a 100 km/h. Grandísimas olas impactando contra la embarcación, con vela cerrada.
El cambio climático aquí se nota muchísimo, las previsiones no son fiables. Generalmente se tienen previsiones cuatro días antes, ahora ni a medio día acierta. Es preocupante, sobre todo de cara a los años venideros.
El mar no da tregua en su vigésimo segundo día, sigue golpeándome durísimo, tuvo dos tumbadas con la vela abierta, tardó 3 segundos en recuperar la posición y se autodrizado rápido.
Una parte muy importante es el envío de crónicas diarias es gracias a las comunicaciones satelitales. Para conexión la satelital de Internet lleva un router, que tiene un teléfono móvil que se escucha muy bien, a pesar de estar a 2000 km de un punto con internet, gracias a este estupendo dispositivo puede subir las fotos y el parte diario.
Además, pueden ver la posición exacta con un dispositivo que está en la página web, que es un GPS con mapas integrados.

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Solo le quedan unos 130km, ya veía la costa, pero el desgaste de los materiales sigue latente, en esta ocasión el soporte del mástil de la vela, le está pasando factura, en parte por estar mucho tiempo con ella cerrada y otra parte por el movimiento de la embarcación. Se le aflojaron los tornillos, hacia unos días lo había escuchado pero no le dio mucha importancia, por suerte no se había caído la pieza y ha podido apretarla en el último momento antes de que se separaran los tornillos.
Antonio estaba ya a un paso de Georgia del Sur, esperaba tocar tierra en poco. se dirigía al sur de la Isla cuando la ruta de Shackleton hizo el norte de la isla. Los dos motivos: uno porque la embarcación de apoyo no quiere ir a ese lugar de la isla, porque que es muy peligrosa la costa oeste y sería para ellos un suicidio, en la parte sur recogerán el barco para llevárselo de vuelta a Puerto Williams. Y el 2º motivo es que ha recibido contestación de la administración que da las autorizaciones para las travesías en Georgia del Sur, fuera de las rutas turísticas, y le han denegado la travesía a pie y con esquís por la ruta de Shackleton al ir en solitario. El desafío real era llegar hasta Georgias a remo y navegando que es lo que está haciendo.
El día 2 de febrero de 2023 luego de 26 días de navegación, Antonio de la Rosa llego en un embarcación en solitario a Georgias del Sur.

www.antoniodelarosa.net