Carreras de aventura

MAX RACE RESERVA EL DESTINO 2017

mayo 18, 2017 — by Andar Extremo

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Carreras de aventura

MAX RACE RESERVA EL DESTINO 2017

mayo 18, 2017 — by Andar Extremo

La Reserva espera serena todos los años a miles de corredores que con fuertes pisadas diluyen en una Max Race los más fuertes sentimientos de amor al deporte en la naturaleza y en esta ocasión Ivana Gambin se animó. Y certificó con sus palabras que si todos se animaran una vez en su vida a vivirla nunca más serían los mismos, la Max el cuerpo con todos sus sentidos.

Por Ivana Gambin

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Cuando sonó el despertador a las 06:30 hs ya estaba despierta, típico en un día de carrera, lo que no es típico es hacer por vigésima vez el recuento mental de las cosas a llevar. Mirando el auto cargado repaso nuevamente todo: Kayak, remo, chaleco, carro, Bici, casco, zapatos, guantes, geles, agua, mochila de hidratación, dorsal, etc.

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Intente tomar una café, costo. “ El Pela” ese compañero incondicional me regalo un abrazo con un “cuidáte y pasála lindo”.. Seguido por un ..”apuráte que son 07:30 hs”. Programe el Gps y Salí para encontrarme con ella, si La Max es “ELLA”, esa que la sentiste nombrar o te la contaron, la que si tenés el gusto de conocerla te enamora o la dejas pasar. Un amigo me endulzo con solo contarla, fue una experiencia intransferible en lo físico y lo emocional, ese 23 de octubre de 2016 la pasión y locura hizo que sucumba y vuelva por más. Por más y a lo MAX!!!.. Un mes después de la carrera compre Bici, nos fuimos amigando porque el objetivo estaba marcado y los años de Spinning tenían que dar sus frutos. El Kayak fue el segundo reto, domesticar la relación en el agua llevo varios días, pero se lograba. Así me encontré este 23 de Abril, varios meses de entrenamiento, de golpes y raspaduras, de madrugar y perseverar iban a ponerse a prueba. La paciencia de Pablo Vivas, mi profe y amigo fueron los pilares de este día, pero él no iba a estar en la Reserva, si Pablo y Mariano, ellos iban por la Tria parejas, y eso ayudo espiritualmente.

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En la ruta se veían kayak, bicis, remeras celestes y negras, la Max esperaba, llegando a la reserva la adrenalina subía. Estaciono el auto, desato el kayak y pido ayuda para bajarlo, con mi carro lo llevo a la zona del parque cerrado y lo entrego acariciándolo como buscando complicidad entre ambos. Regreso por ella, mi Bici la que me enamoro a primera vista y formaba parte de esta trilogía. Ya estaba todo ordenado, todo listo, solo quedaba esperar la largada. Leonel y Marcos dan la charla técnica, la euforia quema. Por fin el conteo y ya largamos, esos segundos son mágicos, somos un montón de locos por la Max. Los senderos, nos quedaban chicos, estábamos con hambre, cada uno con su dorsal 12 km, 21 km, Dua, Tria.. Los miraba y me emocionaba, si todos se animaran una vez en su vida a vivir esto nunca más serian los mismos. Mis piernas estaban fuertes, mis brazos acompañaban levantando las ramas y mis ojos atentos a todo, esto es la Max el cuerpo con todos sus sentidos.

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No tardo el llegar el agua, el barro, y la risa se hizo eco, bordeando en arroyito comenzaron los senderos angostos con obstáculos a la orden del día, pero la camaradería nunca falta puesto que al grito de “Tronco” y “Espinas” alertaban de lo que se venía. Superado ese tramo llego el pantano, obligando a hacerse amigo de las cortaderas para poder sacar las piernas hundidas en el fango, con suerte sacabas pies con zapatillas, más de uno le pidió al barro se las devuelva, y otros hicimos la locura de pasar entre las cortaderas para ganar ventaja. Fue duro, las rodillas lo reclamaban, la zona costera nos regalo la primera impresión de lo que venía. Dejamos el barro y llego el pasto, los cardos y mas espinas, escucho mi nombre y fue un regalo, seguimos cruzando otro arroyo, no tan profundo pero alto para trepar nuevamente, sigue el pasto y los senderos angostos, ya se asemejan a los primeros, no daban tregua, las piernas se sentían, el barro seco en las zapatillas pesaba.

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Se escucha música a lo lejos, algunos acompañantes en los caminos esperando a los suyos, y se hizo el claro..”a la izquierda 21, dúa y tria”..Siiiiii!!!!, llego el momento de pasar la posta, cambiar zapatos, cargar mochila y casco, subir a la bici y rodar, duro solo unos minutos la gloria, cruzando el puentecito de madera a la voz de “deja la bici a tu derecha, cuál es tu kayak?”..se venía la peor parte, ahí estaba EL con el remo y mi chaleco, en la orilla expectante para salir, lo tomo de la rienda delantera y entro al rio, los gemelos se agarrotaron de tal forma que no tengo registro si el agua estaba fría, era lacerante el dolor del lado derecho, no podía hacer nada de todo lo técnico practicado, la fuerza solo seria del mis brazos, dependía todo de ellos. Remar para adelantar, para estabilizar, para guiar era una epopeya, tenía que ir por la primer pulsera azul, pasaba el tiempo y costaba cada vez más, ir por la segunda pulsera era la clave de seguir o…nada, seguir con una sonrisa de oreja a oreja y disfrutar del rio enojado, del calambre y el fotógrafo que te saca fotos y vos con el pelo a lo Moni Argento. Con la segunda pulsera solo restaba llegar y rodar, la mejor y la ultima parte.

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Dejo el kayak, intento rodar y un badén me dice hasta acá, no había playa el agua alta, la costa trabada por juncos y maleza sin opción caminar con Bici a cuestas. Una vez terminada la zona costera llega fiesta. Calle de tierra, pasto, alambrado, mas pasto, otro alambrado, una terrible tranquera y…la calle, tierra seca, arcilla floja y serruchos condimentaban el final. No había mucho para pensar, cuello en boca para evitar la tierra de los autos que pasaban y rodar hasta la próxima pulsera. Algunos volvían, lucían orgullosos su conquista. Después de un giro a la izquierda en el campo el terreno cambio por huella de autos, lado derecho para quienes íbamos e izquierdo para quienes volvían, para poder pasar no había opción, pasto alto y la tome. Con pulsera verde en mano derecha y dos celestes en la izquierda emprendía el regreso, quedaba solo la cuarta parte, para terminar y coronar todos los meses de entrenamiento. Tirando cambios, esquivando un perro testarudo, autos que ahogaban con la tierra que levantaban veo la arboleda, las palpitaciones se elevaron y mi andar también, fue totalmente involuntario; la tranquera con la cinta naranja te daba la bienvenida, al cruzarla sabia que quedaba nada, no registro esa parte en mi memoria, solo recuerdo muchas cintas naranjas y hojas secas.

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Las lágrimas me nublaban los ojos, sin darme cuenta llegue otra vez al claro, otra vez la gente, otra vez el parque cerrado, pare en seco y una corredora me dijo que deje la bici y corra al arco, estaba dormida, extasiada. Deje la bici y corrí, escuchaba alientos, no podía tragar del nudo en la garganta, el arco rojo me decía que todo ese esfuerzo tenía su fruto. Cuando lo cruce sentí mezcla de alivio y felicidad que con un abrazo termine de cerrar. Fui por mi medalla finisher, me la había ganado con 5 horas de pasión y entrega, donde transforme la fuerza interior que me dieron los años con crudeza, en una fuerza totalmente reciclada en aventura y coraje para disfrutar.
La premiación ya había comenzado con los 12 km..21…dua…Llego la tria y mis compañeros, esos que me adoptaron hace poco más de mes y medio ganaban el primer lugar en su categoría, feliz por su logro inmortalizaba el momento para contarle a Naty, la cuarta pata de esta mesa dominguera.

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Ya no quedaba mucho y viene categoría damas, cuando mi nombre escuche no cabía en mi cabeza, pero el corazón estaba repleto, voy a bajar y no me dejan, otra vez mi nombre, ganaba la general de tria individual de damas, una Madera de la Max en mi casa!!! Cargo todo mi equipaje y emprendo un regreso orgulloso, ni bien tengo señal llamo a casa y con altavoz Marty, Cata y Agos festejan que mama cumplió su reto y con un primer lugar. Otra Max Race, quedaba atrás…” que será lo que una mujer común de 43 años, esposa, madre, trabajadora y amante de la naturaleza ve en esta carrera que solo había pasado hora y media y pensaba en la próxima?
Sera que además de mujer, madre, esposa y todo lo demás, SOY UNA FELIZ CORREDORA DE “LA MAX “

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