Montañismo

Mariano Galván, Récord Argentino de ascensión en el Aconcagua por la Pared Sur 2010

marzo 30, 2020 — by Andar Extremo2

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Montañismo

Mariano Galván, Récord Argentino de ascensión en el Aconcagua por la Pared Sur 2010

marzo 30, 2020 — by Andar Extremo2

En Enero de 2011 en la Revista Andar Extremo n° 12 de la mano de Gonzalo Rivarola de Garmont, sale el primer relato de Mariano Galván quien había hecho el récord argentino non stop en 34 hs en Febrero 2010. Si bien el francés Bruno Souzac tiene el récord absoluto con 22 hs, el mendocino Felipe Randis en febrero de 2018 logró hacerlo en 29 hs 56 minutos.

por Mariano Galván textos y fotos

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El escalar la pared sur siempre es el sueño de todo andinista, o por lo menos así lo creo yo. Quien ame la montaña no puede dejar de subyugarse y enamorarse de esta pared que lo tiene todo: hielo, nieve, roca, avalanchas, etc.
Es difícil imaginar cómo han abierto rutas en tal demencial pared, eslovenos, franceses, argentinos, norteamericanos han soñado y han plasmado sus hazañas en esta pared. Hoy me toca a mí, repetir una de las rutas más clásicas de esta pared, una de las más bonitas, para mí por su linealidad, la ruta de los franceses, variante Mesnner. Aunque también una de las más expuestas a las avalanchas por ser la variante Mesnner, cuyo tramo final es un embudo y una pala colectora de nieve. Es la más directa luego de la de los eslovenos que sale a la cumbre sur.
La idea de escalar la pared surge luego de la última temporada, donde junto con unos amigos (Fernando Arnaudi y Ariel Dicarlantonio) escalamos el filo Sur Este y desde donde pudimos observar la magnitud de la pared sur en todo su esplendor desde muy cerca. Además, la dificultad de la ruta realizada el año pasado nos daba para soñar con ser capaces de realizar una ruta en la mítica pared sur.
Este año, si bien ya me había recibido como guía de alta montaña, opte por el trabajo de porteador, muchos no se explicaban porque. El motivo era sencillo, primero: ponerme tan fuerte como fuera posible subiendo y bajando con cuanto quilo de equipaje encontrara (lo que a ojos de mucha gente que no tiene idea de la montaña pareciera ser avaricioso), pero en ningún momento portee, lo que hacia era entrenar, sumar kilómetros de desnivel, agotarme y volver a salir al día siguiente, y cuando tenía un día de descanso entrenar en otro tema o ir a sacar fotos a través del delicado col que une plaza argentina con plaza francia. Segundo, tener tiempo para dedicarme a escalar en hielo en las diferentes cascadas que se encuentran en Plaza Argentina, necesitaba sentirme más que seguro en el hielo, no debería de sentir miedo al acercarme a algo tan delicado cambiante como es el agua en estado sólido.

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Donde hasta los más fuertes escaladores en roca reconocen sentir desconfianza y para nada cómodos en ese ambiente. Como una vez dijo Fer Arnaudi: “uno desde chico se sube a todos lados, a las piedras, a los techos, a los árboles, etc. … Pero en el hielo no tenemos nada que hacer, lo esquivamos,…”. Tercero, debería tener la libertad para poder irme cuando el clima estuviera bueno y poder cruzarme por el col hacia Plaza Francia, eso era lo más importante, una ventana de clima de unos cuatro días, para poder ir, descansar y estudiar la pared , y finalmente adentrarme en la sur un par de días.
Aquí estaba el problema, durante enero no me sentía lo suficientemente confiado y decansado para poder ir, luego febrero vino con un clima muy feo, además el 15 de febrero la empresa para la cual trabajo desarmaba el campamento. Y no tenia mucho sentido quedarse ya que el pronóstico extendido decía que febrero iba a ser muy ventoso. Debería resignar mis ganas de subir la pared, no quería que las ganas se transformaran en obsesión y que pagara el precio de la misma. La dejaría pasar, total, no tengo nada que demostrar a nadie, a nadie le interesa si escalo la pared o no, solo a mi. Fue ahí cuando como por arte de magia el clima se calmó, era como si mis ansias, mi tensión por querer forzar algo se reflejaban en un clima hostil, cuando baje la guardia y me olvide, ahí, la montaña me invito a entrar.

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El 10 de febrero vuelvo de portear, y había observado que días anteriores el clima había estado muy bueno, me acerco hasta lo de mi amigo Mauricio Pareras para preguntarle acerca del pronóstico, la respuesta fue de 20 a 25 Km/h y cielos despejados por los siguientes tres días. Eso era lo que necesitaba, un día para cruzar y dos en la pared, eso era todo. Aunque sabia de las críticas de colegas que me decían “eso es muy poco.. pensá en más días 3 o 4 y si sale en menos mejor. Pero 2 es muy poco…”, bueno.. por suerte se equivocaron. En seguida comencé a recolectar lo que necesitaba, nuevamente Mauricio me ayudo en eso, me prestó una mochila chica y liviana, una funda de vivac, un calentador especial (Jet Boil), carga de gas, un aislante que cubre nada más que la espalda, una mochila liviana (North Face Propeth). etc. Debería ir con lo mínimo, no llevaría bolsa de dormir, ni carpa, nada, solo lo puesto, campera de Duvet, pantalones de PrimaLoft, y la ropa que me había dado mi sponsor Garmont (interiores, cubre pantalón, chaqueta, micro polar, etc.), para las manos: interiores, guantes de gore-tex, y mitones OR de primaloft. En el arnés llevaría: 1 mosquetón con seguro, 4 simples muy livianos Mammut, 1 T-block, 1 anillo de 60 cm de dynema, 2 tornillos de hielo, y 2 clavos, cordines para abandono un par y una cuerda de 30 metros para rapelles o para subir la mochila.
En cuanto a la comida también fue muy poco lo que lleve, unos 6 power gel, 6 barras de proteínas, jugos isotónicos, y alfajores, palitos salados, galletas, pate, etc. No lleve comida liofilizada. Cabe destacar que los power gel, y los bar, más las bebidas isotónicas con taurina y esas cosas, hay que probarlas bien antes de decidir llevarlas, la bolsa que contenía esas cosas volvió casi intacta, la tolerancia en la altura es de casi cero. Ojo con eso… hubiese preferido llevar más palitos salados!!!.
Listo, adormir, los nervios no me dejaron hacerlo y emplee ese tiempo para repasar de no olvidar nada, pero también, para acrecentar mis miedos. Cuando habían pasado unos minutos de haberme ido a dormir, viene Gastón y me dice que hace un rato Gabriel Fava y Anibal Maturano estaban en la pared y que se habían comunicado y que estaban bien. Eso me tranquilizó un poco, saber que había alguien por ahí, era un poco más tranquilizador, un poco, aunque ellos iban a estar mucho más delante que yo.

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El día 11 de febrero comenzó temprano a las 5 am, desayunar, terminar de chequear todo y salir hacia el col, antes de que los guardaparques me pudieran ver, ya que el paso que use es zona intangible, la declararon así por la peligrosidad de la misma, ya que acorta mucho los tiempos para salir de plaza argentina hacia confluencia, y de ahí a la ruta, motivo que si la comenzaban a emplear mucha gente, se corre el riesgo de que sufran accidentes. Recordemos que hace muchos años atrás un porteador sufrió un accidente que termino con su vida, por cruzar por esta zona.
Por suerte a mi no me sucede nada, desciendo por la misma y me encuentro en Plaza Francia, el día es perfecto, calor, sin nubes, ni viento, y todo el esplendor de la pared sur.
Busco lugar para acampar, las pircas de Plaza Francia no me convencen, necesito estar más cerca de la pared, me acerco bastante hasta la base, el día siguiente iba a ser largo, no quería regalar nada, me acerco al canal donde caen más avalanchas y encuentro unas rocas que me ofrecerían la protección necesaria en caso de una avalancha, o eso creía yo, jeje. Tengo tiempo para secar mi ropa, y sacar fotos del comienzo de la pared, la cámara que compre recientemente me ayuda, tiene un zoom que me permitió descubrir rastros de cuerdas dejadas en antiguas expediciones, me aclara un poco el confuso panorama que se me presenta para entrar a la pared.

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Nuevamente me acuesto a dormir con un colchón de temores y de dudas, se que la muerte está acechando en esa pared y que alguien solo es un candidato perfecto. No creo tener la suficiente experiencia para encarar la pared, pero creo que los deseos y el haberlo soñado tanto tiempo, me pondrán a salvo de los riesgos, asi y todo no estoy del todo convencido, me duermo con mucho miedo. A veces el miedo te mantiene vivo, me consuelo con eso también.
El día 12 comienza a las 2:30 am preparo un café para el desayuno, meto todo en la mochila y a las 3:30 salgo en una noche muy oscura sin luna, hacia el puente de hielo que se encuentra en la base del canal de las avalanchas, luego de esto no se si es piedra tipo lajas o que me voy a encontrar. El hielo se hace notar por debajo de una delgada capa de graba y tierra, encuentro unos tornillos de hielo, estoy en el camino correcto. Ese era uno de los tantos miedos que tenia: y si me pierdo?? pensaba, si me equivoco de canal, etc, y la respuesta de mi cabeza era la siguiente: “… se han muerto de avalanchas, congelado, caído, etc.. pero ninguno se reporto perdido”, consuelo?? Que se yo… me sirvió en ese momento.
Dejo de escalar en hielo, pero aún con mis crampones puestos sigo escalando unos V de una mala roca sedimentaria, en el silencio de la noche escucho como se desprenden y ruedan grandes pedazos de roca así la rimaya que se encuentra al final de la pendiente en la que me encuentro, “no quisiera correr la misma suerte..,” pienso. Trato de diseñar una ruta en base a las fotos y a las figuras que apenas se vislumbran, en un lento amanecer. Por un lado quiero que se retrace todo lo posible el amanecer, el hielo sobre el que estoy parado es firme y quiero que así siga. Por otro lado el no ver desespera un poco.
Alterno la escalda en roca, con pequeños verglass, así iba a ser hasta superada las areniscas. Finalmente aparece la luz y con ella los primeros restos de cuerdas abandonadas por viejas expediciones, las cuerdas de nylon trenzado y algunos restos de cáñamo, la mayoría pegadas al suelo y atadas unas a otras. Se que no las debo tocar, tengo el vivo recuerdo de que hace un tiempo atrás Luis Tarditi cuando estuvo en esta pared se tomo de una de ellas, le provoco un vuelo significativo, que por suerte, al tener a su compañero Quique no paso más de un susto. Así que esa era la consigna, nada de cuerdas.

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La mañana aparece calma y mis miedos comienzan a disiparse, me siento más tranquilo, sigo escalando IV y V cortos, todo va bien hasta que se comienza a vislumbrar la entrada a las Grandes Torres, la piedra es de pésima calidad, escamas de una laja fracturada se esparcen por una pendiente amenazadora. Mucho cuidado en esta parte es muy delicada, si bien la reunión que se ve en la entrada de las chimeneas esta cerca, hay que recordar que esta pared no regala nada. Finalmente, llego a la reunión y me aseguro rápidamente, esa iba a ser mi prisión por 45 min., decidiendo si continuaría o no, “ es muy pronto para volverme” pensé, pero tampoco quería cometer estupideces. Estudio el arranque de ese largo, dejar la mochila para subirla después, era imposible hacerlo solo, se engancharía por todos lados. La caída potencial, de unos diez metros, crampones puestos, mochila de contrapeso, y un paso muy atlético por delante. Tomo aire, me suelto de la reunión y concentro todo mi peso en las puntas frontales de mi crampon izquierdo, mis gemelos arden, la mano empotrada en un fisura. La adrenalina hace el resto, logro meterme en la chimenea, realizo otros movimientos y me sostengo hasta con los dientes, la piedra por la izquierda de la chimenea es una serie de escamas muy delicadas, por la derecha la roca es mejor. Veo unos clavos viejos y me dirijo lo más rápido hacia ellos, no se cuanto más me soportaran los ya cansados gemelos. Coloco la cinta margarita y me aseguro de que los clavos oxidados resistan. Nota: en este sector se encuentran unos cuatro clavos, que a mi parecer si bien estaban oxidados, son de fiar. Al final de la primer chimenea se encuentra una reunión bastante buena. Primer largo unos 15 metros. Es más tirando a un diedro ancho, más que una chimenea. Nada de cuerdas, ni rastros de ella.
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Aquí hay que realizar el cruce a lo que se podría llamar una repisa, a partir de aquí hay algunas cuerdas viejas, que si se les realiza un Prousik o un Machard a ambas cuerdas, pueden otorgar alguna protección, seguirán encontrando algunos clavos, pero un poco más distanciados. Cuidado con los nuevos cordines y cintas de dynema, no frenan como uno esta acostumbrado con los otros materiales, es preferible los tradicionales, el dynema y el nylon no se llevan muy bien (eso es lo que yo experimente). El siguiente largo es de chimenea pura, escalarlo sin grampones seria mucho mejor, la goma de las botas andarían bien. Yo por mi parte sigo con los crampones y la mochila puesta, tendré que acostumbrarme al Dry Tooling, no puedo andar sacándome y poniendo los crampones, no se con qué me voy a encontrar.
La ultima parte de las grandes torres es un Off With, muy estrecho, muy complicado para ir con mochila, por suerte encuentro una cuerda que debe de tener unos 5 años, coloco mi T-block y va muy bien, me ayudo de ella a sabiendas de que había dicho nada de cuerdas, uso de fiador un par de cuerdas de nylon viejas a las que le coloco un Machard con una cinta de Dynema, muchas vueltas para que frene, un poco incomodo de usar. Finalmente lo saco y sigo solo con el T- block.

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Veo la luz de nuevo y me encuentro frente a un pequeño rapell de 5 metros (hay cuerdas) que me conduce a otro canal con grandes penitentes. Son unos 100 metros y me dejan en un lugar muy lindo para vivaquear, se ve el glaciar medio en todo su esplendor y es una zona muy segura. Derrito agua y llamo por radio a la gente en Plaza Argentina que esta nerviosa esperando mi comunicación. Por encima mío veo las areniscas y me apresuro a tomarles fotos por si se llega a cerrar con nubes, la cámara me brinda una chance más de poder orientarme. Las areniscas son hermosas, las veo con claridad y a sus delicados canales con nieve y hielo, en silencio están soportando todo el peso del glaciar superior, es una belleza. Calculo el tiempo, creo que al medio día voy a andar por ahí. Así es, atravieso una suave pendiente cubierta por momentos de hielo y pequeñas lajas sueltas y otros por pequeños penitentes, a esa altura comenzaron a derretirse y desarmarse bajo mis pisadas, el día es espectacular y el sol pega de lleno.
Por fin llego a la base de las areniscas y sin pensarlo demasiado comienzo a escalar primero por un suave nieve, luego unos cuartos y quintos, con unas lindas tomas, huecos muy limpios, aunque los pies seguían delicados para los Crampones. La escalada es sostenida mucha cabeza. Luego de unos 50 metros de escalada me encuentro con un resalte de roca extra plomado, del cual cuelgan una cuerdas viejas, las miro desconfiado, la única forma de pasar ese resalte seria colgándome de ellas, nuevamente me resisto a la idea, sigo un poco más en una travesía por la nieve hacia la izquierda, hasta encontrarme una la base de un canal tapizado por una delgada capa de hielo. Eso me convencía más, una suave pendiente de unos 80 grados en hielo, un hermoso tobogán jajjaja!!!. Pongo mis herramientas y se siente firme, listo, voy por aca. La escalada en este sector se sostiene por unos 30 metros, luego me vuelvo a lo que seria la ruta original y donde hay rastros de cuerdas viejas, esto es unos 6 metros hacia la derecha de donde estaba escalando. Aquí van a encontrar una reunión en un gran teton, las cuerdas que de ahí se desprenden si bien son viejas se puede confiar en ellas. Nota: son las que se encuentran al final de las areniscas, son dos, antes de eso, las cuerdas son malísimas.

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Las areniscas me dejan en la franja donde comienza el glaciar superior, lugar apto para vivac ¿¡?¡ esta lindo pero lo que cuelga arriba mete un poco de miedo. Aprovecho a derretir agua y me dirigo rápidamente hacia la parte superior del glaciar. En esta parte podemos encontrar diferentes tipos de hielo y estalactitas muy grandes, cuidado con ellas. La parte que uso para cruzar es en una pequeña franja muy a la izquierda de donde te dejan las areniscas. Tuve que realizar una travesía de unos 20 metros por un nevé muy expuesto con hielo por debajo de la nieve fresca. Luego de unos pasos de escalada en hielo, poco ortodoxos, alcanzo el glaciar superior. La pendiente se hace notar (unos 45°) y me hundo en la nieva, mis piernas ya no quieren saber más nada, estuve escalando por 15hs y la maldita colina de nieve no termina más. Por sobre la mása de nieve puedo ver el mixto Mesnner, ese es mi posible objetivo. Ahora si… mis ojos se llenan de lágrimas al ver las grietas del glaciar superior tan cerca, mi cuerpo se relaja, me rindo ante tanta belleza, no paro de llorar de alegría y emoción. Son muchas cosas que se conjugan en esa visión y en ese momento, por fin mis pies toman contacto con el glaciar superior. Pero no me dejo llevar por el hermoso atardecer, se que cuando caiga el sol, el frio se haría presente, tenia que buscar un refugio. Analizo rápidamente y diviso una pequeña cueva natural, que me permitiría colocar mi cabeza y mi tórax a salvo de las piedras que pudieran caer. En eso veo a los otros dos argentinos Gabi y Anibal, alcanzando el filo de los franceses, les tomo unas fotos y me dedico a sobrevivir.

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Calentar agua y armar el vivac, comer algo y tratar de descansar, mis piernas piden a gritos un descanso. Trato de estirarlas, pero la precariedad de mi vivienda se hace notar, se me enfrían muy rápido, no me queda que ponerme en posición fetal, pero la contracción de los cuádriceps me hace doler. Así me paso la noche, girando, rotando y estirando las piernas.
Finalmente el frio cala mis huesos y se hace imposible de soportarlo, tiemblo con espasmos. Reacciono, se que es temprano aún, pero debo ponerme a caminar lo antes posible, son las 2AM, la noche esta cerradísima, no importa, caliento un poco de agua, junto mis cosas. Esa mañana tomo jugo tibio (mis tres saquitos de café se me habían terminado), como un puñado de palitos salados (se me habían terminado mis galletas) y salgo a caminar sin saber por donde, el día anterior no había alcanzado a estudiar un buen cruce. El glaciar se torna un laberinto, para hacer un cruce hay que realizar unos zig zags, eso lo aprendí después, por el extremo derecho del glaciar es imposible, las grietas muy grandes. Hay que ir al extremo izquierdo, no hay otra, por más que uno se aleje mucho de la rampa hacia el mixto Mesnner. Me desanimó un poco al tener que ir y volver sin sentido, se que cada gasto de energía se paga caro.
Luego se realiza una travesía hacia la derecha, debajo de una gran rimaya, hasta encontrar un cruce. En este sector la pendiente comienza a ser de unos 50° a 60°, hasta llegar al mixto, no es necesario tocar la piedra, los canales de nieve te van conduciendo, un poco tirados a la izquierda. Casi saliendo de aquí hay dos canales, uno ciego, que si toman este es de 10 metros, deberán destreparlo y tomar el siguiente, que pasa muy cerca de los cadáveres de lo brasileros. Eso hace recordar la exposición a las avalanchas. ¡¡!¡!¡!¡!. Justo cuando creía que no faltaba nada, que claro mensaje, nada de confiarse incluso hasta no estar en plaza argentina. Ahora tan solo quedan unas 5 horas en la pala. Decido pasar por el cuello de botella que se forma con el gran serac y una banda rocosa. Esta parte se puede sortear por la derecha de la banda rocosa o si se ve muy peligrosa se puede desviar a la variante eslovena hacia la izquierda. La nieve es muy onda en esta parte, metro y monedas. Y no tiene mucha cohesión. Se me hace eterna esta parte, doy cuatro pasos y me tiro de cara a la nieve. Estoy agotado y las nubes se cierran sobre esta ultima parte, no corre viento y se produce el fenómeno de sofocación de glaciar. La temperatura sube rápidamente por la refracción de la luz en las nubes y la nieve, es el efecto invernadero. Me sofoca el calor y comienzo a sacarme capas de abrigo, lo que me alivia un poco.

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No tengo más agua hace unas horas y las condiciones del terreno no dan descanso, ni pienso en realizar una repisa, tengo que seguir. 100 , 50 , 20 metros… finalmente salgo.. se terminó..se siente bien el aire fresco que viene en ráfagas del otro lado. El hongo se formó sobre el Aconcagua y debo bajar. Afortunadamente mi amigo Mauri Pareras me espera con una Coca y comida por la ruta normal. El subió en 6 hs 10 min desde plaza argentina a la cumbre. Todo un record, la montaña esta buena ese día, gracias.
Se sale por el filo y el camino de regreso por la normal se encuentra a nuestra derecha a unos 50 o 100 mts. Cuidado con el descenso los primeros metros. Eso es todo, el miedo pasó, y salgo sin un rasguño, ni un enfriamiento, nada. Con el corazón henchido de alegría y con las fuerzas suficientes para descender en tres horas hacia plaza argentina. Las felicitaciones no se tardan en llegar, todo es festejar y sentirse bien por estar vivo. Sobreviví a un romance más con mi querida montaña.
Gracias a todos los que rezaron por mi, que estuvieron ahí nerviosos esperando noticias mias y a los que me envidian o no desean que gente como yo pueda llegar, les agradecería que se miren un poco y dejen la actividad. Esto no es criticable, acá se hace, se construye, y se necesita el apoyo de toda la gente para llegar a la cumbre. Esta es mi pasión, la montaña, y duele ver tanta gente con envidia, y que lo único que hace es hablar en vez de escalar, y de no aportar nada a la montaña.
Gracias a mi sponsor Garmont que me provee la ropa,
al Hostel SosaHaus, flia y amigos.

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2 comments

  • Misher Cuenca

    marzo 31, 2020 at 2:25 am

    Felicidades por tu pasión a lo que hiciste y sentirte parte de nuestras MONTAÑAS

  • Estela

    marzo 31, 2020 at 7:51 pm

    Feliz al leer tu escalada, y felicidades por amar la montaña y hacer lo que te gusto en vida. Amo también la montaña.

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